Disclaimer: Shingeki no kyojin/Attack on titan no me pertenecen. Son propiedad de Hajime Isayama.
Creditos de la imagen de portada a quien corresponda.

Advertencias: Eruren/Riren/Leve Faren. Drama/Vocabulario explícito/Muerte de personaje/Abuso de todo tipo/Acoso/Racismo/Enredos romanticos/Ligera comedia (?

Nota de la autora:

¡Este fic está dedicado a Cotota!
(Y a Maaeaca)
¡Este no es el fic que te debía-aun te lo debo-pero igual te lo quiero dedicar a ti!

¡Ojala te guste!

Ok, este fic estará basado en la película animada de Disney "El Jorobado de Notre Dame" y también en la novela de "Nuestra Señora de París" de Víctor Hugo. Y también muchas mafufadas mías :v

Es que Dios mío; vi a Esmeralda en una versión masculina y dije: "Es Eren, ósea es Eren reencarnado" Sí alguien lo busca me entenderá.

No habrá Quasimodo, de una vez lo advierto, solo un Eren muy candente, un Levi lujurioso y un Irvin lleno de pasión.

Nos leemos abajo.


"Todo lo que he amado ya está muerto"


1482

No podía dejar de mirar sus pies descalzos, únicamente cubiertos por las vendas sucias que le había puesto para sanar sus heridas.

Tenía frio.

No quería hacerlo, no quería levantar la mirada, no quería hablar. Y pese a todo, tenía que hacerlo.

Entonces…murmuróNo hay más.

Escuchó como se acercaba más a él de forma sutil, y no pudo evitar dar un respingo por la sorpresa al sentir el contacto de su mano cálida con la suya que estaba fría. Se había quitado los guantes para tocarlo. Solo para tocarlo a él. Sabía lo mucho que odiaba el contacto humano, el contacto con la suciedad.

Luego sintió un frio metal hacer contacto con la palma de su mano y solo entonces abrió los ojos, apreciando de forma amarga la gargantilla de luminosos colores, que resplandecían con la luz de la luna.

Era la que le había regalado. Símbolo de su amor. Cuando creyó que…

Tengo que irmele escuchó decir.

Por un momento su corazón se detuvo. Quiso detenerlo, quiso decirle que no lo dejara, que lo solucionarían juntos. Quería hacerlo pero ya sea por orgullo o por mero miedo a ser rechazado no dijo nada. De igual modo no se dignó a levantar la mirada. Solo escuchó sus pasos en la nieve, alejándose de forma lenta pero sin detenerse, hasta que no lo escuchó más.

Se llevó una mano a la boca para evitar que los sonidos de sus sollozos salieran. Pero no pudo contener las lágrimas que él mismo vio caer en el suelo, confundiéndose con los copos que caían del cielo.

Salió el sol tras el horizonte pero aun así no sentía sus pies.

.

—…ren… ¡Eren!

No reaccionó hasta que su amigo terminó de gritar su nombre.

Se encontraba durmiendo pacíficamente en una de las tiendas instaladas en su refugio, cerca del fuego para evitar pasar frio. Parpadeó un par de veces, para acostumbrar su vista a la luz de las antorchas. Se talló un par de veces para tratar de salir con su letargo.

—¿Eh? ¿Armin?

Su amigo rubio y de ojos azules le observó un poco preocupado.

—¿Cómo te sientes?—le preguntó—¿Tu brazo está mejor?

Eren se sentó en las frazadas, resintiendo el agotamiento físico de su brazo derecho.

—Lo está—afirmó—Ya no me duele, aunque está un poco cansado.

—Me alegró. Pensé que caerías en coma, dormiste mucho tiempo.

Eren le sonrió a modo de reconfortarle.

—Tranquilo, no es la primera paliza que me meten.

—Debes tener más cuidado, los soldados están cada vez más violentos, sobre todo con—

Armin detuvo sus palabras abruptamente. Eren pudo notar como apretaba sus puños en sus pantalones rasgados por las rodillas. Su flequillo dorado no le permitió ver su expresión, pero Eren apostaba que era de furia viva. Y es que, Armin con una estatura por debajo de la promedio y su complexión delgadas parecía sumamente indefenso, pero se las había arreglado para sobrevivir al saltar de una casa rica a la calle, prácticamente.

