Saint seiya y todos sus personajes le pertenecen al
sensei Masami Kurumada.
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"El amor de athena es esperanza para nosotros"
Palabras de Sísifo, lost canvas
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Buscando el perdón
Prologo
Corría por la playa dejando que la brisa matutina le acariciara el cabello, el alba como siempre le traía serenidad a su espirito que respiraba al compás de las olas acariciando la playa; llevaba años formando la rutina que tenía hasta hoy, más sentía el peso del vacío en su pecho con más fuerza que antes, arreglar las cosas mínimas en su vida no era suficiente para alejarse del pasado y así pudiera su responsabilidad lo llamaba cuando era debido. Hacía mucho que comenzó desde cero aproximadamente unos 7 años, había decidido volver Japón y reconstruir lo quedaba de su vida al lado de su hermana. Mas aunque fue su deseo irse del santuario y nadie se lo impidió, sentía que estaba traicionando a sus hermanos de armas que aun aguardaban en el santuario a la espera de que el mundo los necesitara y un más que ella indicara que los necesitaba
El cielo surcaba colores naranja y amarillo señal de que eran las 6 y que tenía que volver y alistarse para un nuevo día como solo seiya, ahora después de su partida se dedicó al igual que sus hermanos a rehacer su vida como un humano normal, se dedicó al entrenamiento a enseñar lo único que sabía hacer pelear…
Y con ello conllevo a una apertura de gimnasio y clases particulares para más de uno que lo solicitaba, así hizo una pequeña fortuna para no acceder a la que mitsumasa kido le había dejado a él, camino lentamente de regreso hacia su apartamento con la mente en blanco imaginando como seria si estuviera en el santuario en este momento estaría entrenando como ahora?, seguro que sí, estaría entrenando a aprendices y yendo a reuniones de la reconstrucción del santuario citadas por su ilustrísima shion y tal vez tendría noticias de ella… sacudió su cabeza ante el pensamiento que lo atormentaba, seguro que al igual que el santuario o Japón tendría noticias de ella más sabia que jamás sabría un rumor de ella, no sabía nada desde hace 7 años…
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Como casi todos los días por pasar el rato salió hacia el orfanato, donde seguramente como a diario vería a miho que estaría esperándolo como de costumbre, las calles con un toque otoñal lo hacían sentirse sin animo sentía que aunque tenía lo que siempre deseo le faltaba algo, sería su deber como caballero? Su juramento de lealtad a la orden? No tenía ánimos de vivir una rutina diaria aun cuando el mismo se en pésimo por conservar una, que rayos le pasaba lo que había formado en 7 parecía no tener sentido. Detuvo su nadar a unas calles del orfanato no deseaba aparecer por allí mas no quería volver a su casa, sentía la sensación de que algo andaba mal y no solo con su vida; camino por las calles de Tokio donde ya reinaba la noche, sabía que aunque había evitado la mansión kido por años se dirigía hacia allá talvez porque sabía que shun estaba allí y quería hablar con el, ''no te excuses'' hablo su conciencia sonriendo burlona más la ignoro y llego a la elegante mansión kido que mantenía sus rejas cerradas como siempre más para alguien diestro como el en saltar acantilados era pan comido; en menos de cinco segundos estaba al otro lado sin un pelo fuera de lugar y con las manos entre su chaqueta, se abrió camino en la mansión y camino por los corredores intentando no mirar ni pensar mucho en todas las ocasiones que estuvo ahí, más bien que ella estuvo allí…
Toco con los nudillos la puerta del cuarto del caballero de Andrómeda que enseguida dijo ''pase''
- seiya que sorpresa – grito asombrado el peliverde al ver a su amigo
- shun, pasaba por aquí y vine a visitarte – le sonrió a su amigo, llevaba unos cuantos mes sin verlo a pesar de vivir ambos en Japón, su amigo se levantó de la cama para darle un fuerte abrazo
- seiya porque te pierdes tanto, hablo más con hyoga que está en Siberia que contigo pasa quieres algo de beber- le ofreció desbordando gentileza
- no gracias shun solo vengo de pasada como te encuentras? – pregunto
- bien acabo de llegar de mi clase – le dijo con una sonrisa de gentileza más tenía una mirada inquisitiva – no creo que hayas venido a hablar de mi clase seiya, siéntate cuéntame que pasa estas raro
- raro yo? – le dijo en tono de burla sentados en la cama
- si te vez diferente, pasa algo con seika o miho
- no ellas están bien, shun has sentido que algo no anda bien?
