N/A
Este fic nació como one-shot y terminó como como two-shot gracias a que mi Konoha me permitió tomar sus ideas.
Este fic va dedicado a ti, mi Konoha, aunque no me hayas querido pasar tu fanart ;3; yo te doy 5, 704 palabras llenas de mi amor.
Sin más preámbulo, los dejo leer (Si acaso alguien más se interesó por este one-shot).
Disclaimer: Los personajes, el universo, etc, son creación de Haruichi Furudate, escribo este fic sin fines de lucro, por y para fans.
La imagen de portada pertenece a mochiko_903, la uso porque es hermosa y me encanta, pero no la reclamo como mía.
Días 00: Amor a primera vista
Fue en un campamento de entrenamiento cuando lo vio por primera vez, Lev quedó prendado de aquel chico desde ese día y lo que llamó su atención fue lo desapercibido que pasaba entre su equipo. Todo el mundo miraría a Bokuto por su llamativa personalidad y por ese cabello tan extraño, y nadie podía ignorar a Akaashi por su habilidad y por su tremenda belleza, sin embargo nadie se fijaba en aquel rubio sigiloso, como si fuera un extra, a pesar de ser un titular, no era más que "la estrella de soporte de Fukurodani".
Le costó averiguar su nombre, pasó dos días enteros preguntándole a cualquier persona que entraba en su campo de visión, para su sorpresa, no consiguió nada de alguien que no fuera de Fukurodani. Fue Bokuto quien le desveló el misterio, su nombre era Konoha Akinori, ese nombre se repitió en su mente durante todo el día y la noche que le siguieron.
No sabía con exactitud que era lo que le sucedía con aquel chico, ni porqué cada que lo veía sentía erizarse cada cabello de su nuca, ni porque deseaba atravesarse en el camino de su mirada cada que jugaban partidos de práctica. No fue hasta que Kuroo hizo un comentario al aire que por fin se dio cuenta de lo que estaba sucediendo.
-Has estado muy distraído Lev ¿Será que estás enamorado? – Fue lo que dijo el capitán de Nekoma, completamente en broma, pero hizo que el despistado medio ruso comprendiera que era lo que ocasionaba el miembro casi fantasma de Fukurodani en él.
Día 1: Confesión no tan exitosa.
Haiba Lev no era el tipo de persona discreta, no sabía guardarse pensamientos y mucho menos sentimientos, y aunque nunca dejó de pensar en que le gustaba Konoha - pensamiento que estaba seguido por un profundo suspiro que emergía desde sus grandes pulmones - fue capaz de mantener su nuevo "secreto"; al menos por el tiempo en el que estuvo ocupado con remates, recepciones, puntos, jugadas y un par de patadas de Yaku, pero cuando llegó el momento en el que todos los equipos aflojaron el paso y fueron a comer algo nutritivo para reponer la energía usada en la práctica, el pensamiento rebotó contra todas las paredes de su mente con fuerza, haciendo que buscara con la mirada al rubio. Parecía como si desde que se había enterado que estaba enamorado sus sentimientos no hicieran más que crecer y temía que fueran a hacerlo explotar, así que se decidió a confesarse a Konoha.
Literalmente en el segundo en el que pensó en confesarse se levantó de la mesa en la que estaba sentando, muy callado para sorpresa de todos, pero cuando vio a Akinori comiendo tranquilamente, decidió esperar, no quería interrumpirlo, lo había visto jugar cada que podía y seguramente estaba hambriento, de mínimo Lev sí estaba hambriento, y no podía declararse con el estómago vacío, así que se sentó de nuevo y comió con ansias ante la mirada extrañada de todos. Para el resto del equipo de los gatos el comportamiento del joven rematador era ni similar al normal, incluso consideraban la posibilidad de que estuviera enfermo.