Eren no dudaba de sus capacidades, pero tampoco le gustaba verlo en peligro.

—Lo sé—admitió, levantándose con cuidado de su lecho, para empezar a vestirse—Pero no puedo simplemente quedarme quieto mientras veo como se roban lo que nosotros ganamos, honestamente.

—Estuvieron a punto de llevarte al cepo (1), la última vez estuviste a punto de desangrarte—le recordó—Sí Jean no hubiera llegado—

—Ya sabía que el sermón iba a llegar—le cortó, fastidiado—Además yo también le he salvado el trasero al maldito caballo.

Eren se acercó hasta el pequeño baúl donde estaba su ropa, dándose cuenta de que únicamente tenía los pantalones puestos. Rápidamente se puso su camisa holgada que únicamente tenía los últimos botones para abrochar, además de un cinturón en tonos azules y amarillo.

—Bueno—Armin suspiró en resignación, nunca podía hacerlo entender—Sí te sientes mejor apresúrate. Tenemos que trabajar un poco antes de que empiece el Festival.

Eren se volteó bruscamente al escucharle decir lo último.

—¿El festival? ¿¡Ya es ese día?! ¡Pero…!

—Dormiste casi dos días enteros—le recordó.

Eren bajó la mirada.

—Ya veo.

No dijo nada más. De inmediato comenzó a ponerse su sobre puesto en la cintura, adornado con bellos aros de oro fino que milagrosamente no había perdido, para luego ponerse su arracada en la oreja izquierda, finalizando con su pañuelo en el brazo izquierdo herido. (2)

—Eren—escuchó como Armin le llamaba—¿Estás seguro que quiere ir…? Podemos decirle a Hanji que te enfermaste o…

—¿Qué dices, Armin?—se rió él sin dirigirle la mirada—¡Claro que quiero ir! El Festival de los Bufones es el único día en que podemos divertirnos sin que la puta iglesia nos reclame nada. Además es una excelente fuente de ingresos, lo sabes… (3)

Y pese a su actitud indiferente, Armin pudo notar perfectamente que a Eren le afectaba ir a esos festivales. Porque cada año, el festival debía ser vigilado por la máxima autoridad después del rey en la ciudad; el juez. Y Armin sabía perfectamente el pasado que ambos tenían en común, que pese a parecer tan lejano, Eren aun no lo había dejado ir.

Pero, nuevamente, decidió callar, porque no valía la pena meter el dedo en la llaga en las heridas de su amigo.

Ambos salieron de la carpa, observando a su alrededor, como la vida en el mundo gitano había empezado ya. La mayoría salía para buscar sustento, mientras otros se quedaban a dar mantenimiento al lugar y organizar los papeles en el refugio.

La Corte de los Milagros (4) era inmensa, suficiente para albergar a la mayoría de los gitanos de Paris, aunque últimamente se había poblado más de lo esperado.

Tanto Armin como Eren se acercaron a las brasas, donde Jean comía un pedazo de pan de la noche anterior.

—¡Por fin la princesa despierta!—le oyó gritar desde su lugar.

—Cierra el hocico, yegua—le insultó de vuelta, sentándose a su lado y quitándole el pedazo de pan que masticaba. Y pese a sus insultos, él no se enfadó por eso.

—¡Oh, vamos! No me digas que te rompiste una uña y por eso— ¡Auch!

Jean cayó de bruces contra el suelo cuando recibió un fuerte golpe contra su espalda baja. Al girar su rostro, vio a la maldita cabra loca que siempre lo agredía cuando se acercaba a Eren.

—Mikasa—le llamó Eren—Me preguntaba dónde estabas…

A cabra de pelaje negro y con una arracada también en su oreja no cambió su expresión de asesina que fijaba a Jean en su vista.

—Ya, ya. Ignora al caballo y ven—Eren le ofreció un pedazo de pan que ella-a regañadientes-comió relajando su postura de soldado poco a poco.