- a que te refieres que algo no anda bien? – pregunto el caballero divino levantando una ceja confuso
- siento que aunque ahora lo tengo prácticamente todo, me fal…
- falta algo – completo shun – yo también lo siento seiya que algo no anda bien como dices tú, pero este sentimiento a estado desde que ella se fue…
- no lo sentía así desde es día – dijo el pegaso pasando con ansiedad sus manos por sus cabellos – han pasado 7 años y no puedo vivir una vida normal, hay días que siento mucha pena en mí, una pena que estoy destinado a cargar
- todos sentimos eso, no eres el único que siente que cometió un error – le dijo shun con ánimos de tranquilizarlo más se veía también muy acogido con sus palabras – yo también siento que no tengo vida que he botado siete años a la basura, hay veces que deseo volver al santuario y quedarme allí como lo hicieron los dorados, e intentar reivindicarme dar mi vida a su servicio – tomo aire cerrado sus ojos suspirando ante el pensamiento – más me acuerdo que ella siempre dijo que quería que viviéramos vidas normales
- es verdad – concluyo seiya algo apesumbrado – shun crees que vuelva? – pregunto con ilusión
- no volverá seiya – dijo shun ocultado su pena más su dolor era palpable – hemos pecado y como castigo ella se ha ido
- yo no quería esto – murmuro el pegaso dejándose caer en la cama tapando su rostro con su brazo
- nadie lo quería, aunque no lo creas hasta ikki siente la pena de su partida es como si nos hubieran arrancado el oxígeno y nos hubieran dejado solo aire fétido en los pulmones –dijo sin medir sus palabras el caballero de Andrómeda
- qué? – pregunto seiya confuso por sus palabras
- seiya no sientes que ese deber hacia ella, es más devoción, amor como lo quieras llamar – le dijo mirándolo fijamente – yo siento que perdí algo irremplazable en mi vida y no comprendí lo valioso que era hasta que se fue
- sabes si hyoga o shiryu…
- también lo sienten –aseguro shun – hable con ellos y aunque shiryu esta con sunrei siente lo mismo como si le faltara algo fundamental en su vida
- shun como me quito la pena que está en mi pecho la carga de ser su caballero, de ser suyo, quiero quitarme la armadura, pero al mismo tiempo quiero portarla siempre porque sé que así la volveré a ver – el pegaso tomo su camisa simulando su corazón en su mano y shun entendió que la pena de ser caballeros en comparación a no serlo es peor – no cambiaría nada de lo vivido en estos años y menos los que pase como caballero de pegaso
- ni yo – le confirmó el Andrómeda –más hay que seguir adelante como ella hubiera querido
- como sabes que ella lo hubiera querido – pregunto seiya
- prefiero creer que deseo una vida normal para nosotros que pensar que nos deseó la muerte el día que se marcho
- tal vez lo hizo, porque se siente como si estuviera muerto…
- ese debe ser el castigo por pecar contra athena…
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El alba ilumino su camino de nuevo como cada mañana, más sentía que algo raro en el ambiente mas no sentía el terror de una nueva batalla, sentía la adrenalina correr por sus venas ante lo insólito sabía algo ocurriría lo presentía, camino de regreso hasta su departamento como hacia todos los días cruzándose con seika que iba de salida
- seiya ya es tarde no tienes que ir al gimnasio? – pregunto su hermana algo apurada
- sí, ya me voy – dijo con molestia odiaba que lo tratara como a un niño aun
- seiya…
. Que ya me voy seika – respondió algo ofuscado tocándose el pecho algo confundido sentía algo raro, algo que emanaba de su interior, algo lo llamaba sentía su cosmos reaparecer después de largo tiempo queno lo sentí, de nuevo toco su pecho confundido como si desapareciera en su mundo interno
- seiya – seika lo tomo por el hombro y lo jalo hacia ella sacándolo de su ensoñación
- que pasa seika –le hablo más fuerte que antes ante su brusquedad
- mira – le señalo hacia el final de la calle de donde provenía un joven con el cabello anaranjado al viento y ropas muy conocidas para el
- kiki…
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Seika lo abrazo y rompió en llanto al reconocer al joven que se acercaba a ellos con paso firme. Aunque seiya solo tenía ojos para ese pequeño que le brindaba una sonrisa radiante a él, comprendió algo que su hermana supo desde que vio al pequeño, se marcharía, el santuario lo necesitaba.