Se mantuvo sentado en la mesa, inquieto, mirando cada tanto hacia Konoha, esperando a que se levantara para ir tras de él. No se sentía capaz de irrumpir en la mesa de Fukurodani y gritarle sus sentimientos en frente de todos. Y el milagro finalmente pasó, el rubio se levantó de la mesa en cuanto hubo terminado de cenar y salió solo del área que funcionaba como comedor. Sin importarle que se viera sospechoso o que hiciera obvias sus intenciones, Lev salió disparado tras de él. - Konoha-senpai - Llamó en voz alta, para atraer su atención una vez alejados del comedor, cosa que consiguió, el rubio detuvo su andar y se giró para encontrarse con el "tallarín ruso", lucho en su mente para recordar el nombre de aquel chico, pero antes de que pudiera recordar, el otro comenzó a hablar a la velocidad de los disparos de una metralleta – Konoha-senpai, lamento mucho la interrupción, probablemente estás cansado pero tengo que decirte algo muy importante, creo que es asombroso como puedes hacer todo en cuanto a volley se refiere y últimamente no puedo evitar voltear a verte cuando estás cerca y no puedo sacarte de mis pensamientos, mi corazón se acelera incluso cuando pienso en ti. Al principio no lo entendía, pero ahora sé que me gustas mucho. Konoha-senpai, me gustaría salir contigo -.
Konoha Akinori pestañeó, por un momento pensó que el otro le había hablado en ruso, descartó la idea pues en efecto le había entendido - ¿Qué clase de pésima broma es esa? - Lev iba a decir que no era una broma, pero fue interrumpido por el rubio, que siguió hablando con un tono entre desganado y fastidiado – No me i porta si es una broma tuya o si has perdido alguna apuesta, es un truco ya viejo y muy gastado, así que no me jodas con eso – y se dio la vuelta sin más, dejando atrás a un confundido ojiverde, preguntándose si acaso eso era un rechazo.
Día 2: Una lata de café
El primer pensamiento que se le vino a la mente al medio ruso en la mañana, fue la conclusión de que Konoha no lo había rechazado completamente, solamente le había dicho que "no lo jodiera con eso", simplemente no debía volver a pedirle que salieran y ya.
Así que al final del entrenamiento de ese día, Lev se le acercó nuevamente a Konoha, cuando los ojos amarillos repararon en él, su dueño hizo una mueca de cansancio – Konoha-senpai, toma – Dijo el más alto y le extendió una botella de agua - ¿Agua? ¿Me estas ofreciendo agua? Hay una máquina expendedora justo allí, si quisiera agua iría por una botella - Fue la respuesta que obtuvo, además de que Konoha le señalara la máquina nombrada con un movimiento de cabeza.
- … ¿Prefieres café? - Lev sacó del bolsillo de su chamarra deportiva una lata de café - También la compré de la expendedora – Dijo, estirándola con la otra mano y sonriéndole a Konoha, quien alternó la mirada entre la lata de café, la botella de agua y Lev, procesando la información – Tomaré la lata de café... - Dijo el miembro de Fukurodani mientras tomaba la mencionada lata, aún con gesto desconfiado. – Gracias – Fue lo último que dijo antes de darse la vuelta y alejarse rápidamente, pues algunas personas de sus equipos los estaban comenzando a mirar.
A Lev Haiba le hizo muy feliz el hecho de que aceptara la lata de café.
Día 3: Botella de agua
Ese tercer día la interacción que logró Lev con Konoha fue menor, ya que ese día no intercambió ninguna palabra con él, simplemente, en medio de un partido de práctica de Fukurodani contra Ubugawa, Lev se acercó a donde estaba la mochila de Konoha y dejó un agua a un lado, cuando se volteó para ver al rubio, se dio cuenta de que este le estaba viendo también, el más alto sonrió abiertamente e hizo un gesto de saludo con la mano, después, como se figuraba que su gesto no sería contestado, se dio la vuelta y simplemente se fue.
Cuando Konoha se acercó a su mochila tomó el agua con su usual desgano y se dio cuenta al instante que el agua estaba fresca, había pensado que Lev le había ido a botar la botella de agua que había comprado el día anterior para así poder deshacerse de ella, pero al contrario, la baja temperatura del agua indicaba que había sido sacada de la máquina recientemente. Contrario a los dos días anteriores, no hubo mueca de desagrado en su rostro, sin embargo, aún seguía intentando averiguar que demonios se tramaba el bloqueador central de Nekoma.
