Nota previa: ¡Hola! Aquí vengo con la primera historia que publico en FanFiction. Se trata de la primera cosecha desde el punto de vista de Peeta. Tal vez me animo a escribir una segunda parte, depende de los reviews! :3 Gracias y revieewear.
Disclaimer: Estos personajes no me pertenecen. Ojalá.
Hoy es el dia de la cosecha y, por tanto, dia libre en todo Panem. Me despierto más o menos tranquilo, consciente de que puede ser que no vuelva a dormir en mi cama, pero a la vez sabedor de las pocas probabilidades que tengo de salir elegido tributo. Mi familia no es rica, es más, pasamos hambre en muchísimas ocasiones, pero nunca hemos pedido teselas. Eso aumenta tus probabilidades de ser escogido considerablemente. He oído que hay un chico de 18 años en la Veta que tendrá 56 papeletas hoy, en vez de las 7 normales a esa edad. Por la parte que me toca, mi nombre entrará hoy 5 veces, y en comparación con esos pobres chicos, tengo menos posibilidades de salir.
Pero esta tranquilidad no dura mucho, pues rápidamente empiezo a asociar conceptos, y me doy cuenta que Katniss Everdeen es otra chica de la Veta que ha pedido teselas varias veces para poder comer. Joder, ella también podría salir elegida hoy. Pero no. Katniss caza desde hace años, y se parte en cuello para no tener que pedir más teselas. Seguramente sus probabilidades serán más bajas en comparación con otras chicas que no se atreven a salir del distrito.
Poco a poco pasa el tiempo y, como cada dia festivo, estoy seguro que Katniss estará en el bosque con otro chico, cuyo nombre no conozco pero al cual he visto algunas veces. La envidia me corria por las venas cuando los veia hablar, a veces, en la escuela. Porque ese me gustaria ser yo. El que bromeara con ella, el que pasara horas con ella, los dos solos, el que la pudiera abrazar y, tal vez besarla. ¿La besa él? ¿Están juntos?. Tal vez no. Creo que esta esperanza me mantiene feliz cada dia. El poder pensar que no estan juntos me hace tener una pequeña posibilidad con ella. Porque seamos sinceros, nunca les he visto besarse...
Ya son casi las dos, y mientras ando hacia la cosecha con mi otro hermano al lado, no paro de pensar en Katniss. Maldita sea, tal vez empiezo a tener una obsesión. Bueno, dentro de lo que cabe, seguramente sea un maldito acosador obsesionado. O eso, o estoy locamete enamorado y soy el chico más estúpido de todo Panem.
Desde siempre la veo volver a casa, cada maldito dia, deseando poder hablar con ella. Desde siempre veo como intercambia ardillas con mi padre. SIempre he soñado con el momento en que algún dia, mi padre será suficientemente considerado como para decirme:
"-Peeta, ven. ¿Conoces a Katniss?"
o
"Peeta, hoy no puedo hacer el intercambio con Katniss. ¿Puedes hacerlo tú?"
Pero entonces, ¿qué haria?. Llevo 11 años enamorado de una persona con quien nisiquiera he intercambiado palabra, únicamente algunas miradas furtivas que rápidamente se cortaban por mi estupida verguenza.
Y de repente, la veo. Ahí está. Junto a su hermana Prim... debe ser el primer año de cosecha de la hermana, porque Katniss la trata de proteger. Como si la pudiera proteger de la maldad del Capitolio.
La cosecha empieza, y distribuidos en grupos por edades, yo no puedo dejar de mirarla. Está a mi misma altura, mirandome... ¿ a mi?. Ah, no. Está mirando un poquito detrás, al grupo de 18 años. Me giro y ahí está el chico objeto de sus miradas. Gilipollas.
Para no amargarme aún más el dia, la sigo mirando a ella.
Es adorable.
¿Qué más puedo decir?
Toda ella es adorable. Sus ojos, su mirada, su pelo, sus manos, ese vestido azul, sus labios...
Primrose Everdeen.
Mierda. Nada más oír ese nombre se lo que va a pasar. Sé que se ofrecerá voluntaria, que salvará a su hermana. Sé que mis oportunidades con ella estan acabadas, que las he malgastado todas, una detrás de otra. Que seguramente esta sea la última vez que la vea en persona, y no por televisión.
¡No! ¡Me ofrezco voluntaria como tributo!
Y tengo ganas de chillar, de suplicar. No vayas. Te amo. Pero no puedo. O soy demasiado cobarde, o soy consciente que no serviria de nada, así que sólo pienso en mi plan. Le robaré dinero a mi madre, haré colectas para conseguir dinero. Katniss Everdeen volverá al Distrito 12 con vida. Como me llamo Peeta Mellark.
