Hola a todos y solo voy a decir que, bueno entre este tiempo que me estoy dando en escribir, salio esto de mi inspiracion luego de pensar que casi no hay muchas historias del tipo Mpreg en español por aqui, asi que me sentia algo "valiente" al escribirla xD.
Y como muchas historias separadas de las principales, no sere tan constante con esta, o al menos subire un nuevo capitulo todas las semanas.
Espero la disfruten! :D
El reloj sobre la puerta marcaba las 15:34. James se mordió el labio, Katie a su lado lo miro de reojo y suspiro, frotándose las manos.
-No puedo creer que esté haciendo esto contigo –comento ella, con incomodidad.
James asintió a su comentario y no era para menos. Estaban en el baño, sentados en el borde de la bañera, aguardando los 10 minutos de espera del pequeño objeto que descansaba sobre el lavamanos. Los nervios y tensión flotaban en el aire.
-Yo tampoco –murmuro él, luego.
Solo 3 minutos más, en los que la vida de uno de ellos estaba en juego.
Cuando llego el momento, Katie miro su reloj y luego a James.
-Es hora –anuncio.
Ella se levanto mientras James seguía en su sitio, con los codos apoyados en sus rodillas, y tomo el objeto y lo observo. Su rostro no decía nada para desesperación del castaño.
-¿Q-que dice? –inquirió desesperado.
Katie se mordió el labio al levantar la vista.
-Positivo.
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Jennifer abrió la puerta del botiquín del baño, hoy era día de limpieza en dicho cuarto y estaba sola en el departamento. Cuanta tranquilidad, pensaba ella, nada mejor que eso para poder limpiar. Busco sus elementos de trabajo y empezó con lo suyo. Primero el espejo, luego la bañera, el suelo, el retrete…así sin parar.
Era un trabajo arduo y agotador pero era su trabajo como madre y encargada de 5 chicos que claro no le molestaba, pero si agobiaba de vez en cuando.
Y Si preguntan, los chicos estaban en la piscina pasando la tarde mientras Katie había salido con su…cita, para no decir cuya palabra prohibida comenzaba con N y terminaba con O. Jennifer no quería pensar en que su hija tuviera un novio. Le aterraba el darse cuenta que su hija estaba creciendo tan rápido.
Pero en la realidad ahora se dirigía a la cocina a tirar algunos envases de shampoo y acondicionadores vacio cuando ve muy oculto entre unos papeles en la basura, una pequeña caja con las letras "Test de embarazo". El corazón se le paro en ese instante que dejaba lo suyo tomaba la caja del tacho, sus manos temblaron al momento de sacar del interior el test pero no completamente, se estaba preparando mentalmente para lo que sea que saliera allí.
Igual no fue suficiente, su mayor pesadilla se hizo realidad al ver las dos rayas rojas. Positivo.
-Oh por dios…-se tapo la boca sorprendida.
De repente la puerta se abrió apareciendo Katie con su novio de 6 meses, Kyle, un chico de cabello negro, piel morena y ojos azules. Buen chico, según su hijo y sus amigos habían podido opinar. De inmediato se dirigió a su hija, decidida a obtener respuestas.
-Hola mama –saludo Katie con una sonrisa.
-Explícame esto –reclamo enfadada, mostrando el test en sus manos, Katie abrió los ojos de la sorpresa al verlo.
-¿De dónde sacaste eso? –pregunto la chica, roja como un tomate.
-De la basura, donde lo arrojaste para que yo no me diera cuenta –Jennifer estaba que explotaba de enfado y decepción.
-Katie –dijo Kyle.
-Kyle, te juro que eso no es mío –explico ella nerviosa.
-¡No mientas! ¡De quien más seria esto! –exclamo la mujer, ahora con lagrimas en los ojos.
Los 3 se miraron entre sí, inmersos en la tensión que pululaba en el aire. Ahora unas voces provinieron de la puerta.
-¡Hola Señora Knight! –era Carlos, y sonaba muy animado.
Por detrás le seguían Logan, su hijo Kendall y James, estos últimos dos tomados de las manos pues eran novios de hace 2 años. Pero la alegría se esfumo al notar a la mujer llorando y a Katie con el rostro pálido como si hubiese visto un monstruo.
Kendall de inmediato noto lo que su madre sujetaba, el test de embarazo y la duda se hizo presente en su cara.
-¿Qué está pasando? –Pregunto pero nadie contesto -¡¿Qué demonios pasa, porque maldita sea tienes un…?!
-Es de tu hermana –hablo Jennifer, con un halo de decepción al mirar a su hija.
-¡No es cierto! –Protesto Katie –hermano mayor te juro que eso no es mío.
