¡Bienvenidos al primer capítulo! Sé que no hay muchos que lean Katawa Shoujo, ni tampoco muchos fics de este, pero he aquí mi pequeña aportación. Como veis, el fic tendrá como personajes principales a Kenji, un OC, Hisao y Emi. ¡Espero que os guste y que dejéis reviews sobre cómo os gustaría que fuera yendo la historia! :3

Capítulo 1: Y después..

Hisao no pudo evitar sorprenderse al ver que había un nuevo pupitre vacío a su lado, y lo que ello significaba. Mutou aún no había llegado, pero la adición de un nuevo pupitre auguraba la venida de un nuevo alumno. Lo cual, a aquellas alturas del curso era inusual, pero podía ocurrir tal y cómo había ocurrido con él hacía semanas atrás, sin ir más lejos. Shizune y Misha le confirmaron la noticia con expresiones de benevolencia, como si estuvieran compartiendo información restringida con Hisao.

Mutou no tardó en llegar, con su habitual parsimonía, y con el nuevo alumno a su lado, caminando ambos con expresiones somnolientas a juego, aunque el alumno caminaba con dificultad y las piernas algo arqueadas hacia afuera, pero lo que más destacaba era otra cosa. Las miradas de los alumnos fueron al nuevo compañero, un chico, que aunque no tenía aspecto occidental, tenía rasgos que no eran japoneses y que tenía una pequeña vacilación a la hora de andar. Lo que más destacaba era cómo Mutou a su lado parecía un gran roble, y no se trataba de que Mutou fuera tremendamente alto y corpulento, sino que el alumno era muy bajo -apenas sobrepasaba el metro y medio, y eso que llevaba unos zapatos ortopédicos de suela alta- y delgadito. Las gafas que llevaba se parecían mucho a las de Kenji, sin embargo Hisao dudaba que este nuevo alumno fuera tan "único" como Kenji, al cual, consiraba su "amigo" a pesar de sus manías persecutorias, las feministas y los préstamos de dinero.

Mutou presentó al alumno como "Wei Yào", lo cual junto con la apariencia y el acento lo identificaban como alguien proveniente de China aunque él no lo corrobororase. No parecía gustarle hablar demasiado. No dijo mucho; tras que Mutou diera su nombre, alzó la mano a modo de saludo y dijo algo así como "Yoooh" lo cual podía ser o bien un saludo, o bien un bostezo intercalado con un intento de saludo. Tras escribir su nombre en la pizarra, Mutou intentó que dijera algo más, pidiéndole que expusiera levemente alguna afición.

-La verdad es que no hay muchas cosas que me apasionen-eso parecía cierto. Su expresión más que de somnoliencia era de indiferencia ante el mundo. Mutou puso una expresión de cansancio ante la resistencia del alumno en hablar. Sin embargo esta no residir en la timidez de Wei sino el simple hecho de la pereza que le daba articular palabras, aparentemente.

-¿Qué tal si dices una?-empujó Mutou, con un suspiro bastante sentido. Parecía ansiar el momento de sentarse y empezar a explicar.

-Me gustan...las maquetas-por la pausa, Hisao creyó que había dicho lo primero que se le ocurrió, porque parecía bastante poco convencido de ello.

