ATENCIÓN: Esta es una traducción por Grupo Lorelei: no nos pertenece este fic. Título original: "Saving Connor", escrito por Lightning in the Wave. Universo Alterno: Harry Potter.
Se aprecian los reviews, ya que ayudan a los traductores a saber que hay interés en la historia, y el traducirla vale la pena. ¡Nos interesa tu entretenimiento!
Resumen Completo: Universo Alterno (UA), slash eventual HP/DM, Harry (muy) Slytherin. El hermano de Harry, Connor, es el Niño-Que-Vivió, y Harry ha dedicado su vida a protegerlo – al ser ordinario. Pero ciertas personas no están contentas con dejar que Harry se oculte en las sombras.
Advertencias: Más por el lenguaje y la violencia que por sexo. Pero va a ser slash, así que no lo lean si no les gusta ese tipo de cosas.
Notas: Okay, este es el primer capítulo de lo que será, espero, un recuento largo y complicado de la juventud de Harry en un mundo alternativo. Habrá eventos, lugares, y gente familiar del canon, pero no voy a seguir la historia de los libros completamente, o siquiera de cerca en muchos lugares. (Van a haber personajes y objetos mencionados de MdP en el análogo del sexto año, pero probablemente para cuando llegue al sexto año de Harry, ya habrán leído el libro o habrán dejado de leer la historia). Siempre me han gustado las historias en donde Harry tiene un hermano que ha supuestamente salvado al mundo, e historias en donde Harry es colocado en Slytherin, pero muchas veces todos los personajes excepto Harry terminan siendo caricaturas de si mismos. Este es mi intento de escribir un Harry Slytherin quien no es necesariamente malvado, y a un Snape y un Draco que podrían ser buenos pero no agradables, y un hermano (Connor, el hermano gemelo de Harry) quien es su propia persona.
Espero escribir 500 palabras por día y subir un capítulo cuando lo complete. Patéenme si no lo hago. Quiero terminar esto.
Derechos: La gente, lugares, eventos, y hechizos reconocibles en esta historia no me pertenecen a mi, sino a J.K. Rowling. No estoy sacando dinero al usarlos, ni estoy diciendo que sean mios.
Capítulo Uno: El Guardián del Hermano
"¿Cuáles son tus juramentos, Harry?"
Harry sabía cuáles eran, aunque solo tenía cinco años. Los susurró mientras su madre lo sostenía sobre la cama de su hermano, y su madre los dijo con él, palabras hipnóticamente murmuradas que Harry había escuchado toda su vida.
"Mantener a Connor seguro. Siempre protegerlo. Asegurarme que viva una vida tan despreocupada como pueda, hasta que tenga que enfrentar a Voldemort otra vez." Había una pausa para tomar aire que su madre siempre hacía, como si estuviera asustada. Harry esperó hasta que ella comenzó a hablar de nuevo, y unió su voz con la de ella. "Ser su hermano y su amigo y su guardián. Amarlo. Nunca competir con él, nunca hacerlo menos, y nunca dejar que nadie sepa que soy tan cercano a él. Ser ordinario, para que él pueda ser extraordinario."
Harry recordaba equivocarse en esa última palabra, el día de su cumpleaños y el de su hermano, cuando su madre lo había hecho decirla por primera vez y no solo escuchar como ella lo decía. Pero nunca había preguntado lo que significaba. Sus padres pensaban que era más listo de lo que realmente era, a veces. Pero ahora quería saber, así que volteó mientras su madre lo llevaba hacia la otra cama y preguntó.
"¿Mamá, que significa extraordinario?"
Lily Evans Potter dudó por un largo momento, mirando a Harry como si no supiera como contestar a eso. Entonces sonrió débilmente, y agitó la cabeza, y se sentó en la cama junto a él. Harry se acomodó bajo las sabanas. Mantuvo sus ojos en su rostro, jamás apartándolos. Ambos tenían los ojos en el mismo extremo, verde brillante, mientras Connor y su padre James compartían ojos café relucientes. Harry consideraba, en la secreta caja de sus pensamientos en donde colocaba todo lo que no podía decir en voz alta, que él y su madre tenían una unión especial porque tenían los mismos ojos. Él sabía que no era verdad, por supuesto, no cuando Connor era el Niño-Que-Vivió, pero a Harry le gustaba fingir, a veces.
