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(Una frase, una persona, un error, una guerra.
Flippy junto a Fliqpy arriesgaran sus vidas para encontrar a aquella persona importante para ambos, acompañados de un personaje singular. El hijo de uno y sobrino de otro.)
Summary
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Aviso, Anuncio, Advertencia (AAA): Los personajes de este Fic (Happy Tree Friends) no me pertenecen a mi, sino a sus determinados creadores y Mondo Media. Simplemente soy dueña de la historia y un por de Inners creados por mi, otros dos son de propiedad privada de FFArjonita Company. Cualquier relación de este fic con otro, es pura coincidencia. Ideas puramente de DobleWhammy Company. Esta historia se desarrolla en un universo alterno donde todos son humanos.
— Hola a todos — Sonríe de lado — Regreso y por más y más. Se me vino una locura. Se fomento, creció, y finalizo con transformarse en esto luego de que mi musa me picara con una picana todas las mañanas — Queda muda — ¿Qué? Es verdad — Sonríe — Espero que les guste esto. Es solo una locura que puede crecer y ser algo más. Esto depende siempre de ustedes. Ya que escribo para ustedes y nadie más.
— Mentirosa — Masculla una mujer de ojos pardo y cabellera castaño. Nota la mirada seria de DW — Digo… ¡Mientes!, dime que me amas, júrame que nunca, piensas alejarte de mi… ¡Mientes! Mírame a los ojos… — Comenzó a cantar el tema "Mientes" de Enrique Iglesias. La morocha (ósea yop) gruñe tranquila.
— Bien, sin más que decir. Esta locura que se abre delante de ustedes. Nos leemos abajo — Saluda cordialmente antes de que comenzara la película…
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"Abres la puerta y digo: "¡Si te vas no vuelvas!"
La rabia me consume y lloras,
Te alejas caminando y la vida se me desploma
Sin saberlo,
Te lo juro, no lo sabia
Y de haberlo sabido la suerte seria…
Cuatro de septiembre:
Mi frase: "Si te vas no vuelvas" me persigue
Y ciento ganas de llamarte pero no contestas,
¡No entiendo porque no contestas!
Si aunque hayamos peleado todo sigue…"
(— Yo te esperare - Cali y El Dandee —)
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***Organización***
— ¡No deseo oír más Flaky! — Le gritó colérico el oji-verde mientras mostraba una gran seriedad y se daba vuelta brusca para dirigirse hacia un sillón de terciopelo verde que aguardaba paciente detrás de los jóvenes, a su dueño, frente a una chimenea.
El suelo alfombrado con un tono bordo oscuro atrapaba los sonidos pesados de las pisadas del muchacho. No se oía ningún tipo de ruido, ni siquiera rechineos productos del crujir de la madera, que yacía debajo de este tapado.
— Pero… ¡Flippy! — Insistió la oji-carmesí desesperada con una mirada llena de tristeza y desesperación sin avanzar de su lugar. Muy cerca de la puerta a la salida del hogar.
— ¡Basta! — Exaltó sin darse vuelta — ¡Deja ya esas estúpidas ideas! — Agregó molesto.
De una forma brusca dejo caer el peso de su cuerpo en el asiento, a la vez que realizaba un puchero mientras se negaba a cambiar el gesto de seriedad que tenía. Estaba completamente furioso. Sentía como su corazón estaba a punto de reventar. Como su alma se hacia añicos ante la situación.
Como Fliqpy también comenzaba a desear matarla por sus acciones.
— Flippy — Masculló con lágrimas en sus ojos — Perdóname — Mencionó.
Cabizbajo, camino lentamente resignada con una maleta en su mano derecha sin desear dar marcha atrás o mirarlo por última vez. Llevaba puesto una blusa azul y un short negro. El delineador de sus ojos se esparcía en sus mejillas a la vez que las lágrimas culminaban en su boca.
Levemente abrió la puerta.
— ¡Si te vas, no vuelvas! — Exaltó desgarrado el veterano. Estaba erguido frente a la chimenea observado a la pelirroja quien no se dio vuelta para verlo a los ojos por última vez. A aquellos que estaban llenos de odio y no de amor como acostumbraba.
Su corazón se desplomaba por aquellas palabras. Su llanto no se hizo esperar pero aun así, a pesar de sus sentimientos, de la razón. De todo lo que su mente analizaba. No regresaría a esa casa jamás.
— "Flippy" — Pensó a la vez que se subía a un vehículo particular que yacía estacionado frente a la casa del veterano para llevarse a la muchacha a su nuevo hogar.