Mutou se dio por satisfecho, y pidió que se sentara en el pupitre libre. Enseguida las explicaciones de química repetidas de cierto contenido que había generado dudas apagaron la curiosidad de los alumnos en el nuevo alumno y los sumió a todos en una especie de sopor mental, incluido a Hisao, ya que había captado la explicación la primera vez. Por pura inercia, miró a su lado, hacia el alumno nuevo. Supuso que tendría que esforzarse para seguirle la pista al resto del curso, así que se imaginaba que tomaría ávidamente apuntes, pero se lo encontró durmiendo. Hisao sabía que a excepción de si eras Shizune, uno siempre tenía una primera vez en caer dormido ante las explicaciones de Mutou, pero aquel chico no había durado nada. Una pelotita de papel proveniente de Misha cayó sobre él, con la esperanza de despertarlo y evitar que Mutou le llamase la atención en público el primer día, o quizás la nota contenía una advertencia de Shizune, un severo e imperativo"¡No duermas en clase!" escrito con una impecable caligrafía. Mutou se percató de cómo la bolita rebotaba en la espalda de Wei y de cómo Misha estiraba la pierna para atraerla con el pie cerca suya y recuperarla. Misha se quedó fijamente a Mutou que escribía fórmulas en la pizarra y que estaba preparado para girarse y dejar ver esa extraña capacidad de los profesores de ser capaz de percibir cosas a su espalda, sin embargo, tras unos segundos sosteniendo la tiza sobre la pizarra, siguió. Sabía que el alumno no se había tomado ningún día libre, y que de hecho había llegado a Yamaku horas antes de comenzar las clases a las que se incorporó sin rechistar. Así que, tras echar una imperceptible mirada pasajera hacia el nuevo alumno, prosiguió con la explicación. Las explicaciones eran densas como arenas movedizas, así que nadie de la clase se percató de la larga siesta de Wei, a excepción de Hisao, Misha, Shizune y el propio Mutou, así que nadie lo interrumpió de su sueño, ni siquiera el arrastrar de sillas tras tocar el timbre para un leve descanso. Hisao tuvo que zarandear a Wei que miró a los lados y tardó casi un minuto en darse cuenta de dónde estaba. Cuando lo hizo, Shizune y Misha ya se habían posicionado delante de su pupitre. La risa de Misa terminó de despertarlo. Hisao pudo notar que no le hizo ninguna gracia esa risa atronadora recién despierto.

-¡Gua,ja,ja!¡Sí que dormías profundamente, Wei!¡Por esta vez te lo dejaremos pasar, porque sabemos que has sido diligente y te has incorporado con rapidez!-exclamó Misha. Shizune complementó con más gestos y añadió-¡Sii-chan dice que si lo tomas como un hábito, tu rendimiento escolar puede bajar!

-Ajá. No pasará de nuevo-la manera en la que lo dijo fue tan poco convincente que Shizune puso gesto molesto.

-¡Lo tomaremos como un "no pasará de nuevo" completamente rotundo!

Hisao comenzó a guardar los libros en la mochila, pero reanudó su atención a la conversación cuando Misha dijo su nombre para presentarlo y hacer referencia a que él había sido el último chico nuevo antes de Wei.

-¡Tal y como le recomendamos en su día a Hii-chan, deberías unirte a algún club! Podrás hacer actividades extraescolares y conocer gente-el rostro alegre de Misha se tornó algo decepcionado, mientras se cruzaba de brazos- Es una lástima que el festival haya pasado...¡fue genial! ¿Verdad Hii-chan!

-Es cierto-dijo Hisao. Aunque había sido un bonito festival, probablemente para Wei había sido mejor llegar después debido a su carácter. Parecía algo gruñón y huraño si interrumpían su parsimonia, así que una avalancha de actividades y deberes con el festival probablemente le habría resultado muy pesado. Incluso siendo alguien colaborador, podía ser agotador, tal y como atestiguaba Hisao. Hisao incluso intuía que aquel chico parecía tan relajado e indiferente que no se uniría a ningún club; es más, ni siquiera haría el esfuerzo de buscarlo.

-Fue intenso, pero mereció la pena. Toda la escuela se volcó.

-Vaya...-su intento de parecer interesado no dio demasiado resultado. Hisao se preguntó si se sentía algo desamparado en un país nuevo, y en una escuela nueva. Quizás por eso era tan esquivo.

Shizune comenzó a gesticular, como si hubiera olvidado añadir algo.

-Ah, sí-comenzó a traducir Misha- Sii-chan quiere saber sí sabes sobre el número de tu habitación. Lamentablemente, tus cosas no han llegado aún. Lo único que ha llegado de momento es tu maleta de mano, que está esperándote en consejería.

-Con eso estaré bien. Gracias.

Misha se unió al gesto de disgusto de Shizune. Shizune parecía nerviosa por que aquel estudiante hablaba relajadamente, miraba hacia los lados, y no parecía estar nervioso. Hisao supuso que le resultaba problemático crispar así a la gente.

-¿No crees que tendrías que saber las instalaciones?

-Ya lo descubriré.

Shizune volvió a gesticular furiosamente.

-¡Sii-chan, tienes razón!¡Hii-chan! ¿A que no puede pasar un minuto más sin saber dónde está la enfermería?

Hisao asintió, y enseguida Misha volvió a la carga.

-¡Exacto!¡Y como Hii-chan nos da la razón y está implicado, será quien te la muestre ahora mismo!-Hisao se quedó sorprendido por aquella tarea tan repentina que le habían encomendado.

