Summary: Hermione era hija de los Señores Granger, una Familia de Sangre Pura pero considerados "Traidores a la Sangre" por relacionarse con nacidos de muggles y mestizos. Ella se había ido a estudiar durante dos años a la Academia de Magia Beauxbatons, ubicada al sur de Francia, regresando para su séptimo año. Él estaba enamorado de ella incluso antes de saber que era traidora a la sangre, pero este hecho no iba a ser impedimento para romper los linderos que había entre ellos, incluyendo a Ron quien fuera su primer amor antes de marcharse, tal vez él era su primer amor, pero Draco quería ser el último. ¿Logrará Draco Malfoy conquistar el corazón de Hermione?.
ROMPIENDO LINDEROS (PROLOGO)
Él se encontraba recostado boca arriba en la amplia cama que ocupaba una parte de su dormitorio en la torre de los Premios Anuales, ser Premio Anual tenía sus lujos-pensó. Tenía una de sus pálidas manos apoyada por detrás de sus cabellos rubios, los cuales aún se encontraban algo húmedos ya que minutos antes había tomado un baño, y la otra sujetaba fuertemente una almohada blanca de plumas de ganso, la cual se había convertido en su favorita desde hace ya varias noches.
Respiraba de forma entrecortada tratando de luchar contra sus pensamientos que en ese momento se encontraban dirigidos hacia una sola persona, después de unos segundos dejó escapar un profundo suspiro. Frunciendo el ceño por lo ocurrido dio media vuelta para terminar de apoyarse sobre su costado, abandonó la almohada que hace unos momentos sujetaba, y estiró su brazo para tomar el reloj de bolsillo que se encontraba en la cómoda color verde que tenía a un lado, lo observó detenidamente y soltó un bufido al percatarse de que en unos cuantos minutos servirían el desayuno en el Gran Comedor.
Ante ello, se levantó rápidamente de la cama y se dirigió al armario a buscar algo más decente que vestir, pues aún se encontraba enredado en una toalla de baño. Su mano derecha estuvo a punto de posarse sobre la cerradura de aquel guardarropa cuando un ruido lo hizo detenerse, giró sobre sus talones y sus ojos observaron a una lechuza que descansaba en su ventanal, la cual reconoció inmediatamente.
Se dice que las lechuzas hasta cierto punto reflejan la personalidad de sus dueños, y la lechuza de la Familia Malfoy no era una lechuza cualquiera, era mejor conocida por su especie como una Lechuza Real, y estas sólo vivían en Europa y Asia, tenían los ojos de color naranja, y al verlas te podrías imaginar lo mucho que pesaban, eran enormes aves blancas como la nieve y con unas alas extremadamente largas.
Caminó rápidamente hacia Dhalión, retirando de su pico el sobre que traía consigo, le dio algo de beber y después de unos segundos el ave voló de regreso. Quería dudar con todas sus fuerzas acerca del contenido del sobre, pero él más que nadie sabía exactamente lo que expresaría el mensaje, lo observó por unos momentos, y después lo giro para abrirlo rompiendo con violencia aquel emblema plateado que lo sellaba de manera perfecta, dio media vuelta dirigiéndose de nuevo a su cama, abandonando por su camino la envoltura de aquella carta.
Una vez que logró acomodarse en aquel lugar, un nerviosísimo comenzó a crecer dentro de él, sin mayor preámbulo extendió la carta entre sus dedos temblorosos, y reconoció al instante aquella bella caligrafía dejando escapar de su rostro la sonrisa ladeada que lo caracterizaba. Durante sus primeros años en Hogwarts Narcissa Malfoy le escribía casi a diario, muchas cartas eran con la simple excusa de preguntarle cómo había ido su día, otras le informaban que Lucius Malfoy se encontraba fuera de Malfoy Manor por cuestión de negocios, pero la mayoría de ellas eran para recordarle lo mucho que lo amaban.
Luego del regreso de Voldemort estos detalles se fueron perdiendo con el tiempo, siendo contadas las ocasiones en que su Madre le escribía, pues era bien sabido que la Mansión Malfoy se había convertido en el cuartel de operaciones utilizado por el señor tenebroso y sus seguidores para acabar con Potter. Él sabía perfectamente que sus padres no estuvieron de acuerdo con la decisión del señor oscuro al elegir la Mansión Malfoy para llevar a cabo sus planes, apretando sus puños recordó el momento en que su tía Bellatrix Lestrange se trasladó a la Mansión para vivir ahí, así como números mortifagos entre los cuales se encontraba Colagusano.
Su conciencia le ordenó volver y comenzó a leer con urgencia el contenido de la carta que yacía en sus manos. Su respiración se tornó pesada mientras el movimiento de sus ojos viajaban de un lado a otro, leyó hasta el final cada una de sus líneas, tratando de contener las lágrimas de frustración que ya se asomaban, pasó una de sus manos sobre sus ojos grises a fin de limpiar cualquier rastro de aquel sentimiento que comenzaba a evidenciarse, y finalmente con un movimiento de varita hizo desaparecer aquella correspondencia.
Estaba realmente jodido.
