Muy buenas, antes que nada, necesito que sepan; si es que algún antiguo lector anda aun por aquí y ve el notorio cambio en la historia, bueno, es que sentía que necesitaba pulirla, me quita estrés y veo mis constantes errores, no estoy segura que sea tan necesario, pero me gusta la idea que replanteare (una romántica, porque hombre, quizás no sea tan profunda como muchas personas que se expresan en la escritura, pero… romántica…), si alguien considera que releerlo vale la pena, pues no puedo desear que lo disfrute como yo lo hice tratando de mejorar el capítulo.


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*holaminombreesdrama*

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Prologo:

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9:30

De pronto, creo que aún no sé cómo han pasado tantas cosas desde que todo fue un infierno, hasta aquí; Yo, estoy mirando una fotografía, del "nuevo" grupo que somos, la familia alternativa, el escuadrón invencible, ¿Qué es lo que suena imaginariamente en mi cabeza?, campanas, revoloteando y haciendo eco en lo profundo de mi ser.

¿Cuántos significados tienen las campanas?, podrían ser una tragedia, una señal un aviso, es un sonido que te pone en alerta, lamentablemente las que interrumpían mi vida eran: campanas de boda, lo que para mí significan podría ser muy simple, hoy era una unión; más aún su significado también dependía quienes serían protagonistas en el vínculo.

En mi caso, solo me causa una devoradora desesperación y presión en el pecho: dolor. A él, he de suponer que significa confort, seguridad, de pronto, está pisando en terreno firme, y a ella, quien me lo ha quitado todo, a quien odio en lo profundo de mi alma, pero que, siendo precisamente la elegida por él, debo respetar; y duele, tanto que tengo ganas de tragarme la amargura, pero no puedo, solo duele, que sea ella la afortunada.

¿Cómo es que tres personas están involucradas en el amor?, simple, yo soy la tercera, y me he equivocado, estoy vergonzosa y profundamente enamorada de alguien que no me quiere, ¿No es simple?, oh, claro que sí.

Lo supe hace tres semanas, durante la noche que era el cumpleaños de la víbora: Yelen. Es increíble como se siente este dolor, con tan solo el recuerdo, palabras imaginarias de un nombre, es humillante admitir que siento pena de mi misma al estar engañada. ¡Nunca me quiso!, afirmación que partía mi corazón en miles de pedacitos sucios, pedacitos que debía esconder. Como si solo hubiera estado jugando conmigo, soñar, soñar es uno de los mejores placeres gratis, con él, sonreí a duras penas, son él fue el sueño más completamente perfecto, mi instinto me gritaba, decía cosas orgullosas, y no les hubiera prestado demasiada atención más que por el hecho de que ahora, el orgullo había callado, y sonó una triste voz apagada, el aliento de por sobrevivir, huir, cosa que me trastornaba, todo esto me hizo tomar la decisión que me tenía aquí, sentada mirando las fotos, irme, irme tan lejos donde este sentimiento de despecho no me pudiera alcanzar… Ir a casa, una semana después de mi sentencia de muerte, por decirlo así, caí al abismal dolor porque mi padre agonizaba en Tokio, irónicamente, mi oportunidad perfecta.

Era mucho más sencillo y confortante decir que lo hacía por él, de todas formas no era una mentira, mi familia alternativa estaba media resquebrajada de todos modos, y mi padre, junto a mi hermano, era todo lo que sentía más mío que nunca ahora, porque mi pequeño y tonto hermano estaba solo después de padre allá, ahora parecía como si inevitablemente el también terminaría por irse, y lo haría, sus exámenes de fibrosis pulmonar eran horrorosamente certeros, Hiroki y yo seriamos todo lo que quedaría de mi imperfecta familia, a la que adoraba aun pese a todo.

Después de lyoko… después de X.A.N.A., después de Franz Hopper, o cualquiera que fuera su apellido; no nos dividimos como algunos llegarían a pensar, no había una distancia, pasamos a ser la familia alternativa, el escuadrón súper.

Aelita, de quien jamás podría llegar a decir algo malo, se mantenía fuerte, como lo era en el corazón, uno grande y afectuoso, valiente. Aunque algo murió en ella ese día, el primer día fatal, como simples adolescentes, día en que murió su ante sus ojos, no lo podríamos haber evitado, pero ha de doler, tanto como a mí el estar perdiendo a mi único padre, mi empatía con ella era absoluta.

Sissi o la princesita caprichosa, inescrupulosa e insensible, que, de forma casi paradójica, era una gran amiga en estos momentos, ya que con la llegada de Yelen, la princesita o antigua emperatriz del instituto malvada, perdió todo su lugar, ante una bruja contra quien juramos venganza en la primera borrachera juntas, una promesa entre tres.

Odd, que, aunque de forma repetitiva, pensando en la rubia cabecita de Bringa, se enamoró, se rindió, el casanova atrapado en las garras de la bruja, la que lo volvió un manejable Romeo, una marioneta. Su primera víctima, que, aunque jamás nos dejó, fue humillado por la mirada vacía, para cuando lo supero, que a veces temíamos que no lo hiciera, nos dio una gran alegría, recuperamos un amigo, un soldado, un camarada, al hombre después de esa larga metamorfosis a niño.

