Un viaje a través del pozo


Summary: Post-manga. Cuando Yukiko salto por el pozo del templo Higurashi solo supo una cosa; Algo andaba mal, muy mal. [Fic participante del Reto de Inauguración del foro "A través del pozo"]

Disclaimer: Los personajes, excepto las dos coladitas, le pertenecen a Rumiko Takahashi.

Nota: Hola gente sexy de FF, como verán aquí vengo con otra de mis raras historias, esta vez para el sensual forin 'a través del pozo' (gran foro cabe decir), la verdad es el primer post-manga que hago así que… ¡Espero les guste!

[Nota importante: Debido a que el fic es parte del reto de foro ADP (Link en mi perfil), si por esas le gusto la historia, pueden ir y votarlo a mi fic o pueden votar a cualquier otro fic que lean y les guste :)

P.D: Normalmente la página Fanfiction me borra algunos guiones, puntos o comas, o por ahí el hijoputa me borras las palabras. Solo quería avisar.]

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[Capítulo 1]

[El pozo]

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Novecientos cuarenta y siete…

Novecientos cuarenta y ocho…

Novecientos cuarenta y nueve…

¡Quinientos!

Sí, ella había logrado subir quinientos escalones, ¿no era genial?

¿Qué persona, parecida a ella, lograría hacerlo?

¡Nadie!

¡Y ella lo hizo!

¡Oh, yeah!

Solo había un pequeño detalle: no tenía aire, las piernas le temblaban y estaba agonizando.

─Oh, vamos Yuki. Solo fueron quinientos escalones.

Observo a quien supuestamente era su amiga, ¡La muy perra ni agitada estaba!, porque si, Nanami también había subido los escalones, pero ella NO contaba como una persona fuerte, porque simplemente Nanami YA (léase el gran ya), estaba acostumbrada a subir y bajar escaleras y ella no lo estaba.

Simple…

¿Por qué creen que tenía tan buen cuerpo la muy hijaputa?

Su amiga era la que vivía también en un templo (eso le recordaba porque casi nunca la visitaba), y era muy normal que estuviera acostumbrada a subir y bajar escalones. Mientras ella lo únicas escaleras que subían, y bajaba, eran las eléctricas. Por eso ella era la fuerte en la historia.

Punto.

─Más te vale que este sea el templo.─ dijo, comenzando a reincorporarse del suelo, en el que estuvo tratando de recuperar el aire hace segundos, con ayuda del Torii, sí, con ayuda solo del torii, porque su amiga estaba muy ocupada atando su largo, lacio y rojizo cabello, en una cola de caballo.

Desvió la mirada, había escuchado de casos de muerte por envidia, no quería arriesgarse. Concentro sus ojos en el sol que comenzaba ocultaba entre los edificios de Tokio, dando paso al atardecer. Debía admitir que desde ahí sí que había una muy buena vista, ¡hasta podía ver su casa!

─Vine muchas veces Yuki, no podría equivocarme─ sonrió.

Rodó los ojos─ Sí como sea. Ahora, ¿Me dirás porque me trajiste a rastras hacia aquí, Nami?

La oji-verde rió traviesamente─ ¿Recuerdas la leyenda del pozo?

Alzo una ceja, intrigada─. ¿La que nos contó el abuelo de Sôta, el novio de Hitomi?─ recordó al viejito loco que su compañero Sôta le había presentado en el cumpleaños de su amiga Hitomi─ ¿La leyenda que nos contó qué dice que si saltas por el pozo del templo de los Higurashi, viajaras a la época feudal?

Nanami asintió, viendo a su peli-negra amiga sacudirse el uniforme.─ Aja, esa. Veo que si la recuerdas.

─Si, ahora que tiene que ver eso con… ¡Oh Nanami, no me digas que te lo creíste y quieres ver si eso pasa!─ Hizo una mueca con la boca.

Se encogió de hombros.─ Sí que tiene de malo, no perdemos nada con intentarlo.

Se cruzó de brazos─ Chiquilla ingenua. Nanami, me trajiste a rastras desde el colegio, solo para eso.─ Negó molesta. Su amiga era tan inocente, se creía todo.

─Oh vamos Yukiko, acompáñame, sííí….─ rogó, con un brillo entusiasta en los ojos.

─P-Pero, y si nos ve alguien.─ musito por lo bajo, los ojos azules bailaron nerviosamente.

─No nos vera nadie, ¡Anda vamos!─ la tomo del brazo comenzando a tirar de ella.

─Ay, no tires ¡Duele!


Detuvo de súbito sus pasos─ ¿Pasa algo Sôta?

─ ¿Eh?─ Parpadeo.─ Creí escuchas voces.

