Disclaimer: Beyblade no me pertence, eso es todo lo que puedo decir u.u
Esta idea surgió en medio de clases... más o menos en el 2009 y la terminé en el 2010... digamos que hubo un periodo de pausa forzoso por conflictos personales, así que por eso tardó tanto en hacerse, igual que con todo lo que he publicado hasta el momento, este fic vio la luz por primera vez en forosdz y ahora viene acá a ver cómo le va. Es una historia de angst, basada en un hecho pasado (de ahí el título) de los bladers principales de la serie, cada uno tendrá un capítulo en donde se podrá ver la vida de él actualmente, hasta que se llega al desenlace. Espero les guste.
PASADO
Mini fic: Pasado
Género: Drama.
Reseña: Aquellos tiempos como bey-luchadores se acabaron tras una tragedia que cambió la vida de más de uno de los chicos. Unos de ellos parecen haber desaparecido del todo de la faz de la tierra, mientras que quienes trataron de mantener una vida normal, no la lograron obtener. 15 años después del acontecimiento uno de ellos buscará justicia en sus propios términos.
PASADO: TU RECUERDO / Still Standing
- ¿Aló?- contestó el teléfono el hombre de cabellos azules revuelto.
- Soy yo- replicó la voz del otro lado de manera tímida y hasta temerosa de lo que pudiera suceder.
- ¿Qué pasa?- su tono había cambiado negativamente hacia la persona que llamaba.
- Tenemos que reunirnos-
- Ya hemos hablado de esto, Max- su rostro cambió de semblante mostrando la molestia que le causaba la propuesta de aquel sujeto.
- Por favor Takao, ya he hablado con Rei, y él está de acuerdo- manifestó suplicante.
- Así que quieres que yo contacte a…-
- Eres el más persistente, te dirá que sí- interrumpió brindando una vaga razón.
- ¿Cuándo y dónde?- inquirió no convencido del asunto.
- En ocho días, nos veremos en las antiguas oficinas de la BBA como punto de referencia- especificó el muchacho.
- ¿Hora?- inquirió mientras anotaba la información en una libreta.
- 2 de la tarde- respondió- Gracias Takao.
- Sí claro, nos veremos entonces- sin esperar respuestas el sujeto colgó el teléfono.
- ¿Quién era papá?- un niño de unos 6 años le preguntó.
- Nadie importante Makoto, ¿dónde está tu madre?- le cuestionó Takao.
- En el jardín como siempre- contestó el niño mientras veía un partido de fútbol en la televisión.
Takao se dirigió entonces hacia el lugar que Makoto le había mencionado; antes de hablarle a su esposa la miró de lejos, como si quisiera guardar ese momento como un preciado recuerdo, como si antes no lo hubiese hecho. Allí estaba ella, una mujer de cabello castaño, corto y piel blanca; lucía un hermoso vestido celeste de manga cortas, de una tela tan suave como la seda.
- Takao, ¿qué te pasa?- le preguntó ella deteniendo su lectura.
- ¡¿Ah? No es nada Aya… bueno en realidad… tengo que salir de viaje- contestó con un ligero titubeo.
- ¿A Akenobo?- interrogó la mujer.
- Sí, mi padre acaba de llamar, es por abuelo, ya sabes- expresó.
- De acuerdo, no hay problema, ya sabes que estoy de vacaciones- replicó ella- pero ya se lo mencionaste a Makoto- cuestionó ella con cierta severidad en su tono de voz- ya sabes que no le gusta que te marches sin avisar- agregó para finalizar.
- Ya le diré, saldré hoy por la noche- especificó mientras entraba a la casa.
TOKIO, JAPÓN
Un joven hombre de unos 19 años caminaba en medio de las ajetreadas calles de la ciudad de Tokio. Portaba tres maletas, una en su espalda y las otras dos las cargaba dificultosamente con sus manos que ya comenzaban a temblar a causa del peso que llevaban, sin embargo en su rostro no se reflejaba cansancio, parecía más bien estar en otra dimensión, perdido en sus pensamientos.
- "Desde ahora, no nos llamaremos, ni buscaremos los unos a otros, pasaremos desapercibidos entre sí. Haremos de cuenta que nunca nos conocimos."- su mente parecía recordarle esa frase que repicaba y calaba cada vez más fuerte en sus entrañas.
- ¿Necesitas ayuda?- una voz femenina que reflejaba amabilidad y delicadeza le interrumpió.
- ¿Ah?- dejó escapar de su boca- "Es ella, pero eso es imposible"- pensó.
- ¿Estás bien?- cuestionó ella.
- Sí, sí, lo siento es sólo que…
- Oh cielo santo, ¡Eres Takao Kinomiya!- gritó la chica.