El resultado, que la preciosa bruja tuvo con Jeremy… fue, bajo muchos aspectos, irreparable, devastador, el tímido chico de gafas fue deslumbrado por la mujer en ella, a duras afirmaciones, con lo que ella ofrecía: sexo. Aelita, su fiel enamorada, jamás volvió a ser la misma, lagrimas, maldiciones y borracheras ilegales, lagrimas que bien pudieron llenar el espacio vacío, de faltar el mar, quizá una exageración, pero no olvido la mirada inyectada en sangre, su cara roja y mojada, llorando como niña pequeña.

Y mi amigo, que no ha sido el mejor, pero que aún no deja ser amigo leal, quien me apoyo, quien fue fuerte y no cayó por ella, quien fue mi paño de lágrimas, por quien jamás podría haber más que un sentimiento de cariño, amor platónico, pero que no se desea, fue fuerte por mí, y lo valorare siempre, quien no cedió ante las manos con costoso pintauñas escarlata: William.

Y Ulrich Ser, a duras penas, tragándome el orgullo, sé que no me gustaría recordar, no tener memoria, perderla, porque la cuestión es que admití demasiado tarde lo que sentía; de hecho ella misma, con su vocecita triunfal afirmo en victoria "Es tarde, ¿no crees?, te amaba, lamento recordarte que tú misma lo acabas de decir" y se fue abajo, los inseparables amigos murieron, nos quebramos, morimos, pero como que como el fénix, renacimos, de ahí la familia alternativa, no éramos los mismos, o eso me parecía ante el enceguecedor dolor, a veces, entre lágrimas me susurraba que él no era para mí, y que yo no era para él, pero el dolor es tanto que apenas recuerdo el momento exacto en que ya no me sintiera tan deprimida, lo amo, certeza que me atormenta al tratar aun de asumir que él no siente lo mismo por mí, el resultado de mis emociones locas es que me siento mutilada, lo acepto, cual mártir, lo acepto porque me siento tan derrotada que es como si no pudiera hacer más por mí misma ahora.

A final de cuentas, la amistad sobrevivió, porque ella era como un terremoto, nos hizo sentir tan inferiores, tan impotentes y frágiles que es increíble que el cariño y apego de la amistad aun siga en pie… riendo, hablando. Disfrutando de los momentos dulces en familia.

En mi ropero, las ultimas prendas que quedaban, una sudadera negra, calzas negras, mi rebeldía sutil en mi ropa, reflejo de que fui una adolescente lo bastante tonta, como para huir ahora.

- ¿sigues con tu paranoia? – me pregunto Sissi.

- supongo, que la opción más práctica, seria regalarla – dije intentando ser práctica, practica y callar todo lo demás, ahí en medio de la habitación, dos guerreras y enemigas destruidas; mas, me rompí en llanto – pero se siente maldita – porque hoy se casaba el, el que ahora era hombre de penetrante mirada, respire y solloce, Sissi se acercó para envolverme en un abrazo, de pronto sonó el timbre, y me pregunte si había sonado mientras yo lloraba, intentando buscar consuelo en la princesita caprichosa, ex reina de instituto, la deje ir, porque podría ser Aelita, en efecto, la pelirosa apareció completamente pálida.

- tenía que terminar unas cosas, y me vine tan rápido, creo que casi atropelle a alguien ahí – hablaba rápido, casi sin control, entonces me miro – Yumi, ¡tiene que ser una broma – exclamo, anegándose sus ojos jade en lágrimas…

Y pese a que había llorado, con hábil descaro fingí orgullo, fingí la fortaleza de antaño- Es mi deber Aelita, ante todo debo, mi padre y mi hermano están a mi espera, además – de pronto mi voz me pareció más triste – quizás a fin, así, a distancia pueda superarlo – y quise sollozar nuevamente.

- esta vez, para ambos – o todos según yo – se hizo demasiado tarde, desde que la víbora mágica apareció en nuestras vidas, parece que su único propósito fue el de conquistar hombres, Ulrich fue el premio mayor – Aelita dijo aun con un atisbo de dulzura, aquello me reconfortaba, no por entera, un poco, era mi mejor amiga tratando de ayudarme a no ser un desastre.

No podría despedirme de todos, no si Ulrich no estaba ahí, pero creo que no resistiría, el, quien, de alguna forma, había contribuido a tanto de mi dolor, no me vería tan destrozada, quería extrañarlos a todos, al quizá más que a nadie, porque en mis recuerdos, en la dulce inocencia del primer amor, Ulrich aun lo era todo, irme mientras él me veía solo me atormentaría, eso no era necesario, después de todo, estaba los servicios de mensajería.

- necesito saber – dije de pronto, mientras estábamos las tres abrazadas – que no estoy loca, que creen que lo estoy haciendo bien -.

- ah, sí de ropa hablamos – dijo Sissi alzando una ceja y en un tono molesto – creo que es un crimen, que estás loca, lamento decirlo, pero sé que Aelita no lo haría -.

Aelita y yo reímos, adoro esa capacidad de Sissi, porque la capacidad de decirlo con tanta soltura, con ligera crueldad y desinterés, haciéndola parecer una tonta, me hizo reír ahora, que solo parecía que me iba a secar llorando, la extrañare en partes iguales a ambas, la risa y el consuelo.

