La Doppelgánger autentica.

Muchas Doppelgangers autentica viajaron junto con el resto de las otras liminales, ninguna de ellas tuvo problema s para confundirse entre los individuos de las otras especies. Excepto por Zehafiht W. Mientras sus homónimas vivían infiltradas entre los otros liminales y humanos, Zehafith habitaba por regiones ocultas; accesibles sólo por áreas donde los humanos temían ir, o los mismos impedían el paso a otros, llamando dichas regiones santuarios o reservas. No se transformaba mucho. Su forma verdadera actual tenía ligeros cambios en base a sus necesidades. Media tres metros con cuarentaidos centímetros, delicada piel blanca cadavérica, cabello largo índigo fluorescente llamativo, anatomía humanoide, grácil y voluptuosa; las únicas características en ella que podían afectar la calma de quien la viera eran: Su inexistente rostro; aun no encontraba alguno que pudiera definir el verdadero suyo propio, o por lo menos proporcionarle algún rasgo; Y sus manos, alargadas, terminadas en punta, filosas como cuchillas, ideales para abrir frutos duros, escalar, o cortar la dura carne para comer. Vestía… Simulaba vestir, usando su crisálida, una capa y túnica negras que no hacían un buen trabajo para cubrir su dotado cuerpo; revelaba un escote muy pronunciado,… Había crecido demasiado. Ese aspecto podría traerle problemas, según su amiga Azorin ; que fue a contarle sobre el acta de integración cultural entre las ínter especies.

-Pueden marcarte como especie peligrosa, si eso sucede, no podrás ingresar al país. Aunque desconozco que se requiere para que te cataloguen como una de esas…

-… Iré mostrándome así, si no funciona, entonces me transformaré.

-…Suena bien, vamos.

Dos días después, estaban en la fila para entrevistas..Azorin usaba un traje de Azotamentes. Según le contó, era sorprendente la cantidad de amantes de los mitos trabajando en las áreas de pro acta. Todo liminal que pudieran relacionar con algo de terror cósmico tenia asegurada su entrada al intercambio. Algún soplón sabiente de los mitos los reportó. Hubo muchos casos de reubicación. Pero la verdad sea dicha, no podían deshacerse de todos, y era muy común que sus reemplazos compartieran gustos. Conseguir a tanta gente nueva era difícil, hacerlo durante el movimiento en masa de las extra especies, era una locura. Se tomaron decisiones apresuradas. Ya no era posible encontrar un cien por ciento de amantes de los mitos entre los entrevistadores; y aun era muy probable para especies como los Azotamentes conseguir pase fácil. Increíblemente, ninguna azotamentes previa había causado problemas.

Mientras esperaban por su turno, Azorin le recomendó que echara un vistazo por algunas formas.

-Busca algo que te guste. Las especies pequeñas casi nunca son consideradas peligrosas.

-Entiendo.

Carecía de ojos, pero los miró a todos. No necesitaba ojos, todo su cuerpo era un órgano sensorial, ella solo tenia que modular que tanto aumentar o disminuir un sentido, según lo requiriera. Podía ver desde toda su piel, a varios kilómetros, con visión térmica, nocturna, espectro eléctrico, ultravioleta, auras; también podía, con el aumento adecuado, verlos vía olfato o sonar. También contaba con extra sentidos, como detección de pensamientos, y aquel que había dado mala fama a su raza….Entre otras cosas. Todo lo necesario para una correcta imitación; sin recurrir a la otra manera…

Más cercana a ella, vio a una mantango. Sus esporas revelaban sus pensamientos. Hablaba consigo misma.

-Tranquila Kino, puedes , puedes hacerlo, no te preocupes Ngo.