Este arranco con su nuevo tripulante, llevándose todos los sonidos del motor lejos. La calle había quedado vacía, solitaria y silenciosa en esa noche tan calurosa de verano. Donde la luna era el único farol que daba una tenue iluminación junto a sus demás acompañantes; los luceros.
La casa del veterano era casi igual, solo que el minúsculo tronido de la leña al quebrarse por ser quemado en ese ardiente fuego, sacaba un poco aquel ambiente que se había formado, tan pesado y agobiante. Pero no tardo tanto para ser destruido de manera hostil por un grito ahogado del soldado quien lloraba por lo que ocurría.
Lo destrozaba por dentro la situación.
— ¡Flaky! — Gritó tomándose del cabello dejándose caer al suelo de rodillas. Lagrimas pasaban por sus mejillas para llegar a su nariz y de allí al suelo. Las fotos de la pelirroja invadía el hogar por todas partes, de él y su pequeño.
— ¡Papá! — Exaltó el menor corriendo desesperado hacia el peli-verde. Este niño había visto todo oculto en las escaleras a un lado de la chimenea. El soldado se altero al oír esa exaltación que lo saco de sí. Su iris se volvió completamente amarillo — ¿Tío? — Cuestionó el niño al notar el color de sus ojos cuando este levanto la vista.
Conocía todo ya de su familia a la que había sido destinado. Y para él era lo mejor, una madre sobre protectora y un padre completamente compañero, consejero y buen oído.
Y como no olvidarse de un Tío espectacular que le enseñaba defensa y lo protegía en la escuela.
— ¿Fleppy? — Consultó el asesino dejándose caer en el suelo débilmente pero utilizando sus brazos para detener algún estilo de golpe. Sentía su cuerpo muy cansado — Deberías estar dormido. Mañana tienes clases — Agregó con aquel tono amargo, frio pero de alguna manera amigable para aquel muchacho — Vamos, te llevaré a la cama — Mencionó mientras se erguía con dificultad.
— ¿Papá esta bien? — Preguntó el menor de mirada bordo, cabellera verde pero dura y espinosa como el de Flaky. Apenas llevaba el niño casi diez años. Ya suficientemente inteligente para comprender muchas cosas entre la familia — ¿Mamá ya se fue? — Agregó a la vez que era empujado por el oji-amarillo para guiarlo por los mismos escalones que los conectaba al segundo piso y las habitaciones.
Este simplemente gruño débilmente a la vez que observaba el final de las escaleras. Su voz ronca dejaba en claro que aquella exaltación había casi destrozado las cuerdas vocales del joven.
— Si — Se limitó a contestar — Pero tu padre esta bien. El Tío Fliqpy se encargara de cuidarlos — Mencionó antes de quedar en silencio llegando a la puerta de la habitación del niño — Descansa que te despertare temprano para entrenar antes de ir a clases — Agregó con una de sus características sonrisas frívolas. Él menor no pudo evitar sonreír.
— ¡Claro Tío! — Exclamó alegre ingresando al cuarto. Y antes de cerrar la puerta menciono unas últimas palabras — Y mamá debía hacerlo. Era lo mejor para todos dijo ella — Fliqpy no pudo evitar reír levemente ante lo acotado por aquel chiquillo.
— Lo que tu digas peque, ahora duérmete — Ordenó. Fleppy simplemente ingreso al lugar a la vez que asintió alegre. El asesino no podía comprender aquella alegría sana del joven sabiendo que su madre los había abandonado.
Algo de seguro Flaky le hubiera dicho para mantenerlo feliz por lo menos un tiempo.
No le importo. Algo haría después o su hermano. Por el momento simplemente se limito a descansar. Caminando un poco más hasta el final del pasillo ingreso a una habitación especial para las visitas. Sabia que si por algún motivo reaccionaba el oji-verde. Observar todos los cuadros de la pelirroja lo destruiría y no deseaba escuchar al hombre quejándose y llorando en rincones.
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La mirada de Flaky estaba más que llena de sentimientos tristes. Se sentía destruida por dentro pero sabia que debía de hacerlo. Sé lo explico detenidamente a su hijo cada detalle, y aunque este lloro en sus brazos hasta que se quedo dormido. Al día siguiente acepto las cosas que explicaba su madre y sin más solo se limito a intentar cumplir el pedido de la pelirroja.
Cuidar a su amado marido, esposo y hombre, junto a ese Tío que a pesar de ser el más peligroso de la ciudad. Con aquel pequeño de mirada bordo lo cuidaba como si fuera su propio hijo, aunque ilógico sonara. Más que a su propia vida.
