Mi único amor

Merle observaba como Van yacía en el suelo contemplando las estrellas. Después de la partida de Hitomi, el grupo había decidido volver a reunirse e ir a Zaribach para ayudar en la reconstrucción del país, y en ese instante habían hecho un alto en el camino para descansar y almacenar agua.

aissssssssss…

Merle levantó ligeramente las orejas y lo miró. Van estaba echado entre el césped del valle donde habían aterrizado, y suspiraba regularmente y totalmente ausente a lo que ocurría a su alrededor. Merle sabia que la causa de su tristeza era Hitomi, aquella niña rara y a veces tonta a la que había acabado apreciando después de todo. Desde que se enteró que Van incluso había abandonado el Escaflowne en pleno vuelo para ir a buscar a Hitomi, no, incluso antes ya sabia que el corazón de su querido Van ya no le pertenecería jamás. De hecho había perdido el amor de Van en el momento en que aquella irritante niña apareció junto a su señor. Y lo sabía… Ahora que ella se había marchado, quizás tendría una mínima oportunidad de recuperarlo…

aissssssss…

Van había vuelto a suspirar. "No, en que estabas pensando tonta, él nunca será para ti". Merle apartó la mirada bruscamente y dejando caer una lágrima se levantó y se dirigió a la nave. Van ni siquiera se percató de eso. La niña gata entró a la nave pero cuando iba a su habitación paso por delante de la de Van, y no pudo evitar pararse enfrente de ésta. Había revuelto cientos de veces las habitaciones de todos los tripulantes de la nave, a veces recibiendo duros castigos, pero nunca se le había ocurrido entrar en la de Van. En ese momento sintió curiosidad, y dudando acercó su mano al pomo de la puerta. Justo cuando la iba a abrir se detuvo: "¡Basta estúpida, olvídalo de una vez! ¡Él esta enamorado de Hitomi y tu no tienes nada que hacer contra ella! ¡No es sagrado puedes revolver en su habitación como en la de cualquier otro!". Así, más decidida, agarró con fuerza el pomo de la puerta y entró.

No era una cosa del otro mundo. La pieza era como la de los demás tripulantes, un poco más desordenada pero igual. Decepcionada, Merle abrió el armario y los cajones de la mesilla de noche, pero no encontró nada que le llamara la atención. Y entonces se sentó en la cama. Y lo notó. "Aquello". Se puso de pie en un salto y levantó el colchón. Debajo había un librito cuadrado, con tapas de cuero y aspecto desgastado. "Eso sí que es interesante" pensó Merle. Cogió el librito y lo abrió.

"Van Slanzar de Fanel, Príncipe heredero de Fanelia

Diario de coronación"

"¡¡¡Su diario!!!" Merle estaba emocionadísima por su descubrimiento y sin darse cuenta lo empezó a ojear ávidamente. Las primeras páginas hablaban de entrenamientos, de la preparación de la coronación y la matanza del dragón. Ella aparecía esporádicamente aquí y allá, pero Van no le prestaba atención en sus memorias, cosa que la hizo enfadar un poco. En seguida llego a la parte que le llamó la atención: Su encuentro con Hitomi, y echándose sobre la cama de Van, empezó a leer.

«Rojo 5ª luna,

Hoy ha sido un día muy raro, he ido al encuentro del dragón para convertirme en rey. He cogido el camino del bosque de Fanelia y me he dirigido a las colinas de Ruuf. Ahí habían unas cuevas y en una de ellas, mi objetivo: un asqueroso ejemplar de dragón de tierra, la peor especie de dragón que te puedes encontrar, en fin hoy no ha sido mi día de suerte, entonces le he retado y la asquerosa bestia se me ha lanzado encima. Con unos cuantos mandobles de los que me ha enseñado Balgus le he plantado cara pero el bicho parecía inmune a mis ataques. ¡Entonces ha empezado lo extraordinario, he empezado a tener visiones! He visto una especie de terreno duro y rojizo y había como unas gradas de piedra muy bien talladas, en el fondo, pero lo más espectacular de todo era la chica. Iba vestida ¡Con pantalones! ¡Y enseñando todas las piernas! Parece que estaba corriendo o algo así, entonces he visto a otros dos, un chico y una chica. En este momento he sabido que me iba a transportar hacia este extraño lugar, y así ha sucedido, lo que yo no me esperaba era aparecer justo enfrente de la chica, ¡Menuda sorpresa me he llevado! Entonces he sabido (no se aún como) que el dragón estaba por llegar y sin perder tiempo les he dicho a aquellos tres pasmados que corrieran, que el dragón se acercaba. Finalmente (me ahorraré detalles, que hoy ya he escrito demasiado) he podido derrotar al dragón y he conseguido el energist. Entonces, cuando le he dicho a la chica, que por cierto, me ha salvado, que viniera a mi castillo que le daría la recompensa, ¡me ha pegado una bofetada! Me ha dicho que había sufrido que no quería que yo muriera, ¡Que YO no muriera! Yo que me había pensado que era una hechicera barata en busca de una recompensa… En fin, aún lo sigo pensando… Nadie salva a un desconocido sin esperar una recompensa, ¡Y menos a un futuro rey como yo! Después ha aparecido un rayo de luz y hemos sido transportados de nuevo al bosque dónde he empezado la caza del dragón. La chica parecía muy asustada, y después he sabido el porque, ¡Ella proviene de la Luna Mística, es allí donde yo y el dragón hemos sido transportados! Increíble… Por cierto su nombre es Hitomi, y es extremadamente rara, tanto en su vestimenta como en su forma de actuar… No me gusta, además tiene mal carácter. Esto es todo por hoy.»

Merle paró de leer impresionada, con que esta había sido la primera impresión que tuvo Van de Hitomi… Cuando se disponía a leer otro día del diario, se abrió la puerta, y Merle a penas tuvo tiempo de esconder el diario bajo la cama otra vez.

¡Merle! ¿Qué haces aquí?

¿¿¿¿Yo???? ¡Nada! ¡Jejejejeejeje…!

¡Ya me habían dicho que te gustaba hurgar en las habitaciones de los demás pero no pensé que hurgarías en a mía!

Yo… Lo siento Van ¡ya me voy!

Y sin darle tiempo a decir nada más, salió corriendo hacia su habitación con un nuevo propósito en mente: seguir leyendo el diario de Van.