Bleach le pertenece por completo a Tite Kubo, yo estoy aquí admirando su trabajo y fantaseando un poco. Es la primera historia que escribo, los personajes no son apegados a su forma original en la serie y hago esto por diversión.

Desde hace algún tiempo me he estado sintiendo vacía. Es como si nada a mi alrededor tuviera sentido y solo viviera en automático sin realmente adentrarme en las cosas que estoy haciendo ¿acaso es extraño?, no lo sé, para mí es bastante usual, de hecho me sucede desde que tengo memoria; mi vida se divide en lapsos de vitalidad seguidos de temporadas de tristeza y monoteneidad.

A veces divago sobre eso y siento que es como si fuera un robot al que no hubieran activado y que simplemente hiciera las cosas por inercia, como si no hubiera algo lo suficientemente fuerte como para romper ese espacio entre mí misma y la realidad y eso… me frustra. Me gusta pensar que puedo salir y abandonar este sentimiento y por ende trato de recordar qué es lo que me ayuda cuando las otras veces he logrado romper esta pantalla que me separa del mundo y finalmente sentirme plena, sin embargo nunca es lo mismo y siempre es una nueva batalla que últimamente me cuesta cada vez más enfrentar.

Tomo mi mochila y salgo de mi casa y cuando cruzo la esquina aprovecho para acariciar al perro que se para junto a las farolas a esperar a su amo que cada mañana se queda platicando con la señorita que vende flores junto a la fachada de las casas de la izquierda. Ella es agradable, durante un tiempo salimos pero las cosas no funcionaron porque yo no podía enfocarme completamente en la relación que estábamos teniendo. Me río porque se me hace graciosa la idea de que el dueño del perro trate con tanto ahínco de conquistarla sin tener idea de que ella es lesbiana.

Todos los sábados voy a visitar a mi madre, San feng. Es curioso porque es el único día de la semana en el que tengo una comida decente, debido a que, aunque sé cocinar, nunca lo hago porque el tiempo se me pasa o simplemente porque no tengo dinero y bueno, eso en parte le da la razón a mi padre que en vida se oponía rotundamente a que estudiara artes ya que, según él, me iba a morir de hambre logrando hacerme enojar y tener largas discusiones cuando el tema se tocaba. Lo verdaderamente triste, es que actualmente me doy cuenta de que él tenía razón ya que siempre estoy desempleada y con un gran bloqueo inspiracional, así que el poco dinero que gano, es haciendo retratos en la calle de personas que por obvias razones no conozco, sin embargo me resulta maravilloso tener un atisbo de sus vidas que me parecen tan lejanas y distintas a la mía, no puedo describirlo, pero me encanta y se me hace increíble saber que hay todo un mundo dentro de sus mentes. A pesar de todo, la cantidad que gano es mínima y eso, muy a mi pesar, continúa dándole la razón a mi padre.

Me encontraba a unas cuadras de llegar a mi destino cuando decidí alargar el trayecto y tomar un camino diferente, de todas maneras todavía era temprano como para simplemente llegar y mi madre seguramente seguía en el patio jugando ajedrez con su vecina, como acostumbraba hacerlo. Caminé hasta llegar a una plazoleta que contenía una fuente en el centro, me senté y comencé a dibujar trazos al azar en la libreta que siempre llevo en mi bulto, cuando de repente escuché una voz femenina que parecía estar dirigiéndose a mí.

- - Oye, me parece haberte visto dibujando antes en Korakuen ¿es cierto?

Y bueno, esa pegunta me sorprendió bastante porque llegó de la nada y tampoco es que fuera común que las personas me reconocieran por haberme visto antes haciendo retratos. Alcé la vista para responder y me asombró el contraste de colores que tenía en frente: era una chica de tez morena y cabello con tinte morado, no se veía mal, de hecho resultaba bastante atractiva, instintivamente me pregunté si en algún momento tendría la oportunidad de tenerla como modelo. El problema fue que me quedé observándola y no respondí su pregunta.

- -Hey, te pregunté si eres quien se la pasa dibujando en Korakuen.- Mencionó llamando mi atención-. Lo que pasa es que me parece haberte visto ahí y me gustaría que alguien hiciera un retrato de mi gato, verás, tiene 12 años y cada vez está más débil, así que me gustaría tener un recuerdo antes de que… ya sabes. Pero igual, si es un problema no te preocupes, es solo un pequeño capricho, digo, puedo tomarle fotos y cosas así (aunque siento que no es lo mismo) pero si es un molestia no tienes que hacerlo, de hecho no sé porque me acerqué en primer lugar, debo parecer una loca ahora que lo pienso- Dijo mientras comenzaba a retroceder para marcharse.

Yo estaba estupefacta, esa chica acababa de hablar de muchas cosas diferentes increíblemente rápido y de la misma manera como vino ahora se estaba alejando. Sin embrago, cuando caí en cuenta de lo que me había pedido no pude evitar contener la risa.

- - Espera, no te vayas- dije mientras me reía-. Si quieres claro que puedo dibujar a tu gato, por un precio módico, por supuesto.

De hecho, el dinero me caería de maravilla.

- -Oh, claro, te pagaría, gracias ¿qué necesitas para comenzar? Ah, debería llevarte a mi casa para que pudieras trabajar y todo, pero eso es lo de menos, es cuestión de acomodar nuestros horarios. Mi nombre es Yoruichi, por cierto- dijo mientras me extendía la mano.

Ella era agradable, y si podía trabajar un rato y sacar provecho de ello entonces lo haría, así que sonreí y extendí mi mano para tomar la suya mientras sonreía.

- -Yo soy Shaolin, es un gusto conocerte.

Si llegaron hasta aquí, gracias por leer :)