Peeta Mellark.
¿Qué? Será broma.
¿De verdad, después de todos estos años, nos vamos a juntar en estas circunstacias?
Y no puedo evitarlo. Las lágrimas salen de mis mejillas, me importa una mierda que todo Panem me vea por televisión, que sepan que estoy echo polvo. Porque o yo muero, o ella muere. Porque nunca podré hablar con ella en situaciones normales. Porque nunca, jamás, podré tenerla entre mis brazos como siempre he soñado. Porque nunca podré besarla o decirle "Te quiero".
Nunca, jamás, me habia imaginado poder llegar a esta situación. Esta misma mañana era consciente de que me podian elegir a mi, o, con algo más de probabilidades, que la podían elegir a ella. ¿Pero a los dos a la vez? Eso nunca.
Ýa estamos en la habitación en la que se despiden las familias, así que supongo que estoy en estado de shock. Poco a poco pienso con más claridad, y me doy cuenta de lo que significa estar en esa habitación yo solo. Esta parte es privada, nunca se enseña por televisión lo que ocurre dentro de ella, así que simplemente puedes saber como es si has sido tributo o si eres familiar de un tributo. Si eres familiar, nunca estás en esta habitación tu solo. Siempre está tu hermano, tu hijo, tu sobrino, tu nieto, ni primo... el tributo elegido. Pero si estás tu solo... eso significa que tu eres el tributo, y que probablemente (y siendo del Distrito 12 hay muchas probabilidades de que eso ocurre) esa sea la última vez que los veas.
Así que esto es todo.
Se abre la puerta y aparecen mis hermanos y mi madre.
-¿Y papá?-Es lo primero que pregunto.
-Quería entrar el solo, ya sabes...-Dice mi hermano mayor. Él es el único que conoce mis sentimientos por Katniss. Llegaba a la panadería ese dia lluvioso cuando le lanzé el pan a la chica de mis sueños, y supo que había algo más aparte de dar un poco de pan quemado a una chica con la que nunca había hablado, pero fue lo suficientemente amable como para callarse hasta que fue de noche. Cuando llegó a mi cuarto, se sentó en la cama y empezó:
-Te he visto.
-¿Ah, si?
-Sí. ¿Por qué lo has echo?
-Bueno, no lo sé. Ella tenía hambre y nosotros tenemos pan de sobras.
-Venga ya Peeta. Aunque tengas 12 años sabes lo que hay, y que esos pocos panes pueden ponernos un plato en la mesa, aunque sea pequeño, a cada uno de nosotros cinco. Justo el plato que hoy te ha faltado a ti hoy en la cena, y justo el que tampoco tendrás mañana hasta las 8 de la noche, cuando cerremos la panaderia y tengamos algo de dinero para amortizar lo que nos cuesta hacer los panes. ¿Has sacrificado comer durante un día entero simplemente por ayudar a una chica a quien apenas conoces?.
-Uhmm...yo...bueno.
-Peeta, ya está bien de mentirme, a mí. No has quemado un pan en tu vida, y ahora quemas no uno, sino dos y luego se lo das a una chica de la Veeta cuando mamá especificamente te ha chillado que se lo des a los cerdos.
Tantos argumentos juntos me dejan sin palabras.
-Bueno...¿Tanto se me nota?
Él sólo se ríe entre dientes.
-Un poquito. Pero es que soy muy observador.
-Venga ya... ¿Crees que ella lo sabe?
-Ni de broma. He oído hablar de ella. Ahora mismo la pobre está más preocupada de poder comer y de que su familia no muera de hambre que de otra cosa.
-Ya lo sé... he oído que su madre está en una especie de depresión y que no trabaja.
-Sí, así es. Espero que salga de ese bache o que entre las hermanas puedan hacer algo para ganar dinero.
Y más o menos así han pasado los últimos años. Con mi hermano y yo comentando todo sobre Katniss, alegrándonos o desesperándonos. Dependiendo de la ocasión. Él, junto a mi, es el único que sabe lo de papá y la madre de Katniss, aunque mi padre nunca ha llegado a conocer al 100% mis sentimientos por la chica de la Veta, aunque creo que aveces lo sospechaba cuando hacia los intercambios o cuando las hermanas Everdeeen se paseaban por la cristalera de la panaderia.
Y ahora aquí estamos. En la habitación prohibida.
-Si... ya me imagino que querria entrar él sólo.-La verdad es que no tengo mucha idea. Supongo que tendría más sentido hablar con los dos, mi hermano y mi padre a solas, pero entonces tal vez habría quedado más evidente.
Mi madre simplemente se acerca, me mira y me dice:
-Bueno, tal vez este año el Distrito 12 tenga un campeón Peeta. Simplemente no la fastidies.-Creo que esa es la mayor muestra de cariño que he visto, y ni siquiera es para mí.