- hola seiya, seika – saludo el pequeño haciendo una pequeña reverencia ante ellos
-kiki, que grande estas – le dijo seiya abrazando a su hermana quería transmitirle que todo estaba bien que no había necesidad de que se llorara el volvería a si el mundo se derrumbara volvería por su familia, por ella – veo que ahora llevas las ropas de aprendiz
- pues llevo toda mi vida sirviéndole al señor mu, pero ahora soy aprendiz del caballero de aries al fin – le dijo con un deje de orgullo en la voz, mas su rostro serio miro a seika con gesto culpable sabía lo que tenía que hacer – seiya he venido aquí por orden de su ilustrísima – declaro muy serio dándole a entender que no era una simple visita normal de viejos amigos – su ilustrísima requiere tu presencia de inmediato en el santuario
- pasa algo – pregunto confuso
- no puedo decirte nada mas así quisiera pues es lo único que se – le revelo sin pudor el pequeño que ya casi era tan alto como el – debe sur una emergencia ya que todo caballero debe estar en Grecia mañana a primera hora; hay una reunión mañana para todo los caballeros en servicio de athena
Athena era la segunda vez que escuchaba el nombre de su diosa en tanto tiempo y por un momento sintió que las lágrimas de seika en su hombro no eran tan dolorosas como el dolor que debía sentir ella ante el mundo, muchas veces durante horas imaginaba a athena llorando con la pena que el sentía en su pecho destruyendo cualquier salida del dolor que lo consumía, mas después recordaba que para una deidad como ella el dolor debía ser pasajero y que para ella el odio no era conocido
-seiya acabo de avisarle a shun que también está en Japón e iré a avisarle a jabu que está muy cerca volveré para llevarte al santuario con mi tele transportación junto con jabu y shun, podrías ir a la mansión kido allí nos veremos – le indico más como una orden que como un consejo el pequeño dejando delatar que lo que se avecinaba fuera lo que fuera era algo grande – nos vemos en la mansión kido – repitió dándole la espalda y caminando por la calle por donde había venido – seika lo siento – susurro el pequeño
- seika, todo está bien no pasa nada ven vamos – le pidió más ella parecía abrazarlo con todas sus fuerzas partiéndole el corazón
- no te vallas, ya has hecho mucho seiya – le dijo sollozando en su hombro
- seika hice un juramento ante la orden
- ya no eres un caballero de ella
- seika jure dedicar mi vida a su protección debo…
- no le debes nada a ella, ya no está en este mundo – le grito soltándolo de golpe mostrando las lágrimas que corrían libres por su rostro
- Le debo mi vida y la tuya le debo todo y así no esté aquí jure volver cuando me llamaran y ahora me necesitan he iré - le grito sintiendo el rostro húmedo también estaba llorando le dolía dejar a su hermana la quería eran lo único que tenia su hermana, ahí estaba de nuevo dejándolo todo por su deber, ese que le arrebataba la vida de nuevo pero le ayudaba a llenar el vacío que sentía – seika lo último que quiero es irme de pelea contigo – le abrió los brazos de nuevo quería despedirse de lo único que tenía que era ella, aunque su corazón ronroneo en desaprobación
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La luz del atardecer se colaba por las cortinas del vestíbulo donde esperaba pacientemente acompañado de shun que desde que se habían visto apenas habían cruzado palabra fuera por la ansiedad, confusión o ese sentimiento de que algo en su interior se revolvía inquieto. De la nada apareció el joven aprendiz acompañado no solo por el caballero del unicornio que parecía algo afligido y mostraba la misma cara que ellos sino también con el caballero del fénix que lucía igual que siempre una cara seria, para ellos
- hermano – se levantó shun a saludarlo, debían de llevar mucho sin verse ya que seiya no lo veía hace como unos 3 años – donde has estado
- no me gusta permanecer en un solo sitio mucho tiempo shun – le dijo ensanchando una sonrisa – ahora cual es el lio que dios nos ataca – pregunto
- no sabemos nada hermano – le respondió shun mirando a jabu que no lo veía desde hace 7 años ya que fue el primero en huir del santuario – jabu cuanto tiempo sin verte
- si he estado ocupado – respondió sin mirarlo ya que tan solo miraba a seiya con gran odio
- que más caballo con alas – saludo ikki, rompiendo la demostración de mutuo odio que trasmitían
- bastante bien, ikki tú te vez bien te sienta la libertad – dijo haciendo sonreír al fénix
- esa hora - anuncio kiki ofreciéndoles las manos
Dudaron en tomar sus manos sabían muy dentro de sí que se estaban despidiendo de una vida formada en un tiempo de paz inconcluso para ellos, todos cerraron los ojos con fuerza al sentir como dejaban el suelo atrás y tocaban uno nuevo muy conocido para ellos, seiya abrió sus ojos encontrándose con la vista con la que soñaba en las noches recordando su tiempo como caballero de pegaso, el santuario se levantaba espléndidamente ante sus ojos, a lo lejos podía distinguir las 12 casas reconstruidas y en lo alto se podía admirar con los últimos rayos del atardecer la estatua de athena que se veía impune ante el, recordándole la partida de ella, que le dejaba un dolor en su pecho de nuevo al recordarlo y un sentimiento de culpa.
Hola
Bueno esta es un historia que se me ocurrió después de ver tanto saint seiya además es mi primer fic
Espero que les guste y si así es que dejen sus comentarios
Gracias por leer
Asuna