Día 4: Chocolate amargo
Este era el último día que los otros equipos pasarían entrenando en las instalaciones del Nekoma, por lo tanto, todos los equipos dieron lo mejor de sí, entrenando más fuerte que cualquier otro día, ya que sería su última oportunidad de pulir sus técnicas y tácticas contra otros equipos antes de los partidos oficiales, en este día hasta las personas que parecían tener una energía ilimitada acabaron agotadas, no era diferente el caso de Lev. Sin embargo, el cansancio no le impidió correr hasta una tienda cercana a la escuela tan pronto como acabó de limpiar lo que le correspondía del gimnasio y haber comido a la velocidad de la luz, regresó en el momento justo en el que los integrantes del Nekoma despedían al resto de los equipos, quienes tomaban sus respectivos caminos para regresar a sus escuelas y posteriormente, a sus casas. Llegó corriendo hasta donde se encontraban los miembros del Fukurodani, Konoha se encontraba algo apartado de sus compañeros, observándolos y lanzando unos cuantos comentarios sardónicos. - Konoha-senpai – Le llamó con la voz un poco entrecortada por el esfuerzo de la carrera, el mencionado rematador suspiró cansadamente y se volteó hacia Lev - ¿Qué quieres? - Preguntó desganadamente e incluso algo agresivo, temiendo un poco por lo que el miembro de Nekoma fuera a decir o hacer enfrente de todos, pero para su sorpresa Lev sólo le extendió la mano con una pequeña bolsa de celofán amarrada con una cinta roja, Akinori los reconoció de inmediato. - ¿Chocolates? ¿Es en serio? - Pero al ver que Lev no se inmutaba y al contrario miraba los chocolates con interrogación, entendió que efectivamente, era en serio – No me gustan los dulces, los detesto -.
Una sonrisa apareció en el rostro de Lev, tan confiada y deslumbrante como siempre – Lo sé, Bokuto-san me lo dijo, son chocolates amargos – Konoha quedó un poco flasheado por esa sonrisa y entrecerró un poco más sus ya rasgados ojos. Estuvieron en la misma posición, en silencio, mientras Konoha reflexionaba sobre los chocolates y sobre que Bokuto era un bocón, ¿Cuánto sabría Bokuto? ¿Sería él partícipe de la broma que le estaba jugando el de ojos verdes? Sus dudas se vieron interrumpidas por las palabras de Lev - ¿No los quieres? - Y hubo algo en la mirada verde, un titubeo o incluso un destello de tristeza, que hizo que Konoha tomara los chocolates rápidamente y en silencio. Hubo un intercambio de palabras más, Lev despidiéndose de Konoha y diciendo que lo vería pronto, Konoha pensando para sí que esperaba no verlo pronto. Y tras unos cuchicheos en general de todos los presentes y testigos de la escena, todos volvieron a sus escuelas.
Konoha no botó los chocolates a la basura, al contrario, los guardó en su mochila y se hizo el propósito de probarlos, de todos modos ya los había aceptado y no era partidario de tirar la comida.
Día 5: Mensaje corto
Ese día era domingo, un tranquilo y aburrido domingo de descanso, tras una semana de duros entrenamientos Konoha quería descansar y estudiar en paz, sin embargo al despertar notó que tenía un mensaje, lo ignoró pensando que no era nada importante, se levantó a desayunar y a volver a su rutina diaria, pero 6 horas más tarde, mientras estaba sentado frente a su escritorio repasando lo visto en las clases, otro mensaje le llegó. Revisó su teléfono y en él encontró dos mensajes de un número desconocido, los mensajes decían:
1- De: *********** a las 8:10 a.m.
Buenos días, ¿Descansaste anoche?
2- De: *********** a las 1:23 p.m.
No olvides comer algo más al rato
Había decidido ignorar los mensajes, hasta que sólo 3 horas más tarde le llegó otro:
De *********** a las 3:17 p.m.
¿Ya has comido algo? No es bueno si te saltas comidas
En ese momento decidió responder:
Para: ***********
¿Quién carajos eres?
La respuesta no tardó mas que un par de minutos.
De: ***********
Soy Haiba Lev, ¡El próximo ace de Nekoma!
La expresión de desgana usual de Konoha mutó a ser una de incredulidad mezclada con irritación ¿Quién demonios se presentaba como "el próximo ace"?
Día 6-10: Más mensajes
Los mensajes continuaron por alrededor de una semana, la mayoría eran mensajes cortos y algunos con muy poco sentido, donde le relataba cosas que le habían sucedido en el día. Para disgusto de Konoha Akinori los mensajes tenían una frecuencia de entre 3.5 y 4.2 horas; además de estos mensajes "ocasionales", Konoha recibía un mensaje por la mañana donde Lev le deseaba los buenos días y uno por la noche, ya que estaba a punto de dormirse, donde le deseaba las buenas noches.
