Tarde soleada, pajarillos cantando, y un sol radiante. Todo revelaba un hermoso día, aunque palidecía ante la belleza de nuestra heroína de cabellera castaña. Sakura se encontraba envuelta en la más absoluta felicidad. Por fin vería a Shaoran después de largos 2 años en que tuvo que soportar su ausencia. Ella aun recordaba el momento de su separación; el momento más triste de su vida. Recordaba como el se alejaba en una carroza con destino a la ciudad capital. Iba para allá por deseo y voluntad de su familia, la cual tenía una gran tradición militar, y desde luego el debía seguir esa tradición ingresando al ejercito. La única razón por la que no lloró en ese momento fue por las palabras de Shaoran mientras partía. "Cuando regrese a tu lado, será para hacerte mi esposa."
Ahora Sakura estaba verdaderamente feliz pues esa mañana le había llegado una carta de Shaoran la cual decía lo siguiente:
"Amada Sakura. Finalmente ha llegado el momento de que vuelva a tu lado. Mis asuntos pendientes en la capital solo me entretendrán dos semanas mas, de las cuales una habrá transcurrido cuando te llegue esta carta. Estos dos años fueron un martirio sin tu divina presencia. A veces me sentía flaquear al no verte, al no ver tu sonrisa que tan cálida es, pero al recordar esa sonrisa, al recordar tu rostro de porcelana, tus ojos de esmeralda, tu piel de alabastro… eso me daba fuerza para seguir adelante y no claudicar. Me daba fuerza para esforzarme a cada momento y regresar a ti lo mas pronto posible.
Tu presencia perenne en mi mente dio sus frutos, tu amor me impulsó y pronto volveré a ti, no como el mozalbete del que te enamoraste y que de ti se enamoro, sino como todo un hombre… como todo un caballero del reino. Pronto volveré a ti, mi amor, y cuando regrese te haré mi esposa.
Te amaré por siempre.
Shaoran Li.
-Como he esperado este día. Oh, Dios. ¡Como lo he esperado!-
Sakura daba brincos de alegría en la pequeña colina a las afueras del pueblo en que vivía, el lugar que ella y Shaoran proclamaban como suyo desde la primera vez que se besaron allí, hacía ya 5 años. En este momento ella tenía 18 años de edad, los cuales habían marcado aun más su casi irreal belleza. Ella trataba de imaginar como se vería Shaoran después de 2 años. Lo imaginaba más fuerte y valeroso que cuando partió, aunque Sakura estaba segura que cuando lo viera la realidad superaría a su imaginación.
Mientras Sakura regresaba a su casa, pensaba en que haría cuando viera de nuevo a Shaoran.
-Shaoran, oh, Shaoran. Por fin regresas a mí. Estos días sin ti no tenían significado. Leía tus cartas y trataba de imaginar lo que me describías, los momentos que vivías. Te he extrañado mucho y he deseado tenerte frente a mí; probar de nuevo tus labios. Ya quiero verte de nuevo. Estaré muy feliz de verte… y seré mucho más feliz cuando por fin me hagas tu esposa. Ven a mí… ven a mí ya, mi caballero Shaoran.-
Sakura se encontraba muy entusiasmada por el regreso de Shaoran, y le entusiasmaba aun más el saber que regresaba, no como un soldado o como un teniente o un coronel. No, nada de eso. Shaoran regresaba como un caballero del reino; como miembro de la orgullosa orden de caballeros de Lordaeron; hombres que estaban mas allá del ejercito y de sus rangos y normas. Aquellos que eran seleccionados para ser caballeros debían pasar por pruebas muy duras, afrontar los mayores retos y soportar la mas draconiana de las disciplinas. No muchos lo lograban, y aquellos que demostraban ser dignos recibían su nombramiento del mismo rey, al cual juraban lealtad y obediencia hasta la muerte… a el y solo a el.
