PRÓLOGO: PRESENTIMIENTO

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Una energía espiritual fortísima invadió la escena. La shinigami de ojos azules podía ver como Ichigo se abalanzaba contra aquel gigantesco hollow, sin poder hacer absolutamente nada. Oyó a Urahara decir algo, pero no le prestó atención. Vio como el menos concentraba en su boca una gran cantidad de energía, energía que utilizaría para lanzar el ataque más poderoso de un hollow. El Cero. Algo la tenía retenida, no la dejaba marchar. No podía mover ni un dedo.

El Menos Grande lanzó el Cero. La energía del chico aumentó de nuevo, casi al punto de ser insoportable.

Ambas energías chocaron. Por unos instantes, Rukia creyó que aquel ataque había acabado con su amigo, pero respiró aliviada, e impresionada, al comprobar que este había detenido el ataque, interponiendo entre el Cero y su cuerpo su zampakutou. Lo estaba consiguiendo, lograría detenerlo. La presión espiritual del joven shinigami volvió a aumentar y, con un movimiento de su katana, atacó al inmenso hollow.

Fue tan solo un momento, pero supo que algo había ido mal.

Podía ver como el Menos retrocedía, se adentraba de nuevo en su mundo.

Pero sentía una sensación muy extraña en su interior, como si algo despertase.

También pudo ver como Ichigo sonreía triunfante, había vencido.

Finalmente, aquella sensación tan horrible desapareció. Vio como el chico caía al suelo, luego vio acercársele a Ishida, y este lanzaba flechas desde su arco hacia el cielo, intentando liberar la presión a la que estaba sometido Ichigo.

Kurosaki Ichigo había vencido a un Menos Grande, así que decidió olvidar aquella sensación, que seguramente sería debida al alto poder espiritual del muchacho. Después de todo, cuando la energía cesó, también dejó de notar lo que fuera que había sido eso.