Viaje al año 1976
Una pelea y algo más
Era de noche y la oscuridad cubría el valle de Gogric. No se veía ni una sola estrella, cada una de ellas parecía esconderse de lo que sucedía debajo de las negras nubes. Sus habitantes corrían e intentaban escapar de las maldiciones que aquellos encapuchados lanzaban para todos lados, aunque atacan con una eficiencia terrible, la gente caía herida y muerta a sus pies.
Harry Potter se encontraba escondido detrás de la columna de una gran casa. La columna se deshacía poco a poco por los hechizos de todos los colores que intentaban alcanzar a aquel muchacho que se escondía detrás de ella. Los hechizos de Harry, normalmente efectivos, no tocaban a nadie, y parecían esquivar a todos aquellos mortífagos que se movían con tanta facilidad en la oscuridad de la noche.
Entonces vio un destello plateado que resaltaba entre la oscuridad que reinaba el campo de batalla. Peter Pettigrew también lo reconoció a él, y su cara de cobardía fue reemplazada por una que intentaba imitar el valor y la venganza. Harry se sintió paralizado, ¿sería así como iba a acabar todo? ¿Iba a ser Peter Pettigrew quien provocara el fin de su vida también? El hombre estiró el brazo con la varita apuntando al pecho de Harry. Aquello que tanto llevaba evitando toda la noche estaba a punto de suceder: la maldición asesina salió de la varita y de repente una mano tiró de él
-¡Harry! – lo seguía sacudiendo – Harry, ¿estás bien? ¿qué te pasa? – le preguntó Ron preocupado. Su amigo pelirrojo lo miraba con ojos asustados y grandes, mostrándole que le había hecho pasar miedo.
Neville, Dean y Seamus estaban sentados cada uno en su cama. Ron se había arrodillado al lado de la cama de harry, su mano seguía en el hombro de su amigo y su cara de preocupación no había variado en lo más mínimo.
- ¿Quieren que llame a Mcgonagall? – Preguntó Neville levantándose de su cama – Es un minuto, quizás sea importante…
Desde que había empezado el curso, Harry había estado teniendo pasadillas casi todos los días. Aquella situación ya la habían vivido unas cuantas noches: Harry tenía pesadillas terribles, en las que empezaba a hablar o incluso a gritar, y su cuerpo se sacudía violentamente al intentar salir de aquella situación.
-No te preocupes Neville –le contestó Harry intentando tranquilizarlo– Fue una pesadilla normal y corriente, no es nada importante… - Neville no modificó su expresión, pero sus hombros se elevaron y volvió a su cama arrastrando los pies.
-Menos mal que nos despertaste – Opinó Dean -Nos vamos a perder el desayuno, y yo si no desayuno no vivo… - bromeó mientras corría a encender la luz, lastimándole los ojos a todos los presentes.
Esperó a que Nevlle y Seamus se terminaran de vestir, apurándolos con amenazas de todo tipo sobre lo que pasaría si se perdía el desayuno, y salieron los tres de la habitación.
Cuando cerraron la puerta Ron, Ron levantó sus rodillas del suelo y se sentó al lado de su amigo. Le preguntó, algo más tranquilo ya, que había soñado.
-Nada, Ron no te preocupes - Harry le quitó importancia, en realidad no habría sido tan terrible, se había enfrentado a esa situación ya unas cuantas veces.
- ¿pero que soñaste? – insistió el pelirrojo, ya que no le creía que sus sueño no hubiera sido tan terrible como para gritar de esa forma.
-no sé, no me acuerdo bien. Estaba en una ciudad, y había un montón de mortífagos atacando. La gente corría y gritaba… pero nadie lanzaba hechizos ni nada, estaba yo y vi a Peter Pettigrew que me lanzaba la maldición asesina y ahí me despertaste – explicó a la carrerilla. Ron entrecerró los ojos confundidos, pero Harry volvió a insistir que no era nada, así que se relajó.
Después de que le narrara la pesadilla, se vistieron y bajaron a la sala común. La luz del sol entraba por las ventanas de la sala común, que estaba vacía. Todos los alumnos debían estar ya dirigiéndose pesadamente a sus aulas.
-Vamos a llegar tarde a transformaciones – le dijo Ron dándole un manotazo en el hombro, mientras caminaban para salir de la sala. El retrato se cerró detrás de ellos - ¿Hermione estará en el comedor?
Harry afirmó lentamente – Supongo que nos estará esperando todavía
El techo del gran comedor estaba despejado. Eran los últimos días de verano, y ellos estaban aprovechando al máximo las tardes, las pasaban recorriendo los jardines, descansando debajo de algún árbol o visitando a Hagrid. Aunque los deberes que les mandaban habían aumentado considerablemente comparado con los años anteriores, ron y Harry no se preocupaban mucho. Hermione se pasaba las horas en la biblioteca y la sala común haciendo los deberes, que, siempre de alguna manera ingeniosa, Harry y Ron lograban copiar.