-El se convirtió en caballero. Me da mucho gusto, pero aunque no fuera caballero del reino, Shaoran sería mi caballero por siempre.-
Mientras en el pequeño pueblo de Sthephenson había un sol radiante, en la ciudad capital de Lordaeron caía una lluvia muy fuerte, casi ominosa, pero no para un hombre que estaba preparando su equipaje para partir al sitio donde nació, donde creció… y donde conoció a la mujer que sería su esposa. Le había dicho a su amada que tardaría más en regresar, pero pudo terminar con sus trámites en menos tiempo de lo que calculó. En menos de 4 días estaría de nuevo con aquella que le daba sentido a su vida.
-Con mi amada Sakura.-
-Te ves en verdad muy feliz, Shaoran. No recuerdo a ningún otro caballero tan deseoso de irse de la capital una semana después de su nombramiento.-
-Tengo una razón muy fuerte para volver a casa. Si la conocieras sabrías que en verdad es…-
-… la chica mas hermosa, dulce y exquisita de todo Lordaeron. Lo se, amigo, lo se. Desde que te conocí has dicho lo mismo. Si mi corazón no tuviera ya dueña, me interesaría ir a conocerla y averiguarlo de primera mano.-
El que hablaba era Yamazaki. Amigo de Shaoran desde que se conocieron en el centro de reclutamiento hace dos años. Iniciaron juntos su entrenamiento como soldados, y fue uno de los que mas animó a Shaoran a volverse caballero cuando se le ofreció la oportunidad. Si de algo estaba seguro Shaoran, además del amor que sentía por Sakura, era que Yamazaki era el más fiel amigo que un hombre pudiera tener.
-¿Qué pensaría Chiharu si supiera lo que dijiste? A veces las palabras tienen alas. ¿O no, amigo?-
-Ja, ja. Muy gracioso, Shaoran, o debería decir¿Sir Shaoran?-
-Sabes que no me queda bien eso de "sir". Me siento como si fuera uno de esos nobles altaneros o algo así.-
-Y no lo eres. ¿Cierto? Jajaja. Bueno, ya en serio. Me alegra verte así, tan lleno de vida. Espero que seas muy feliz al lado de esa chica, amigo mío.-
-Así será, Yamazaki. Ella y yo seremos muy felices. Ansío estar ya a su lado. Creí que pasarían varios años más antes de volver a ver a mi Sakura. A veces pensé que enloquecería al no verla, pero al leer cada una de sus cartas; de sus hermosas palabras… eso me daba ánimos para seguir y estar por fin a su lado.-
Volviendo la vista a Yamazaki, le estrechó la mano y le dijo. -También debo agradecerte que me hayas ayudado a volver al lado de Sakura tan pronto. Sin tu apoyo tal vez seguiría varado aquí otros años más.-
-Así es, amigo. Sin mí no podrías ver a tu adorada Sakura. Jajajaja.-
-¿Con que esas tenemos? Ahora veras…- y esos dos se enfrascaron en uno de sus múltiples juegos "amistosos". Nada que no fuera normal. Usualmente solo quedaban con la ropa hecha harapos.
40 minutos después, Yamazaki acompañaba a Shaoran a la carroza que lo llevaría de vuelta a casa y se despedía de el.
-Cuídate, amigo mío. Espero que esa chica y tú sean muy felices.-
-Espero que pronto vayas a visitarnos, mi amigo. Me daría mucho gusto que Chiharu y tú estuvieran en la boda.-
-En cuanto me digas cuando es ten por seguro que mi Chiharu y yo iremos. Suerte.-
Y luego de despedirse, la carroza partió llevando a un hombre ilusionado de vuelta al lado de su amada flor de cerezo… de quien no pensaba apartarse jamás.
Han pasado ya esos cuatro días. Estamos ahora en la mansión Kinomoto, y encontramos en la sala a Sakura perdida en dulces ensoñaciones de amor, suspirando por aquel a quien a esperado por tanto tiempo.