Miro a su hermano suplicando con la mirada a que le creyera, pero Kendall estaba con sus dudas que empeoraron aun mas al ver que la prueba daba positivo y además de que Kyle estaba allí.
No quería creer que su hermanita estuviera…que estuviera esperando un bebe. No quería creerlo pero las pruebas eran más que irrefutables, la decepción lo golpeo como un disparo. Los chicos también sentían lo mismo pues Katie era como hermanita para ellos.
Pero el único que no se veía así era James, más bien sentía culpa y el sabia porque.
-Jamás creí esto de ti Katie…-comenzó Kendall, aguantando las lágrimas.
-Por última vez –sentencio ahora más que segura –eso no es mío.
Se fijo en James y todos lo miraron confundido. Era el momento de decir la verdad.
-Deja de mentir- exclamo Jennifer angustiada.
-Katie tiene razón –intervino James, una vez mas todos se volvieron a él, en especial Kendall –el test no es de ella…-
Sus ojos se encontraron con los de su novio y su cuerpo tembló del pánico de decir la verdad, pero si eso implicaba echarle la culpa a Katie, no valía la pena.
-Es mío –finalmente anuncio, cerrando los ojos.
Nadie dijo nada por los siguientes segundos, Jennifer pestañeo confundida, sus amigos Logan y Carlos no salían del asombro, y Kendall…era un pedazo de papel en blanco.
-Estoy en cinta –volvió a decir James, esta vez más directo por si no quedaba en claro.
Soltó la mano de Kendall y corrió a su cuarto, cerrando la puerta tras de sí. Todos estaban en estado de shock sin poder decir algo, excepto Katie y Kyle, este ultimo más que incomodo.
-Sera mejor que te vayas –susurro Katie para el –luego hablaremos.
Kyle asintió y salió del apartamento, dejando solos a los habitantes del mismo.
-Esto es imposible –murmuro Kendall, siendo lo primero en decir luego de que James se fuera –c-como…-
-Katie, cariño…-Jennifer llamo a su hija, antes de abalanzarse sobre ella y abrazarla –lo siento, yo…-
-Mama, está bien –está la tranquilizo frotándole la espalda –no estoy enfadada.
Entre tanto en la habitación, James no dejaba de dar vueltas, llorando como un niño asustado. No quería que esto pasara, no deseaba ser padre, no quería nada de esto ni tener que renunciar a su vida como lo era ahora.
No estaba preparado para tener un bebe. Se negaba rotundamente a arruinar su sueño por un pequeño descuido suyo. Debía eliminar su problema a como dé lugar.
Pero sus pensamientos fueron borrados al oír la puerta ser tocada a sus espaldas, segundos después ver a Kendall aparecer tras ella, aun pálido por la noticia y James ya creía lo peor.
-James…-la voz del rubio tembló al entrar y cerrar la puerta –J-jamie… ¿Por qué no me lo dijiste?
-T-tenía miedo –titubeo el castaño.
-¿De qué?
Su novio no respondió, solo miro al suelo avergonzado. Kendall tampoco tenía que decir para expresar lo que sentía, simplemente hizo lo primero que se le cruzo por la cabeza: abrazar a James.
Este se sorprendió al sentir los brazos de su novio a su alrededor pero no lo pensó mucho, se echo a llorar en el pecho de él, inconsolablemente.
-L-lo sien-to –se disculpaba James entre sollozos.
-No Jamie, no te disculpes –se separo y tomo su rostro entre sus manos –no te odio, si eso piensas y tampoco lo hare porque no puedo hacerlo al saber que, que llevas a mi hijo dentro de ti…si, la noticia me…tomo desprevenido, y si, somos jóvenes pero no me importa, te amo y esto solo nos hará mas unidos…-
Estas no eran las palabras que esperaba oír James, pues, no entraban dentro de su plan.
-Kenny, no entiendes-
-Sí, entiendo, realmente lo hago…quiero tener a este bebe.
-Pero yo no.
Kendall frunció el ceño, esperando haber oído mal.
-¿Cómo?
-Como oíste, no quiero al bebe.
-No voy a darlo en adopción-
-No hablo de eso –interrumpió James –no quiero tenerlo.
Sonó decidido y firme. Segundos después, su novio entendió sus palabras y se alejo de él, mirándolo como si fuese un extraño.
-Tienes que estar bromeando –sacudió, Kendall, la cabeza, incrédulo.
-Estoy más que seguro, no quiero tener a este bebe –señalo a su estomago, aun plano pero que igual había una pequeña vida en su interior creciendo de a poco –y es mi última decisión.
-¡Y desde cuando eres el único que puede opinar de esto! –reclamo Kendall molesto.
