Disclamer: Todo es de SMeyer, ya lo saben, ¿para qué lo repito como loro?
Edward corre. Seth también. Se encuentran a varios metros de la casa de los Cullen, no saben ni por qué, pero lo hacen. Se detienen a una distancia prudencial uno del otro.
De pronto no importa que la manada se entere y le pegue los mil y un gritos a Seth, o que lo hagan los Cullen y la decepción de Carlisle sea casi palpable. De pronto parece que Edward no es un vampiro casado con la humana embarazada, que Seth no es un lobo miembro de una manada pequeñita formada por su hermana y Jacob.
En ese instante, cuando la tristeza y agonía de Edward puede más que él, cuando el sufrimiento es tan fuerte que casi lo puedes ver, es cuando ellos están juntos. Es raro, porque a Edward jamás le habían gustado las chicas (aparte de Bella, claro) y menos aún los chicos, casi puede imaginarse las burlas de Emmett y la mirada furiosa de Rosalie. Seth piensa en las burlas de Embry, invoca en su mente una imagen que no ha sucedido pero que sabe que pasará si continúan, y la palabra mariquita resuena.
Seth avanza un poco y pone la mano en el hombro de Edward, el gesto vale tanto para ellos que este se calma. Surge una chispa extraña y desconocida que le pone a Seth los pelos de punta, su corazón se acelera. Edward sonríe, no es feliz, no puede serlo, pero está cerca. Eso les basta.
Uno.
Y sus ojos se encuentran, es cierta lucha de terrenos que sólo ellos entienden. De pronto el aroma a pino que carga Seth le llega a Edward y arruga la nariz, el otro también, pues todo es más dulce que la azúcar, apesta. Más son masoquistas o algo parecido pues no se mueven.
Dos.
La mano de Seth aferra el cabello de Edward, despeinándolo más de lo que ya estaba, el lobo respira de forma entrecortada y el vampiro susurra un 'calma, lobito' a su oído, que no hace sino inquietarlo más.
Tres.
Sus bocas chocando y sus lenguas luchando dentro de ellas, se llenan de saliva y nos molesta. Caricias desenfrenadas, y Seth gimiendo su nombre en su oído. Se estremecen. No está bien. Pero siguen. Se besan, se lamen, unidos de una forma en que nadie más puede estarlo. Y se comprenden.
Frío, calor. Por ambos lados. Porque Seth sostiene a Edward fuertemente por el cuello, tanto que cree que le dejara una marca. Edward aprisiona a Seth contra el árbol, acariciando cada porción de piel que encuentra libre (y la que no está libre, también) de una forma furiosa y rudimentaria.
Parece como si el mundo se fuera a acabar en ese mismo instante, a ellos no les importaría demasiado.
Son besos con lengua, pronto se convierte en encuentros prohibidos en medio el bosque. Es mirarse a los ojos como si nada más existiera y creer que tal vez, con una pisca de suerte, pudieran estar alguna vez juntos. Son sus caderas chocando al ritmo de los latidos del corazón de Seth (que tanto alteran a Edward). Es el miedo a la imprimación, el futuro incierto de Seth y por Bella, cuya muerte acabaría con la existencia inmortal de Edward.
Es extraño, nunca pensaron que ocurriría algo así. Pero sucede. Y están contentos a su manera, cada uno, Edward con una sonrisa torcida y el cabello despeinado, Seth con su piel morena y sus manos ardientes. Es una locura y no les importa. Conocen lo que puede pasar si los descubren, eso sólo aumenta sus deseos. Un huracán de pasión arrasó todo.
Te iba a regalar un Rose/Scorpius, lo iba a hacer, dijate que ya hasta tenía la idea y leí Rosas&Escorpiones para saber como los veías, pero bueno, la inspiración no se rechaza. Segundo Slash de mi vida, 600 palabras, cortito pero con amor y esas cositas Jackie 3 ¡Feliz Año Nuevo! Y ya saben los demás, sugerencias, críticas y todo eso al botón verde de abajo :D