- digamos que es un rito mágico, con una magia más poderosa que la de nuestra víbora, el pasado se elevara en el aire y se mezclara con todo lo demás, empezaras otra vez - dijeron ambas, tal como si lo hubieran ensayado.

- ¡gracias chicas, siempre os querré! -.

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09:45

Y aquí estoy, con un nudo en la garganta. Sin embargo me parecía que la presión que sentía no era solo el amarre de la corbata, siendo honesto conmigo mismo, lo que me está ahogando es la misma verdad, hoy me casare, me uniré simbólicamente por la eternidad a Yelen, ¿es esto lo correcto?, Yumi me odia, ella, la chica de mi vida me odia, solo dios es consciente de cuanto amo, a esa mujer, pero se ha encargado de dejarme en claro en qué nivel se encuentra su poco aprecio, mi esperanza, es rehacer todo junto a mi futura esposa, aun cuando yo mismo me siento prácticamente impotente a su lado, mi nueva vida incluiría hijos, aun si no es la mujer de mi vida la que los tendrá conmigo, porque debe existir una cura para este vacío en mi interior. Aun si parece como si todos los que son mis amigos me detestaran por mi decisión, mi felicidad estaba en mis manos.

Se lo que la boda significa para mis amigos, parece que terminaremos de quebrarnos, a decir verdad, eso ocurrió desde el momento en que me lie con ella pese a todo lo que hubiera pasado, pese a la historia y al dolor de cada uno de nosotros, intentare hacerla feliz, después de todo, el daño es parte del pasado, fuimos demasiado jóvenes, y si Aelita se repuso frente a la infidelidad de quien más quería en este mundo, siendo ella parte de nosotros, podríamos con esto, podríamos con todo, ya que no nos pasó antes, no nos afectara ahora; la hare feliz, a pesar de que no la amo, a pesar de que después de que perdí mi virginidad a su lado, solo quedo un aprecio opaco, ella me daría aquello que quizás era mi salvación ante lo despechado que Yumi Ishiyama me dejo, podría quizás, después de todo este tiempo, superarla, en verdad debo superarla.

Y al estar pensando en ella, en todos… sumado al móvil sonando, sentí la nostalgia por los viejos tiempos, cuando nada estaba tan roto:

Nuevo mensaje de texto:

ULRICH, ¡ABRE LA PUERTA!

S. urgente.

Me desconcertó que usara las mayúsculas, de pronto, un sudor frio recorrió mi espalda durante el tiempo que camine de mi habitación, por el salón a la puerta, y al verla después de abrirla, un mal presentimiento me dejo prácticamente congelado, Sissi jamás se dejaba el aspecto tan desarreglado, el color rojo vivo en sus mejillas, ojos llorosos, maquillaje corrido, ropa arrugada, tal cual como si hubiera corrido una maratón para llegar a mi puerta

- ¿pasa algo? - me mantuve sereno, aunque en el fondo estaba preocupado, Sissi no es el tipo de chica que se angustia por cualquier cosa…

-Yumi me odiara, pero, tengo que decírtelo - dijo mirándome fijamente a los ojos…

- ¿Qué es? -.

- Se va - mi estómago y el pecho se me estrujaron, se empequeñecieron, me dolió, se removieron, como sentir vértigo - está en el aeropuerto ahora mismo- no, ¡ella no! nunca, maldición, todo esto significaba que la perdía, quizás para siempre…

- ¡QUE! - me sentí frágil, la mujer de mi vida, la chica en que tenía todas mis esperanzas mi mejor amiga y confidente, la dueña de muchos de mis secretos, mi vida entera: Yumi, me picaron los ojos, podía casi sentir las lágrimas en mi cara, la noticia de Sissi me llego como una bofetada en la cara, una que merezco

- Ulrich, es verdad, está en el aeropuerto, se va en una hora…- sollozo – ella no quería que lo supieras, pero yo te lo vine a contar. Ulrich, eres mi amigo y no podría guardarme este secreto así, sabiendo que quizás se vaya para siempre, ¡Y tu maldito tonto preparándote para tu lujosa boda! -.

¡Ella había llegado lejos!, era todo lo que podía razonar, mientras mis piernas daban una carrera desbocada al auto, lo encendía, pequeña tramposa, ¡sacarte de mi vida no era parte del plan!

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-Vale ya, os traeré regalos de comida, sobre todo para ti Odd, el sushi pasado en unas horas de viaje, pff, ¿a quien le molesta? puedes estar tranquilo…- Yumi le sonrió molestosamente a Odd, el rubio, ahora más alto y con su escandalosa barba, le sonrió enjugándose las lágrimas – oh dios, mandare la comida si no vengo, no es para llorar, Odd – y riéndose de su propio comentario, lo abrazo.

Yumi miraba ceñuda a Jeremy, reprendió que la sola idea de que Aelita sufriera a su lado, haría que aprendiera por su cuenta que es una paliza propinada por ella misma, sin embargo después de darse un gran abraso fraternal, Yumi les pidió con extraña torpeza que se fuesen… que si no se iban lloraría, que sería humillante, los chicos aceptaron al ver la cara que llevaba, su expresión triste, desolada y angustiada… nadie acostumbraba a ver a Ishiyama Yumi así, los chicos y ella misma, se separaron por caminos opuestos, Yumi quien llevaba con decidido y falso orgullo, su mochila y su abrigo, tan pronto que los chicos se perdieron entre lo espacioso del lugar.

