Lo sé, ni siquiera he terminado mis otros fics y ya empiezo con otro, pero esta idea no me dejaba en paz y tenía que escribirla, no creo que sea tan larga tal vez se de unos 12 capítulos cuando mucho o menos, tal vez si se llegara a dar el caso un poquito más largo, pero no lo creo ya que ya he pensado el final.
¿Bien o mal?
Prólogo I
Una pequeña de ojos verdes y cabellos castaños despertó al sentir olor a quemado y humo, extrañada la niña miro a todos lados en busca de padre o su hermano, se levanto de su cama dispuesta a buscar a su padre y a su hermano, pero algo no estaba bien había mucho humo que provenía de fuera de su puerta, así que curiosa la abrió, pero tan pronto la abrió se arrepintió, fuera de su cuarto había mucho fuego y humo, asustada grito a su padre y a su hermano, pero estos nunca respondieron, trato de buscarlos por la casa pero el fuego y el humo se lo impedían, una vez que la desesperación y el miedo se apoderaron de ella corrió y grito en busca de una salida, pero era como si todo estuviera perdido, ella ya no veía nada más que humo y fuego, que pronto comenzaron a asfixiarla, miro a su alrededor mientras las cristalinas lagrimas recorrían su rostro, pidió ayuda pero nadie la escucho, resignada a morir en medio del fuego se acurruco y cerró los ojos, pidiendo manantialmente por alguien que la salvara.
-¡alguien ayúdeme!-grito con todas sus fuerzas, pero nuevamente nadie contesto, las lagrimas salieron como cataratas de sus ojos, había rogado y gritado hasta el cansancio, pero aun así nadie la había escuchado, se sentía abandonada, ni siquiera sabía que había pasado con su hermano y su padre ¿a caso la habían abandonado? Mil y un preguntas más pasaban por su mente, mientras el dolor tanto físico y emocional la consumía por completo.
Pero de repente de entre el fuego "algo" salio, ella tuvo miedo al ver una horrible sombra en el piso, era algo que no parecía humano y de repente a pesar de que las llamas consumían la casa la parte se torno fría, el miedo la hizo hacerse un pequeño ovillo en el suelo, pero de repente esa horrible figura desapareció dándole paso a la silueta de un hombre que se acercaba a ella, por un segundo pensó que se trataba de su padre que había regresado por ella, esperanzada alzo la vista encontrándose con una persona desconocida para ella.
-tranquila-dijo una voz un poco ronca, ella miro al hombre que tenía enfrente y decidió confiar en él.
Nunca entendió por qué si siempre se le había dicho que no hablara con extraños, le puso tanta confianza a ese hombre, tal vez era la situación en la que se encontraba o que era la única persona que parecía a ver querido salvarla, pero ese hombre le dio mucha confianza.
-¿eres un ángel?-pregunto con inocencia.
-no-respondió secamente esa voz, sintió como alguien la cargaba en sus brazos y la sacaba de ese horrible lugar.
Cerró los ojos unos momentos hasta que sintió que esa persona la bajo cuidadosamente al piso, ella lo miro, parecía un hombre tan alto como su padre, pero por la oscuridad de la noche no podía verle la cara.
-gracias-dijo al notar que estaba a salvo.
-no deberías de agradecerme- parecía que en su voz había un poco de culpa, pero la pequeña no pareció notarlo.
-¿mi familia me abandono?-pregunto con tristeza.
-no-respondió secamente una vez más-escucha, se que aun eres muy pequeña pero a partir de ahora debes ser fuerte, tu familia ya no está-le dijo en un tono frio pero comprensivo.
-pero ¿en donde están?-pregunto la niña de ojos verdes.
-eso es algo que yo no te puedo contestar-respondió el hombre tratando de alejarse de la pequeña.
-¿Quién eres?-insistió la niña, el hombre no parecía muy hablador y ella no quería quedarse sola.
-eso tampoco te lo puedo contestar-dijo el hombre.
-¿Cuál es tu nombre?-pregunto una vez más la niña-yo me llamo Sakura.
El hombre la miro y se compadeció de ella, no podía decirle eso tampoco, estaba prohibido, decir su nombre, sería como darle una pistola a un asesino para que lo matara. Luego recordó lo que había hecho, él era el culpable de las desgracias de esa pequeña e inocente niña.
-no puedo decirte mi nombre, pero te daré una pista de lo que soy-pareció meditar sus palabras un segundo-soy ese ser al que todos temen-dicho esto desapareció en la oscuridad de la noche.
La niña miro en dirección a donde ese hombre había desaparecido, se sentía confundida.
-¿ser al que todos temen?-pregunto en voz baja-yo no te temo-susurro y una pequeña sonrisa apareció en sus labios y miro al cielo-gracias por salvarme-dijo viendo al cielo despejado.
Bueno hasta aquí este prólogo, espero que les guste esta historia, me voy porque ya van a dar las 3:00 a.m. y tengo mucho sueño, mañana prometo subir el siguiente prólogo que ya tengo escrito.
