DGM no me pertenece.

Este fic es un pequeño giro a la historia, solo está un poquito adaptado al manga. Y como Rollen shipper he de decir, que tendrá un toque de esta pareja.

My way

Capítulo1:

—Allen. Allen…te estoy hablando... ¡Allen!—el chico abrió los ojos ante el repentino llamado, encontrándose en un lugar desconocido.

— ¿Dónde estoy?

—En un sueño Allen—le contestó la misma voz que lo había estado llamando.

—Road, ¿eres tú?

—Reconociste mi voz, ¿eh?—Road se alegró por ello.

— ¿Dónde estás?—Allen solo podía escucharla, más no la veía por ninguna parte.

—Estoy y no estoy aquí Allen, pero eso no importa ahora. Te voy a mostrar algo que debes saber.

— ¿Mostrarme? ¿Qué cosa?

—Es sobre Mana y Neah.

— ¿Es sobre lo que dijiste la última vez antes de que desaparecieras? ¿A qué te referías? ¿Cómo es que tú lo sabes?

—Tranquilo. Ya lo verás. Solo presta atención.

El lugar donde Allen se encontraba se llenó de color y pudo reconocerlo enseguida.

Era la ciudad en donde el circo en el que trabajaba se había instalado en la época en la que conoció a Mana. Pudo visualizar a dos niños de unos diez años jugando entre sí.

— ¡Atrápame si puedes, Mana!—gritó uno de ellos, poniéndose a correr.

— ¡Espérame Neah! ¡No corras tan rápido!

— ¿Mana y Neah?—preguntó el peligris.

—Así es.

De repente, el escenario que Allen veía cambió. Parecía que algunos años habían pasado.

— ¡No puedes hacer eso Mana! ¡Tenemos que reunirnos con todos y ganarle al Vaticano!

— ¡Pero podemos crear akumas y así encontrar el corazón, eso sería mucho mejor!

— ¡No podemos lograr nuestro objetivo, sacrificando vidas humanas! ¡Encontraremos otra solución!

— ¡No Neah, tú no entiendes! ¡Dios creó el Diluvio Universal para liberar al mundo de la maldad, pero el Vaticano está adquiriendo esa maldad para su propio beneficio, para gobernar al mundo!

— ¡Pero Mana, entiende! Buscaremos otra manera, podemos buscar a nuestros compañeros y así destruir el corazón, con eso el Vaticano se debilitará y ya no habrá ningún problema.

— ¡No Neah, si tú no quieres ayudarme, lo haré yo solo!

Mana salió corriendo de ahí y Neah fue tras él.

— ¡Mana espera!

Su hermano no lo escuchaba y corría tan rápido que Neah lo perdió de vista. Lo encontró dos horas después en un cementerio.

— ¿Mana?—llamó a su hermano.

Él se encontraba en su forma oscura, pero tenía la mirada perdida.

— ¿Estás bien?

Su hermano empezaba a preocuparse por él. Un aura oscura comenzó a salir del cuerpo de Mana.

— ¿Qué te ocurre?—pero Neah sintió la presencia de algo— ¿materia oscura? ¡¿Dejaste entrar a tu cuerpo materia oscura?! ¡Mana!

Pero Neah no tuvo tiempo de hacer nada, solo pudo ver como su hermano era dividido en dos. Uno de ellos era su forma blanca que se encontraba desmayado y el otro era su forma oscura quién emitía una tenebrosa carcajada.

— ¿Cómo hiciste eso?

—Neah…—susurró— ¡te mataré, traidor!

Una feroz pelea inició entre los hermanos dando por resultado la muerte de Neah, al no defenderse por no querer atacar a Mana.

La forma oscura de Mana, adquirió la forma que Allen conocía como el Conde del Milenio, mientras su forma blanca despertaba sin ningún recuerdo de nada.

Sorpresivamente, Cross Marian quién los había estado buscando, apareció junto a Neah.

— ¡Neah! ¡Neah!

—Marian, cuida de Mana por favor y detenlo, alguien heredó mis memorias, ayúdalo. No dejes que la destrucción lo destruya a él.

—Neah…

El catorceavo murió en los brazos de Cross.

Todo se disolvió y Allen apareció en el parque dónde se había quedado dormido esa noche antes de encontrarse con Road.

—Mana es el Conde del Milenio—más que preguntar, Allen lo afirmó.

—Así es.

—Road.

La chica ahora se encontraba frente a él. Estaba tal y como la recordaba. No había cambiado en nada.

— ¿Cómo sabes todo esto, Road?

—Recuerda que yo poseo el sueño y además fui la primera en despertar, así que conozco al Conde desde hace mucho. Desde antes que tomara su forma actual.

Allen seguía intentando entender todo lo que Road le había mostrado.

—Entonces, ¿el Vaticano desea apoderarse de todo?

—Sí, ese tal Leverier es su mano derecha.

— ¿Pero cómo logró Mana separarse en dos entidades diferentes? ¿Solo es posible con la materia oscura?

—Tanto Neah, como Mana y Cross tienen unos poderes impresionantes, combinados con la materia oscura, logró hacerlo, pero Cross debe saber mejor cómo.