La nipona al saberse sola, soltó ese suspiro que sabía más a un grito ahogado, se repetía que tenía el corazón destrozado, tenía tan poco valor ahora, que no pudo enfrentar a su roca sólida, a William, el, sin duda alguna la perdonaría, porque ambos sabían que el repetiría, como un apasionado adolescente que la amaba, que se quedara, que prometía hacerla la mujer más feliz en todo el jodido planeta, promesas que estaban condenadas a ser mentiras, el sería capaz de irse con ella, y eso representaba mucho dolor, uno que podrían ahorrar, porque la triste verdad era que no podía corresponder.

En el extremo opuesto, estaba Ulrich :no se lo has dicho: porque condenada fuera su estampa, tenía un miedo irracional de que el la ayudara a subirse del avión, de pronto, se sintió como víctima, como si el solo pudiera odiarla, que con rencorosa calma hubiera dicho algo al estilo: ¿Te vas?, entonces, ¿Por qué mierda sigues ahí?, apresúrate, buen viaje y no volvamos a vernos jamás. Trato de deshacerse de esos pensamientos tan mezquinos sacudiendo su cabeza, Ulrich no era así, Ulrich la habría mirado con esa profundidad casi dolorosa, y volvió a sacudir su cabeza, compraría unos dulces para el camino, quizás un refresco de cereza, trato de animarse sola, lo hubiera hecho de no ser porque alguien la tomo por el brazo y la obligo a retroceder, Yumi no quería mirar atrás.

- ¿Qué…? – la pregunta, a tono de pretender estar ofendida no terminaría jamás de ser pronunciada.

-Tenemos que hablar- dijo el, Yumi podía notar la pizca de furia en su voz.

A continuación, la llevo a rastras a un cuarto, que era pequeño, parecía de utilería o del conserje, estaba oscuro… demasiado para enfrentarse, Ulrich encendió la luz, el miedo en los ojos de Yumi era casi tangible, casi cortaba su alma, pero ella con fiereza cambio de expresión, el ligeramente fascinado, pero no menos enojado se preguntó a si mismo por qué demonios parecía ser tan fuerte.

- ¿Se puede saber qué demonios piensas hacer? – no reconoció su voz, ronca. Yumi lo empujo, ceñuda, apenas el, la hubiera soltado, ella arremetió con una bofetada, estando dispuesta a salir de inmediato, escapando¸ el más terco que ella, volvió a tomarla del brazo, y le dio vuelco el corazón cuando sin querer, concentro su mirada en su expresión entre medio sorprendida, medio enojada. Y así cuando la tuvo por fin detrás de él, cerró la puerta con llave.

- Suéltame! -.

-¡no sin antes me expliques todo! – ella volvió a la posición inicial, y ella no era una chica que el pudiera intimidar, vio a la guerrera en ella, lista para la batalla, furiosa e impaciente, de pronto él se dijo en sus ojos, la forma de sus parpados, sus espesas pestañas megas, lo lindo que eran sus ojos, un viaje a su pequeña nariz, luego a su boca… no dejaría de amarla, así estuviera muerto; entonces la beso, y ella respondió con fuerza, lo empujo lejos, pero él era mucho más fuerte, porque decididamente no se apartó, y ella se rompió de pronto, con los ojos llorosos y el ceño fruncido gimoteo, abrazándolo mas fuerte, sintió el aroma de ella.

- ¿Qué haces aquí el día de tu boda? – el beso la dejo aturdida, pero ella no olvidaba que él se iba a casar, ¡Se iba a casar en tan solo unas horas!, y sin embargo estaba ahí al lado, estaban juntos y solos, encerrados, era un secreto, nadie lo sabría, nadie podría si quiera notarlo.

Para Ulrich fue insuficiente, porque no podía dejar de pensar en que ni si quiera alcanzo a capturar el sabor que ella daba, no se sentía realmente enojado ahora, un segundo después fue consiente del mundo, de lo que ella quería hacer… Una furia, un descenso a un sitio no realmente conocido por él lo invado, la tomo por los brazos y la volvió a besar. Y ese nuevo beso lo inundo, algo que robo sus sentidos, se coló en su nariz con su aroma, en su un sabor… fresas, cereza y crema de chocolate… sensación dulce y prohibida… eso resonó en su cabeza, se apartó, Yumi esta vez no se lo había opuesto, se había dejado llevar con él, la sintió en todo su ser.

- ¿te pensabas ir así? ¿Sin decirme nada? – dijo él con la voz entrecortada, y apoyando su frente con la de ella, miraba sus ojos, ahí el color del chocolate, cálidos, vivos, su piel que parecía de pronto más viva, su pelo y como enmarcaba de forma adorable cada una de sus facciones, sin embargo, no hubo respuesta, y entre la furia, el deseo que nacía de fuego que ella le transmitía, con esa expresión que sugería un deseo inocente, porque volviera a besarla y él lo hizo. Y creyó que era su imaginación, porque aquel sabor a prohibido, ese sabor que lo hacía sentirse en éxtasis continuo, estaba ahí otra vez, y algo en el reclamaba por mas, se acomodó el, apretándola contra la pared, bajando sus manos hasta su cintura y sujetándola con fuerza. Como si en cualquier momento le fueran a quitar, como si ella fuera producto del deseo más profundo en sus sueños y terminaría por esfumarse, el deseaba aquello que habría probado, dulzura en su fuerza.

