Vista al frente…por favor no mires. No necesitas esto ahora. No se te ocurra voltear tus ojos en esa dirección. Ni siquiera es tan guapo y claro que ella tampoco es una súper modelo. Si repito esto unas quinientas veces más tal vez logre evitar la humillación de verlo en brazos de otra. Pero mis traicioneros ojos le siguieron, fue como si un imán pasara frente a mi débil y metálica mirada, si es que eso es posible. La vista al frente y todo el mantra se fue a la basura en un segundo.
Sus ojos verdes aqua y su cabello rojo desordenado hacían que perdiera la cabeza, y su olor…oh por Dios…era envolvente. Todo él lo era. Debí saberlo desde un principio quien rayos se fijaría en mí si no era para aprovecharse de mi posición y cuando hablo de posición no me refiero a la económica precisamente. Teniendo el mejor índice de la universidad y un pequeño puesto en la administración de la misma, señores, yo era irresistible.
-Sakura la clase de filosofía es por aquí.
-Ya lo sé, es que Naruto se ha caído otra vez y como soy buena amiga tan solo vigilaba que nadie lo hubiera empujado o algo por el estilo.
-Claro, y tu inesperada preocupación por Naruto no tiene nada que ver con el camino que nuestro músico estrella recorre en estos momentos.
- Oh vamos Sasuke, Gaara no es el centro de mi universo.
Lo cual era una total mentira, ya que en los últimos seis meses Garra era mi comida, mi oxígeno y mi mayor motivo para asistir a la universidad, pero Sasuke no tenía que saber el alcance de mi obsesión. Moví mi cabello despreocupadamente y visualice por última vez como las manos de Gaara bajaban cada vez más por la espalda de su reciente conquista.
-Como digas. Tan solo entra de una buena vez, no quiero que Kakashi se moleste conmigo de nuevo por llegar tarde.- Cosa que no era cierto porque Sasuke nunca llegaba tarde, pero eso no evito que me diera su cara más reprochante y frustrada. Me reí por lo bajo y seguí mi camino dentro del salón.
-Querido, tú nunca llegas tarde.-
Gaara, era el chico más sexy de la escuela, no el más popular, pero si el más sexy. Y te preguntaras como el chico más sexy de la escuela no es el más popular también. Una palabra. Sasuke. Lo cual es gracioso ya que él no acepta esto nunca. Pero vamos, el chico tiene lo suyo…ojos negros y profundos, cabello azabache y unos hoyuelos que derretían a todas las chicas del campus.
Apartando todo lo físico, Sasuke es el chico más tierno y dulce que cualquier chica en la faz de la tierra pueda conocer jamás. Si tan solo lo hubiera conocido antes que a Gaara posiblemente ahora estaría babeando por él y no por el bastardo sin corazón que su amigo es. Aunque debo agradecer eso a Gaara, fue el quien me presento a Sasuke. Aún recuerdo nuestro primer encuentro, desde ese momento nos volvimos inseparables.
-Oye amigo, apresúrate no tenemos todo el día. Lo siento Sakura, no sabía que el cretino de mi amigo se tardaría tanto en terminar con esta chica.- Decía con gran frustración Gaara tocando el claxon con gran euforia.
-No te preocupes, entiendo estas cosas. Cada chica merece lo mejor de su novio y si ya no existe amor entre los dos para mantener funcionando la relación es mejor decirlo de una vez y aclarar todo.- Un pequeño mechón rebelde que no se acomodaba con el resto de mi cabello atrajo mi atención luego de decir esto. Las cosas con Gaara se estaban tornando pesadas y aprovechaba cada momento y oportunidad para que me dijera si ya no me amaba o lo que sea que estuviera mal entre nosotros. Pero él nunca decía nada.
-¿De qué hablas Sakura? Solo tenía que ir y decirle que es una perra y que otra le da lo que ella no y es todo. Este chico aun no entiende estas cosas.- Primera mala señal, cuando un chico se expresa así de otras chicas pues…digamos que tal vez debas considerar tu relación un par de veces más. Apreté mis puños y labios en un intento desesperado por no llorar al ver su reacción. –Ahí está ese cretino, ¡Vamos amigo!-
-Lo siento por la demora, ella solo…quería que todo quedara bien entre nosotros.
-Amigo, deja tus sentimentalismos para otra ocasión, vamos tarde a la fiesta.
-No te pongas celoso Gaara, tengo suficiente para todos aquí.- Y sus hoyuelos aparecieron justo ahí, como por arte de magia. Ahora los vez y luego no, una leve sonrisa y los chicos mostraban todo su encanto y vaya que si eran encantadores.
-Como sea, Sasuke ella es Sakura, Sakura él es Sasuke. Ya que están oficialmente presentados ¡Vamos a la fiesta!- Aceleró el auto de un golpe y me envió directamente contra mi asiento de manera brusca. Luego todo fue un desastre, Gaara muy borracho, Sasuke cuidando de él y yo…yo lloraba como una bebe en el baño de aquella mansión tras escuchar como Gaara se había revolcado con una desconocida en esa misma fiesta luego de pedirme un vaso con cerveza y desaparecer unos minutos.
-Ya no llores Sakura, sé que esto es un asco y Gaara está muy borracho en este momento para disculparse pero te aseguro que lamenta todo lo sucedido.
-No, no lo lamenta Sasuke. Ambos sabemos eso, nosotros no estamos funcionando desde hace un tiempo y esto que sucedió hoy era inevitable. Así que no te disculpes por el idiota de tu amigo.- Dije como pude ya que mi cara era un mar de lágrimas y mi garganta se cerraba más y más por la agonía y el dolor.
-De acuerdo. Tal vez no lo lamenta, pero yo si.- Tomó mi barbilla con la punta de sus dedos y me dirigió la mirada más sexy que jamás había recibido en mi vida. –Lo siento tanto.-
No sé qué sucedió exactamente después de ese momento pero por un dulce instante sentí la sinceridad de sus palabras, su emoción y sus sentimientos, eso me encantó. Gaara y yo terminamos luego de ese día y Sasuke comenzó a buscarme diario para hacer cualquier cosa, ir a la biblioteca a estudiar, ir por un helado, ver películas en mi casa, lo que sea. Era mi tabla salvavidas, no sé qué hubiera hecho si no hubiera estado ahí para mí.
Una pequeña nota se arrastró por mi asiento con las letras. "Cine Luego De Clases" sonreí al leerlo y asentí en dirección al responsable de mi emoción. Hoy era tarde de cine, algo que solíamos hacer cada martes de cada semana. Cuando el profesor finalizo el tema y se despidió de todos, tomé mis libros sintiendo un peso extra en mi hombro.
-Rápido cobarde, es tarde de horror.
-Creí que era mi turno de escoger la película.
-Eso fue hace dos semanas linda, ¿Recuerdas nuestro trato? Yo escojo las películas siempre y tú las escoges cuando se acaben las buenas películas.
-No recuerdo haber aceptado tal cosa.
-Bueno, vive con ello. Es mi turno de escoger.
-¿Sabes? A veces pienso que te aprovechas de mí.- Su brazo que en realidad era muy pesado me atrajo aún más contra él.
-Créeme, si quisiera hacer eso pues…ya lo hubiera hecho.
Mi puño golpeó su pecho lo más fuerte que una escuálida chicha de universidad puede y entre risas y bromas nos encaminamos hacia nuestro destino.