─ ¿Voces?─La señora Higurashi lo miro intrigada.

─Sí.

Revolvió la comida pensativamente.─ Oh, tal vez es tu abuelo. Está viendo un programa de televisión, ese en el que salen unas abuelitas bailando.

A Sôta se le ensombreció la frente del solo imaginar bailando a las ancianas que, según su abuelo, estaban bien buenas. Hizo una mueca ante eso, su abuelo era taaaan raro... y loco, eso también.


Arrugo su nariz… horrorizada─ Que horrible.─ mascullo observando la multitud de polvo y telarañas que había dentro de la pagoda del pozo.

Rodo los ojos─ Oh, vamos Nanami, ¿te dio miedo?─ sonrió con burla─ Mira que aún podemos volvernos.

─No creas que caeré en tu juego, amiga─ Sonrió.─ Hoy veremos si lo de la leyenda es cierta.

Bufo.─ Mira Nanami, el abuelo de Sôta solo nos jugó una broma, ¿Sí? Lo del pozo no existe.

─Aguafiestas. ─Hizo un puchero.

─No me hagas esa cara.─ gruño.

─Anda, Yuki.

─Bien, bien. Pero si vemos que es mentiras me deberás un helado de chocolate ¿entendido?─ se cruzó de brazos.

Rodó los ojos─ Está bien, glotona.

Entraron al lugar y comenzaron a bajar lentamente las escaleras, cada paso hacia que estas rechinaran escalofriantemente, ¿hace cuánto que nadie limpiaba allí? Las dos rodearon el pozo y miraron su oscuro interior.

─ ¿Sera muy hondo?─ Yukiko apoyo su manos en la fría madera, con cuidado de no ensuciarse las manos con polvo, mirando perdidamente el oscuro interior de la estructura.

─No lo sé.

─Y ahora… ¿Qué carajo hacemos?

─Yukiko, controla tu vocabulario.─ le regaño ceñuda, ¡Esa chica necesitaba modales!

Chasqueo la lengua.─ Sí, sí, sí, como sea.

─Olvídalo─ mascullo rendida. Tenía que fijarse mejor cuando eligiera una amiga.

─Mmp. Bien ya vimos el pozo, no tiene nada en especial, solo está cubierto de polvo y telarañas, ¿Ahora qué hacemos?

─ ¿Pues tu qué crees? ¡Saltaremos!─ grito entusiasmada.

─ ¿¡Qué carajo…!? ¡Estás loca!

La miro como si fuera una tarada, estúpida, idiota, loca desquiciada que le faltaban varios tornillos, etc.

─No me mires así─ si claro, como si pudiera mirarla de otra forma que no fuera esa.─ Oh, vamos, solo saltaremos y volveremos ¿sí?

─No.

─Per…

─ ¡No!

─ ¡Miedosa!

─No soy miedosa─ se defendió fruncida.

Ella, bien hijaputa, arqueo una ceja, de forma estúpidamente burlista.─ ¿Entonces?

Se mordió el labio; rendida.─ Más te vale que no haiga sapos allá abajo. Porque si los hay, te matare, ¿entendiste?

─Sí, mamá.─ comento divertida.

─"Idiota"─ pensó.

Ambas se miraron, miraron al pozo y se volvieron a mirar.

─ Tú primero─ dijeron al unísono.

Bien ahí, su amiga la secuestra de la escuela, lo que le recordaba que sus padres seguro la esperaban con un buen sermón cuando llegara, la traía a rastra hacia un templo, le hacía subir quinientas escaleras, la exponía a que las denunciara por meterse en casas ajenas y encima quería que ella se tirara primero por el sucio pozo.

Nanami, puta perra mal parida.─ Fue tu idea Nanami, así que tú vas primero.

Oh, seee

Ella era Yukiko Takahashi, la chica más súper de todas.

─Está bien─ suspiro. Apoyo una pierna en el borde, luego sus manos y, de un movimiento suave, se acomodó de tal modo que sus piernas quedaran hacia el interior del pozo.

La miro temerosa─ Nami, aún podemos volver.

─No seas miedosa Yuki, saltare y…─ Respiro hondo─ si no vuelo, te dejo mi colección de mangas.

─Entonces por mí no hay problema si no vuelves Nanami─ exclamo divertida.

─Púdrete─ mascullo, haciendo reír a la oji-azul.─ Bien; uno, dos…

─ ¡Espera!─ le detuvo.

─ ¿Qué pasa?

Ella no dijo nada, solo se dio vuelta y se alejó del pozo un buen trecho.─ Ahora sí, salta.

La miro confundida.─ ¿Eh?