Y para ella todo fue irreal en esos instantes, todo parecía ser un sueño, todo lo que sentía la tenía mareada, en el momento en cuando la apretó contra la pared, ella gimió en sus labios, Ulrich besaba bien y su cuerpo le impedía pararlo, pararlo porque eso que estaban haciendo estaba mal… Cuando la tomo por la cintura, otro gemido se le escapo involuntariamente, él estaba excitado, la erección brutal e impúdica contra el vientre de ella, los cuerpos parecían tener un dominio propio.

- maldición – el pronuncio nuevamente con una voz que le sonaba extraño a el mismo, de pronto, no sabía quién era o lo que hacía - ¿tienes alguna idea de cuánto te deseo? – dijo él, claro, no era una frase dicha al azar, un ligue, era cruda verdad, y ahí está el, esperando, algo, lo que sea, una respuesta, otro beso, un golpe, pero nada, hasta que ella silenciosamente solo un gemido, le sigue una presión en sus labios, ella lo besaba de vuelta. y el solo sabía corresponder, porque eran dos amantes, amantes explosivos, tan solo... en ese momento, las manos se cohibieron, porque ella echo sus brazos al cuello y el solo acaricio su espalda, lentamente, guardando las formas del cuerpo de la amante, la que se iría

Yumi pensó en las mariposas que recorrían su corazón en ese momento, el revoloteo y ansias de sacudirse ahí mismo, atino a colgarse de él, mientras ese beso que empezó tranquilo, sereno y tierno; las mariposas fueron tempestad en llamas, y todo fue hambre. La ternura convertida en ciega pasión, llena de deseo, lo que compartían, el deseo inmenso el uno por el otro, remeció en ella, un calor que, del abrazo entero, sentía como si fuera a quemarse en cualquier momento, confidencia ante el deseo mutuo, besos desesperados, entonces las caricias perdieron su inocencia, y el calor fue abrumadoramente libre

Se quitaban la ropa el uno al otro, mientras los dedos temblorosos e impacientes se enredaban en sí mismos, tocaban y exploraban sobre aun la tela, la forma de la piel, Yumi se aventuró a mover sus dedos al pantalón, bajando el cierre, procurando no perder el contacto de sus cuerpos, sin dejar de besarse, Ulrich tomo a Yumi, dejándola apoyada en la mesa, se quitó la máxima ropa que podía porque el cuerpo se estaba quemando, y sobre el pequeño taburete ahí, tirando las cosas alrededor, acomodo a la mujer, tan solo con blusa y falda, y entre ella lista para el viaje y el listo para su próxima boda, se aventuró a explorar la suavidad en sus piernas, de pronto… sus dedos, directos en su sexo, completamente empapados, creyó saber lo que era el deseo vivo, porque todo ahí era suave, apretado, húmedo, caliente y sensible, porque ella tembló con tan solo un roce, tocarla descaradamente, y ver su estreñimiento sin duda era mucho mejor que recibir sus bofetadas.

Ulrich cayo en la cuenta de pronto, que ella era probablemente virgen, tuvo miedo de lastimarla, de ver en esos ojos que expresaban tanto deseo puro, real pavor, pavor por él, porque no podría contenerse, ella de pronto, notándolo más lejos, tiro de el con ayuda de sus piernas, y apoyo sus manos en sus hombres, lo beso otra vez, el correspondió y los sabores, los olores, el tacto, el mundo se detuvo, y cuando todo volvió a tener sentido se vieron obligados a separarse, jadeando pesadamente, Ulrich sonrió, dualidad en ella, deseo profundo en sus ojos, mejillas sonrosadas por los nervios, pero esa mirada clavada en él, mordiéndose el labio inferior, ella volvió a estremecerse cuando el volvió a meter su mano en el centro de todo su deseo, con la otra, sintiendo la suavidad de la piel en su cuello, ella de desabrochaba la blusa, y el beso la piel, el contacto entre la lengua y ella, dio salvajes palpitaciones a su miembro, hinchado y duro.

Y las piernas de Yumi, enredadas a su alrededor, no pudo evitar volver a la nueva droga, a la suavidad de sus labios, donde todo era dulce y suave, se escuchó a si mismo gemir, ella ahora, rodeándolo con los brazos susurro – por favor- junto a su oído, y le beso el cuello, pasando sus manos por sus músculos. Ya no había vuelta atrás, ella seria suya ahí mismo.

Con un poco de impaciencia, rebusco sus pechos en el sostén, al contacto con la piel rosada fuerte en sus pezones, ella arqueo la espalda, y la siguiente mano se posó sin recato en su culo, pronto se encontró rompiendo la ropa interior de ella, levanto un poco más la falda y se acercó, mientras estaba atento en la respiración de ella, se acercó más y comenzó a tocar todo lo mojado en ella con su virilidad. La angustia y el deseo hicieron que de pronto, sintiera un deseo ahogante, no pudo contenerse demasiado, y entro suavemente, ella araño su espalda y lo mordió suavemente, más como una caricia por instinto.

- escúchame – dijo con esa voz extraña – esto, esto que se siente no es un juego – la voz ronca y profunda. Ulrich la beso fieramente, sintió su lagrima en su propio rostro, al abrir los ojos, vio lo llorosos que estaban, era solo suya, y la consoló susurrando – ya pasara, pasara… -.