Lily le acomodó el flequillo para revelar la cicatriz, ausentemente. Tenía la forma de un relámpago. Harry sabía como había obtenido la cicatriz – por un pedazo de techo que cayó cuando Voldemort atacó, en esa horrible noche que no podía recordar bien, cuando Lily y James habían sido alejados de casa con la idea de que sus hijos gemelos ya habían sido secuestrados. Voldemort había entrado, y lanzado el hechizo Avada Kedavra hacia Connor, y Connor lo reflejó y lo destruyó. Él tenía una cortada en forma de corazón en la frente, una cicatriz de maldición.
Al pensar en esa noche, Harry se dio cuenta de que sabía el significado de "extraordinario" incluso antes de que Lily se lo susurrara.
"Significa—especial, Harry. Significa fuera de lo ordinario. Significa sobresalir de entre la multitud." Ella dudó de nuevo, como si no supiera como decir las siguientes palabras.
"Y yo tengo que ser ordinario, para que Connor pueda ser especial," dijo Harry, asintiendo con la cabeza. Él comprendía. Su pequeño hermano necesitaría su ayuda. No era un destino sencillo, Lily le había explicado cada día, siendo que esperaban que él derrotara a Voldemort de la nada. Voldemort no se había ido realmente, y regresaría algún día. Connor debía estar listo para ese día, tenía que concentrarse, la cual era otra palabra que Harry había aprendido temprano. Así que Harry le ayudaría a concentrarse al ser ordinario.
Él aún no sabía cómo funcionaría eso, pero lo sabría. Cada vez que miraba hacia Connor, sentía una fiera oleada de amor por su pequeño hermano. Connor era especial, e iba a ser especial. Harry le ayudaría.
Cuando miró a su madre de nuevo, ella le estaba sonriendo, esa pequeña sonrisa secreta que solo ellos dos compartían. Ella asintió, susurrando, "Sí, Harry, eso es exactamente," y le dio un beso antes de levantarse y salir del cuarto.
Y Harry supo entonces, con un sentimiento de felicidad, que la unión especial no era falsa después de todo. Su madre confiaba en él para que cuidara a su pequeño hermano. Eso era importante. Eso era especial.
Volteó y reverenció en dirección a la cama de Connor, un movimiento que había aprendido de una vieja historia que su padrino le había contado el otro día. "Te protegeré, Connor," dijo él. "Seré tu caballero, y tú puedes ser rey."
Connor suspiró mientras dormía.
Harry sonrió, a sabiendas que no despertaría—Connor tenía el sueño demasiado pesado para eso—y cerró sus ojos.
"¡Buen intento, Harry! Casi atrapas la Snitch."
Harry sonrió y aterrizó suavemente, clavando los pies al piso para no elevarse de nuevo accidentalmente. Él amaba tanto volar que era muy capaz de lanzarse al cielo sin siquiera pensarlo. "Gracias, Connor," dijo, bajando de la escoba y asintiendo a su hermano. "Seguiré tratando. Seguro que contigo como instructor, no me tomará mucho mejorar."
Connor, que ya había bajado de la escoba, saltó hacia él y desacomodó el cabello de Harry, el cual no necesitaba más ayuda. "Serás mejor," le dijo. "Siguiente ronda." Y entonces lanzó la Snitch al aire, corrió a su escoba, la montó, y empezó a perseguir al orbe dorado.
Harry se reclinó en el cálido pasto y observó. Connor ya estaba a cincuenta pies en el aire, y ahora sesenta. Entonces hizo un espiral hacia abajo en una caída peligrosa que apenas evadió la Snitch y el piso. Logró salir de la maniobra, y Harry soltó un pequeño suspiro ansioso. Él le había mostrado a su hermano como hacer la caída, porque Connor tenía que ser un buen volador, pero no podía contener el miedo en su garganta solo en caso de que esta vez fuera en la cual Connor se estrellara.