Estaba nerviosa, muy nerviosa, pero tenia esperanza, soñaba con las amistades que aria; sonreía ante esa idea. La forma tan tímida y optimista de sus pensamientos le gustaron a W. Mientras seguía olfateando los sueños y esperanzas de Kino le pareció llamativa esa abeja asesina. Sus colores eran vivases, muy saludables. Sintió antojo por la miel que podría producir. Se le notaba llena de energía, brillando entre el grupo de otros liminales, que parecía más apagado. ¡Oh! ¿Pero qué había aquí? ¿Una vampiro? ¡Era más adorable de lo que le contaron! Era la primera vez que veía una. Decían que corrían peligro de extinción, eso era triste. Un tirón a su crisálida la regreso con Azorin. Era su turno. Se despidieron antes de entrar a su respectiva oficina. Una vez dentro, W notó un pequeño problema. No entendía el idioma de su entrevistador. Los inconvenientes de no mezclarse con otras razas. ¡Bueno! Podía aprender el idioma, sólo tenía que hacer aquello. Estiró sus manos rumbo al cráneo del agente, que… no lo tomo muy bien. Ahora le apuntaba con su arma. Debió considerar cambiar la forma de sus cortantes extremidades. El tipo olía a miedo, su pulso en continuó aumento anunciaba que atacaría sin importar lo que ella hiciera. Huyó, dando inicio a una loca persecución. Enviaron refuerzos a su captura, podía evitarlos con facilidad, le pareció gracioso que un sujeto de un metro cincuenta tratara de taclearla. Fue interceptada por una ogresa que se erguía con los brazos extendidos, dispuesta a no dejarle pasar. Olía dulce, pulso cardíaco relajante, su aura ofrecía consuelo, temperatura corporal agradable, voz arrulladora como una nana, todo en ella le hacia querer abrasarla y dormir. Interesante. Pero no tenia tiempo para quedase a disfrutar. Con la mayor delicadeza que pudo, la tomo del tórax, y la levanto como a una niña pequeña, reubicándola a un lado de su ruta de escape. Piel tersa y suave… Continuó huyendo. Sus sentidos aletargados por el encuentro previo no le avisaron a tiempo para evitar derribar a un tipo con un vaso de café. Pudo salvar el café con una mano. Ayudó al extraño a levantarse. Se disponía a devolverle su bebida, pero sus perseguidores no le dejaron. Las cosas solo estaban complicándose, no entendía por qué. Necesitaba esconderse, cambiar de forma, y listo. Se escondió en una oficina, cerrando la puerta con rapidez.

-¿Quién eres?

Zehafith no entendió la pregunta. Aumentó sus sentidos para saber que esperar, y volteó para fingir encararla.

Era una mujer con traje negro y lentes. Olía a depresión suicida sólo mitigada por el enojo, varios rastros de enojo y estrés previos, tristeza…y también café; su ritmo cardíaco, acelerado un poco, estaba alerta; aunque la veía, su mirada se concentraba más en el vaso que tenía la doppelgánger en la mano. Su aura tuvo un cambio de blanca, a azul con amarillo, y de nuevo blanca; guardaba cierta espereza. Su cabeza tuvo una concentración eléctrica. Ahora olía a ansiedad. Muy despacio, le ofreció el objeto robado a Smith. Una ola de alegría barrió con el rastro de emociones anteriores. Relajación muscular, ritmo cardíaco disminuido, flujo eléctrico en su cabeza casi inexistente, aura amarilla con verde, un ligero aumento de feromonas. Podía interpretarse como un segundo de amor hacía ella; humedad en sus ojos por alegría; le idolatraba como a un dios por ese simple gesto… Aun no sabía su idioma, pero podía usar lenguaje kinésico rustico de señales. Primero unió sus manos en pose suplicante, después indicó silencio mientras señalaba a la puerta. Smith bebió de su brebaje saliendo por la puerta. W podía escuchar que conversaba con alguien. "Mmm…Supongo que eso no salió bien, tal vez debería tomar la forma de una azotamentes como Azorin…ojala hubiera habido alguna entre los grupos, solo podre hacer una mala imitación física. Tengo que compensar alguna azotamentes después" Smith volvió, dándole una sonrisa con un pulgar arriba. W cambió su aspecto frente a una inmutada Smith. Salió de la oficina, echando una mirada atrás, Smith la despedía con un amigable movimiento de mano, W la imitó. Segundo intento. Su entrevistador la recibió con un flash de cámara antes de verla. Aroma a furia acumulada, pulso acelerado, un cambió de estrés, a sorpresa iracunda finalizando con alegría, aura roja con amarillo, respiración forzada a mantener la calma, dilatación de pupilas, músculos faciales reteniendo una sonrisa… Indicaban, que su día había sido largo, W recordaba que gran parte de esa combinación, era manifestada por la gente enojada contra un prisionero que era llevado al verdugo. Esperaban ver su cabeza rodar. Lo entendió. No desarrolló la lectura de mentes por lo burdo de su imitación, pero entendida. Aquél sujeto estaba buscando una cabeza que cortar. ¿Y que mejor que una especie que odiaba? Sólo necesitaba cualquier escusa para destruir el mundo de su victima. Zehafiht se fue de ahí tan rápido como pudo, se escondió en un baño, y cambio su forma. Ahora intentaría con la chica vampiro. El Tercer intento terminó con ella saltando por una ventana para escapar…Esta bien, tal vez aquella chica abeja asesina tendría más suerte… Ni siquiera pudo formarse cuando intentaron neutralizarla. Terminó con varios dardos tranquilizantes en su espalda. Aun podía intentar usar la forma de la mantango. Olvidó considerar el efecto de los tranquilizantes en un cuerpo tan pequeño. Fue derribada por la forma de Kino. Volvió en sí dentro de un avión, su brazo izquierdo estaba esposado al asiento, y no era la única en es condición. Sólo veía rostros molestos, tristes, o derrotados. Era el grupo de especies peligrosas. Pero ni siquiera había hecho el intento con esa forma, eso significaba que… ¡Oh! ¡Pobre Kino!

