KHR! no me pertenece


No son celos.

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El moreno se encontraba feliz, pues aunque su cara por fuera era una de total inocencia infantil, por dentro se regocijaba de felicidad. Nunca había visto al peli-plateado tan adorable; con las mejillas rojas de la furia y la vergüenza, los labios apretados para evitar lanzar más groserías, escondiendo la cabeza entre los hombros por el bochorno, y los brazos cruzados para sentirse más seguro.

-Pero, Gokudera, yo sólo...
-Nada. No puedo creer que me hayas obligado ha hacer tal escena -dijo mientras inflaba más las mejillas.
-Nhee~ Yo no te obligué a nada. Fue Gokudera quien llegó y...-
-¡Sé lo que hice! -Le interrumpió mientras ocultaba el rostro en sus manos -¡Pero tu tuviste la culpa! Idiota.
-Maah, maah~ -el azabache no pudo reprimir su amplia sonrisa, mostrándola en todo su esplendor, la sonrisa que tenía un casi segador brillo -¿Vamos a casa a que te compense? -sugirió con una para nada inocente mirada.

~[...]

Su cerebro no creía lo que sus verdosos ojos le mostraban.
Esa maldita zarampahuila seguía aferrada a la camiseta de baseball de su novio..., bueno su pareja..., no, no de su... bueno, de su algo.
Y es que no es como si Hayato fuera alguien posesivo -pero sí lo era- ni celoso -eso también lo era- simplemente ese tipo de «amistades» que tenía el idiota friki no eran para nada apropiadas. Porque todos, TODOS, sabemos que las ex-novias no pueden estar aferradas como lapas a su ex-pareja, más aún cuando esta ya tiene novio o lo que sea.
Que en realidad, ambos capos nunca revelaron que tenía algo... ¡Pero era lógico!
Volviendo al tema; la maldita no le sacaba las manos de encima, sonriéndole con el labial rojo-puta número 12. Le movía atrevidamente los ojos, pícara descarada. Sus piernas rosaban «disimuladamente» la entrepierna del moreno y su horrible risa retumbaba por el corredor. La odiaba.
Mejor dicho, odiaba el hecho de que Yamamoto estuviera tan feliz y a gusto como la fresca mañana. Correspondiendo los atrevimientos de esa bruja-bonita.
Pero a ojos de un "novio o algo" celoso, todos le quieren robar a su hombre.
Observaba a distancia, fumando impaciente el cigarrillo, expectante a cada tortuoso movimiento. Pero el colmo fue cuando una indecente mano atrevida, con uñas limadas y pintadas, viajó al pectoral del baseballista dibujando descarados círculos en el amplio pecho. Esa fue la gota que derramó el vaso.

Con paso firme y decidido, botando por ahí el cigarrillo, el italiano, a grandes zancadas, llegó donde la "parejita" e intrépidamente se atravesó entre ambos, cortando en seco el pícaro juego de la atrevida mujer, dándole la cara la chica de castaños cabellos y pocos centímetros más baja.

-Aléjate -ordenó sin más el italiano, sorprendiendo a ambos japoneses.
-¿Disculpa? -Replicó ella, algo indignada.
-Gokude...-
-Lo que oíste, descarada. -El de cabellos platinados le dio las espalda a la fémina, y apoderándose con las manos del varonil rostro del moreno, le plantó un húmedo beso (con lengua bien incluida) asegurándose de que la mujer viera cada detalle.

El deportista, al principio contrariado, correspondió gustoso el gesto. Ellos no habían revelado a nadie de su relación a nadie, más por el de ojos verdes que por él. A él le daba igual. Colocó una de sus manos en la cadera de su "novio" pero este al instante se separó de él.

-¿Ya entendiste? -preguntó Hayato aún molesto -Aléjate de él.
-¡HA! -Se burló la chica castaña cruzándose de brazos -Así que ¿ahora bateas para el otro lado, Takeshi? -El aludido se encogió de hombros, desinteresado, pero con una sonrisa (alusiva a sabrá Dios qué) inquebrantable -Bueno, tu te pierdes de TODO esto -se pasó las manos por el cuerpo, acto que se ganó una fulminante mirada verdosa -BYE~
-¡HMP! ¡Cómo no la maté aquí mismo!... Unas cuantas bombas y ¡PUM! asunto arreglado.
-Gokudera~ -El italiano volteó la mirada en dirección opuesta a la del azabache. -Gokudera~ ¿Estas celoso?
-¡Cállate, estúpido! Que no estoy nada contento contigo. Es tu culpa por permitirle acercarse tanto a ti.
-Pero, Gokudera, yo sólo...

[...]

Los colores se le subieron al rostro al oír tan indecorosa propuesta.

-Pervertido..., no habrá diversión para ti en un largo rato.
-Pero yo no hice nada... -Replicó con tono infantil el azabache.
-No me importa.

-...
-También podemos hacerlo aquí si quieres -Yamamoto acorraló el cuerpo italiano entre la pared y su mismo cuerpo. -Por mi no hay problema.
-¡Aléjate pervertido!
-Pero soy tu pervertido~


Kukuku~ Gracias por leer *3*

Espero me dejen un review C;

MAry'Love~