Jean se levantó con ayuda de Armin, tratando de sobarse con las manos su área adolorida.

—Mierda, un día cocinare a ese animal.

—Tú eres un animal y nadie piensa en comerte, asco.

—Basta los dos.

Reiner había llegado a tiempo para evitar otra pelea, dándoles una mirada fulminante a ambos, acompañado de Bertholdt. Jean y Eren se sentaron en sus respectivos lugares, pero sin dejar de mirarse fijamente.

—¡Tenemos noticias de la Guardia Real!—gritó en voz alta, captando la atención de todos los habitantes de la Corte.

De inmediato toda la gente se reunió a su alrededor para escuchar el mensaje.

—Al parecer la Guardia reforzara su mano dura contra los gitanos—de inmediato se escucharon murmullos—Según tenemos entendido les han prohibido a las tiendas de los mercados principales vender cualquier articulo a alguno de los nuestros.

—¿Qué?

—¡Que se jodan!

—¡No pueden hacer eso!

—¡Hay que atacar ahora! ¡Hay que atacar a la guardia!

—¡Si!

De inmediato la gente empezó a protestar, mostrando su descontento ante la noticia. Incluso levantándose para planear un golpe de estado, y aunque Eren no dijo nada, su expresión de furia lo decía todo.

—¡Basta!—Hanji apareció en ese momento, colocándose lado a lado de Reiner, tratando de calmar a la multitud-Es obvio que esta es una pésima noticia, pero tenemos que mantenernos fríos por ahora.

—¡Pero, Hanji—!

—Eren, sí nos precipitamos a una guerra, es probable que perdamos o peor aún, que les demos la excusa perfecta para atacarnos directamente.

Todos bajaron poco a poco sus ánimos de pelea, al notar la expresión seria de Hanji. Era un alma llena de vida y vigor que casi siempre estaba sonriendo, siendo la bufona principal de las calles, pero incluso ella se mantenía firme ante problemas como esos.

—Aunque podríamos hacerlo por contrabando—opinó Bertholdt, tímidamente—Seguro hay locales que podrían apoyarnos…

—No hay quien apoye a los gitanos desinteresadamente—agregó Jean desde su lugar, con los brazos cruzados—Es obvio que pedirán como mínimo un poco más de ingresos…

Hanji y Reiner intercambiaron una mirada de preocupación, antes de que ella se colocara al frente de la multitud.

—Es probable, aun así debemos intentarlo. Sí tenemos suerte tal vez haya alguien que nos apoye como mínimo a comprar la comida. Pero sí no es el caso debo decírselos: las cosas serán aún más difíciles ahora. Tendremos que trabajar aún más duro y meternos menos en problemas.

Dicho esto le dirigió una mirada severa a Eren. Él solo pudo desviarla mientras daba un gruñido de molestia, pero nadie dijo nada. Todos conocían a Eren desde que era pequeño y sabían cómo era su actitud y sabían la facilidad que tenía para meterse en problemas.

—Por el momento continuaremos con nuestras actividades normales, finjan que no saben nada y sigan trabajando, mientras Moblit y yo resolvemos esto.

Nadie pareció de acuerdo con esta orden pero tampoco se atrevieron a llevarle la contra a Hanji. Porque sí bien el poder dentro de los gitanos no era regido por nadie en particular, habían aprendido a confiar ciegamente en Hanji y su "equipo", ya que más de una vez sus decisiones les habían salvado de problemas que hubieran sido innecesarios.

Todos se dispersaron, conversando entre ellos acerca de las nuevas noticias.

—¿Tu brazo está curado?—le preguntó Hanji acercándosele. Eren miró su brazo.

—Eso creo…

—Sí no es así será mejor que no salgas al menos por hoy. Ya sabes, a tu acto…

—¡Ya dije que estoy bien!—refutó él exasperado—¡Además sabes que puedo defenderme solo!

—Ese no es el problema.