Konoha soportó durante esta semana el "acoso" del chico Haiba en silencio, abriendo los mensajes sólo para que la alerta de su celular no le siguiera molestando y evitando leerlos por la incomodidad que le ocasionaban. Únicamente los primeros días leyó por encima los mensajes, pero paró cuando por la noche recibió un mensaje donde la última línea decía "Descansa y sueña bonito, yo seré feliz si sueño contigo", razón suficiente para que decidiera no volver a leerlos jamás.
Día 11: ¿Qué piensas de...?
En medio de una práctica extraordinaria de fin de semana, realizada por la cercanía de los torneos, Bokuto Kotaro se le acercó alegremente, únicamente para preguntarle en un tono casual y relajado: "Konoha "¿Qué piensas del middle blocker de Nekoma? Ya sabes, Lev Haiba, el chico alto" La expresión de Konoha se contrajo con algo de desprecio al escuchar ese nombre y mil cosas pasaron por la mente de Konoha, entre ellas "molestia" y "mátenme", pero antes de si quiera contestar y con un tono aún más desganado y cansado que el usual, preguntó: - Bokuto ¿A qué viene la pregunta? -. Kotaro, en su enorme inocencia, reveló la razón, la cual era 'muy simple' a ojos de los tres bufones involucrados. El "plan maestro", como lo llamó Bokuto, se resumió de la siguiente manera: - Verás, Haiba me pidió tu número el último día del campamento de entrenamiento y me había estado haciendo muchas preguntas sobre ti, y después recibí ese mensaje de Kuroo donde me pedía que te preguntara si te agradaba Haiba Lev, porque resulta que tú si le agradas y mucho, así que le pidió de favor a Kuroo que me pidiera de favor que yo te preguntara, así que dime... ¿Te agrada? -.
Los pensamientos de Konoha acerca del chico mitad japonés, fueron ligeramente filtrados antes de que los dijera, así que en lugar de decir lo molesto e irritante que le parecía que llevara esa broma hasta tales límites y lo agotador que era recibir esos mensajes, dijo un simple: - Me cae mal -.
Incluso para alguien como Bokuto fue fácil entender que algo estaba haciendo que Konoha lo pasara mal, ya que llevaba 3 años conociéndolo. Contestó al mensaje de Kuroo con la verdad, pero ambos capitanes decidieron guardar silencio respecto a la opinión del rubio de ojos pequeños.
Día 12: Primera cita, o algo así
Cuando Konoha se levantó esa mañana, tenía muy en claro lo que debía hacer.
Gracias a Bokuto sabía que los chicos de Nekoma entrenaban en domingo al tener sus prácticas extracurriculares antes de los partidos, al contrario de como lo hacían en Fukurodani, que entrenaban los sábados, así que sabía exactamente dónde encontrar al ruidoso y ya molesto medio japonés.
Esperó en la entrada de la preparatoria, gracias a la habilidad que Bokuto tenía para hablar más de la cuenta sabía incluso la hora exacta en la que las prácticas terminaban, por eso no llevaba ni 5 minutos cuando se dio cuenta que los miembros del equipo de volleyball comenzaban a salir. Por alguna razón a la que no le dio demasiada importancia tuvo que esperar un poco más de tiempo hasta que vio salir al gigante ruso acompañado del líbero del Nekoma, parecía que iba regañando a Haiba, sin embargo cuando el menor se dio cuenta de que Konoha estaba allí, cortó rápidamente la platica con su senpai, que al ver que se alejaba dejándolo con la palabra en la boca soltó un suspiro molesto y se fue con aire resignado.