La oji-carmesí se reacomodo en el asiento que le había sido asignado antes de salir de la pista de aviación, lugar del cual un helicóptero de las fuerzas aéreas se llevaba a todos sus tripulantes lejos de la ciudad de Happy Tree.
Muy lejos.
— Flippy — Masculló triste antes de quedarse dormida con demás mujeres y hombres que estaba más que serios sentados en la gran carcasa metálica.
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El día había empezado más que tranquilo. Fliqpy fue esta vez quien amaneció temprano como solía acostumbrar y con el manto del alba realizo sus ejercicios matutinos, junto a su sobrino quien seguía cada paso ordenado y aguantaba la misma resistencia que el mayor. Tanto tiempo entrenando con aquel muchacho le había de alguna manera alegrado sus mañanas.
Llegar al Instituto Educativo a horario había sido como mayormente realizaba. Sin retrasos. Dejar allí al menor y regresar a su hogar, sino antes pasar por alguna que otra casa para divertirse con su amado cuchillo y alguna que otra victima que se interpusiera en su camino destructivo no se le hizo olvidar a su mente. Aquellas distracciones eran más que habituales para él.
Su hogar era por demás una zona pulcra. Aun habían quedado los rastros de la pelirroja en el lugar, y aunque Flippy también era una persona de limpieza por demás profesional, el oji-amarillo simplemente dejo su ropa manchada con unos carmesís pertenecientes de una gran familia en el lavarropas, para que luego fuera limpiada por el aparato de forma automática.
Se puso ropa limpia y se dejo caer en un sofá que estaba justo al frente de una pantalla de plasma (42"), estuvo allí por unos minutos antes de que su amado hermano despertara en aquella sala. Su mirada esmeralda se encontraba apagada, sin ese brillo característico de siempre.
Reacomodándose en su asiento observo su alrededor y noto nuevamente algo, que ya acostumbraba sentir.
Otra vez la mente en blanco.
Pero aun así no le importo. Comprendió que su "Querido" hermano se había procurado en preparar a su hijo y llevarlo al colegio como a veces ocurría. No había motivos por el cual alterarse. ¿Flaky? Ya no estaba en sus vidas.
El televisor estaba reproduciendo el clásico programa informativo: "New Tree Noticias" donde el cronista Cro-Marmot tomaba la palabra para informar a todos los ciudadanos los últimos cambios ocurridos a nivel nacional.
El ex-soldado simplemente se limito a escuchar mientras recordaba la suave figura de Flaky retirarse por la puerta horas atrás. Su corazón aun no se terminaba en hacerse añicos ya que la esperanza de que regresara lo mantenía en pie a pesar de su grito colérico.
"¡Si te vas no vuelvas!"
Esa pequeña frase retumbaba en la mente del oji-verde. Temía que hubiera sellado su destino con aquel cruel mensaje. Muy destructivo.
— Flaky — Masculló triste antes de oír, casi sacado de si, como el cronista informaba de un nuevo inconveniente que venia a nivel nacional. Una noticia muy peligrosa para todos.
Los Tigres regresaban para un segundo enfrentamiento.
"Según los últimos avisos, pocas fuerzas enemigas que acecharon a la ciudad de Happy Tree ya hace doce años regresan para dar revancha a las afueras de la ciudad. Se ha procedido a realizar reclutamiento por la falta de soldados en las fuerzas Tree. Según informes recibidos a la fecha, los pocos sobrevivientes de la antigua guerra están obligados a regresar para entrenar a sus nuevos cadetes y formar pelotones de…" Los comentarios del oji-chocolate seguían siendo cada vez más aterradores para el veterano que no podía creer lo que ocurría.
Seria llevado y alejado de todos sus seres queridos para pasar nuevamente ese martirio y dejar solo a su pequeño que no tenía ni la más mínima culpa. No era nada pero nada bueno.
Su querido amigo Splendid debía de tener una solución a todo ello. Ya que él fue uno de los pocos soldados que decidieron seguir trabajando en las fuerzas junto a sus dos ex-compañeros y amigos de la rebelión: Mouse y Sneaky.
Sin más buscando desesperado su teléfono celular que yacía en una mesita ratona frente a él, marco el número de este peli-azul esperando que le contestara por demás rápido.
— ¡Splendid! — Exaltó casi colérico antes de que el susodicho si quiera mencionara alguna palabra — ¡Dime ya como es todo esto de la televisión! — Ordenó casi desesperado. Detrás de la línea el muchacho casi quedo sordo por tal exabrupto.