-¡Desde que llevo a este maldito bebe en mi! –exploto el castaño con lagrimas en los ojos.
-¡No te permitiré que llames así a nuestro hijo!
-¡Pues dentro de poco no será nada!
Ambos callaron al instante, James había sido muy duro con sus palabras y Kendall no podía creer lo que él decía, que no quería tener al bebe que ambos habían creado. Eso es algo que no soportaría de ver.
-No me mires así, Kendall.
-¿Y cómo quieres que lo haga? –Sonó herido, también llorando – ¿quieres que te diga que sí, que estoy de acuerdo para que mates a mi hijo?
Su novio no dijo nada, y esa fue su respuesta. No podía creerlo de James.
-No voy a tenerlo, te guste o no.
-Entonces que así sea –mascullo Kendall y advirtió –tú te deshaces del bebe..-
-No lo tendré –insistió James, más que seguro en su mirada.
-De acuerdo, hazlo, pero nosotros terminamos.
Luego se oyó la puerta azotarse con furia seguido del silencio sepulcral que quedo en la habitación, rodeando a James. No se arrepentía de su decisión pero le partía el corazón el haber acabado el amor de su vida.
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Pasaron apenas dos días pero las cosas estaban peor. James y Kendall no podían ni verse a la cara sin empezar a decirse cosas horribles el uno al otro y los demás no soportaban verlos de esa forma, aun que trataran de actuar como si nada hubiese pasado.
Pero no podían disimular, ni siquiera en el estudio donde la hostilidad de ambos era tan masiva que ya comenzaba a afectar el rendimiento de la banda, ya Gustavo esto le estaba comenzando a hartar hasta la coronilla.
-¡Alto! –Grito en el micrófono logrando que los 4 dejaran de cantar sin mencionar, la sordera momentánea que les causo -¡qué demonios sucede aquí perros!
-Gustavo, no es el momento –advirtió Logan calmado.
-Chicos, ¿Qué está sucediendo entre ustedes? –pregunto Kelly, sin saber que se toparía con algo que era mejor no sacarlo a la luz tan pronto.
Una vez más, todos callaron, hasta que Kendall suspiro, tomo sus auriculares y los lanzo al suelo con fuerza al salir de la cabina.
-Que te lo cuente James –dijo casi áspero al salir del estudio, dejando un rastro de enfado tras de él.
Este bajo la cabeza, sucumbido, por la vergüenza.
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-Gracias por acompañarme –agradeció James a Kelly, sentada a su lado.
-No hay problema –ella sonrió cálidamente mientras sujetaba su mano.
El estaba en uno muy grande. Y Kelly sabia de ello así que se ofreció a acompañarlo en su primera cita con el doctor ya que nadie de sus amigos quería ser parte de este plan retorcido, como lo llamaban, y eso le entristecía. ¿Por qué nadie podía aceptar su decisión? Y no era que la asistente de su productor lo hiciera, lo contrario, pero ella no podía dejarlo solo, el instinto materno dentro de ella le decía que no dejaría que James atravesara por esto por su cuenta. Luego de que Kendall terminara con él, James quedo deprimido, lloraba todo el tiempo cuando estaba solo aunque él lo atribuía a los cambios hormonales que conllevaba al estar en cinta.
Podría hacer esto sin Kendall a pesar de que lo odie, a pesar de que todos lo odien.
-James Diamond –llamo una mujer desde el la habitación, era la doctora y lo estaba llamando.
-Es hora.
Ambos entraron a la habitación, la mujer de cabello miel hasta los hombros y bata blanca los recibió con una sonrisa.
-Hola, soy la Doctora Anderson, pero pueden llamarme Ellen –dijo, señalando las sillas frente su escritorio –tomen asiento. Entonces, ¿Quién es mi paciente?
-Soy yo –dijo James, algo tímido.
-Si te sirve de consuelo, es muy común hoy en día ver pacientes hombres venir a mi –rio para aligerar la tensión y lo logro porque James suspiro mas aliviado –bien, James, hablemos ¿Quién es tu acompañante?
-Soy Kelly Wainwright, una amiga –saludo Kelly, amable.
-Un gusto, ahora, ¿Cuándo supiste que estabas en cinta?
-Hace unos días atrás, gracias a un test de embarazo –relato él.
-Bien, entonces ¿te gustaría saber de cuánto tiempo estas?
-En realidad, de eso quería hablarle –titubeo un poco –y-yo vine porque…la verdadera razón por la que vine es…-
Se maldecía a sí mismo por no poder hablar ahora, las palabras se atoraron en su garganta y sus manos sudaban a lo loco. Bajo la vista y la doctora lo miro intrigada, hasta que entendió el punto de James.