Se dio cuenta de que Lev se le acercaba con una energía y una sonrisa enormes, aguantó sus ganas de golpearlo o de si quiera poner una mala cara, incluso cuando el otro le gritó "Konoha-senpai!" como si quisiera llamar la atención de todo Japón. Cuando lo tuvo en frente se limitó a saludarlo con un seco y hostil - Haiba –. Esperaba que el otro le acribillara con preguntas o con cosas sin sentido como lo hacía en sus mensajes, pero al contrario, Lev se mantuvo callado, expectante. Konoha prefirió ir al punto – Deja de ir diciéndole a todo el mundo que yo te gusto, es ir demasiado lejos con tu bromita. Además ¿Qué es eso de ir pidiendo favores tan estúpidos? Es demasiado molesto que metas a otras personas, bien podrías haberme pedido directamente mi número o preguntarme si me agradas en lugar de hacer cosas dignas de un maldito acosador y ya que tocamos el tema de tu extraño comportamiento ¿Porqué carajos me mandas mensajes cada 3 horas? ¿No tienes nada que hacer? Es en extremo molesto que lo hagas, más bien, simplemente eres demasiado molesto con cualquier cosa que hagas -. Akinori no se dio cuenta hasta que terminó de hablar que Lev había metido las manos en los bolsillos de su pantalón y había ido encogiendo los hombros con cada palabra, incluso parecía que había hecho un pequeño puchero.
- Konoha- senpai, yo… de verdad no bromeo cuando digo que me gustas – Lev desvió la mirada, Konoha se sorprendió por ese gesto y por la postura que tenía el menor, incluso por la tristeza que se escuchaba en sus palabras – Pero no te pregunté directamente las cosas porque tenía miedo de que te enojaras y me rechazaras de nuevo, aunque al final viniste todo el camino hasta acá para fecha carne jaja - La corta risa de Lev había sonado lastimera y triste – Lamento mucho los inconvenientes, prometo ya no molestarte más -. En ningún momento Lev había levantado la mirada, Konoha pensó muy dentro de su mente que jamás habría imaginado que el gigante pudiera verse tan frágil, sobre todo cuando siempre se veía tan alegre y enérgico, todo lo contrario a lo que Konoha podía apreciar en ese preciso momento. Ese pensamiento hizo que algo se removiera dentro del jugador de Fukurodani y que reflexionara un momento las cosas, era verdad que nunca le había dado la pauta de que se le acercara a pedirle o preguntarle nada, siempre había rechazado cualquier acercamiento del de pelo rubio grisáceo, y si se detenía a pensarlo con cuidado lo rechazaba por la simple idea de que todo era una broma y que el ruso nunca se fijaría en alguien tan promedio como él, a pesar de que en realidad Lev nunca le había dado señales que comprobaran esta teoría, al contrario.
Cuando terminaron sus cavilaciones ya era un poco tarde, mientras había pensado en todo lo anterior pudo ver como Lev había hecho una reverencia disculpándose por última vez y se había dado la vuelta para irse con paso calmado y desanimado.
Se apresuró a alcanzarlo, lo cual no le costó más que unos segundos y pensó con cuidado sus palabras, tampoco es que su intención hubiera sido hacer llorar a Lev o algo así pero casi lo había conseguido, para enmendar un poco las cosas dijo: – Sigo sin creer que realmente vayas en serio, sin embargo puedes… demostrarme que no mientes, sería como estar a prueba-. Lev sólo tardó un segundo en levantar la mirada y ver a Konoha con un renovado brillo en los ojos, Konoha un poco alarmado de que Lev pensara algo estúpido se apresuró a añadir – Pero no es nada formal y tienes prohibido ir por allí ventilado que salgo contigo – Vio sorprendido como el otro asentía con ganas. Al correr de los segundos una incomodidad comenzó a crecer, porque Lev parecía no tener intención de hablar, Konoha se resigno y prosiguió – Para empezar deberíamos tener una cita o algo así, no puedes decir que realmente te gusto si ni siquiera me conoces, no soy la gran cosa y es probable que te arrepientas – Konoha esta vez fue consciente de la transición de los gestos de Lev, cuando el rubio platino volvió a hablar había una sonrisa deslumbrante en sus labios y sus ojos verdes brillaban con emoción, pero aún se veía nervioso - ¡Tengamos una cita ahora mismo! – Pidió Lev en una voz que demostraba todo su entusiasmo. Konoha tuvo el impulso de preguntar porque debían tener una cita en ese mismo momento, pero su duda fue contestada sin que la llegara a externar – Yo no tengo nada que hacer y aunque así fuera lo cancelaría para salir contigo y de todos modos ya has venido todo el camino hasta acá por mi culpa así que déjame invitarte algo y demostrarte que voy muy en serio contigo. Hay una cafetería cerca de la estación, podemos ir allí y después te acompañaré a la estación ¿Te parece Konoha-senpai? –.
