Esta es la historia de lo quizás le haya pasado al "Niño Calavera" que aparece tanto en OoT como en MM, espero les guste.

Nota: Todos los personajes y escenarios son obviamente propiedad de Nintendo y no mía...


Partida.

- "Buenos días Kasuto¿Cómo amaneciste hoy?" – dijo una voz muy alegre

Kasuto abrió los ojos, vio quien era y se dio la media vuelta.

- "Te dije buenos días¿no me vas a responder?" – dijo exasperada.

- "Ya me despierto, déjame en paz ahora y piérdete."

Los ojos avellana de la muchacha se llenaron de lágrimas – "Es hora que te levantes, muchacho flojo." – dijo aparentando.

- "Ni que tuvie… – bostezó – ramos nada importante que hacer." – dijo Kasuto exasperado, deseando que desapareciera esa molestia que no lo dejaba dormir.

- "¿No recuerdas qué sucede hoy?" – dijo en tono malicioso.

- "…"

- "¿Estás seguro?"

- ¡Sí lo recuerdo! Sólo es que no quiero ir."- decía mientras se levantaba de la cama.

- "¿Por qué?" – preguntó aunque sabía la respuesta.

Ambos eran Kokiri, ambos tenían su traje verde, ambos tenían botas verde oscuros; él tenía su gorro, ella unos moños de cabello rojizo a cada lado de su cabeza. Pero la gran diferencia era que ella tenía un hada y él no. Los demás lo rechazaban, no sólo por eso sino también porque era diferente del Kokiri promedio, era unos centímetros más altos que el resto, tenía cabello negro con ojos oscuros y era moreno claro. Sólo se llevaba bien con unos pocos, por lo que la mayoría del tiempo estaba solo en su casa. La única persona con quien hablaba era con su vecina Elma.

"Déjame solo." – dijo serio.

"¡Si sigues aquí nunca vas a tener amigos!"

"¿Quién te dijo que yo quiero tener amigos?"

Elma se sorprendió y se quedo callada.

"¿No te has preguntado eso?"

"No… yo pensé que…" - dijo Elma entrecortada.

"Nadie me habla ¿sabes?, soy diferente de los demás…" – hizo una pausa y dijo convencido – "Y yo tampoco quiero hablarles."

"Dales otra oportunidad."

"No… me voy de aquí y ni se te ocurra seguirme porque tampoco quiero verte."

"¿Pero a dónde irás?" – preguntó angustiada.

"Me voy al bosque a estar solo." – dijo mientras salía por la puerta.

"Recuerda que no puedes ir allí sin un hada…"

Pero Kasuto no la escuchaba, estaba tan ensimismado que no escuchaba nada que no fuese él mismo. Marchó firmemente por el claro donde estaba y trepó la enredadera. Se volteó para ver el claro donde estaban los Kokiri y sin decir una palabra atravesó el umbral de madera que llevaba hacia los Bosques.