-Mira, James, como medico es una total violación a mi labor y lo sabes –dijo lentamente.
-Entiendo eso pero…yo no quiero esto en mi –las lagrimas volvían a aparecer y el luchaba contra ellas –yo no pedí esto.
-Pues solo me queda decirte que fuiste un idiota al no cuidarte –la doctora fue ruda con ese comentario.
-Dígame algo que no sepa –James suspiro resignado a esa verdad.
La Doctora también suspiro sin quitar la vista de James, en tanto, Kelly observaba todo en silencio limitándose a tomar la mano del chico en señal de apoyo.
-De todas formas, debo saber de cuánto tiempo estas –volvió a hablar la doctora, ahora mas áspera que cuando entraron.
Un poco después James estaba tumbado sobre una camilla y su camiseta levantada revelando su trabajado abdomen.
-Déjame decirte algo, si quieres conservar esto –su doctora señalo a sus abdominales –eres un egoísta.
Ojala dejaran de restregarle en la cara que lo era, deseaba gritarle que se callara de una vez e hiciera su trabajo de ponerle ese gel sobre su piel y hiciera la ecografía rápido. Kelly estaba a su lado aun sosteniendo a su mano pero atenta a la pantalla del aparato que ahora sostenía la Doctora Anderson.
-Esto está un poco frio –decía al verte el gel en el estomago de James –pero nos ayudara a ver mejor al bebe…-
Vacilo al posar el aparato en su estomago y pasarlo por allí, dándole escalofríos al chico, la mujer de cabello oscuro aguardaba por alguna señal de ese pequeño ser en la pantalla. James ni quería estar allí así que miraba al lado contrario, aguardando a que terminara todo.
-Eso es…-comento Kelly.
-Al parecer lo encontramos –sonrió la mujer hacia la asistente –allí esta…-señalo a la pantalla.
Una pequeña forma oscura con forma algo humana latía, no era grande pero estaba vivo y ero lo que James necesitaba eliminar. Al oírlo cerró los ojos, deseando despertar y que todo terminara. Pero Kelly estaba más emocionada que él y unas lágrimas se asomaron en sus ojos de la alegría.
-Ok, según esto, estas de casi dos meses de gestación por lo tanto este pequeño retoño de aquí –se rio dulcemente –es del tamaño aproximado de 4 cm. Lo normal, si quieren estar tranquilos.
Hizo una copia de la ecografía y la imprimió, entregándosela a Kelly.
-Guarda tu emoción para la próxima consulta –le dijo a James fría, entregándole una servilleta para que limpiara el gel.
-Es increíble –la asistente seguía sorprendida de ver la ecografía.
-No te emociones tanto –corto el chico, seco.
-Me gustaría que la conservaras, sería un buen recuerdo –aconsejo Ellen –y ahora a lo nuestro, ¿estás seguro de tu decisión?
Más que seguro, se decía James.
-Solo deme una fecha y ya –reclamo este impaciente.
-Estas cometiendo un grave error –repetía Ellen.
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James abrió la puerta del apartamento y la cerras tras de sí topándose con el lugar completamente desierto a pesar de ser apenas las 8:35 de la noche. Asumió que los demás estarían afuera en la piscina o haciendo algo más. Mejor para el ya que quería estar un poco a solas, sin tener todas las mirada posadas sobre el juzgándolo o recriminándolo por su decisión, estaba cansado de eso y desde hace unos días buscaba un lugar para él con ayuda de Kelly que lo ayudaba en secreto con todo este asunto.
Y creía estar cerca al haber visto una pequeña casa privada en Calabasas, no muy lejos de Los Ángeles, un buen vecindario en donde tendría paz lejos de la banda y de los medios. Solo faltaba firmar los papeles y ya. Solo que algo aun lo detenía de hacerlo y era el que no quería abandonar su vida tan rápidamente.
Cayo en el sillón agotado, uno de los síntomas del embarazo, y tomo un cojín con el cual cubrió su rostro y segundos después lloraba como un bebe hecho una pequeña bola en el sofá naranja del 2J.
Pensó en todo lo que había sucedido ese trágica semana; primero encuentra que estaba en cinta con el bebe de quien creía era su alma gemela, su mejor amigo y novio de dos años Kendall Knight, quien rompió con el ya que se niega a tener a ese bebe; segundo: ahora todos lo ignoraban, inclusive sus amigos y Mama Knight, en el estudio Gustavo ni siquiera lo reprime, ni siquiera lo mira. Es invisible para todos menos para Kelly, quien considera que le tiene lastima y por eso lo ayuda.
Se sentía tan solo en el mundo.
-Necesito irme de aquí –se dijo luego de parar de llorar.
