EL CORAZÓN DE EMA. !HAY CONFLICTO¡

Preludio

Amor. Ojala hubiese una forma mas simple de locura socialmente aceptada.

Ema Hinata es estudiante, tiene dieciséis años de edad. Sus piernas y brazos son delgados como fideos, su cabello café emula la tonalidad de sus ojos, salvo que estos irradian brillantes. Al ser escuálida y sin talentos especiales, nadie imaginaria que fue ella quien desató el conflicto mas grande del tiempo moderno.

Ema o "Chi", como la llama Juli la ardilla, vivía con su padre adoptivo en un apartamento. Llevaban una vida absolutamente tranquila. Chi no era la clase de persona que se rodea de amigas o pasa la tarde conociendo chicos. Por el contrario, era una persona tímida y retraída. Sus pasatiempos mas destacados eran los videojuegos, salir de campamento y la cocina. Tal desinterés por el maquillaje, la ropa y los muchachos, hicieron creer a su padre adoptivo que, a los dieciséis años, Ema seguía siendo una pequeña niña.

Llego el día en que Rintarou Hinata, el padre adoptivo de Ema, contrajo matrimonio con la presidenta de una fábrica de prendas de vestir, Miwa Asahina. A partir de ese momento nada seria como antes. Para consolidar los nuevos lazos familiares, Miwa propuso que Ema se mudara al lujoso apartamento donde vivían sus hijos, los hermanos Asahina.

Cuando Rintarou conversaba con su hija sobre la mudanza, solo una cosa cruzaba por la cabeza de Ema y no tenia nada que ver con las implicaciones de vivir con un grupo de apuestos y talentosos jóvenes, sino con la mejor forma de organizar sus maletas.

Fue hasta el día siguiente, mientras los trabajadores subían cajas al camión de mudanza, que vino a la mente de Ema preguntar qué clase de personas eran los hermanos Asahina, pero era tarde, porque en ese preciso momento su padre estaba a miles de kilómetros viajando en primera clase para reunirse con su futura esposa en París.

La distraída, tímida y un poco torpe Ema, estaba sola en la puerta de su "antigua casa". El camión doblo en la esquina de la calle. Solo quedaba una cosa por hacer, ir a la estación del tren que la llevaría a su nuevo hogar. Juli, la ardilla plateada, subió en su hombro para darle palabras de animo.

Caminó hasta la estación. Depositó las monedas en la maquina para tomar la linea 3 del metro. Un guardia de seguridad con traje y gorra azul veía a las personas entrar y salir mientras una gota de sudor se deslizaba por su sien, se le veía cansado. Al verlo Ema pensó que en realidad todas las personas tienen preocupaciones en la vida. Era un día caluroso, la gente se empujaba para subir al bagon.

La puerta automática casi se cierra en la nariz de Ema, subió a tiempo y el metro comenzó su marcha. Las casas parecían desplazare a través de las ventanas del tren eléctrico. Ema parecía tan apacible y pacifica ante la inminente boda de su padre y la mudanza, con su expresión tranquila e indiferente; hasta que toda esa indiferencia se agitó abruptamente, como si despertara de un sueño, volvió en si para reflexionar sobre lo que había ocurrido y los cambios que llegarían a su vida, aunque, a estas alturas, solo podía hacer una cosa, bufó un –rayos—.

La fachada de su nueva casa era monumental, tres pisos de altura, jardines circundando la propiedad y rejas metálicas seguidas por cámaras de seguridad, todo ataviado en un estilo vanguardista propio de la morada del primer ministro.

Cundo pulsó el timbre fue recibida por un hombre atractivo de cabello café oscuro y ojos castaños, le sonreía con tal amabilidad que parecía conocerla desde siempre. Usaba jersey y pantalones color crema, por su bata, Ema dedujo que trabajaba en algo relacionado con la medicina—Hola—saludo Masaomi –tu debes ser Ema—dijo mientras abría por completo la verja metálica.

Al lado del apuesto pediatra, estaba Wataru, un niño de diez años con cabello y chaleco rosa. Parecía ser un niño dulce y honesto, pero algo en su mirada le daba pintas de ser un tanto malcriado. Fue al único de los hermanos que no le importaba llamarla –oneesan—al verla.

Ema sonrió a Wataru y acarició su cabello rosa, aquel pequeño gesto le provocó confianza, mas aun, la cortesía de Masaomi al recibirla la reconfortaron. Quizá la mudanza no seria tan difícil, al menos dos de los hermanos Asahina eran buenas personas.

Tan solo cruzar el umbral de la puerta, el resto de los hermanos que vivían en aquella casa ya la estaban esperando para darle la bienvenida. Aparentemente todo fue alegría y risas, palabras de animo y de bienvenida, pero Tsubaki, el quinto hijo y uno de los trillisos, de veinticuatro años, cabello plateado y mirada galante, supo de inmediato que aquel primer encuentro era hermoso y desgarrador. Lo supo con esa suspicacia casi profética que acompaña a los hombres experimentados en follar mujeres, Tsubaki estaba seguro que nada seria igual desde ese día.

Aquella chica escuálida con piernas y manos de fideo, voz tenue y mirada perdida causo una poderosa impresión en todos los hermanos, aunque solo algunos identificaron de inmediato de que se trataba, ¿atracción?, si, pero por motivos tan diversos como diversos eran los corazones presentes en la sala principal cuando los hermanos recibieron a Ema. Poco importaba ya que todos experimentaran sentimientos diferentes para sentirse atraídos por la extraña, solo importaba una cosa, HAY CONFLICTO.

Yusuke Asahina, undécimo hijo de la familia Asahina, un chico guapo de cabello pelirrojo y de la misma edad que Ema, nada diestro en cosas del amor, se sorprendió sobremanera al descubrir que la famosa hermanastra era ni mas ni menos que la chica del salón que le gustaba –no puede ser, ¿Ema?—. Al principio maldijo su suerte. Una vez que desapareció la rabia, se dio cuenta del milagro que acababa de ocurrir, viviría en la misma casa que la persona que mas le gustaba en el mundo.

Tantos hombres guapos en un solo lugar podrían desatar una oleada de feromonas femeninas cual concierto de estrella de Rock, pero Ema era demasiado inocente y despreocupada, ni siquiera le parecían atractivos. Se presentó agitando su brazo de fideo, sonrió y preguntó por su habitación.

Mientras Ema desempacaba no se imaginaba que a pocos metros de distancia se preparaba una batalla épica para conquistar su corazón puro.


** Heeey la verdad es una serie que me parecio bastante divertida e intensa, quiero aclarar que Ema no es hermana de los Asahina, bueno solo lo digo porque no faltara el tipico estirado que diga "waaa esque son hermanastros" pufff, jajaja que no.

** Muchas gracias por leer, espero que podáis darme vuestra opinión, ya sea que os guste o que no os guste, sobre todo si sois autores y teneis observaciones, bueno ya sabeis, todos lo sabemos, este es un espacio de amigos leyendo historias de amigos y los reviews se agradecen muchísimo.