-¿Yo?

Misha juntó las manos en gesto de plegaria:

-Shii-chan y yo tenemos mucho trabajo en el consejo estudiantil hoy. Pensábamos que podrías mostrarle tú las instalaciones de Yamaku. No te preocupes, durante el almuerzo le llevaremos a la cafetería, pero después de las clases nos resulta imposible estar aquí.

-Si es un problema...-el otro parecía querer zafarse también.

-¡Oh, no te preocupes!¡Sii-chan dice que el consejo estudiantil está para servir a los alumnos!¡No podemos dejar que el primer día, simplemente, vagues por la escuela sin rumbo!-el gesto orgulloso de Shizune lo corroboraba-Vamos, Hii-chan. Aunque sea sólo lo imprescindible; la consejería para su maleta, la enfermería para el chequeo y el bloque de las habitaciones de chicas...

Esto último sorprendió a Hisao. ¿Chica? Bueno, Rin llevaba el unforme masculino también, pero ella tenía una voz claramente femenina. La de Wei no era ronca, pero tampoco lo suficientemente aguda como para asociarla a una chica. Se dijo que quizás era el acento tan marcado que tenía el que provocaba que Hisao no identificase su voz con una femenina, pero también se le unían más factores que estaban lejos de provenir de la procedencia diferente de la estudiante; apenas tenía curvas, y mucho menos, pechos. Esto, con su pelo negro cortado a tazón y las gafas que le ocultaban las pestañas, habían hecho que Hisao pensase automáticamente en Wei como un chico.

Se quedó unos segundos callados por la sorpresa del género de Wei, y al ver cómo Shizune le miraba como acusándole de no querer ayudar al nuevo alumno, supo que debía haber asentido hacía un rato.

-Claro, faltaría más. Perdonad, la clase de Mutou me afectó un poco-se apresuró a añadir para tranquilizar a Wei, que se mordía el pulgar al creer que había metido a Hisao en un compromiso. La aclaración arrancó de nuevo el buen humor de ambas miembros del consejo estudiantil, no sin antes recordarle a Wei que esta vez no se durmiera. El resto de las clases transcurrieron sin incidentes. A la hora del almuerzo, Shizune y Misha acompañaron al nuevo a la cafetería, tal y como prometieron. Hisao, por su parte, subió a la azotea, donde se encontró con Emi. Ambos se besaron. Desde que Emi y él visitaron la tumba del padre de la chica, la relación había mejorado, y mucho. Paralelamente a esto, Rin había partido primeramente a debutar en una galería, ofrecimiento que ella no había aceptado hasta que Emi y Hisao decidieron animarla a ello. Aunque Rin había pasado algunos trances en su debut en una galería donde expusieron su arte, finalmente se le había ofrecido integrarse en una escuela de arte profesional. Emi seguía constantemente en contacto con ella, por miedo a que no se cuidase o que no lograrse integrarse en la nueva escuela. A pesar de la buena relación de pareja, Hisao sabía que Emi estaba afectada por tener a Rin lejos, por lo que pasaba mucho más tiempo con ella. Inclusive, siempre la veía durante un rato antes de irse cada uno a dormir a sus respectivos cuartos.

Después del almuerzo, volvió a clase para terminar la jornada escolar, tras lo que, mientras recogían, Misha le recordó que había accedido. Hisao le dijo que no lo había olvidado. Enseguida terminaron de recoger y Hisao comenzó a guiar a Wei por los pasillos, mientras ella le preguntaba sobre qué tipo de clubes había. Hisao supo que era más por evitar el silencio que por interés en alguno. Mientras caminaba se percató de que bajo los pantalones, las piernas de Wei parecían estar en una posición extraña. Primero pasaron por la conserjería a por la maleta. La maleta era bastante grande, y con aspecto gastado. Hisao se ofreció en seguida a llevarla, al ver lo voluminosa que era la maleta en contraste a su dueña, que parecía bastante frágil. La siguiente parada, fue la enfermería, donde Hisao tuvo que esperar fuera. Oyó una discusión. No pudo distinguir palabras, pero Wei parecía hecha una furia, cosa que le sorprendió en alguien tan relajada e indiferente. Ella salió con un gesto de enfado que se alejaba poco a poco como la marea, y el enfermero, con gesto resignado. El enfermero saludó cordialmente a Hisao con la mano al verlo, pero no pudo quedarse a hablar porque Wei se encaminó fuera de la enfermería al paso más rápido que sus pies podía seguir, probablemente por el enfado. Hisao se sintió incapaz de preguntar qué pasaba y se limitó a seguirla maleta en mano hacia afuera.