No supo en donde la dejaron, no es que importara. Sólo buscaría algún lugar en donde estar en calma, menos problemas. Regresó a su forma verdadera actual, con sus sentidos reajustados, detectó inmediatamente las esporas de cierta mantango. Tenia aroma a humedad en sus ojos, y su cuerpo olía seco; había estado llorando, mucho, al borde de la desnutrición. Sus pensamientos a flor de piel.

"-Lo eche a perder Ngo … Yo quería mucho quedarme Ngo...Mmhm… No Ngo…No te des por vencida Kino, encontrare la forma de volver… Tal vez Ngo…"

Podría ser un miserable discurso de ánimos para casi cualquiera que lo escuchara, no así para Zehafith, ella podía palpar, ver, oír, y saborear el esfuerzo que Kino hacía para para darse cada tímida palabra de aliento. Estaba hundida en miedo, dudas y desesperanza, aura naranja, un registro térmico de hibernación. La vida acababa de golpearla, dejándola en el suelo. Pisandola mientras le advertía que no se levantara. Y esta pequeña mantango, mermada y demacrada, temblando sin control a causa de su debilidad; Estaba intentado, desesperadamente con todas sus fuerzas, volver a levantarse… Era tan… Enternecedor… Zehafith empezó a sentir vergüenza de si misma. La deportación no le había afectado ni una millonésima parte de lo que le afecto a Kino, pero esta última no estaba dispuesta a rendirse, ella en cambio ya estaba tirando la toalla. Decidido, volvería a ese país, buscaría a Kino, y se alegraría al verla con sus sueños realizados. Se fue deseándole lo mejor. Era un largo camino por el mar, había que empezarlo. Adapto su cuerpo para las condiciones acuáticas, y buscó. Le tomó una semana encontrar un reino sirena, el resto fue esperar para seguir a la próxima migración suicida. Las sirenas, cuando se trataba de la tragedia, se volvían muy flexibles en cuanto a opiniones, y en extremo creativas. Según le contó Azorin.