-Ya falta poco, tan poco. Y te volveré a ver. Volveré a ver tus hermosos ojos, tu suave cabello y volveré a probar esos dulces labios. Shaoran, como te ansío, mi amor.-
-¿Otra vez pensando en el mocoso ese?-
-¡Hermano, no hables así de Shaoran!-
Y es que si había algo que Sakura no soportaba, era que su hermano hablara mal de Shaoran, aunque era un tanto inevitable. A Touya nunca le había agradado Shaoran. Lo veía como a un advenedizo que trataba de llevarse a su hermanita, aunque es difícil culparlo ya que el ha cuidado de Sakura desde que ambos quedaron en la orfandad.
Su madre murió cuando Sakura era casi una bebe y su padre, un gran arqueólogo, nunca regresó de una expedición al helado continente de Northrend hacía seis años. El cuida a su hermana desde entonces, velando por ella y su seguridad, hasta que ese "mocoso" apareció en la vida de Sakura. Eso no lo hizo muy feliz, y tampoco el saber que regresaría para cumplir su promesa de casarse con ella.
-Aun no entiendo porque Shaoran te cae tan mal. Si te dieras un momento para conocerlo verías que es un hombre magnífico.-
-Pues para mí solo es un mocoso insolente que se mete donde no debe.-
-No se como puedes ser tan obstinado, hermano. No es ningún insolente, es alguien muy educado y cortes. Nunca me ha tratado con descortesías. Además y por si no me has escuchado lo suficiente, el regresa como caballero del reino.-
-Supongo que los estándares de las pruebas para caballeros han bajado bastante.-
-Hermano, eres tan insufrible.- y Sakura fue a donde estaba Touya y le dio un tremendo pisotón.
-Ough.- fue todo lo que Touya alcanzó a decir.
-Y por favor, ya deja en paz a Shaoran.-
-A lo mejor lo he juzgado mal. Debe ser más valiente de lo que pensé si soporta a un monstruo como tú.-
Como respuesta recibió un cojín justo en el rostro. -Eres un bobo, hermano.- dijo Sakura y subió las escaleras no sin antes sacarle la lengua a su hermano.
-Ah, que Sakura.- dijo Touya mas tranquilo. Sakura no estaba enojada con el. Si lo estuviera no le hubiera sacado la lengua. Touya sabía que no debería ser tan sobre protector con su hermana, pero muy en el fondo temía perderla, y eso era algo que Sakura sabía y en lo que pensaba en su habitación.
"Touya no debería tener tanto miedo. No iré a ninguna parte. Shaoran yo nos quedaremos aquí porque aquí nacimos, y si es necesario partir, Shaoran me cuidará y me defenderá como siempre. No me gusta que Touya hable tan mal de Shaoran… aunque admito que me divierte luego verlo así de molesto. Se ve tan chistoso así." Y Sakura empezó a reírse con muchas ganas.
-¡Como se ve que eres un monstruo¡Hasta acá se escuchan tus gritos!- se escuchó la voz de Touya desde la sala. Sakura solo se rió con más ganas.
Un poco mas tarde, Sakura salió al mercado a comprar algunas cosas para la cena y algo de hilo para tejerle algo a Shaoran. Tal vez una bufanda o un suéter, aun no lo decidía.
-El rojo le sienta de locura a mi Shaoran. Una bufanda de ese color es lo que necesita. Lo hará ver mucho más guapo y galante, aunque… ¿Cómo se verá la bufanda con su armadura? Los caballeros del reino siempre llevan armadura.-
Sakura pensaba en eso cuando un par de manos aparecieron por detrás y le cubrieron los ojos.Ella no dudo ni un segundo y puso en práctica lo que Shaoran le había enseñado. Con el brazo izquierdo le dio un fuerte codazo. Se escuchó un quejido. De inmediato Sakura se agachó y dio una patada de barrida derribando al sujeto, para luego comenzar a golpearlo con el canasto que llevaba en el brazo derecho.
-Toma esto, y esto, y esto.-
-Espera, por favor, espera.-
Sakura se detuvo por un momento al creer reconocer esa voz.
-Ya sabía que las rosas tienen espinas, pero nunca pensé que una flor de cerezo también las tuviera.-
Y entonces Sakura vio a su amado Shaoran en el suelo, justo a donde ella lo mando.