Una mano cayó en su hombro, y Harry movió la cabeza hacia atrás, sonriendo al ver quién era. "No sabía que estabas aquí, Canuto," dijo él, sentándose para abrazar a Sirius. Su padrino lo abrazó de regreso, con un solo brazo, y se sentó junto a él. Sus ojos también estaban en Connor. Firmemente convencido de que este era el modo en que las cosas debían ser, Harry se inclinó contra Sirius y cerró los ojos.
"James quería llevar a tu madre a un lugar privado," dijo Sirius finalmente, y dio una mirada insinuante a Harry.
"¡Sirius! Ew." Harry arrugó la nariz. Realmente no quería pensar sobre sus padres teniendo sexo. Su cumpleaños número once era mañana, y recibirían las cartas de Hogwarts entonces. Harry sabía que sus padres probablemente se sentían ansiosos sobre este último mes antes de que tuvieran que dejar ir a Connor al gran mundo mágico, pero él preferiría no saber lo que estaban haciendo para calmar sus nervios.
Sirius le alborotó el cabello. Harry se había resignado a ello. "Como sea," Sirius añadió, "ellos querían a alguien aquí para cuidarlos. Solo por si acaso."
Harry se tensó y se apartó. "Yo cuido a Connor," dijo él. "Es lo que hago."
Sirius le sonrió gentilmente. "Ya sé, Harry, pero Connor aún es un niño." Suspiró y miró hacia arriba mientras Connor perdía la Snitch y giraba su escoba medio de cabeza para perseguirla. "E incluso cuando Peter—" escupió el nombre "—está en Azkaban, hay otros Mortífagos que podrían estar buscando la oportunidad de dañarlo."
Harry asintió. Él lo sabía todo sobre Mortífagos. Sus padres le habían dado los nombres de los que conocían por seguro y le habían hecho estudiar a sus familias y sus poderes, y practicar algunos hechizos esenciales hasta que él era casi tan bueno como para detener Mortífagos. Casi, Harry se repitió. Quería pensar que era lo suficientemente bueno, ahora, pero esería difícil de decir hasta que hubiera enfrentado a un Mortifago en batalla. Además, tenía que practicar en secreto. Le era más fácil aprender hechizos que a Connor, a veces, y no podía apenar a su hermano o parecer mejor que él.
Un poco más rápido, eso es todo, protestó él, y se recostó para mirar como Connor atrapaba la pequeña Snitch de nuevo. Y soy algo más rápido en la escoba, también, pero siempre me mantengo bajo su velocidad. Él nunca sabrá. Y nadie más lo sabrá, tampoco. Todos pensarán que él es el mejor.
Eso alegraba a Harry. Además de darle a Connor su lugar bajo el sol – que era lo que merecía, después de ser marcado a muerte por Voldemort – las ventajas extra serían útiles algún día. Un Mortífago que pensaba que Harry era lento en una escoba lo podría subestimar, y entonces Harry lo golpearía y vencería a quien fuera que tratara de lastimar a su hermano.
"Por Merlín, Harry, a veces actúas como si tuvieras el peso del mundo en tus hombros," dijo Sirius, rompiendo el silencio. "¿Estás bien?"
Harry se encogió por un momento, y se relajó. Se recordó que Sirius, y Remus también, pensaba que él solo estaba siendo infantil y ansioso cuando hablaba de proteger a su hermano. Ellos no sabían la verdad, como su madre lo hacía. Nadie sabría la verdad. Harry sería ordinario.
"Estoy bien," dijo él. "Y no llevo el peso del mundo en mis hombros. Eso es para Connor."
El rostro de Sirius se suavizó, y una vez más miró a Connor hasta que atrapó la Snitch. "Va a tener un arduo camino frente a él," asintió.
No tan arduo como podría ser, Harry se prometió a si mismo, jalando sus rodillas hacia su barbilla y colocando un brazo alrededor de ellas. Siempre estaré a tu hombro derecho, Connor. Cuido tu espalda, y nadie me verá hasta que intenten lastimarte y yo los lastime en su lugar.
Esa era la vida. Era un modo de ser ordinario y sin embargo estar listo para defender al Niño-Que-Vivió. Era una medida para asegurarse de que Connor sobreviviera.
Harry escuchó a su gemelo, destinado a una vida de dolor y sufrimiento, reír, y no pudo imaginar algo que no sacrificaría para mantener esa risa intacta.