Eren no pudo evitar mostrar su molestia ante la insistencia de su tía materna. Entendía su preocupación, ella le había criado luego de la muerte de sus padres, pero no la compartía en lo absoluto.

No escuchó cuando cerca estaba hasta que notó una de las marionetas deformes a solo centímetros de su rostro.

—¡Eren!—le grito ella en tono meloso— ¡Debes de mantener lejos de los problemas, muchacho! ¡Solo deja de meterte en problemas, pulga!—terminó por gritar "Sony", uno de los queridos títeres de ella.

—¡No me digas pulga, maldición!

Hanji simplemente sonrió simplona.

—Anda, puedes quedarte y socializar un poco por aquí. Escuché que el hijo de Castilla buscaba un buen mozo para—

—¡Ya, ya entendí!—le gritó tratando de alejarla—¡No me voy a meter en problemas, solo déjame en paz!

—¡Trato hecho!—le gritó ella, antes de darle un beso tronador en la mejilla—Iré a cambiarme para salir. Oh, llévate a Sasha y a Connie.

Eren la observó marcharse, antes de mirar a Mikasa, que yacía a su lado, observándolo.

—Vamos, Mikasa.— le llamó él.

Eren esperaba no encontrarse con ningún guardia al menos de camino al centro de la ciudad.

.

Irvin Smith no había pisado Paris desde hace un ya muy largo tiempo. Lo había extrañado. Se había criado en una familia acomodada, en una mansión que se encontraba cerca del centro de la ciudad, por lo que por las tardes podía salir a recorrer la ciudad de la mano de su nana, admirando las artesanales construcciones de la época.

Su padre había sido un militar que apenas pasaba tiempo en casa y cuando Irvin creció, siguió sus pasos, alejándolo de sus orígenes.

No tenía ansias en volver.

Sí bien la guerra era agotadora, él sentía que la vida cotidiana y de alta categoría era realmente sosa y superficial.

Lo más probable era que al retirarse sería obligado por el rey a buscar una pareja de alta alcurnia, tener hijo e ir a ostentosas fiestas que en definitiva no eran la humildad en persona.

Algo que Irvin odiaba era eso. La forma tan desagradable en que se dividían las clases sociales y como el rico se saciaba con el trabajo del pobre.

Había regresado porque había sido solicitado por de una de las autoridades más importantes en todo París. El Juez era una persona demasiado religiosa, consagrada a la justicia en la ciudad, con el control completo, sin mencionar que el rey confiaba plenamente en él.

El único problema era que estaba…

—¡Fíjate!—le gritó un hombre golpeándole el hombro, pasando a su lado.

Claro, jodan con un inocente guerrero perdido en medio de la ciudad. Después se quejaban porque tenían una espada clavada en el pecho. Dramáticos.

Irvin no entendía que sucedía. Era un guerrero, sabía ubicarse perfectamente en un campo de batalla, en un campo inestable, pero le era imposible encontrar el Palacio de Justicia.

Le molestaba mucho. Las instalaciones habían cambiado, incluso el Palacio, porque ciertas personas de procesos administrativos –por sus huevos-habían decidido cambiar toda la parte urbana.

Por supuesto que nadie le ayudo a encontrar el camino. La mayoría se comportaban apáticos y poco agradables, poco natural sí al menos supieran que era un hombre de "buena" posición.

Escuchó un relinche de su caballo de cabellos dorados.

—Ya se—le contestó discretamente—Pronto te compraré tu heno, Mike.

El caballo volvió a relinchar e Irvin revisó el mapa por céntima vez consecutiva, atrapado en su propio objetivo, hasta que una pequeña pasó corriendo frente a él y tuvo que frenarse de golpe.

—¡Rápido mami!

—¡Espera, Sala!

Irvin siguió con la mirada a la niña que se detuvo frente a un pequeño grupo de personas que estaban amontonados en una de las esquinas de las calles más espaciosas. Fue entonces cuando fue consiente de una melodía animada y alegre que sonaba justo por esa dirección.

Irvin pensó que daría igual si se tomaba un par de minutos para admirar lo que fuera que la gente estuviera admirando antes de volver a tratar de hallar el camino al Palacio. Caminó con calma hasta hallarse cerca de la pequeña multitud.