- ¿Me conoces?- mencionó ingenuo Takao.
- Pero por supuesto que sí, déjame presentarme, mi nombre es Aya Takahashi, soy una de tus más grandes admiradoras- expresó sonriente sin poder ocultar su emoción.
- Saluda al abuelo de mi parte- pidió el niño al momento en que abrazaba a su padre de forma cariñosa.
- Lo haré Makoto- respondió besando la cabeza del niño, luego volteó verla a sus ojos verdes; esa era la única diferencia para que la memoria de ella fuera perfecta- Nos vemos cariño- la miró tiernamente y le dio un cálido beso.
- Nos vemos, cuídate, y regresa pronto- exclamó ella.
Takao subió al automóvil de color azul marino, encendió el motor y en menos de 5 minutos ya se había alejado unos 500 metros de su hogar, si era que finalmente había logrado llamarlo así. Ahora lejos de casa podía mostrar su verdadero semblante ante la situación que se avecinaba, frustrada, era como mejor se podía definir su mirada en ese momento.
Bosques de Akenobo, Japón
- Nadie tiene por qué saberlo- sentenció con firmeza.
- Pero todos se darán cuenta tarde o temprano- contradijo el rubio.
- No Max, no será así, si seguimos el plan todo estará bien- replicó el chino.
- Pero chicos… esto no es lo correcto- tartamudeaba con tristeza Kyo.
- Yo … yo no quiero ser parte de esto.- suscitó el pelirrojo.
- Lastimosamente lo eres, así que ahora todos deben de callar- manifestó fuertemente Kai.
- Él tiene razón, si se enteraran nuestras vidas acabaran- manifestó el peliazul dejando a todos sorprendidos a sus compañeros- No haremos nada si seguimos hablando, ¡hagámoslo!
Detuvo el auto en el parqueo de un motel, se bajó del auto prácticamente arrastrando sus pies. Preguntó por la habitación de precio más cómoda, pagó sin renegar y de inmediato se dirigió al cuarto número 30- "Era su número favorito"- pensó al ver el número en la llave.
Entro al cuarto y se recostó en la cama; dejó escapar un suspiro, tratando quizás de dejar salir el pasado que parecía nunca dejarle en paz- ¿En qué nos equivocamos?… todo lució siempre tan perfecto entre nosotros y de pronto… nos convertimos en perfectos extraños, no soportamos escuchar nuestras voces, ni siquiera ver números telefónicos registrados. Ahora entiendo por qué Max llamó de un celular diferente- razonó para sí mismo Takao- Me pregunto cómo hubiera sido mi vida si eso nunca hubiese ocurrido, creo que nunca hubiera conocido a Aya o quizás la podría ver simplemente como ella y no como alguien más.
El hombre se puso de pie y se dirigió al baño; lavó un poco su cara, tomó un par de analgésicos y caminó nuevamente a la cama- Mañana será un largo día- dijo finalmente cerrando los ojos.
Campamentos de la BBA, Akenobo, Japón.
- So … this is it!- exclamó nostálgicamente el rubio.
- ¡Max!- dijeron al unísono Takao y Daichi- ¡ya sabes que no entendemos inglés!- gritaron juntos.
- I'm sorry!- mencionó en el "letal" idioma solo para molestarlos aún más.
- Vamos no sean quejosos, además Max tiene razón- comentó la castaña- ¡Esto es todo!
- Bueno ya nuestro retiro se veía cada vez más cerca y no hay cómo evadir la dolorosa verdad, este año los equipos nuevos barrieron con todos nosotros- dijo Rei mientras bebía un poco más.
- Cierto, no hay Baihuzu, ni PPB, ni NeoBorg, ni siquiera el aclamado equipo de la BBA está en la final, ¿qué te parece eso, Kai?- cuestionó el peliazul.
- No me interesa- todos se sorprendieron de la respuesta del bicolor- este año competí sólo por la diversión- expresó con una diminuta sonrisa en su rostro.
- Genial, ¿qué les parece si para tener más privacidad nos adentramos al bosque?- propuso Max al momento en el que el ruido de la música aumentó.
- Estoy de acuerdo, pero hagámoslo con estilo – dijo Takao señalando el jeep todo terreno que Kai había adquirido recientemente.
- ¿Qué nos dices Kai?- inquirió Kyo respetuosamente, por su parte el bicolor simplemente asintió.
A la mañana siguiente Takao se levantó y lo primero que hizo fue sacar una foto en donde él y Aya cargaban al recién nacido Makoto- Tengo una hermosa familia- más que una afirmación parecía estar obligado a decirlo para recordarlo día con día, y así no salir huyendo en el primer momento que se le presentara la oportunidad.