Ya el sol comenzaba a ponerse. Hisao caminaba un poco doblado, con gesto de esfuerzo. La maleta comenzaba a pesar. Apenas había nadie en los jardines, ocasionalmente algún que otro alumno regresando a los edificios de dormitorios. Hisao notó cómo una figura se les acercaba trotando, con cierta prisa. Por la altura y las miradas furtivas que lanzaba alrededor, supo que se trataba de Kenji. Si Wei llevase el uniforme femenino, habría dado un rodeo para evitar a Kenji, pero contaba con que, como ocurrió con Rin, confundiera a Wei con un chico. Así la ignoraría.

-Hola, hombre-saludó Kenji. La relación entre ambos había mejorado. Bueno, con sus peculiaridades, pero sí, Hisao podía considerar que Kenji se había convertido en un amigo, aunque procuraba mantener una distancia prudencial para que aquella onda de paranoia no se le contagiase. Tampoco le había presentado a Emi, pero Kenji sabía sobradamente que ambos estaban juntos ya que en más de una ocasión se había cruzado con Emi en el pasillo cuando ella se acercaba al dormitorio de Hisao. Y aunque al principio se había llevado un susto tremendo por el hecho de tener cerca al arma feminista de piernas metálicas y arrolladoras (Hisao no podía culparlo, al fin de al cabo, se conocieron porque practicamente Emi lo atropelló cuando apenas llegó a la escuela) finalmente se había acostumbrado a que Hisao estuviera con Emi, aunque no a Emi en sí misma. Como una gacela mirando a un león, Kenji se deslizaba y se ponía alerta apenas notaba su presencia, mirándola fijamente como si buscase detectar un movimiento brusco que le hiciera cerrar la puerta de su habitación y poner los seguros. Una vez, Emi le devolvió la mirada fija, y se quedaron quietos, petrificados, ambos asustados porque no esperaban que el otro estuviera ahí. Cuando Hisao llegó a ver la escena y tras más segundos de mirada fija asustada, fue cuando Kenji halló la oportunidad de desaparecer. Cuando Emi se fue, Kenji le agradeció a Hisao que lo "salvase" aunque añadió que era lo mínimo que podía hacer ya que ella estaba allí para visitarlo.

-Hola, Kenji. ¿Cómo tú por aquí?-sabía lo reticente que era Kenji a salir. Era bueno que tuviera necesidades alimenticias, ya que la compra era la única ocasión en la que Kenji tenía que salir, sí o sí. Podía pasar una semana pidiendo comida para llevar, pero no un mes. También salía para sus incursiones a la biblioteca, donde se llevaba los libros.

-¿Nunca has pensado en lo revolucionario que sería una nevera que se abastezca sola? Es el futuro, hombre. Si las feministas no fueran a destruirlo y mi deber protegerlo, me centraría en inventarla, pero mis neuronas tienen que concentrarse en una sola arma definitiva y no en dos, así que no podré hacerla. La nevera, digo-Hisao sentía que un montón de neuronas se ponían fuera de servicio cuando hablaba con el chico para volver luego. Aquellas respuestas eran demasiado extrañas.

-Así que vas a comprar, aprovechando que sobre esta hora apenas hay nadie que te impida cruzar el portón-resumió Hisao. Tras un "Exacto", Kenji trazó con el dedo una línea recta hacia el portón, con una sonrisa de satisfacción al ver que nada la cortaba.

-¿Y tú?

-Le enseñaba a Wei el lugar. Es un estudiante recién transferido-respondió Hisao con rapidez.

-La populación de Yamaku aumenta. Encantado, hombre-fue el saludo de Kenji ante una Wei completamente descolocada aún por el asunto de la nevera. Ella iba a responder, pero las palabras de Kenji la interrumpieron-¡Hisao!¡Es terrible!-la exclamación repentina de Kenji pilló a Wei de sorpresa, por lo que no pudo evitar dar un pequeño respingo. Kenji estaba demasiado preocupado como para percatarse. Hisao, por su parte, ya se había acostumbrado, para su desgracia-¡Nuestra fraternidad de hombres está en serio peligro!