—¡Ya basta, Sala!—la mujer había tomado a la niña de la muñeca y la estaba arrastrando en otro camino—Ya te dije; Son gitanos, nos quitaran todo—soltó con desprecio.

Irvin enarcó una ceja en su dirección pero tampoco dijo nada. En vez de eso fijo su vista en el pequeño espectáculo a plena luz de día.

Efectivamente. Irvin notó a una mujer de cabello rojizo atado en una coleta concentrada en tocar un pequeño clarinete sentada en uno de las esquinas disponibles, junto a una cabra que parecía danzar al son de la música de forma graciosa. Irvin no pudo evitar sonreír por esto, así que arrojo a un sombrero en el suelo un par de doblones.

No reparó en ese momento, en el tercer participante de aquel show, hasta que levanto la mirada y se topó con unos enormes ojos esmeraldas.

Un joven, o al menos eso asumió Irvin, -no parecía pasar de los veinte- que tocaba un violín azul chillón. Su cabello era castaño chocolate, largo, agitándose a cada movimiento que daba, su piel era morena, reluciente, nada anormal en un gitano, pero vaya que resaltaba sus ojos. La ropa de los gitanos eran holgadas por naturaleza y dejaba partes descubiertas cuando realizaban algún movimiento brusco. Irvin no pudo evitar asombrarse por una belleza tan exótica y no reparó en que lo estaba observando de forma fija.

Y el joven pareció notarlo, porque había dejado de tocar su violín solo un momento, para luego cruzar sus miradas. Irvin se sintió enrojecer cuando esas enormes pestañas aletearon como mariposas. Por un momento pensó que el chico se cohibiría o lo ignoraría por completo, pero lejos de eso el joven se dio media vuelta continuando con el ritmo de la música e incluso regalándole una sonrisa algo coqueta.

Dios, Irvin tuvo una bella vista de su trasero. Maldijo no haber podido admirarlo por más tiempo, cualquiera podría notarlo y lo tomarían por lujurioso e incitador.

Sin embargo, no hubo modo de reaccionar, un joven pequeño con la cabeza rapada había aparecido entre los tejados cercanos y había silbado de forma ansiosa.

Los gitanos se alertaron al momento, la música se detuvo de golpe y miraron a ambos lados como si buscaran a alguien. Sin embargo, ninguno se detuvo a pensar que pasaba, la mujer tomó ambos instrumentos y se echó a correr, con el joven siguiéndole los pasos, ambos haciéndose paso entre la gente que los miraba un poco sorprendidos.

Irvin tuvo que hacerse a un lado junto con Mike para que pudiera pasar y tuvo que mantenerse a una distancia prudente sí no quería que alguien chocara con su monumental animal.

La cabra recogió el sombrero donde habían puesto sus ganancias y había empezado a correr llevándoselo. Pero su urgencia por salir rápido la obligo a hacer un brusco movimiento, desparramando todos los doblones por el suelo.

La cabra pareció gritarle al joven porque, este se detuvo dando un leve derrape, para luego regresar sobre sus pasos e inclinarse para empezar a juntar los doblones de forma apresurada.

Irvin ni siquiera vio llegar a los guardias, hasta que los notó frente al chico.

—¡Tú otra vez, gitano!—le acusó uno de ellos—¡Ahora de dónde demonios sacaste el dinero!—le gritó tratando de quitarle el sombrero.

—¡Para su información lo gané!—le gritó agresivo de igual modo, sin soltar su preciada ganancia.

—¡JA!—se mofó con sarcasmo el hombre—¡Claro! ¡Los gitanos nunca ganan dinero!

—¡Lo roban!—otro lo tomó de los antebrazos por detrás con rudeza.

—Y ustedes saben sobre robar…—les contestó sonriendo sarcásticamente—¡Oye!—gritó nuevamente al sentir como trataban de quitarle el sombrero.