Luego se dirigió al baño tomó una ducha y se vistió con un pantalón negro y una camiseta amarilla con detalles rojos; se puso un calzado deportivo del mismo color de su pantalón y revisó de haber recogido todo de la habitación para marcharse de ahí.
De camino en su auto puso algo de música vieja, de hace unos 15 años atrás, algunas las tarareaba recordando buenos tiempos, otras simplemente las escuchaba con sus ojos apunto de derramar lágrimas. Después de varias horas de viaje finalmente llegaba al viejo y deteriorado Dojo Kinomiya. Se puso en marcha a la entrada principal y tocó la puerta, unos momentos después se encontraba cara a cara con su padre.
- Hola papá- expresó en susurro.
Su padre atónito, apenas y podía creer lo que veía, de inmediato se abalanzó hacia él y lo abrazó fuertemente- ¡Me alegra verte Takao!- expresó acompañado de un llanto que carcomió el alma del peliazul.
Posteriormente se adentraron a la sala en donde el anciano Kinomiya se encontraba, y al igual que su hijo, se emocionó al mirar a su nito que no veía desde hacía un año y medio. Dos horas más tarde, los tres hombres se encontraban disfrutando de un almuerzo familiar, uno tan especial como en aquellos viejos tiempos.
- ¿Y mi hermano?- preguntó Takao para hacer una pequeña conversación.
- Se encuentra en Centroamérica, en una nueva excavación- respondió su padre.
- Y dime muchacho, ¿cuánto tiempo piensas quedarte?- inquirió el abuelo, quien no quería ilusionarse como la última vez.
- Una semana, ya sabes lo que pasa este domingo- expresó cabizbajo.
- 15 años, ¿cierto?- prosiguió su padre.
- Sí… así es- contestó.
- Y tus amigos… ¿vendrán?- cuestionó el abuelo- sería bueno verlos de nuevo y recordar viejos tiempos.
- No lo sé, no he hablado con ellos, además ciertamente… no sé dónde encontrar a Kyo y a Daichi…- replicó Takao.
- ¡Ah ese pequeño Daichi! Hace tanto tiempo que se fue, que ya no recuerdo como era- mencionó nostálgico el abuelo- Parecía tu hermano menor.
- Sí, lo recuerdo abuelo- suscitó el chico con una sonrisa llena de falsedad, pero que su padre y abuelo no vieron de esa manera.
Al anochecer el muchacho se dirigió a su antigua habitación, que a pesar de los años no había cambiado en nada. Todos sus libros, cuadernos, comics, videojuegos, y demás cosas se encontraban allí intactos. Takao miró cada una de sus cosas detenidamente, cada una guardaba innumerables recuerdos, luego sin percatarse se acercó hasta el álbum de fotografías del equipo, o de amigos como él prefería llamarle.
- Va a ser una misión imposible- mencionó al recordar su deber de contactar a Kai- pero debo hacerlo.
Sigilosamente, el chico salió de la residencia y se dirigió al primer teléfono público que pudiera encontrar, llevaba con él una agenda con números telefónicos, la cual se encontraba dividida por un separador de color azul en una de las últimas páginas.
- ¡Hazlo! ¡Tú puedes hacerlo!- se dijo a sí mismo e inició a marcar los números. Luego, escuchó pasar el primer tono- ya él lo sabía, Kai nunca tenía prisa para contestar el teléfono- así que no se molestó. Vinieron de esa misma manera, el segundo y el tercer tono. -¡Vamos!¡Contesta! ya no tengo el mismo valor que antes- a pesar de las súplicas de Takao vinieron el cuarto y el quinto tono y justo al sexto.
- ¿Hola?- una voz fuerte respondía el teléfono finalmente.
- ¿Kai?- inquirió el hombre peliazul.
- ¿Cuántas veces te he dicho que no me llames Takao?- exclamó demostrando ira en su tono de voz.
- Créeme que no lo haría de no ser necesario, pero Max quiere que nos reunamos este domingo, nos veremos en las antiguas oficinas a las 2 de la tarde- dijo sin olvidar detalle para no alargar más de lo debido la conversación- Todos estamos de acuerdo, sólo faltas tu…
- … … bien… ahí estaré- expresó con su tono más normal y terminando la llamada.
El peliazul pese a que tuvo éxito, no mostró ánimo alguno y simplemente colgó el teléfono y se dirigió a su antigua casa sin hacer pausas, ni descansos. Caminó directo, pues lo único que quería era descansar.
Bueno ese es el primer capítulo de 5, espero les guste y por favor comenten n_n