-Es tanto su mejor virtud, como su mayor defecto…. Aunque también hay sirenitas que... –Se sacudió- ¡Olvídalo!...¿Sabías que por causa de ellas la academia tiene su criterio actual? ¡Es por culpa de sus sucias aletas que El gran hotel Budapest no se llevara el Oscar a mejor película! :"La tragedia siempre será superior a la comedia, pues exalta a la grandeza, purificando el alma con la creación de la catarsis" ¡Y UNA MIERDA! Cómo las odio, usan una escusa elegante para que todos aceptemos su maldito fetiche no sexual. Esperan que nos traguemos toda esa tragedia… No tienen remedio. SI tan sólo no fueran tan, tan… Adorables-gimió- Esas, esas, pequeñas sirenitas.

De pronto, su discurso de odio cambiaba a uno de amor y lujuria. Zehafith no entendía mucho de lo que le contaba; como película, u Oscar; pero sabia que cada una de sus palabras, de admiración o despreció, eran dichas con completa creencia en su verdad. Azorin amaba y odiaba a las sirenas con igual intensidad. No podía esperarse de otra forma para una pro vida que se mezclaba entre liminales acuáticas con tendencias auto destructivas.

Las migraciones suicidas surgieron entre las locaciones sirenas que se hallaban lejos del país anfitrión. Rechazaban el apoyo del gobierno, prefiriendo crear sus rutas marinas. Ofrecían un viaje rápido por caminos peligrosos con alto riesgo de mortalidad, pero que en teoría era posible terminar con todos sus participantes vivos. Los que sobrevivieran contarían las penas del viaje, el dolor de perder familiares y amigos por accidentes u horrores de las profundidades. ¡Que hermoso viaje, lleno de dolor y tragedia!... Locas enfermas. Aunque Azorin confesó querer unirse a uno de esos viajes, por…los beneficios.

La migración dio inicio junto con la tempestad creándose en la superficie; viajarían junto a ella, cuándo alcanzaran su destino, las fuerzas de ayuda estarían ocupadas con los problemas de la tormenta, si alguno requiriera auxilio, la ayuda llegaría tarde; O no llegaría… Se dividían en una formación de tres; los más jóvenes en el centro, divididos entre tritones y sirenitas. Supuestamente para mantenerlos a salvo; mentira y verdad, pero más mentira, cómo se comprobó dos días después, mientras cruzaban los dominios del Kraren. El nadar del primer grupo alertó a la criatura siendo el segundo grupo su alimento. Zehafith no pudo quedarse observando. Sólo podía salvar a uno de los dos subgrupos. Salvó a las pequeñas sirenas. Con sus filosas extremidades causó dolor a las ventosas del depredador, obligándole a soltar la mitad de su alimento, y retirarse con lo que le quedaba. No fue difícil escoger a quien salvar, de hecho, no tuvo que escoger para nada. Esa decisión ya había sido tomada ase mucho, por Asorin.

-…si tuviera la oportunidad, en definitiva dejaría morir a los Tritones. Ellos no son suaves, como las sirenitas.

Salvar vidas en base a eso representaba un fracaso para la humani…¡Esperen! Ellas no eran humanas. ¡No habían fracasado de ninguna manera ¡Victoria para…algo! Ponerse a sopesar cosas tontas, como que el grupo de los tritones era dos veces más grande, o que estaban más cerca; O profundizar con dudas, como si era correcto abandonar a las sirenitas sólo por escoger en base a mayoría numérica; terminaría con una profunda reflexión, y con la muerte de ambos grupos. ¡Victoria! Condénenlas al infierno…

Y además, Zehafith sintió cómo la alegría de los jóvenes tritones era mayor que su miedo a la muerte. Sirenidos…

Dejando a las jóvenes a salvo, trató de irse, los familiares de las recatadas la detuvieron para agradecerle. Había alegría por que sus hijas no murieran. También había alegría por la tragedia de perder a sus hijos. Sirenas…

De repente, un fuerte aroma a hormonas descontroladas, feromonas, pulso sanguíneo desbocado, una enorme aura amarilla con azul, ardientes deseos de aparear. Dos sirenitas, de no más de un metro cada una, la tomaron por sus brazos.

-Gracias one~chan. -Nos salvaste.

Cosa graciosa del acuano, el idioma tenia tal fluidez, que permitía a los hablantes crear diálogos secuenciales; como lo hacían los gemelos, pero podía ser empleado por más de mil el idioma con Azorin fue muy útil.