Irvin se propuso, por un momento, intervenir. Sin embargo sus planes fueron truncados cuando presenció como el joven daba un cabezazo al guardia que lo tenía sujeto por detrás, para luego dar una firme patada a la quijada del otro hombre. Se quedó mudo y todos en la plaza parecieron asombrarse también.

—¡Tú, maldito gusano!

—¡Un día en el cepo te enseñara a comportarte, maldita rata!

—¡Anda, levan—!

Ninguno pudo lograr su cometido, porque la cabra se había vuelto sorpresivamente más agresiva, dándoles unos topes potentes a ambos que los mando al suelo de inmediato. El gitano no perdió oportunidad y comenzó a correr, esta vez en dirección opuesta a la que había tomado su amiga.

Pasó prácticamente junto a Irvin y no pudo intercambiar una mirada fugaz con él, perdiéndose por un momento en sus ojos esmeraldas.

—¡Regresa, gitano!

Irvin nunca supo porque lo hizo, pero atravesó a su caballo "accidentalmente" en el camino de los guardias, provocando que uno de ellos cayera al suelo a bruces.

—Mike, siéntate (5)-le susurró.

El caballo acato la orden y terminó sentándose en la espalda de uno de los guardias. La gente, presenciando aquello, no pudo hacer nada más que echarse a reír por el rumbo cómico que había tomado aquel drama.

—¡Por Dios, como lo siento!—dijo Irvin, fingiendo demencia—¡Mal chico, Mike!

—¡Usted…! ¡Quite su…!—se quejó el hombre debajo del animal con voz débil, ya que el peso sobre de él le había sacado el aire.

—¡Enserio lo lamento! Simplemente no puedo sacarlo a ningún lado—Irvin quiso evitar la sonrisa sarcástica que se formó en sus labios.

—¡Quítenlo…!

La escena siguió segundos después, con la gente divertida a su alrededor, donde Irvin ya no pudo ver a ninguna cabellera castaña ni a esos ojos tan hermosos que lo habían cautivado.

Sin embargo, no supo que esos mismos ojos lo miraban a distancia, con una sonrisa de oreja a oreja, antes de que desaparecieran por las calles de París.

.

El Palacio de Justicia era enorme, con una apariencia caótica y lúgubre. Pocos arrestados salían intactos de él e incluso había algunos que simplemente no salían, dependiendo de su sentencia.

Un carruaje se detuvo frente a las enormes puertas del Palacio, dirigido por caballos de pelaje oscuro. El cochero bajó para abrirle la puerta a su señor y acto seguido puso su mano derecha a disposición para que bajara.

Sin embargo, esté solo lo miro asqueado, deteniendo su mano con un par de anillos de joyas valiosas, mientras le lanzaba una mirada filosa.

El cochero dio un respingo de miedo e inmediatamente se puso un guante blanco en su mano, para luego ofrecerla de nuevo, esta vez más nervioso.

—P-Perdone, mi señor…

—Tch…—murmuró.

El hombre bajó del coche, de mala gana tomando la mano de su cochero, hasta seguir su camino con un magistral paso firme hasta las puertas de madera, donde empleados le abrieron la puerta y le dieron un respetuoso saludo.

De inmediato fue recibido por uno de los administradores del Palacio y una de las pocas personas que podían hablarle tan "libremente", sí se consideraba que nunca le hablaba bien a nadie.

—Juez Levi A.

—¿Ha llegado el Comandante?—preguntó sin alterarse, continuando con su marcha.

—¿Eh? N-No mi señor…Aun no…

—Odio la maldita impuntualidad. Espero que no hayas cometido otra estupidez al llamar a otro inútil, Farlan.

—Seguro se perdió en la ciudad. Es muy grande y—

—Eso no tiene que ver con tu deficiente trabajo—le replicó deteniéndose en la puerta que llevaba a un pasadizo para ir directamente a las catacumbas—Tus poemas pueden esperar. Concéntrate en lo importante.

Acto seguido, desapareció por el pasadizo, dejando a su administrador algo aturdido.

—…Este hombre…De que estará hecho…—murmuró luego de un suspiro.

.