Hermione estaba sentada al final de la mesa, terminando de desayunar sola. Los vio y se apresuró a alcanzarlos.
-ya es tarde, no tienen tiempo para desayunar, y además no vamos a llegar a clase a tiempo- dijo lentamente – ¿por qué tardaron tanto?
-Porque Harry tuvo una pes...
- Por nada, nos quedamos dormidos, nada más – Harry lo interrumpió. No quería contarle ahora lo de la pasadilla, además no tenía importancia.
Cuando llegaron al aula de transformaciones casi todos estaban sentados. Entraron y la profesora entró detrás de ellos y cerró la puerta.
- Quiero que me entreguen las redacciones que mandé ayer - dijo mientras que se paseaba entre los bancos recogiendo las redacciones.
Paró al lado de Neville. – longbotton , la redacción era de 30 centímetros, no de 20 – Neville balbuceó una excusa que casi no se escuchó – para mañana quiero que la termine, ¿entendido?- le devolvió su redacción y se sentó en su escritorio.
Al finalizar la clase Harry y Ron habían perdido 20 puntos por estar hablando, pero Hermione recuperó 15 rápidamente, porque fue la única que pudo transformar un almohadón un en ratón.
Fueron los primeros en llegar a pociones. El profesor Slughorn estaba muy ocupado removiendo unas pociones, así que no notó que ellos habían entrado. Les pareció que tarareaba canciones mientras se creía solo, y hacía movimientos acompasados con el ritmo.
Buenos días, profesor – dijo Hermione para llamarle la atención. Se sentía ligeramente traumada de verlo hacer eso.
-ah, chicos, ¡ya llegaron! ¿No es temprano? ¿O será que los demás llegan tarde? – preguntó Slughorn, intentando ser gracioso, cosa que no logró. Hermione rió nerviosamente.
Los demás alumnos fueron llegando y se profesor esperó a que llegaran todos para caminar despacio hacia la puerta y cerrarla.
- Bueno – llamó la atención para que sus alumnos dejaran de charlar - hoy vamos a preparar una poción llamada filtro de los muertos, ¿alguien sabe que efecto tiene?
Inmediatamente Hermione levantó la mano sobre las cabezas de los demás. Ron se burló por lo bajo de ella, pero la chica se las arregló para propinarle una patada por debajo de la mesa. Se escuchó un bufido disimulado.
-¿señorita Granger?
-El filtro de los muertos provoca que la persona que la toma caiga en un profundo sueño – le contestó Hermione alegremente, motivada por su respuesta correcta y el dolor que sentía Ron en la pierna. Harry le sonrió risueño.
- Muy bien, ¡muy bien señorita Granger! ¡Diez puntos para Gryffindor, entonces!
Inmediatamente empezaron a hacer la poción. Las instrucciones no eran muy complicadas, pero se tardaba mucho en hacerla. Buscaron los ingredientes y se pusieron a cortarlos.
Por mala suerte, Harry no encontró ninguna anotación en el libro del príncipe mestizo sobre como prepararla, así que se conformo con las "instrucciones legales del libro", según Hermione. Se ponía histérica cada vez que intentaba fallidamente disuadirlo de que no usara ese libro.
Una hora y media más tarde Slughorn se paseó entre las mesas, y un Slytherin se ganó diez puntos por haber hecho la mejor poción. Ron balbuceó un par de insultos por lo bajo.
Al salir por la puerta al finalizar la clase, Draco Malfoy se chocó con Hermione fuertemente
- cuidado, sangresucia. – le dijo agresivamente – además de sangresucia es torpe- le comentó entre risas a Goyle, como si ellos no lo escucharan, con su cara burlona que tan fea le quedaba.
-¿que te pasa Malfoy? ¿Cual es tu problema?– le gritó ron, sintiéndose repentinamente violento
- a mi nada, pero tu amiguita la sangresucia está un poquito torpe – analizó con aires de superioridad - quizás tengas que llevarla al veterinario para que la domestique…
Con un rápido movimiento de la varita de Harry, Malfoy quedó colgado de los tobillos, boca abajo. La túnica le quedó tapando la cabeza, pero pudieron escuchar claramente el gemido de miedo de Malfoy.
- A ver si te vas tranquilizando – lo amenazó – quizás te tenga que dejar así colgado hasta que se te baje la estupidez. – Ron le rió la gracia a mandíbula suelta
- Bájenlo, Slughorn está saliendo del aula- apuró Hermione, más asustada de lo que podría pasar si los encontraban en esa situación que de si Malfoy caía de repente y se rompía la cabeza contra el suelo.
Malfoy cayó estruendosamente al suelo.
- A media noche en la torre de astronomía, Potter – desafió Malfoy mientras se levantaba torpemente– solo – se dio vuelta y caminó rápido seguido por sus amigotes.