—Pero mi maestro está…

—Está vivo—afirmó.

— ¿Qué? Pero…

—El apócrifo no lo mató, él solo fingió su muerte para escapar de la Orden.

— ¿Y sabes dónde está? ¿Cómo lo localizo?

— ¿Acaso no es obvio? Timcanpi. Ahora, vamos, ¿de acuerdo?

Allen tenía la cabeza hecha un lío. Pero creyó que lo mejor era hacerle caso a Road, ya que parecía que sabía mucho al respecto, pero antes…

—Espera, Road—la detuvo— ¿tú conocías a Neah y a Mana?

—Ellos me cuidaron antes de que despertara por completo como Noah. Cuando desperté, olvidé muchas cosas de mi pasado, pero gracias a mi sueño he logrado recordar todo.

—Tengo otra pregunta.

—El día de hoy tienes muchas preguntas. ¿Qué es?

— ¿Me estás ayudando porque soy el decimocuarto?—para Allen, Road era alguien confuso. A veces se portaba linda con él y en otras se enojaba, así que suponía que había una razón detrás de la ayuda prestada.

— ¿Eso crees?

—En realidad, no sé en qué debería creer.

Road se acercó a él y pasó sus brazos alrededor de su cuello.

—Te ayudo porque eres Allen, no porque seas Neah.

El chico sonrió un poco avergonzado e incómodo con la cercanía de aquella chica.

—Gracias—pero tan educado como era, tenía que agradecerle.

—No me las des, mejor vámonos.

— ¿Y cómo vamos a hacer eso? El apócrifo aún me persigue.

—Mis puertas Allen, recuerda, mis puertas.

—Lo siento, todo esto me tiene muy confundido.

—Y no te culpo. Ahora, ven.

Road abrió sus puertas y le estiró la mano, Allen la tomó y entró a ese mundo junto con ella y Tim.

El golem dorado los llevó hasta una pequeña cabaña en un verde prado.

— ¡Estúpido alumno!—se escuchó desde dentro de la choza.

Allen no sabía si estar triste, feliz o tener miedo de reconocer esa voz. Aunque por lo menos, su maestro estaba vivo. Suspiró y se dirigió a la cabaña.

— ¡¿Por qué tardaste tanto?! ¡Tenemos mucho qué hacer!—le gritó Cross apenas cruzó el umbral de la puerta.

— ¿Eh?

—Este es el plan. Entrenarás para poder liberar a Neah sin perderte a ti mismo, cuando lo hayas logrado, atraerás al apócrifo, lo eliminaremos para localizar al corazón y destruirlo, así estaremos un paso más cerca de eliminar al Vaticano.

— ¿Y cómo voy a entrenar para lograrlo?

Cross bufó exasperado.

—Neah, si me escuchas, sal de ahí.

En un momento, Allen desapareció, dando lugar ahora a Neah.

—Cuánto tiempo Marian—dijo moviéndose de un lado a otro aun estando sentado.

—Sí, sí, hola Neah, tan despreocupado como siempre. Ya ayudé a Allen, ahora necesita que le prestes tus poderes, así lograremos ayudar a Mana y podrá ser liberado.

—Eso depende de Allen, no de mí.

—Entonces, solo coopera.

—Hai hai.

Allen regresó a su cuerpo y se le quedó viendo totalmente confundido a su maestro.

—No tenemos tiempo que perder, iniciemos con esto de una vez.

Allen se paró rápidamente de su asiento.

— ¿Qué? ¡Espera maestro! ¡No entiendo nada! ¿Dijo algo Neah? Road me mostró la relación de Mana y Neah y de cómo Mana logró separarse en dos entidades diferentes, pero no entiendo del todo.

— ¡Estúpido alumno!—Cross ya había perdido la paciencia—Mana logró separarse por la materia oscura, pero por ello olvidó todo, pero olvidar depende de la persona. Si la persona desea no olvidar entonces no lo hará. Y también necesitamos de tu melodía.

— ¿Mi melodía?

—Sí, tocarás el piano para separarlos y si esa persona no desea olvidar, funcionará.

—Ya veo.

— ¿Estás listo?

—Espera maestro, entonces entrenaré para controlar los poderes de Neah y dejarlo salir cuando yo desee, además aprenderé a atraer al apócrifo solo cuando eso sea necesario, lo destruiremos y también al corazón, pero ¿cómo destruiremos al apócrifo?

—Entre tú y Road lo lograrán, los poderes de Neah te ayudarán.

—Pero si destruimos al corazón para quitarle el poder al Vaticano, las inocencias desaparecerán y eso incluye a la mía.

—Sí y no. Tu inocencia ahora es parte de tu corazón, así que no puede ser destruido porque ahora tiene un corazón diferente del cual depender.

Allen suspiró ante toda esa información.

—No entiendo como sabe todo eso, maestro.

— ¡Eres irritante!—le gritó con una vena sobresaliente en la frente—yo conocí a Mana y a Neah, conozco lo que busca el conde en realidad, aunque haya perdido el control, he investigado todos estos años para llegar a esta solución. ¿Acaso no has visto lo que la Orden puede llegar a hacer para obtener el poder del mundo? ¿sabes la historia de Lenalee Lee?