Era como si estuvieran hechos el uno para el otro, porque los movimientos suaves y en sincronía, los besos candente y dulces, carantoñas apresuradas pero afectuosas; demostraban lo bien que el uno le respondía el otro, él podía tocar y ella se derretía en sus manos, gemidos, suspiros, mordiditas, caricias, debía darle un orgasmo, una rendición, donde ella fuer completamente suya, algo que la hiciera sentir cerca de el por siempre, o bien… podría apuñalarlo con simples palabras, y Yumi apenas se podía creer lo que estaba haciendo, evitarlo no pareció una gran idea, a pesar de que el mismo está rehaciendo su vida, ahora solo podía sentirlo con ella, porque el placer que compartían ahora mismo, la hizo decir aquello que de pronto, necesitaba gritarlo hasta que el dejara de complacerla, de besarla con tanta ternura, y no con salvaje pasión ciega, sin violencia, solo los toques más parecidos al amor, pero no podía ser amor, ¿verdad?, de todas formas él se casaría… se casaría y… no, no, era mejor aún pensar en cómo se sentía de vivo el cuerpo con el tomándola con tanta lentitud y rudeza, porque no dio rienda suelta a su propio placer, ella sentía que se estaba muriendo por complacerla a ella… lo amo, pero quizás esa confesión podía ser demasiado dolorosa incluso para ella misma - te quiero – dijo en cambio, y el dolor se fue.

¿Sería capaz ella de jugar con él? Tuvo miedo, se sintió frágil: la amo¸ pero en cambio, solo volvió a besarla. Yumi de alguna forma esperaba que el no correspondiera, pero debía de confesarle algo, un poco de lo que sentía si quiera. Y entonces los movimientos fueron más rápidos, ella se aferró con la esperanza de lograr fingir que él le correspondía, el calor se concentró en una sensación que apenas la dejaba respirar, parecía que se volvería loca, y volvió a morderlo, pero el tomo su rostro y la beso mientras a ambos se les ahogo un gemido. Al final de los movimientos ondulantes de ellas, y la rudeza de la penetración de él, culmino en un orgasmo.

Ulrich lo había logrado y se sintió los deseos renovados, el aún se movía, y Yumi no dejaba de gemir en sus manos, aferrándose con fuerza.

- no te vayas- suspiro Ulrich.

- n no p puedo…- un hilo de voz, mientras aun temblaba y se aferraba a él.

- ¿Por qué? -.

- ¿Por qué tú te casas con Yelen hoy…? -.

El beso con fuerza, y sintió como ella volvía a llegar, ahogaron otra vez sus gritos con un beso, para ambos sería tan claro como los días soleados, de que Yumi le pertenecía de una forma primitiva, pero le pertenecía de todos modos.

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14:30

Exótica y sugerente, fabulosamente enfundada en el vestido y preciosa sonrisa en su cara, la mujer que no aparentaba más de 19 años, hacia su entrada en la capilla, su pelo roo como el fuego, su piel ligeramente morena, pero con un rastro seguido de pecas en sus mejillas, ojos de un oscuro tan fuerte, ojos azules, ojos especiales, ojos que sin duda alguna se asemejaban extrañamente más a un negro que a un azul, era asquerosamente hermosa, su mano en sus delicadas y largas manos, su pequeña diadema que acomodaba al velo en la corona, la hacían parecer más angelical que nunca; un ángel caminando en la tierra, o esos fueron los cumplidos mentales de sus amigos y familiares, la belleza de Yelen Parker, era descarada. Y mientras todas las miradas estaban puestas en ellas, si tan solo una sola persona con el suficiente valor como para fijarse tanto en él, el hombre junto al altar que de forma incrédula, tenía un vacío doloroso en su mirada, no sonreía, tenía una expresión tensa, nerviosa, estaba roto, y ni si quiera la vanidosa novia, en su triunfal entrada, con esa sonrisa de reina en su cara, pudo ver ese dolor, nadie más que una sola chica, que estaba tan rota como el mismo Ulrich, porque ese verde era tan opaco, que bien podría ser otra persona, Sissi lo miraba atentamente, en absoluto silencio y conmovida por la partida de su mejor amiga. Era tan obvio, todo era tan falso, que, de no ser por la preciosa mujer en sus caros tacones, que se llevaba todas las miradas, habrían visto la mentira en los ojos que comenzaban a apagarse.

El matrimonio de Yelen y Ulrich, un matrimonio que era solo una mentira, legal ante la gente, la sociedad, pero una falsedad vergonzosa al corazón.

La mujer que el realmente amaba, se había ido; quizás para siempre, eran tan tontos, tan orgullosos e inmaduros, tan recelosos de fantasmas mentales que terminaron por ocultar un amor obvio a kilómetros, ¿y si ya jamás volvieran a verse?, solo los unirían sus secretos, el del pequeño cuarto en el aeropuerto, el de él bebiendo lágrimas de dolor y de ron, todo porque la culpa no terminara de comerse su propia alma, pero su mente no se alejaba de lo obsesionado que se sentía del sabor, lo mágico del tacto, lo doloroso de la entrega, y el placer, si ya jamás volvían a verse, el secreto se iría con ellos a la tumba.