-Ya. Gracias mamá.
Mi hermano pequeño se queda ahí callado, sin decir nada. Sé que no es su culpa, pero ahora mismo lo odio. Joder, se podría haber presentado voluntario, pero no lo hizo. En fin, a lo echo, pecho. Nunca nos hemos llevado, ni bien ni mal, simplemente hemos sido dos extraños que vivian juntos.
-Peeta-Empieza mi hermano mayor-Sabes lo que esto representa. Sé que ahora mismo nada puede consolarte, y te entiendo joder, no sabes cuanto.-Lo sé. Sé que su novia fue a los Juegos del Hambre y nunca volvió, y sé que desde entonces mi hermano nunca ha sido el mismo.-No salgas a ganar, pero no salgas a morir. No te suicides por ella, ¿de acuerdo? Deja que todo pase. Tal vez no tengas que enfrentarte a ella directamente, tal vez y sólo tal vez esto tenga una solución, ¿de acuerdo?. No cambies. No cambies Peeta. No dejes que te cambien. No mates.
No puedo parar de llorar mientras hace su discurso. Lo abrazo sin poder evitarlo. Es mi hermano, el único de verdad y el único que, a parte de Katniss y de mi padre, tiene un lugar en mi corazón. Le digo que lo quiero una vez más y el me devuelve las palabras, sin parar de llorar tampoco.
Nos separan los agentes de la paz, y me doy la vuelta. No podria soportar verlo marchar. Ni siquiera me despido de mi madre y mi otro hermano. No es que les quiera despreciar, ni mucho menos, pero no siento nada respecto a ellos. No son unas personas con las que quiera estar en este momento.
Sólo me vuelvo a girar cuando oigo la puerta abrirse otra vez. Ahí está mi padre.
Me abraza fuerte, muy fuerte, y entiendo todo lo que me quiere decir en ese momento.
Que me quiere, me quiere mucho. Que siente no poder evitar esto. Que me vigilará desde aquí, desde el Distrito 12. Que me intentará ayudar, aunque sea imposible. Y, al final, lo último que siento que me quiere transmitir:
Que también lo siente por mis sentimientos, por mi corazón.
Así que no eran sólo mis sospechas. Mi padre lo sabía. No me ando por las ramas.
-¿Desde cuándo lo sabes?
-Desde que tenías cinco años y te vi mirarla. Sentí que te había conducido al mismo camino que yo. Enamorado para siempre de una chica preciosa de la Veta. En esos momentos sólo lo sospechaba, y a medida que ibas creciendo, iba confirmando mis sospechas. Esa misma tarde, cuando te fui a buscar a la salida del colegio, vi que no apartabas los ojos de ella y encima me preguntaste si todo el mundo canta de manera que callan los sinsajos. Lo supe, pero con el tiempo me fui olvidando.
Hasta una tarde, cuando tenías 11 años, y vi como la seguias con la mirada cuando volvía a casa. Y desde ese momento, me fijé más en ti y en ella. Vi tu cara cuando nos enteramos del accidente minero. Escuché todas tus preguntas acerca del hambre, de la Veta, de como sobrevivir sin dinero. Intuí que querías ayudarla. Me di cuenta de como observabas mis tratos con Katniss desde la panaderia, medio escondido. Pero hasta hoy, nunca me habia pasado por la cabeza que te podria haber dado un empujoncito. Nunca había pensado que podríamos llegar a esta situación.
-Lo sé papá...-Es la primera vez que, en voz alta, admito mis sentimientos por Katniss con alguien que no sea mi hermano. Me siento algo cohibido, pero relajado al mismo tiempo.
-Te quiero muchisimo hijo. Estoy muy orgulloso de ti. Puedes hacerlo.
-Lo sé... La cuestión es que NO quiero hacerlo. No quiero volver aquí y que ella no esté.
-Tranquilo... todo se arreglará.-Noto en su voz que es una manera de calmarme. Ambos sabemos que nada se arreglará.-Tengo que marcharme ya, he pedido permiso para poder verla. La quiero como a una hija. A fin de cuentas, es la hija de ella. Te quiero, Peeta.
Y me abraza. Fuerte. Como antes. Sin querer dejarme marchar.
Mientras cierra la puerta y se va, me pregunto si así habríamos acabado ella y yo de no haber salido elegidos. Yo casado con alguien a quien no quiero, teniendo hijos y haciéndoles querer a los hijos de ella. Observándola, aún. Deseando matar al hombre (seguramente, ese chico de la Veta) que está con ella.
Pero ahora ya nunca lo sabremos. Porque voy a morir. Por ella. Por Katniss.