-Eres… eres tú… eres tú… ¡ERES TU!-
Y Sakura se abalanzó sobre Shaoran sin darle oportunidad de levantarse, después de todo, dos años son mucho tiempo y aunque sea en el suelo, es bueno volver a ver al que amas.
Ni siquiera se tomaron la molestia de decirse algo. Nada de lo que pudieran decir se comparaba con los apasionados y ardientes besos que se prodigaban. Cada beso, cada caricia, cada mirada… El tiempo y la distancia solo se encargaron de fortalecer su amor más que debilitarlo.
-Sakura.- dijo Shaoran a la primera oportunidad que tuvo. -No es que me molesten tus besos… pero creo que aquí no. Estamos… justo a la mitad de una calle y pues sería algo penoso que nos… vieran besarnos aquí abajo.-
Sakura bajó un momento de su nube de amor para ver a una señora y sus dos hijas viéndolas con una expresión tipo "Pero que jóvenes tan indecentes."
-Hoeeeee.- dijo nuestra Sakura mientras se ponía roja como un rubí. De inmediato se incorporó,ayudóa Shaoran a levantarsey exclamó -¡Disculpen, por favor!- y nuestros tórtolos se echaron a correr.
-Dios, que pena, que pena, que pena.- El rostro de nuestra bella Sakura ya se veía mas de color de rosa.
-No se como se me olvidó que estaba a media calle, aunque ahora que te veo, hasta olvidaría mi nombre ante tu presencia que me obliga a dedicarte mi mente solo a ti y a nada mas.-
-Además si olvidaras tu nombre, me encargaría de recordártelo siempre, porque tuyo es el nombre del amor.-
-Shaoran.- Y una vez mas se besaron, mas tiernamente que hace rato.
-Me encanta verte, mi amor… La verdad… me quedo corta con lo que digo. No se que decirte. Siento que me faltan las palabras. La verdad fue una hermosa sorpresa. Te esperaba hasta dentro de seis días.-
-Quería darte una sorpresa, mi amor y lo logré, y me da gusto que te hayas vuelto tan fuerte.-
Sakura se sonrojó de nuevo al salir a colación su "singular" reencuentro.
-Discúlpame. Lo hice de repente.-
-No importa, Sakura, ya nada importa… mas que tú y yo. Al fin estamos juntos, mi amor y no me apartaré de ti jamás.-
Shaoran notó el rostro de Sakura muy cálido, muy tierno. Veía la mirada de una mujer enamorada. El tiempo la había hecho mucho mas bella de lo que el recordaba.
Shaoran se arrodilló en una pierna y le dijo a Sakura. -Cuando partí de tu lado hace dos años, te juré que me casaría contigo al volver, y ahora que he regresado a tu lado vengo a renovar mi juramento hacia ti. Sakura Kinomoto. ¿Me honrarías con el gran honor de concederme tu mano en sagrado matrimonio?- Y al decir esto, Shaoran sacó de su bolsillo un anillo de plata con un pequeño diamante tallado como una flor de adorno.
-Yo… claro que… acepto, mi amado Shaoran.- respondió Sakura llorando de la emoción.
-Noches enteras soñé con este momento y al final la realidad resultó mucho mas bella que mis mas dulces sueños. Te amo, Shaoran Li.-
-Y yo a ti, Sakura Kinomoto.- y sellaron su compromiso con un delicioso beso en la boca. Ahora ellos se prepararían para el momento más importante de su vida… para su grandiosa boda.
Continuará…
Hola a todos. Se que no he estado aquí en mucho tiempo y me disculpo por eso. Ahora regreso a ustedes con una historia que espero les guste y esta vez espero tener tiempo de actualizarla como se debe. Debo decir que la historia esta iniciando muy bien y que parece quenuestros héroes no tendrán muchos problemas, aunque claro, no debemos olvidar a Touya, más otras cosas que sucederán; cosas que tal vez no sean agradables. Bueno, los dejo hasta entonces. Hasta pronto.