Otras dos sirenitas se agregaron a sus caderas.

-Eres nuestra heroína. –Queremos recompensarte.

Dos más por su espalda, cada una sujetando uno de sus pechos con una mano.

-Ya lo veras- oprimieron suavemente. –Te aremos sentir realmente bien- Soltaron un poco. -¿No creen qué…! Alcanzó a decir antes de que unos pequeños pechos se pegaran a los suyos. –Shss..-indicó, antes de hundir su rostro en medio del busto de W.

Cuatro sirenas a sus piernas.

-No te preocupes one~chan. -Seremos muy gentiles. – Sólo relájate. -¿Sí?

La ultima de las jóvenes se abrazó, y lamió su estomago.

-Vamos a ser tus amantes. ¿Verdad? -¡Verdad! Contestaron todas al unísono mientras frotaba y acariciaban a Zehafith con sus pequeños cuerpos en crecimiento. Esa era una de las fantasías proféticas de Azorin, palabra por palabra…

"-…Y sus pequeños pechos en tu cuerpo, envolviéndote con esos deliciosos cuerpecitos, sus brazos, sus colas, y sus aletas pélvicas fuertemente prensadas a ti.- Si en aquel tiempo Azorin vistiera un forma con nariz, seguro que sangraba-…¡Oh! Y hay una cosa que puede hacer más emocionante todo. Je,je,je… Que notaran que no…"

-No todas podemos ser sus amantes, una tiene que ser su esposa. -…

La pelea por ver quien tendría el impopular puesto de esposa, dio inicio. Discutieron sin separarse nunca de W. Al poco tiempo su discusión parecía perder intensidad de forma extraña. Un rato más tarde, estaban susurrando mientras se acurrucaban. No supieron cuando fue que cayeron dormidas. El encuentro con aquella ogresa había sido más significativo de lo que Zehafith creyó, su forma verdadera actual había sido re definida, ahora podía producir una versión menor de aquel agradable efecto soporífero; lento y más sutil, pero con igual resultado. Tomaría tiempo aprender a modularlo. Completó el viaje con las sirenas unidas a su cuerpo casi todo el tiempo. Ella era fuerte, la sirenas ligeras, podría haberlas llevado incluso si el agua no facilitara el cargar su peso. Se despidió de las pequeñas cerca de la costa, ella tomaría un camino diferente.

-Adiós mi gentil compañera. -Esta es nuestra despedida. –Gozamos del tiempo juntas. –Sintiendo tu partida. –Tenemos un simple deseo. –Un capricho ilusorio. –Imposible tal vez. –Pero mi amor… -¿Podría tener? -¿Un tierno beso de adiós?

Marie fue la primera en acercarse al inexistente rostro de Zehafith. Querían un beso, podía concederles eso. Tomó la forma del la mitad superior de Marie, para sorpresa de todas. Ver a Marie besando a Marie libero excitación, vergüenza y sonrojos. Algunas cubrían sus ojos, dejando suficiente espacio para ver de todos modos. Aumentó en el pulso cardíaco, Aura rosa con amarillo. Le quitó el aliento a la sirenita. Eso no detuvo a las otras chicas. Algo les había encantado en el cuasi auto incesto mientras eran observadas por las otras. Todas le dieron un abrazo grupal a W antes de dejarla ir. Aun podía escucharlas a la distancia.

-Consigue una buena pareja por favor, así todas podremos ser tus amantes.

Fue la mejor solución que pudieron encontrar…

Buscó las grutas ocultas.A voz de las de las sirenas, conectaban con el lago y acuario de la ciudad, sólo ellas conocían su existencia. ¿Por qué compartir ese secreto con Zehafith? Pues salvó a sus hijas; y ayudar a una especie peligrosa a introducirse ilegalmente en el país las emocionaba. En el futuro, podría ser interrogadas con la amenaza de ser descubiertas; los problemas que podrían surgir por ese "error" en sus pasados. Resumiendo, Tragedia.