Y cuando ella llego al altar, junto a él, Ulrich atino a sonreír tan solo un momento, porque tenía que sonreír para la que sería su esposa, sonreír y mostrar lo afortunado que es de ser el esposo de la Reina del Instituto, de la mujer exuberantemente exótica, sería la envidia de tantos, ella era sin lugar a dudas bonita, pero apenas podía sentir rastro de anhelo por ella, pero él sonreía, por ella, por esa vida feliz en el futuro, por los hijos, por la familia, por su nueva vida, porque si ella se entregaba a él, entonces era su deber hacerla feliz, y ella deseaba además hacerlo feliz, y si él era un gran actor, se lo creería, para estar en paz desde ahora en adelante, aun si todo no era más que una mentira. De ahí en adelante, la voz del cura, temblorosa pero elocuente, predico la unión, la más grande mentira.

- Ulrich Stern, ¿aceptas a Yelen Parker como tu esposa, para amarla y respetarla, en salud y en enfermedad, y serle fiel por toda la vida? – pregunto el cura.

- acepto – mintió, quizás no estaba tan roto como el mismo pensaba, porque podría jurar que en ese momento estaba definitivamente roto o muerto, algo en su interior, atormentado o dormido, como si no existiera, como si ya no pudiera volver a sentir.

- Yelen Parker, ¿aceptas a Ulrich Stern como tu esposo, para amarlo y respetarlo, en salud y enfermedad, y serle fiel por toda la vida? – ahora, el cura pregunto mirando a la preciosa mujer que estaba ahí. Rebosante en felicidad y emoción.

- Acepto – dijo sonriente, feliz y con el orgullo hasta la corona, que llevaba, porque ella nunca dejara de ser la Reina, mujer en total control de todos.

- entonces los declaro, marido y mujer – ambos, aunque de forma diferente esperaban que lo dijera, ahora solo faltaba la frase que terminaría por marcar la mentira - puede besar a la novia… - Ulrich al alzar la vista, luchando porque nadie notara su vergüenza, su pena y traición, pudo ver a la Reina a su lado, tan fabulosa como acostumbraba a ser, su cabello rojo bien cuidado que era normalmente ondulado, ahora le parecía más liso, en un abrir y cerrar de ojo se cumplió un deseo que jamás podría revelar, porque la piel era realmente diferente, incluso la del delicado cuello adornado por su melena negra, sus oscuros y seductores, pasaron a ser más claros, más de color del chocolate, con motitas en negro, ojos que no buscaban impresionar, ojos que eran una ventana de verdades culpables, sus pestañas más gruesas, tenía los labios menos finos, más pequeños incluso en longitud, creyó incluso que el color rosa y marrón estaban ahí. Al final, Yelen Parker se convirtió en Yumi Ishiyama, y la vida sería perfecta, cumpliendo sus sueños, sintió pesadas ganas de llorar, pero se aproximó rápidamente a besarla, y fue ahí donde el sueño volvió a morir. El sabor que tan solo había descubierto unas horas atrás, no estaba presente, se sintió deprimido y monótono, solo y abandonado.

A esa hora, 15 minutos después de que la reina entrara enfundada en su precioso vestido, 15 minutos a partir de esa hora y en esa fecha, aquel mismo instante, su vida, cambió radicalmente, todo paso a ser mentiras y ensoñaciones irreales rotas y vergonzosas. Ulrich se condenó por voluntad propia.

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14:45

Tenía los audífonos puestos, no me atrevía a colocar ninguna pista en especial, porque todo esto que sentía no me dejaba escuchar una sola canción romántica, o alguna otra porque simplemente no estaba de humor, un poco inquieta, volví a darme una vuelta en el asiento, y termine por acurrucarme, pensaba y pensaba en lo retorcidamente increíble que esto parecía, y tuve un instinto nuevo, uno de hacer parar el avión, bajarme y volver con mis irremplazables amigos, aunque siendo más sincera, ese instinto no incluía a Ulrich, no al menos estando casado, me dije que eran pensamientos demasiado rencorosos, que mejor, comenzaba a pensar en mi padre, en el viaje ¿Y si ya nunca más los vuelvo a ver?, quizás pudiera hacer algo en cuanto no me sintiera tan… traicionada por mis propios sentimientos, porque ellos eran una espina en mi pecho, no tenían piedad conmigo, y si tan solo hubiera luchado un poco más por el amor… La verdad es que aquello daba igual, estaba casado, y lo que ocurrió en aquella sala, me tenía demasiado confundida, alegría a pesar de lo realmente mal que debía estar todo esto. Un día me desharía de todo este dolor, solo deseaba conservar esta alegría.

Y sonaba poco romántico, perdí mi virginidad y fui suya en ese pequeño cuarto, que fue a posta de alguien más, que sufrirá por mi pequeña ola de felicidad. Yo estaba absolutamente segura de que jamás lo podre olvidar, nunca, imposible si admito lo desastrosamente enamorada que estaba de Ulrich, pese a todo.