(1).- Instrumento de tortura o de castigo usado antiguamente que consistía en dos maderos gruesos que al unirlos aprisionaban el cuello o algún miembro del reo.

(2).- Por favor. Alguien busque en internet a Esmeralda male versión. Sí las ven entenderán porque quise hacer este fic con Eren :v

(3).- También conocida como "Fiesta de Locos", era un regocijo lleno de sacrilegios e impiedades que los clérigos, diáconos y sacerdotes celebraban en algunas iglesias, durante el oficio divino, en cierto día, desde las fiestas de Navidad hasta la de reyes y principalmente el día primero de año y por esto se llamaba también la fiesta de las calendas. Obviamente para "El Jorobado de Notre Dame" le cambiaron un poco las cosas.

(4).- La Corte de los Milagros era una zona del París medieval habitada por mendigos, ladrones y prostitutas. Se encontraba en el barrio del mercado de Les Halles. Recibió este nombre porque sus habitantes, por el día, pedían limosna fingiéndose ciegos o discapacitados, pero de noche, ya en sus casas (corte), recuperaban milagrosamente la salud. (Esta weba si existe :v)

(5).- Amo esta frase, simplemente es épica en la película :'v


Nota final:

Eso es todo…Sep…

Ok, no sé si tendrá continuación porque lo metí nada más medio jugando con la historia y comparando los personajes entre la película y la serie. Depende de la aceptación, la verdad no espero mucha audiencia.

(True story)

Bueno no tanto así. Pero me exprimí bastante el coco tratando de adaptarla (y eso que el capítulo fue cortísimo) leer la novela, verte la película, buscar definiciones….

Y yo en exámenes finales *Llora*

Sera un relato de amor, pasión y dramática muerte *voz del cadáver de la Novia*

Bueno ya enserio;

¿Habrá revolución? Sí

¿Habrá lemon? Sí.

¿Levi será malo? Tal vez.

¿Tacos? Dos porfa—*cof* *cof*

Espero que le haya gustado a quien lo haya leído, incluso desde las sombras. Y si nop, pues chido porque creo que le voy a seguir. *Auto-consolación*


Aclaraciones.

Ok, por sí no quedo claro los papeles en la historia son:

-Eren/Esmeralda

-Irvin/Febo

-Levi/Frollo

-Hanji/Clopín

-Mikasa/Djali (La cabra :v)

-Farlan/Pierre Gringoire (Este personaje sacado de la novela)

Los demás son puros inventados.


Sobre el capítulo.

Como ya había dicho, NO habrá "Quasimodo" porque sinceramente la trama solo es de Eren/Esmeralda y meterlo sería como concentrarse en otra cosa y pues no :I

Por eso mismo cambiaré muchas cosas, meteré frases e incluso acontecimientos que no pasa en la película, sino en la novela. Sé más o menos como proceder, pero solo tengo el "boceto", no tengo nada concreto. Tal vez lo cambio, tal vez no. Ya se verá.

También meteré cosas únicamente de mi invención para meter más drama, esto será con respecto al pasado de Eren y Levi (Que creo que es más que obvio) entre otros personajes.

.

¡Cotota-sama!

Como dije, no es lo que tenía planeado a dedicarte. De hecho este es un extra; todavía te debo otro que sí sea digno y será corto, será a lo mucho un Two-Shot.
Aun así espero que lo hayas disfrutado, sería un honor para mí que los leyeras y me dieras tu opinión.

/*3*/

¡Maaeaca-sama!

¡También te dedico a ti este fic! Lamento no haber podido comunicarme contigo como prometí, pero enserio que soy una mierda para buscar amigos en Facebook (Hay demasiadas Maca's)

¡Aun así, espero que te guste, porque también soy fan tuya y amo tu fic!

*Corazón*


.

Eso sería todo, creo.

La verdad no sé si alguien este leyendo esto y yo aquí estoy de pendeja dejando aclaraciones y definiciones y explicaciones y teorías.

Pero en sabias palabras de mi difunta abuela, sí haz de hacer algo, hazlo pinches bien…Creo…

Saludos.

Nos leemos.


Atte. Ari