— Primero tranquilízate — Pidió — Y segundo relájate Flippy que no te hace nada bien ello — Agregó con un tono autoritario — Eso de las noticias es verdad, pero relájate que de tu parte todo esta cubierto. ¿Qué, no te acuerdas? — Cuestionó relajado a la vez que hacia una pequeña fila que llevaba un grupo de tripulantes a un helicóptero, antes de salir de la ciudad.
— ¿Q-qué? — Titubeó sin comprender el mensaje — Quieres decir qué… ¡¿A mi no me llevaran?! — Cuestionó más que emocionado por la noticia. No podía creerlo.
— Sé lo explique a Flaky que dijo que te lo diría todo ayer, Flippy — Contestó con un tono tranquilo el oji-azul mientras dejaba sus cosas a uno de los cadetes que transportaría su equipaje a parte de la tripulación. El oji-verde quedo en pausa ante la mención de la mujer.
— ¿Qué le dijiste a Flaky, Splendid? — Cuestionó desesperado el militar irguiéndose a la vez de manera nerviosa.
— Te paso a explicar rápido que no tengo tiempo — Informó más que apurado, casi por ingresar al helicóptero — Me estoy por ir a las trincheras. El día de anteayer un grupo de generales fueron a parar a tu casa, no te encontraron a ti pero si a Flaky. Le informaron que por tu condición no eras aceptable para las fuerzas por todo el peligro que representas. No te ofendas — Agregó nervioso — Entonces como reemplazo pidieron que tu hijo fuera aquel sustituto. Una sangre de tu parte nos serviría de mucho a pesar de la corta edad — La mente del soldado quedo en shock — Pero Flaky realizo un arreglo con los Generales y se ofreció ella en reemplazo de tu hijo — La comunicación comenzó a entrecortarse — Tú… reemplazado… ella… guerra… suerte… ¡Vemos! — El sonido constante de un "pi" a señal de que la línea había sido cortada, atrapo la mente del soldado.
— ¡Splendid! — Exaltó colérico — ¡Maldita sea! — Agregó — ¡Splendid! — Gritó pero la comunicación ya había finalizado.
Rabioso comenzó furioso a dar vueltas en la sala de estar pensando que hacer. No comprendía como pero buscaría la forma de traer a la mujer a su casa de cualquier forma. Sin importar qué, cómo y los métodos utilizables.
"¡Si te vas no vuelvas!"
Esa frase se reproducía en su mente sin desdén. No podía creer lo que había hecho. Su corazón se corto por completo.
Marcando el número de la muchacha intento deseoso que ella contestara. Que aun tuviera su teléfono celular en su mano o cerca. Con batería y señal. Solo necesitaba que ella lo escuchara. Siempre llevaba por doquier aquel aparato sin importar donde fuera. Solo esperaba que esta vez lo haya hecho también.
La llamada no ingresaba.
"¡Si te vas no vuelvas!"
Volvía a repetirse esa frase, su mente colapsaría de un momento al otro. El re chineo de sus dientes golpeaban fuerte en sus sienes y la desesperación invadir su cuerpo. ¿Cómo no se había percatado del suceso? Todo marchaba bien hasta el día de ayer que de un momento para el otro la oji-carmesí deseaba irse de la casa con la excusa de que estaba cansada de él.
Una tonta escusa, además de que no se limito a mencionar algo para pelear sobre la custodia de sus hijos. Nada.
De repente comprendió algo.
— Fleppy debe de saber algo — Masculló atónito mientras frenaba en seco. Una media sonrisa se formo en su rostro pero ello no alcanzaba. Si su hijo le informaba de las cosas que le dijo seguramente la madre, no llegaría a nada ya que ello no informaría donde estaría.
¿O tal vez si?
Avanzo decidido hacia la puerta antes de ser detenido por detrás, del brazo derecho arrastrándolo directamente hacia el centro del living por aquel oji-amarillo que comprendía lo que ocurría. Se lo notaba muy furioso.
— ¿A dónde vas? — Masculló serio y molesto ante la reacción del veterano. Su hermano.
— ¡Voy a buscar a mi hijo! — Exaltó molesto intentando avanzar pero volviendo a ser detenido por un molesto asesino compulsivo que lo observo con mucha seriedad y enojo.
— ¿A qué? — Cuestionó soberbio arqueando parcialmente una ceja. Mientras que con el brazo detenía el avance del soldado.