Wei miró hacia Hisao y preguntó:

-¿Se trata de algún tipo de rol o algo por el estilo?-Hisao sólo pudo hacer un gestito con la mano y resignarse a preguntar qué pasaba.

-¡Están tras mi pista!¡Esas feministas han decidido pasar a la acción!¡Porque he conseguido tomar... un arma, hombre!-miró hacia los lados, con miedo de que alguien se acercase, sin embargo apenas un par de estudiantes a lo lejos se veían-Encontré un libro que habla de cómo proteger nuestras cabezas de su influencia. ¡Es un gran avance en nuestra lucha!-entonces se dirigió directamente hacia Wei, a lo cual Hisao sintió algo de mareo de pensar en qué burrada le iría a decir y en si ella se iba a espantar-Debes cuidarte, chico nuevo. ¡Ellas tratarán de entrar desde un principio, con sus faldas y sonrisas!¡Por suerte, Hisao te salvó de sus garras!

Hisao carraspeó mirando a Wei, para que evitase corregir a Kenji y decirle que precisamente, ella era una de sus temidas "feministas". "El chico" lo entendió ya que no dijo nada. Es más se limitó a poner una sonrisa acomodada, como la de un gato revolviéndose con un ovillo. Kenji entendió el carraspeo de Hisao como una queja por no darle su reconocimiento.

-Bien hecho, Hisao-la sonrisa de Kenji era de victoria. Su voz comenzó a subir, tomando matices de grandilocuencia-¡Si las tasas de reclutamiento siguen así, quizás nuestra fraternidad consiga derrotar al peligro feminista!¡Yo traeré armas para defendernos de tan poderoso enemigo!

Hisao se dijo irónicamente que no tenía otra cosa que hacer que esparcir aquella paranoia de Kenji a otros chicos. Definitivamente, prefería gastar tiempo con Emi. Habían superado ciertas dudas de ella, y el romance iba viento en popa...sonaba más interesante, tremendamente.

-Ve y difunde la palabra, Hisao-el comentario de Wei fue sarcástico. Parecía que se divertía con aquellos desvaríos tras la sorpresa inicial. Kenji se acercó mucho a Wei, que se echó varios pasos atrás; de no saber sobre la ceguera parcial de Kenji y hber sufrido ese gesto, habría pensado que Kenji hacía captado a la ironía debido a que tenía cara seria.

-Me caes bien, hombre, aunque tienes un acento muy raro. Atroz diría yo. Bonitas gafas-dijo Kenji, esbozando una sonrisa-Si demuestras tener una mente fuerte, no me importaría que entrases a nuestro club.

-¿Club?

Dicho esto, Kenji se dirigió a Hisao:

-Ya sabes, evalúale. Lo dejo a tu cargo, Hisao-exclamó, bastante risueño. Esto se desvaneció en un segundo por una expresión de concentración-Si no vuelvo, recuerden usar lo que he conseguido con sabiduría y vengarme. Será duro, pero sé que sus corazones son lo suficientemente fuertes.

Hisao sólo pudo asentir. Si se tomase un poco en serio todo aquello, habría preguntado cómo, ya que no sabía dónde estaba el libro, pero Hisao ciertamente no quería retenerlo más. Suficiente incómodo se había sentido por la presencia de Wei oyendo todo eso de feminismo, aunque Wei parecía más interesada en los desvaríos de Kenji que en cualquier otra cosa que le hubiera enseñado de la escuela.

-Raro-canturreó Wei. Luego miró a Hisao con aquella sonrisa gatuna en el rostro-Supongo que le daría algo si supiera que tiene un espía.

-Sí. Discúlpale.

-Nah, es un tipo divertido, y es de los pocos que han sido sinceros con mi acento. Es cierto que es atroz. Y supongo que además toda esa cosa se trata de su problema-Hisao se relajó al oír esto, y sobre todo por el tono de normalidad de Wei-Además, creo que éste es el club más interesante al que puedo entrar. Parece que Shizune y Misa no pararán hasta que entre en alguno y al menos aquí me río. Aunque no sé si le parezca ortodoxo eso de "El ejército anti-feminista".

Hisao emitió una leve risita.

-No me hago responsable de las neuronas que pierdas por el camino, ni de la bronca que te de Shizune.

