¡Hola! :) vengo de nuevo con el primer GaaMatsu que he escrito en toda mi vida .-. a pesar de ser de mis parejas favoritas, creo que me gusta más leer fics sobre ellos que escribirlos. Es bastante leve y se me ocurrió en un momento muy extraño que por el bien de la salud mental de todos no voy a describir (?)
Disclaimer: Naruto no me pertenece, ni sus personajes, estos son propiedad de Masashi Kishimoto. (Si me pertenecieran, Gaara saldría sin camisa y Kankuro también estaría en todos los capítulos)
—Matsuri… ¿Te quedarás ahí todo el tiempo o vas a ir a hacer lo que te ordené?
La voz fría del Kazekage resonó en su oficina y en los oídos de la castaña, quien hasta el momento se había quedado estática en el umbral de la puerta. Tragó saliva y caminó algunos pasos hacia él.
—Pero, Gaara-sama… —Protestó en un hilo de voz la chica— ¿No podría…?
El pelirrojo la miró de golpe, sus orbes aguamarina se fijaron en ella y la ex alumna del joven se detuvo de pronto, sintiendo un pequeño escalofrío recorrerle el cuerpo. Gaara, al notar que ella se callaba, prosiguió con sus notas, tranquilamente, anotando y leyendo con sigilo los papeles que estaba ordenando.
—No me gusta que me desobedezcas, Matsuri. —Añadió en un momento el Kage mientras dejaba reposando los pergaminos en su escritorio y descansaba la barbilla en un puño, mirándola de lado. La chica hizo una mueca y luego giró el cuerpo, avanzando con terror hacia afuera.
Se quedó en el marco, mordiéndose los labios y con los ojos negros llenos de preocupación, ni siquiera sintió cómo el pelirrojo llegaba hasta ella y la empujaba con suavidad con un dedo, justo en la parte baja de su columna vertebral. Matsuri ahogó un grito, y se revolvió, se separó rápidamente del joven y lo miró horrorizada.
—¡No haga eso, Gaara-sama!
El pelirrojo no hizo más que fruncir el ceño y mirarla un poco confundido. Matsuri jamás rehuía su tacto, inclusive a veces Gaara creía escucharla ronronear cuando posaba aunque sea una mano sobre ella, jamás había reaccionado así.
Bajó la mano y esperó con tranquilidad a que la chica se explicara.
—Es que no me gusta que me toquen ahí, es mi punto débil.
—¿Tu punto débil? ¿Te duele?
La castaña negó con la cabeza y se sonrojó.
—No, siento… cosas extrañas… en mi cuerpo.
—¿Qué tipo de cosas extrañas? —Preguntó de nueva cuenta el Kage, con curiosidad.
—Pues… algo, como cosquillas, pero… realmente no sabría explicarlo bien, Gaara-sama.
Gaara asintió y se cruzó de brazos, dando la conversación por terminada. La chica suspiró recordando que tenía que ir al médico, se volteó y caminó despacio.
—¿Matsuri?
—¿Sí, Gaara-sama? —Preguntó esperanzada, creyendo que el pelirrojo le otorgaría una nueva tarea y podría posponer la visita al doctor y las monstruosas inyecciones.
—Recuerda que si no vas al consultorio, me enteraré. Y no querrás que me enfade, ¿Cierto?
—No, Gaara-sama, no quiero que se enfade.
—Está bien. —El pelirrojo se giró para adentrarse nuevamente en su oficina, no sin antes dibujar una imperceptible sonrisa en su rostro.—Porque si me enfado, recuerda… Ya sé cuál es tu punto débil.
A Matsuri le vino un gran escalofrío y sonrojada corrió al doctor, por supuesto que no quería que su Gaara se molestara, aunque no sería mala idea quizá, que la siguiera tocando justo ahí, o en cualquier otra parte.
Por favor, si les gustó, déjenme un comentario, me harán muy feliz :) y si no, también, me ayudarían a progresar. ¡Hasta luego! :D