— ¡Debe saber algo de Flaky!, Tengo que hablar con él — Contestó desesperado sacando del camino el brazo del muchacho. Solo estorbaba el paso — Aléjate de mi camino — Agregó con un tono seco. Fliqpy rio levemente.
— Primero háblame bien soldadito — Acotó altanero — Y segundo. Él es mi sobrino… ¡Y Tú ni nadie lo va a tratar mal! — Mencionó elevando la voz de forma violeta.
— ¡Nadie va a maltratar a mi hijo!, solo deseo que me explique el porque Flaky se fue — Informó nervioso Flippy mientras observaba esa mirada tan sanguinaria de si mismo, con la misma sensación que le producía cada vez que simplemente lo visualizaba.
Odio hacia su misma persona.
— Eso explica algo — Masculló el sanguinario pensativo mientras su otro yo lo observaba sin comprender — "Y mamá debía hacerlo. Era lo mejor para todos dijo ella" — Recordó nítidamente con la voz de aquel muchacho de mirada bordo.
— Vamos Fliqpy ayúdame — Pidió el veterano sacando del pequeño trance a su faceta — Sé que tu también la amas, ¿O estoy equivocado? — Inquirió provocativo el oji-esmeralda. Su contra parte no pudo evitar reaccionar de forma brusca.
Avanzando rápido hacia el, tomándolo de su camisa negra que yacía debajo de su campera verde lo empujo hasta la primer pared que encontró en el camino para hacerle dar presión al mismo con su brazo derecho en el pecho.
Su mirar amarilla quedo plantada en los verdes de él.
— Iremos a ver al peque, pero ¡Yo!... Hablare con él — Informó autoritario antes de soltar al muchacho que simplemente suspiro al notar como su faceta se alejaba molesta hacia la salida — ¿No vas a venir zopenco? — Cuestionó enojado llamando la atención de Flippy quien simplemente asintió yendo detrás de este.
— "Aunque no lo digas, sé que te gusta mi Flaky" — Pensó el veterano antes de llegar al garaje y ser conductor de aquella camioneta 4x4, verde oscuro. Su vehículo favorito sin dudas.
Ante lo pensado por el militar Fliqpy simplemente se limito a gruñir. No es que estuviera mintiendo. El orgullo era más que cualquier otra cosa y aceptar que aquella mujer era alguien que también usurpo una parte en su corazón, era mucho pedir.
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Los alumnos de quinto grado, (nivel de primaria), donde pertenecía el hijo del soldado y la pelirroja tenían como materia selectiva por el momento Bioquímica. Todos los alumnos en sus pupitres individuales dejaban su preciada atención al profesor de aquella materia, que con los detalles más simples dejaba preparado lo mejor posible en la mente de cada niño, el sistema atómico a través de modelos explicativos escritos en el pizarrón.
La Teoría del Budín de Pan (o de Born) era la más simple a dar a entender antes de pasar con la definitiva de las tontas Teorías, consideras así por los propios estudiantes.
Mole con su amado bastón señalaba todo lo que en el pizarrón se encontraba escrito por uno de los alumnos, quien en horario anterior había tenido un acto deplorable en realizar una mala broma con un tanque de gas al maestro.
Luego de esto, tenía que limpiar el aula y cualquier detalle que notara el peli-violeta fuera de lugar. No era que este mayor fuera un ser castigaba de forma nada profesional, solo dejaba el mensaje en las mentes de que con él, cualquier metida de para significaba castigo a la antigua.
Minutos después de una extensa explicación que parecía no tener final, ingreso exabrupto un peli-verde quien al ver a su hijo en la segunda fila al medio de todos los pupitres, lo llamo rápidamente por el nombre al mismo tiempo que se tiraba casi encima de su mesa para captar su atención.
— Fleppy debo hablar ¡Ya!... Contigo — Mencionó desesperado el oji-verde mientras ponía en una situación incomoda a su hijo.
Aquel hombre ya maduro, yacía encima de la mesa que segundos atrás sostenía todos sus útiles que finalizaron terminado en el suelo por la subida abrupta.
— Papá, podrías bajarte de mi mesa — Pidió tímidamente el oji-bordo a la vez que oía las risas in contenidas de sus compañeros a su alrededor.
— Oh, disculpa hijo — Contestó el mayor antes de descender de su vehículo no móvil para quedar al lado del menor. Mole se molesto demasiado por el accionar de aquella persona.
