Sola había llegado ante ella se presentó, pero sincera no era y el motivo de su visita era mentira. Las visitas son agradables sin embargo aquella felicidad pareciera haberse esfumado. Yui observo a su hermosa visitante, una rubia de pie en la puerta de su departamento, de ojos azules y cuerpo envidiable. Mas ya no había sobre su rostro aquella bella sonrisa juguetona que la hacia ser distinta a las demás, no había brillo en su mirada y aquel cristalino rastro de lagrimas lo confirmaban

-¿pasó algo malo?

Con lentos movimientos bebió de la copa entre sus manos, el sabor del vino le acaricio los labios mientras buscaba las fuerzas necesarias para no caer presa de sus encantos. Yui busco muchas maneras de zafarse de las garras de aquellos crueles recuerdos, asfixia solo eran las memorias de su pasado junto a ella.

-Yui yo…

Esa voz, aquella que una vez la enamoró. Era aquel melodioso sonido ahora causa de su creciente sufrimiento, mas hay, en las palabras tristeza y esa mirada pesar.

-Puedes decírmelo de una vez

Pronto apresurada, era rápida su sagaz movimiento deseando que todo pronto acabara

-¿a que has venido? ¿creí que me querías lejos? Fuiste clara con tus palabras

-Yui yo…

Y bebió nuevamente de la copa harta de todo aquel teatro. Estaba enojada y triste al mismo tiempo.

-Solo una oportunidad pido… por favor

Ella hablaba de oportunidades como si fácil fuera abrirse nuevamente, pero sabia bien que dentro de su pecho aquel corazón era caprichoso y por ella esta inquieto. No debía negarle sus caprichos pues luego cual niño estaría rabiando y destrozándola por dentro.

-No es fácil

La rubia frente a ella avanzo hasta estar cerca, Yui le negó sus ojos de momento maldiciendo sintiéndose frágil por aquella cercanía que gozaba y le atormenta. Su copa estaba casi vacía, pero espera dentro un pequeño trago que difícilmente pudo alcanzar

-Lo siento tanto… te amo

No sabia si aquellas palabras fueron las que había esperado durante cinco años, era definitivo sus recuerdos no quisieron marcharse y aun en las noches vivía en aquellos sueños que tanto había querido.

Estaba perdiendo lo sentía en sus mejillas que rojas se habían puesto, y en aquellos brazos se vio presa mientras su voz se quedaba sin fuerza. Una tranquilidad le acompañaba y el ruido no era mas que el sonido delicado de sus respiraciones, podía sentir su corazón que loco palpitaba por esa rubia que fuerte le abrazaba.
Resbala de sus manos la copa que les acompaña, llevándose consigo aquella serenidad que les rodeaba. Sonrojada se apartó despacio, tratando de mejor forma transmitir su pesar que le atormenta.
-esto no está bien
Procuro no volver a mirarle aún cuando la rubia se aferraba con suficiente fuerza para no dejarle marcharse. Sabía que caería en sus encantos nuevamente presa para siempre de sus hermosos ojos azules.
-por favor, Yui
Su voz estaba llena de tristeza, todo había acabado. Yui lo supo en el momento en el que le permitió entrar en su departamento
-lo siento Kyoko
Sintió las lágrimas bañarle, ella sabía sus debilidades. Había jurado no dejarle llorar, haciendo lo correcto siendo fiel a su promesa, cerró los ojos y entre sus manos rozó los cabellos dorados y en aquellos labios una sonrisa dibujó. La rubia lo entendió perfectamente, solo un beso le permitirá...