Despechada y ridícula, todo me parecía estúpido, ¡Él estaba casado!, y yo huyendo, siendo cobarde, la idea de volver a mi país natal no me hizo demasiado bien, porque me sentía horrible, más aún porque era mi orgullo quien se sentía más herido, me pregunte: ¿Cómo pude hacerlo?, era demasiado obvio que él se casaría de todas formas, y aunque ya nunca más nos volviéramos a ver… lo deje, porque me perdí en sus ojos, me deje llevar porque la emoción del momento fue más fuerte, y aun me enternecía lo cuidadoso que fue cuando el dolor estaba arrancándome lágrimas. Creí que la distancia no sería algo que realmente importara, porque… mi corazón no podía negar que aún lo amo¸ y lo seguiré amando, por muy estúpido y con poco sentido que parecieran mis sentimientos, me obligue a cerrar los ojos.

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1 año después

09:33 a.m.

El avión que procedía de Tokio, descendía rápidamente al aeropuerto de Francia, la ciudad de la torre de Hierro, de las luces y la moda, pocos sitios donde aún durante la noche, parecía tan llena de vida como en el día: Paris. Todo aquel pasajero que mirara por las ventanas no podían evitar sentir la emoción, incluso por lo hermoso que se veía todo esa precisa mañana, todos a excepción de la chica que usaba los jeans ceñidos y marrones, botas largas y grises, abrigo negro, la delicada blusa azul, la pañoleta floral, que cubría parte de su muy poco escote, maquillada y sonriente, llevo su mano a la cadena de plata, con aquella flor de cerezo, adornado con pequeñas perlas, aros de plata oscuro y pequeños, trataba de leer una revista, aunque en realidad sus ojos estaban totalmente pegados al hombre que aparecía en la plana principal, el joven empresario quien había sellado definitivamente un acuerdo con las empresas alemanas, siendo el una de ellas nacida en Francia, Stern A.U.

Él no había cambiado un poco, o así parecía en las cámaras.

- Por su seguridad – sonó en los altavoces – se recomienda ajustar los cinturones, nos detendremos dentro de pocodespués de que Yumi lo hiciera, no pudo evitar volver a mirar la imagen de él.

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09:45

Ulrich Stern venia saliendo de su oficina, venia serio y tranquilo, tenía algo de sueño, al igual que desde hace un año, no dormía muchas horas durante la noche, se sentía estresado y cansado, quizás ahora mismo era hora de tomarse unas vacaciones, después de todo él era el jefe, Marta lo tenía salvado, la vieja secretaria, pero eficiente mujer no dejaba que incluso olvidara que tenía que lavarse los dientes, ahora mismo por aviso de ella en su agenda móvil estaba por dirigirse a la sala de juntas, en donde discutiría, con los representantes de los distintos países, sobre las acciones realizadas irresponsablemente por los Estadounidenses, o más bien por los representantes de su empresa en América, estaba gruñón porque eran justo sus malas inversiones, que terminaron por hacer que sus acciones dieran a la baja, era una situación de crisis, bien podría golpear a alguien, se conformaba con una pared.

Quizá era el agotamiento, pero su horario no era precisamente el mejor, debía de decirle a Marta que debía de darle una hora para sí mismo, donde nadie lo molestara más, una hora en donde quizás con algo de suerte podría poner todos sus pensamientos en orden, más aun después del caos que había causado su antigua secretaria, todo por esos rumores sobre el posible polizón que estaba dando información muy importante a la competencia, Marta no parecía ser muy rápida, pero se sorprenderían con lo hábil que resultaba ser, quizás era que se veía más mayor de lo que realmente era.

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09:50

Yumi estaba entrando al departamento amoblado, quizás si le gustaba lo suficiente podría llegar a comprarlo, por ahora era su pequeño refugio si es que no prefería tener una casa, pensaba esta vez, que se quedaría de forma definitiva y permanente, tome rápidamente mi celular, marcando un viejo número, esperando porque no lo hubiera cambiado, me sentía nerviosa, creía que sentía sudar las manos.

La otra línea contesto – Aelita Stones al habla – tenía una voz insegura - ¿Quién es?

Los nervios hacia que le tiritaran las manos, se encontró a si misma intentando calmar la emoción, el palpitar de su corazón, la dulce amiga, la voz que se prohibió durante todo un año, el luto extremo – Soy yo – respondió de forma tonta, como muchas veces con ella en la fragante y bulliciosa juventud, se permitía con la mejor amiga, el alma gemela. Echo una risita traviesa y aclaro para la chica que perdía el aliento durante unos segundos – Ishiyama Yumi al habla, precisamente necesito hablar con usted-.

– ¡YUMI! ¿Eres tú? – esta confirmo, se había sobresaltado, Aelita aun parecía ser transparente pese al tiempo, al año del duelo, al dolor de antes, al quiebre, de pronto a tan poca distancia, eran las mismas chicas risueñas.

La nipona rio - ¿Quién más si no? -.

- ¿Dónde estás? -.

- Francia, cariño, y esta vez me voy a quedar – y otra vez a distancia las dos sonrieron sinceramente.

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Este saludo, que más que saludo terminaría siendo una despedida, tiene como fin la revelación de que no se cuánto me tomara modificar todos mis errores en la historia, puede que un día termine más rápido, puede que me tarde más porque al fin sienta a la musa en profundidad y me dedique a alguno de mis nuevos proyectos, que se acumulan, se acumulan y no terminan de desaparecer del todo, en fin, basta de parloteo, ¡Un saludo enorme a quien esté aquí releyendo esto!, en silencio, en voz gracias a los reviews, un saludo a todos, y un beso.

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*holaminombreesdrama*

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