Akinori resistió el impulso de negarse, después de todo había sido su idea. Levantó los hombros restándole importancia y contestó con un - ¿Por qué no? -. Ante esa respuesta Lev comenzó a andar alegremente pero en silencio, temía decir algo que molestase a Konoha, era algo que siempre le pasaba y de lo que ya era consciente, sin embargo no sabía como evitarlo y no quería arruinar la oportunidad que tenía. El peli platino con toques rubios iba sumido en sus pensamientos, hasta que escuchó que Konoha lo llamaba con voz molesta, - Haiba ¿podrías caminar más lento? Vas demasiado rápido - Y en ese momento se dio cuenta de que Konoha iba varios pasos por detrás de él, se detuvo para que el otro lo alcanzara y se excusó rápidamente – Es sólo mi paso normal – La sonrisa de Lev demostraba diversión. Esa fue sólo la primera de muchas cosas que entrarían en la lista de Konoha, que sin pensarlo comenzaría a contar cada cosa que hacían diferente.
Caminaron en silencio hasta llegar a la cafetería, Konoha pidió un café negro y un snack ligero. Lev pidió un postre dulce y una malteada. Konoha contó la segunda diferencia.
Se habían mantenido en un relativo silencio desde que habían ordenado, intercambiaban miradas y una que otra frase, sin embargo no se podía considerar que tuvieran una conversación. Akinori se hartó de sentir el incómodo silencio ¿Acaso no se suponía que iban para conocerse mejor? Hastiado del silencio dijo lo primero que se le vino a la mente: - Eres muy alto –, sorprendió a Lev, quien sólo se rio un poco antes de contestarle – No es que yo sea taaaaan alto, los japoneses tienen una estatura promedio muy baja -. Esto desencadenó una tranquila discusión entre que si los rusos eran gigantes o si los japoneses eran hombres pequeños. Transcurrieron de esta manera los minutos, una conversación llevó a otra y mientras estaban a la mitad de sus alimentos (que habían llegado en medio de la conversación) Konoha comenzó a expresarse de una manera un tanto deprimente sobre sí mismo, alertando a Lev.
-Ni siquiera sé porque he sido yo y no otro quien según tú te gusta. Si me miras con atención no soy atractivo – A Lev le habría gustado refutarlo, pero ni siquiera tuvo la oportunidad – Estoy seguro de que tienes muchas chicas tras de ti, deberías salir con alguna ¿O acaso eres gay? – El silencio se hizo presente y supo que esta vez Konoha si esperaba respuesta, tranquilamente le contestó – No soy gay o al menos no me considero así, más que nada porque no me gusta etiquetarme, simplemente cuando alguien me gusta, me gusta y ya, sin importar su género, por eso he salido con un par de chicas, pero siempre me botan después de unos días -.
Konoha no estaba sorprendido de que Lev hubiera salido con chicas antes, era alto, sus ojos de un bonito verde, su piel muy clara y de más, claramente tenía un físico privilegiado, pero saber que lo botaban al final era algo inquietante - ¿Te botaban? – Preguntó con el ligero temor de que fuera un tema delicado, pero para su buena suerte parecía que con Lev ningún tema era delicado y obtuvo su respuesta – Les gustaba mi aspecto físico y por eso se me declaraban pero al salir conmigo se enojaban porque era "demasiado ruidoso", "algo tonto", "atraía mucho la atención" y otras cosas – Tras decir esto Lev se llevó su malteada a la boca y se la terminó con gusto, aunque parecía que a Lev no le afectaba Konoha tenía la sensación de que no era así y de pronto cayó en cuenta de que él había pensado exactamente lo mismo del chico medio ruso la primera vez que lo vio, se sintió un poco culpable, pero fue interrumpido por Lev que comenzó a hablar de otras cosas y a llevar la conversación a otro lado.
Lev acompañó a Konoha a la estación y al despedirse se inclinó y le plantó un rápido beso en la mejilla, Akinori arrugó la frente y estaba listo para reclamar pero se dio cuenta de que por alguna razón su cuerpo no estaba dispuesto a funcionar correctamente, alarmado sintió como el calor se iba a acumulando en su cara y con pavor huyó de la mirada curiosa de Lev, adentrándose en la estación mientras se maldecía por haberse sonrojado. Entendía su propia reacción a medias, no estaba acostumbrado a que rusos lindos de dos metros lo besaran de la nada pero por lo menos su reacción pudo haber sido más discreta, se fue con cara de odio todo el camino hasta su casa y no fue hasta que recibió el típico mensaje de buenas noches de Lev que reparó en que a pesar de todo la "cita" no había sido tan desagradable, incluso podía ser que se la hubiera pasado un poco bien.