Emergió de las profundidades, recibida por la lluvia torrencial. Vientos frescos prometiendo emoción. La ciudad vacía. Vagó con fascinación. Moduló sus sentidos a un nivel donde la lluvia no le ensordecerá o le cegará por notar cada una de las millones de gotas de lluvia. Por eso no notó el andar del muchacho con el que chocó en un cruce. De mirada perdida, cabello negro, fuerte. Se contemplaron unos momentos, antes de que el chico le diera su paraguas. Aura negra. Tenía nobleza de espíritu. ¿Entonces por qué estaba marcado por la muerte? Zehafith tomó el paraguas. El chico, que no parecía desconcertado con su aspecto, le ofreció una sonrisa antes de correr con las comprasen en busca de refugio. El peligro de muerte aumento sólo en ese gesto. ¿Por qué?

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Debía encontrar un lugar para cubrirse, no quería enfermar de nuevo. Smith seguro lo pondría en cuarentena. La lluvia parecía empeorar. ¿Qué hacer? Sólo quedaba correr lo más rápido que pudiera. Dejó de sentir el agua cayendo sobre él. Levantó la vista. Era la liminal a la que dejó su sombrilla. Lo resguardaba del agua con su brazo. Un bazo parecido al ala de un murciélago, pero las formaciones óseas estaban expuestas, la cubierta era membrana de carne desgarrada sobre carne desgarrada; viva pulsante.

-Gracias-le dijo.

Ella no contestó, tal vez no podía hablar, principalmente por su falta de boca. Pero sus intenciones parecían buenas. Tendría que llamar a Smith para saber que hacer. Kimihito invitó a Zehafith a seguirlo.

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Al fin , frente al umbral de la puerta, Kimihito reveló algo de preocupación. Su mirada se intercalaba entre la enorme liminal y el interior de su hogar. La casa estaba adaptada para especies grandes y muy grandes .El tamaño extra grande de W parecía ser un problema. Nervios. No pasaba por la puerta sin tener que gatear o golpear algo. Zehafith, entendiendo, agregó garras a sus pies. Flexiono su cuerpo, y entro trepando como un lagarto por los muros hasta el techo. El muchacho se calmó por unos segundos, después se asustó por ver a Suu consiguiendo agua de su invitada. W no entendía el miedo del chico. Lo que hacia la Slime no era diferente a las aves que acicalaban a especies más grandes. Era agradable .Suu se movió por su cuerpo, unió su apéndice lector de mentes a la cabeza de la doppelganger, le hablo en lengua Kinésica.

-¿Quien eres? ¿Qué quieres de Amo?

Con que aquel amable sujeto se llamaba Amo. Era genial que su pusiera hablar en Kinetico, ahora podría avisarle del peligro que se cernía sobre Amo. Bien.

-Hola, mi nombre es Zeha…¡?!

Suu se derretía dormida, culpa del poder de la ogresa que Zehafith no había podido dominar del todo. Era un problema, podía sentir la muerte cada vez más cerca de Amo. Acumuló a Suu en una de sus manos para dejarla con cuidado en el piso. Amo se veía aliviado. Pudo ser breve, pero el vínculo con Suu terminó por confirmar la bondad de Amo. No detectaba síntomas de alguna enfermedad letal en él, o el anuncio para un ataque al corazón. ¿Qué era lo que estaba amenazando su vida? Tenia que hablar con el, tenia que advertirle, necesitaba hablar con el. Acercó sus cortantes manos al cráneo de Amo. Él seguía tranquilo. Puede que no surgieran problemas… Instinto de agresión, muerte inminente, adrenalina,muerte inminente, ritmo cardiaco acelerado, muerte inminente, aura blanca, muerte inminente .Fue demasiado optimista para la realidad. Muerte, muerte, muerte….

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Lo único que Centorea y Miia vieron; fue a Suu en el suelo, y un horror sin rostro colgando del techo, acercando sus garras a Kimihito. Sólo sabían que debían impedirlo. Cargaron al ataque.