Después de pociones fueron a almorzar. Pasaron por una clase de sufrimiento doble con Snape de defensa contra las artes oscuras, y una de herbologia.
- ¿vas a ir a la torre? – le preguntó Ron a Harry mientras entraban a la sala común
- Si, claro – Ron lo miró entre entusiasmado y ansioso - Pero voy solo.
Hermione lo miró recelosa.
- Yo creo que no tendrías que ir, quiero decir – agregó al ver la cara de Harry – es obvio que Malfoy te va a preparar alguna trampa, y puede que no vaya solo y…
- Ay, hermione, ¡por favor! – Le dijo ron cansado – no te va a hacer caso, por mucho que le digas.
- Me voy. Más te vale que no pase nada, Harry, no me digas después que no te lo avisé – subió las escaleras de la habitación de las chicas y desapareció atrás de la puerta Medianoche. Harry se levantó de su cama, agarró el mapa del merodeador y se puso su la sala común Ron lo estaba esperando para abrirle la puerta. No había nadie más en la sala, y el fuego de la chimenea ya estaba empezando a apagarse. A pesar de no haber nadie, Harry no salió de debajo de su capa.
- ¡Ron! – susurró.
Acto seguido Ron se levantó y abrió la puerta.
- ¡Suerte! –le dijo mientras Harry salía.
Los pasillos estaban completamente vacíos, y para su suerte no se encontró a la señora Norris, a Pevees, o a algún profesor.
Llegó a la torre y buscó a Malfoy entre la oscuridad. Lo vio sentado al lado de una de las ventanas. Se sacó la capa y Malfoy ni se inmutó al verlo.
- Bastante puntual, Potter – dijo Malfoy con satisfacción – así no tengo que perder más tiempo del que tenía planeado. Malfoy se levantó de la silla y se alejó.
- Potter, te estoy esperando – su voz sonó unos pasos más lejos, y las palabras arrastradas, con su tono más asqueroso.
Harry se asomó a la pared por la que se había ido Malfoy. Apenas asomó la mitad del cuerpo, el otro empezó a murmurar.
- whirkhestrot – lo repetía una y otra vez, como si estuviera seguro de lo que decía. S cara reflejaba una concentración extrema. Harry no reaccionó, ya que intentaba descifrar que hechizo era aquel.
Un rayo de luz amarilla le pegó a Harry en el pecho, y lo arrastró unos cuantos metros hacia atrás. Una mesa se cruzó en su recorrido hacia atrás, e hizo que le golpe en la cabeza fuera más grande.
De repente todo se volvió oscuro para Harry, que al caerse se golpeó la cabeza con una de las mesas y se desmayó.
La luz que entraba por la ventana hizo que Ronald se despertara. Miró la hora. Eran recién las siete, demasiado temprano para levantarse un sábado.
Después de estar una hora sin poder dormirse ron se levantó. Después de ducharse y vestirse, vio que la cama de Harry estaba vacía.
Bajó a la sala común pensando que Harry estaría ahí, esperándolo para contarle lo sucedido la noche anterior. Pero, se equivocó.
En la sala común estaba Hermione sola, escribiendo rapidísimo, absolutamente concentrada en su tarea.
- ¿Qué estas haciendo Herm? –le preguntó Ron.
- Estoy terminando los deberes de runas antiguas y no me digas Herm, que sabes que no me gusta –le contestó ella, molesta.
- ¡Pero es muy temprano para estar haciendo deberes!
- ¿Donde esta Harry? – Hermione cambió de tema – Nos tiene que contar que pasó anoche.
- No sé, no está en su cama, ¿no lo viste no? – preguntó él igual de confundido que ella.
- ¿Cómo que no está? – Dijo abriendo mucho los ojos - ¿Habrá bajado a desayunar sin nosotros? – Ron se ofreció para ir a comprobarlo y volver a contarle.
Ron se despidió y salió por el cuadro. Llegó al gran comedor, ya Harry no estaba desayunando. Al preguntar, nadie pudo decirle que se lo había cruzado, ni siquiera lo habían visto.
Después de revisar el colegio Ron decidió avisarle a Hermione para hablar con Mcgonagall. Ella se puso histérica y muy nerviosa, y Ron intentó tranquilizarla en vano.
La hora del desayuno estaba terminando, así que esperaron que Mcgonagall saliera del comedor.
Cuando la profesora Mcganagall estaba saliendo por la puerta, Hermione la llamó ansiosa.
- ¿Que pasa Granger, Weasley? –inquirió.
-Harry no está. Desapareció
¿Como que desapareció? – Preguntó ella extrañada - ¿Desde cuando no lo ven?
¡No lo encontramos por ningún lado! – Le dijo Hermione desesperada- ya revisamos todo el castillo y no está! Anoche lo vimos por última vez…
- Vamos a hablar con Albus, entonces – los tranquilizó- lo vamos a encontrar, no se asusten – dijo en un suspiro, intentando que no perdieran la calma.