Día 13: Primera regla
Al día siguiente ni siquiera tuvo oportunidad de levantarse con su habitual alarma pues antes de que esta sonara su celular comenzó a emitir el tono configurado para las llamadas entrantes de números desconocidos. Silenció la primera llamada, ignoró la segunda, rechazó la tercera y finalmente, a la cuarta llamada miró la pantalla de su celular; en esta se exhibía el número no guardado, pero Konoha tenía la sensación de que lo conocía. Después de rechazar esa cuarta llamada se metió a su historial de llamadas, no figuraba el número allí, pero antes de que alguna idea le cruzara por la mente recibió un mensaje del mismo número que trajo consigo la iluminación: Tan sólo leer la parte inicial del mensaje supo perfectamente a quien pertenecía el número, también esas 5 primeras palabras del mensaje lo alentaron, por primera vez, a seguir leyendo el mensaje, en este Lev le pedía disculpas por si las llamadas lo habían molestado y le preguntaba si podía llamarle de nuevo por la tarde, Konoha pensó para sí que lo mejor era poner en claro las cosas ya que había accedido a tener una relación de prueba con el chico más alto del Nekoma y, también por primera vez presionó el botón de responder al mensaje. Pensó con calma las palabras que debía emplear y las plasmó en un mensaje de texto:
Para: ***********
Por favor no me llames más, odio las llamadas. También intenta
mandarme sólo un mensaje al día y no uno cada 3 horas, resulta molesto.
Dio una revisión al mensaje y después lo mandó. Al dar un tercer vistazo al mensaje pensó que debería registrar el número, fue a sus contactos y lo guardó. Cuando regresó a los mensajes pudo leer arriba del texto que había escrito minutos atrás un sencillo
"Para: Haiba Lev"
Sintió un pequeño cosquilleo interno al que no le prestó ni la menor atención y se levantó para prepararse para la escuela.
Día 14: Palabras de aliento
El día anterior había recibido sólo dos mensajes y había sentido menos desprecio al verlos en su bandeja de entrada, aunque había dicho que sólo le mandara un mensaje, dos era mejor que diez.
En la mañana recibió el usual mensaje de buenos días y lo ignoró como usualmente lo hacía. Tuvo un normal y monótono día escolar, llegó a su casa y siguió con su rutina diaria. No fue hasta entrada la noche que recibió un mensaje de Lev, un seco e inusual mensaje, donde todo lo que ponía era un simple "Buenas noches, Konoha-senpai", Akinori no necesitó más que eso para entender que algo estaba mal. Konoha era en realidad, una persona amable cuando alguien lo necesitaba, cuando tenía que animar a Bokuto durante uno de sus dramas era la clara y viva prueba de ello. Texteó un mensaje de respuesta por instinto
Para: Haiba Lev
¿Está todo bien?
Tan pronto como presionó enviar se arrepintió, tal vez no era que a Haiba le hubiera pasado algo, quizá no quería hablar con Konoha y estaba en todo su derecho. Ni bien la idea de que Lev se hubiera hartado de mandarle mensaje todos los días recibió una respuesta.
De Haiba Lev a las 9:31 pm
No todo. Hoy metí la pata en el entrenamiento y Nekomata-sensei
me llamó la atención, Kuroo-san también se molestó y me hizo practicar
después de terminado el entrenamiento con Yaku-san. Como él no quería
quedarse pasó la mayoría del tiempo enojado conmigo y me golpeó una vez. Se
suponía que Kenma también se quedaría a practicar conmigo pero dijo que
yo era una molestia y se fue. Me siento mal por causar tantos
problemas, debería ser menos idiota.
Konoha leyó dos veces el mensaje, había visto que reprendían al ruso unas cuantas veces en las prácticas conjuntas y en los partidos de práctica y que él recordara, Haiba siempre se lo tomaba muy bien, sonreía y simplemente lo intentaba otra vez. No entendía entonces porque parecía que a Lev le afectara tanto esta vez.