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Zehafith pudo reaccionar a tiempo para envolver al chico por completo. Recibió de lleno el golpe. Rompieron un muro, siendo lazados a la calle. No fue lo suficiente rápida para moldear su forma a una que pudiera amortiguar todo el daño, sus manos atravesaban el estomago y hombro del humano. No eran heridas letales, por suerte. El auto que los golpeo después, la obligo a endurecerse; no fue buena idea. La presión de su propio cuerpo, ahora duro como el diamante, le rompió las dos piernas al muchacho. Ir por una calle en descenso, molió otras partes; mano, brazo, hombro. Suavizó su cuerpo, nuevo error. Se detuvieron para que un camión pasara sobre ellos, el abdomen del chico fue la principal víctima. Zehafith tenía que moverse ates de que empeorara todo. Generó huesos y piernas tan rápido cómo pudo. El chico no respiraba. Olvidó que mientras lo envolvía y cambiaba de forma, lo privaba de oxigeno. ¡Sus intentos por salvarlo lo estaban matando! ¡Tenia que ayudarlo! No por sólo por ser una pro vida, sino por que de alguna forma, ella parecía ser la causante de su agonía. Lo transportó con presura a un sitio abierto lejos del peligro de la calle. No le dejaría a la muerte llevárselo. Con rapidez hundió una mano en el pecho del moribundo, tomó su corazón, le atravesó el cráneo con la otra mano, alcanzó su cerebro a tiempo. Entonces lo devoró.

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Lo primero que vio al recuperar la conciencia, fue a la enfermera. Extraño, le parecía demasiado familiar.

-Ya despertó, anunció la enfermera a alguien fuera de su cuarto. Smith y sus chicas entraron. Simith se puso a su lado, Manako y Zombina se ubicaron al pie de la cama. La cíclope se movía nerviosa, y la zombie se mostraba seria.

-Smith san- saludó… Su voz sonaba diferente. –Valla problema en que te metiste. Al menos ahora eres más resistente a la muerte, más que nunca- Dijo mirando a la enfermera; que estaba abrazada a Tio, y tenía un juego de piedra papel tijeras de cabello con Doppel. La enfermera era una extra especie.

Kimihito intentó incorporarse. Sintió como si estuviera levantándose de ser enterrado en arena. El cuerpo que veía sobre la cama no correspondía al suyo, era como estar dentro de una botarga. ¿Algún traje médico especial?

-…¿Qué pasó? Seguía sonando extraño. –Tu cuerpo no se ha adaptado por completo, deberías tomártelo con calma. Mucha calma… Cariño cha.-Dijo con una seria sonrisa. -Esta bien…¿Cómo acabas de llamarme? -Escucha, antes de que esta platica siga, deberías ver algo… Doppel…

La cambia formas dejo el jugueteo de cabello con la otra liminal, y trajo un recuadro. Se lo mostraron por un momento a Kimihito. KImihito vio la foto de una bella mujer de cabello negro y ojos color miel. Aun más extraño; si la enfermera le parecía familiar; sentía que conocía el rostro del cuadro de toda la vida, pero nunca lo había visto antes. Cuando bajaron el cuadro, miró a Smith.

-Señorita Smith, no entiendo que tiene que ver la chica en la foto con mi situación-dijo con calma.

-…-Simth sonreía y sudaba-Tal vez quieras ver más detenidamente.-Zombina permanecía inmutable, Manako se tensó, Tio y la enfermera pusieron atención. Doppel acercó la foto enmarcada a Kimihito.-Anda, tómala…-pidió-¿Puedes mover tu brazo, verdad?

Kimihito movió su (¿Alargado? ¿Deformado?) brazo, parecía estar bien a pesar de su aspecto. Agarró la foto que Doppel le ofrecía.

Sudó frío, sintió literalmente su sangre helarse. Temblaba. Palideció con rapidez. La cama se congeló. Su alma se había sacudido con violencia cuando entendió quien era la chica, y por que sentía que la conocía…

Una impactante revelación; mostrada por el reflejo de su mano en el espejo…


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Declaración:¡ Advenimiento. Yuri!