Allen asintió.

—Cuando descubrieron que era compatible con las botas oscuras, la obligaron a convertirse en exorcista.

—Y también intentaron hacer que personas con relación de sangre con exorcistas sincronizaran con la inocencia, pero al no lograrlo se convirtieron en caídos.

—Y el plan de segundos exorcistas—agregó Allen—utilizando a exorcistas muertos, reviviéndolos en recipientes y reinsertando su antigua inocencia.

—Y ahora el plan de terceros exorcistas. Utilizando a Alma Karma y al huevo para crearlos y tener doble poder. Ahora ellos saben la verdad y por eso se fueron del lado del Conde.

— ¿En serio? ¿Por qué lo aceptan si el Conde no está haciendo tampoco lo correcto?

—Porque la única que conoce la historia completa es ella—Cross señaló a la chica que había estado escuchando todo mientras tomaba a Allen de la mano.

— ¿Road? Pero…

—Yo juré lealtad al Conde, pero por eso mismo estoy aquí contigo tratando de salvarlo de él mismo.

—Ahora lo entiendo todo.

— ¿Ya terminaste con tus preguntas, estúpido alumno?

Allen lo miró enojado.

—Sí maestro, ya terminé.

—Ya era hora, ya me habías fastidiado.

— ¡¿Qué quiere que yo haga?! ¡Yo no sabía nada de esto!

—Ya, ya, mejor calla y ponte a entrenar de una vez por todas.

— ¿Cómo?—preguntó enojado.

—Y sigues preguntando.

—Yo te entrenaré—intervino Road.

Eso no le gustaba nada a Allen. Sin embargo, tuvo que aceptar.

El entrenamiento fue realmente duro. Tuve que aprender la forma en la que su inocencia dejará de atraer al apócrifo y lograr controlar el poder de Neah. Además, de que Road no le tenía nada de compasión.

Un mes después, logró su objetivo a la perfección.

—Ahora será la prueba final—señaló Cross—Road—llamó a la chica.

— ¿Sí?

—Ataca a Allen con todas tus fuerzas.

—Ok—aceptó sin dudar.

—Pero qué tal si te lastimo—dijo Allen preocupado, ya que ahora se sentía más seguro de sus poderes.

—Yo creo que hay más posibilidades de que yo te lastime Allen.

—Deja de intentar protegerla, ¿acaso no la conoces?—se quejó Cross enojado.

—Está bien. Adelante Road.

Una última batalla inició entre ellos. Road esquivaba ágilmente todos los ataques de Allen con su Crown clown, pero aún no conseguía tocarle ni un solo pelo. Prefirió dejar salir a Neah para que lo apoyara. Él era más ágil que la Noah de los sueños y nada benevolente, así que en un par de minutos logró atravesarla con su espada, incrustándola contra la pared.

—Muy hábil—le sonrió.

—Gracias.

—Pero recuerda que no puedes matarme.

—Lo sé, tampoco pretendía hacerlo.

—Bien—les gritó Cross—eso es todo. Prepárense, porque mañana será el día decisivo.

Cross dormía en una habitación en la cabaña, mientras que había obligado a Allen y a Road a compartir la más pequeña, aunque por suerte había dos camas.

Esa noche, Allen no lograba conciliar el sueño.

—Road, ¿estás despierta?—le preguntó en las penumbras de la habitación.

—Sí, ¿por?

— ¿Puedes venir un momento?

—Claro, Allen.

La chica se dirigió brincando hasta subir a la cama de Allen.

— ¿Qué deseas?

—Golpéame.

Road se quedó en silencio un momento.

— ¿Qué?—le preguntó confundida.

—Mañana será un día difícil. Solo quiero que me golpees para hacerme notar que esto es real.

—Eres raro, pero lo haré—aceptó riendo.

Road le pegó a Allen una sonora bofetada. Tan fuerte que incluso lo hizo caer de la cama.

— ¿Así?—le preguntó mirándolo desde arriba de la cama.

—Sí, gracias—Allen volvió a treparse y la miró.

— ¿Qué te ocurre ahora?—le preguntó ella.

—Nada, solo no sé qué nos deparará mañana.

—Estarás bien. Eres Allen.

Sin previo aviso, las lágrimas empezaron a correr por el rostro del chico. Road lo abrazó fuertemente.

—Estarás bien Allen, yo estaré contigo.

Allen sujetó con fuerza a esa pequeña chica que lo ofrecía sus brazos sin dudar, aferrándose a su consuelo y lloró sobre su hombro como no lo había hecho desde la "muerte" de Mana.

Estuvo así como por una hora, hasta que consiguió relajarse estando aún en los brazos de Road.

— ¿Cómo es que consigues tranquilizarme?—le preguntó.

La chica lo soltó para tomar su rostro entre sus manos.

—Yo tampoco lo sé, pero me alegra poder hacerlo.

—Gracias—le dijo Allen con una pequeña sonrisa.

Minutos después, ambos yacían profundamente dormidos.