─ No me mires así, lo hago por seguridad, ¡Vamos salta, tengo que volver a casa!

─Estás loca Yuki, ─ negó rendida─ Bien como sea. Uno, dos y…─ salto, perdiéndose en la oscura cavidad.

Ella se quedó ahí, parada como lela, esperando ver salir a su amiga, pero nada.

Pasaron unos, casi eternos, segundos silenciosos.

Las manos le comenzaron a picar y apretó los labios, preocupada.─ ¿Na-Nami?─ tartamudeo.

Nada.

Se acercó a pasos cautelosos, mirando, nerviosa, el oscuro interior del agujero.─ ¡Nanami!

Nada, silencio.

Oh, dios.

¿Ahora que hacía? A Nanami se la había chupado el pozo.

Apretó las manos, solo tenía una opción: vendía algunas de sus pertenencias, le dejaba una nota a sus padres, compraba un boleto hacia América, se casaba con un argentino y se olvidaba de su amiga desaparecida y toda su vida pasado.

¡Perfecto, era una genio!

Del interior se comenzó a escuchar risas, acerco su rostro, demasiado confundida, y vio a Nanami subir riendo las escaleras que había en el interior de la estructura de madera.

─ ¿Te asustaste, Yukiko?─ rió más fuerte.

─Nanami, perra desgraciada, ¡Me diste un susto de muerte!─ las mejillas se colorearon del enojo. ─Ya estaba planeando mi huida hacia argentina.

Paro de reír y la vio confundida, Yukiko solo se encogió de hombros, mejor si no la entendía. Comenzó a salir del interior de la estructura.─ Ya, lo siento, no te enojes.

Suspiro─ Bueno ya comprobaste que lo de la "leyenda" era una mentira, ahora vámonos. ─ se giró dispuesta a irse, pero su amiga no la seguía.─ ¿Qué esperas?

─Aún faltas tú.

─Oh no, no, no, no─ negó casi horrorizada.

Es que estaba loca, ¿Por qué ella también tenía que saltar?

─Vamos Yukiko, ¿A qué le tienes miedo?─ Volvió a alzar las cejas.

─A nada, pero…

─ ¿Pero…?

Suspiro rendida.─ Me ganaste, lo hare, pero cuando salga nos vamos, ¿entendido?

─ ¡Entendido mi capitana!─ comento divertida.

─"Vamos, no es tan difícil, solo salto y vuelvo"─ se alentó con un malestar en el estómago, se acercó al pozo; sintiendo un escalofrió y un nudo en la garganta.

No podía ser tan difícil, era hasta patético. Ella era Yukiko Takahashi, no podía tener miedo a un pozo oscuro, hondo y escalofriante. Respiro hondo y así como se acomodó Nanami, se acomodó ella, sus piernas quedaran al aire y sus manos se aferraron al borde.

Volvió a mirar el fondo.

Oh, caray.

¿A quién carajo engañaba?

Tenía miedo. Mucho miedo.

¡Y ni siquiera sabía porque!

Ella ni siquiera creía en el cuento del viejo chiflado, que se hacía llamar el abuelo de Sôta, por supuesto que no creía, ninguna persona cuerda lo aria, y sí; a Nanami le faltaban tornillos por eso le creyó, la cosa era que su cuerpo no le hacía caso a su juicio, y la atacaba con una revolvida de estómago.

─Estoy esperando, Yukiko─ Fantástico, si ahora no saltaba Nanami la llamaría cobarde toda su vida.

Con amigos así quien necesita enemigos.

─Ya va, carajo…

Nanami se le rió, de esa forma burlista que odiaba, y ella no estaba dispuesta a ser burla de nadie, ni siquiera de su amiga.

Respiro hondo, otra vez, se impulsó para adelante y, en contra de su voluntad, las manos le sudaron cuando callo por la fría cavidad.

Cerró los ojos, esperando tocar rápidamente el suelo y salir, más una calidez, cabe decir muy extraña, la envolvió tranquilizando. Sintió su cuerpo flotar y pudo sentir, aun con los ojos cerrados, como un luz la iluminaba. Su corazón se le agito violentamente. Sus pies tocaron el fondo en un movimiento lento y suave. Se dejó caer de rodillas sentada, apoyando su espalda en la fría pared, aun con los ojos cerrados, respiro con agitación.

Oh, carajo. Debía dejar de ver tanto anime.

Su boca estaba seca, cosa que odiaba, pero aun así logro tartamudear.─ N-Na-Nanami…

Nada…

Silencio…

Había dos opciones:

La primera, su estúpida y tarada amiga, le estaba jugando una mala broma.

O segundo algo estaba mal, muy, muy mal.

Kami…

Ж¥Ж