-Reconoce que lo de la nevera es buena idea-Hisao no dijo nada, pero desde luego, para gente perezosa como Wei, ese invento sería una bendición.

-Me pregunto qué libro se llevó esta vez...-terminó por decir Hisao. Hisao sabía que el arma probablemente era un libro.

Finalmente, llegaron hasta las habitaciones femeninas. Emi esperaba y se lanzó a los brazos de Hisao, tirando la maleta al suelo.

-Hola, cariño-dijo él moviendo la mano para que Emi no lo desequilibrase con el efusivo abrazo

-¡Hola Hisao!

Wei se quedó mirando sin ningún tipo de cuidado a Emi, que iba con el uniforme aún. Fue un momento incómodo que Emi cortó con un:

-¡Hola!¡Tú debes de ser la alumna nueva de la que me habló Hisao!

A Hisao le extrañó. Hasta el momento Wei no había parecido incómoda por ninguna discapacidad, pero la de Emi, la hizo palidecer. Hisao miró a Emi de reojo, nerviosamente:

-Wei, ella es Emi.

Finalmente, la chica reaccionó con el mismo saludo que el que hizo a la clase, tan sólo que algo más claro. Wei trató de coger la maleta, y casi se desequilibra en el intento, por lo que Hisao se ofreció a llevar la maleta. Wei iba en cabeza guiando a Hisao hasta la habitación, mientras Emi los seguía. Wei se paró delante de la habitación que hasta hacía poco, había pertenecido a Rin. Esta vez Emi palideció cuando Wei abrió la puerta y la habitación se encontraba tan... impersonal. A Hisao también le entró cierta tristeza porque parecía que toda presencia de Rin, a excepción del mural, se había esfumado.

Emi apenas consiguió articular ciertas palabras, aunque su tono era muy diferente a las palabras, a pesar de que se esforzó por sonar animada:

-¡Bien, nueva compañera de habitación!

-Perdón por lo de antes-Wei dijo esto tan rápido y bajito que Emi se inclinó hacia delante para oírla-Gracias por la bienvenida a ambos. Voy a dormir, el viaje me ha matado, prácticamente. Les veré mañana.

-Hasta mañana-respondió Hisao.

A la mañana siguiente, tras el pitido del despertador, llegaba el momento que Wei más odiaba por encima del día, por encima de cualquier otro, momento que se tenía que repetir todos los días. El pantalón de pijama se deslizó a lo largo de sus piernas hasta caer en el suelo. De pie, no pudo evitar mirar sus piernas y el arco exterior que trazaban. Los médicos decían que la curva era menor, pero ella las veía como un abismo que crecía y crecía a momentos. Tal y como Hisao le había recomendado, le dijo lo qué le preocupaba al enfermero, pero él hizo lo que todos los médicos hacían. Enviarla al psicólogo de la escuela, a lo que se negó. El enfermero sólo pudo rendirse. Wei se sentó en el borde de la cama, suspirando mientras pensaba:

-¿Por qué nadie entiende que no estoy loca? ¡Noto cómo se abren y los médicos sólo me dicen que son imaginaciones mías!-agarró una de las dos estructuras de metal, que hacía de cascarón de una pierna por la parte posterior y acomodaba dentro su pierna, o su nombre técnico, férula. Se agachó para atar las correas delanteras todo lo fuerte que le permitía su propia pierna. Repitió el proceso con la otra.

La imagen de su pierna llena de correas la deprimían mucho. Se avergonzaba de ellas. Los médicos habían insistido en que en Yamaku no se tendría porqué sentir así, pero como suponía, el ver a otros alumnos con distintos problemas no le animó en lo absoluto. Seguía sintiéndose avergonzada. Sentía que la habían engañado con el único objetivo de condicionarla a ir a Yamaku. No paraban de decir que el problema no eran sus piernas, sino su mente y sentimientos. Wei sentía la obsesiva idea de que sus piernas se abrían más y más. La chica acudía obsesivamente a este pensamiento y había distorsionado por completo su propia imagen. Era incapaz de comprender porqué Emi era capaz de llevar falda y de exhibir aquellas piernas metálicas. Wei se había tenido que resignar a llevar el uniforme masculino.

Sonrió para sí misma con sorna y pensó con sarcasmo:

-Al menos el uniforme masculino ha hecho que ese tal Kenji no me reconozca como una de sus "feministas".