Al pensarlo un par de minutos por fin lo entendió, si a él le estuvieran recordando todo el tiempo sus errores y reprendiéndolo, probablemente ya habría dejado el volleyball, simplemente no lo volvería a intentar para que dejaran de molestarlo. Le dieron unas ganas enormes de animarlo, de decirle algo que lo hiciera sentirse mejor, no supo si por fuerza de la costumbre o por alguna otra razón. Así que simplemente comenzó a enumerar lo que pensaba que eran buenas cualidades de Lev.
Para: Haiba Lev
No te sientas mal, vas en primer año y es la primera vez que juegas volleyball, que
tengas errores es normal, al contrario, tu progreso es muy bueno, ese remate de látigo
que haces es genial, tu gran altura es una gran ventaja, aprendes rápido, pero sobre
todo tu entusiasmo es lo mejor que tienes, no te das por vencido y eso te hace genial.
De Haiba Lev a las 9:58
¿De verdad piensas todo eso de mí?
Para: Haiba Lev
Pues sí, lo pienso.
De Haiba Lev a las 10:02
Muchas gracias Konoha-senpai, prometo esforzarme al máximo mañana.
Konoha no respondió y después de media hora pensó que no recibiría ningún otro mensaje, pero cuando iba terminando los deberes, lo recibió:
De Haiba Lev a las 10:49
La próxima vez entrenemos juntos, quiero volverme tan bueno como tú, porque
eres asombroso y te admiro.
El mensaje lo hizo sentirse un poco incómodo, pero al mismo tiempo lo hizo sonreír ligeramente, iba a responder cuando le llegó uno más:
De Haiba Lev a las 10:44
Me gustas muchísimo y quisiera abrazarte mucho ¿podría hacerlo
en nuestra próxima cita? También me gustaría besarte, pero nunca lo he
hecho antes y no quisiera que te molestes si lo hago.
Konoha se imaginó a Lev besándolo y se sonrojó completamente, sin pensar en sus acciones aventó el celular al otro lado de la habitación e intentó concentrarse de nuevo en el problema que le planteaba su libro de texto, pero la imagen mental no desaparecía y cada vez que se daba cuenta de lo que estaba pensando su cara se coloreaba de rojo.
Día 15: El chocolate
A la mañana siguiente Konoha estaba un tanto molesto con Lev, por hacer que no pudiera adelantar su tarea con éxito, así que ignoró su mensaje en la mañana y en la tarde no le había contestado. En el transcurso de la tarde-noche, mientras hacía una ligera limpieza encontró los chocolates amargos que Lev le había regalado. En el momento de los hechos se le hizo molesto que le diera chocolates en frente de todos, pero en retrospectiva se le hacía incluso un buen detalle.
Los puso sobre su escritorio para tenerlos a la vista y cuando terminó de limpiar se sentó frente a ellos, había decidido que los probaría cuando los había aceptado y pensó que ese era un buen momento. Quitó el moño rojo que mantenía cerrada la bolsita de celofán y los olfateó, olían bastante bien, se llevó uno a la boca para darle un pequeño mordisco y para su sorpresa estaba delicioso, se metió el resto del cubito de chocolate a la boca y en vez de morderlo lo mantuvo en su boca para sentir mejor el sabor, estaba increíblemente delicioso. Cuando se hubo acabado el primero se comió un segundo y cuando estaba por comerse la tercera pieza se sintió un poco culpable, no debería excederse con los dulces antes de la cena. Regresó ese tercer cubito y cerró la bolsa con la cinta, cuidando de volver a hacer el moño que lo adornaba antes. Sacó su celular y abrió la conversación con Haiba, sin razón ni motivo le envió:
Para: Haiba Lev
Los chocolates que me diste están muy ricos, lamento no haberlos probado antes.
De Haiba Lev a las 7:54
Si te gustaron puedo darte más cuando nos volvamos a ver
Konoha leyó la respuesta y sonrió. Guardó su celular y bajó para ayudar con la cena y durante el transcurso de la noche no perdió la tímida sonrisa de sus labios, hasta que se fue a dormir.
N/A
Espero que les haya gustado, espero pronto estar subiendo la segunda parte, para lo que yo considero que será el día no oficial del LevKono(?)
Nos leemos~