— Señor Flippy — Llamó la atención del susodicho — Interrumpe mi clase con sus acciones nada correctas — Agregó a la vez que se erguía de su asiento para avanzar de manera tranquila al soldado, para verlo fijamente a los ojos a través de sus anteojos negros que siempre llevaba a cualquier lugar — Salga ya de mi clase — Ordenó al mismo tiempo que apuntaba con el bastón al hombre corpulento.
— Eh, ¡Si!... pero necesito retirar a mi hijo — Mencionó a la vez que ponía su mano encima de la cabellera casi indomable del niño — Será por esta clase nada más — Agregó mientras hacia señal al muchacho para que recogiera sus cosas y así salir juntos.
— Disculpe pero el tutor encargado de sacar al menor es su madre. No usted — Informó molesto el oji-violeta — Así que retírese ya de mi clase — Pidió de manera fría sin dejar de señalar de forma acusadora al militar.
— Pero… — Masculló antes de ser interrumpido por un molesto profesor.
— ¡Dije que salga de mi clase! — Exaltó molesto ante la mirada de todo el alumnado que no pudieron reír ante la escena que producía el mayor con el profesional de educación. Fleppy comprendía que todo ello que ocurría no seria nada bueno por parte de su padre.
— Eh… — Masculló nervioso el oji-bordo al notar ninguna respuesta por parte de Flippy — ¿Papá? — Cuestionó nervioso antes de responderse automáticamente a si mismo — No… Tío — Analizó. Rápido se paro poniéndose entre los mayores para buscar parar un poco la situación que parecía salir de las manos a su propio oji-verde — Él es mi padre, ¿No tiene el mismo derecho que mamá para retirarme profesor? — Cuestionó el menor inteligentemente antes de que Mole lo señalara con le bastón de forma brusca.
— No — Contestó secamente — Si no es tu madre alumno, no puedes salir de aquí. — Agregó antes de tocarlo levemente con aquella madera en su uniforme que consistía de una camisa blanca y encima un chaleco, del mismo color que el pantalón: marrón. — Tú regresa a tu pupitre — Ordenó molesto antes de ver como Fliqpy sostenía aquella madera frágil con la mano derecha.
— No toques jamás a mi sobrino — Mencionó con un tono agudo el soldado a la vez que su iris se tornaba de aquel característico color — Sino, te mataré — Agregó a la vez que quebraba aquella herramienta del profesor para luego lanzarla detrás de él.
Relajado tomo al muchacho del brazo y lo llevo de forma tranquila hacia fuera del salón, sino antes esperar para que este recoja sus cosas del suelo. Mole en cambio no menciono más palabras ni opuso resistencia. No se había dado cuenta pero la persona que estaba casi por mandar a dirección era aquel veterano asesino compulsivo. Tan distraído estaba que no se percato hasta que este cambio el color de su iris en aquel instante.
Ya fuera del salón, en el pasillo, el muchacho se puso en frente del oji-amarillo mientras este simplemente lo observaba un poco molesto antes de apoyarse en la pared que tenía a su derecha.
— Tío, ¿Por qué no mataste al profe? — Cuestionó seriamente. El mayor simplemente sonrió levemente y rio de forma seca.
— Porque le prometí a tu madre y tu padre que no mataría personas delante de ti. Podría ser peligroso para tu mente — Contestó con una pesada y gran molestia que pasaba por su cabeza. Odiaba tener que retener sus "sanos" impulsos contra la gente odiosa. Pero comprendía el motivo y así lo aceptaba.
— ¿Qué quería hablar Papá conmigo? — Preguntó el menor mientras sonreía de forma llamativa a su "Tío", ante la respuesta dada. Comprendía su molestia. Su mirar decía todo. O al menos a él.
— Sencillo — Se sentó de forma pesada al suelo antes de dejar que su espalda de apoyara en el concreto blanco — Siéntate — Le pidió. Fleppy se puso en una de las rodillas del mayor para tenerlo bien cerca. Fliqpy puso su brazo izquierdo en la espada del joven — Esto es fácil y rápido. ¿Qué te dijo Flaky antes de irse? — Cuestionó rápidamente. Noto como su sobrino se ponía tenso — Sé que seguramente ella te dijo que te callaras. Pero es peligroso donde esta. Debo ir a sacarla de allí — Agregó buscando sonar lo más convincente ante la mirada del bordo.
Su voz gruesa, con un tono suave dejaba en claro la seriedad del asunto.
— Pues… — Masculló — Mamá dijo que era solo por un tiempo. Que era para cuidarte a vos y Papá, y así no se los llevaban allí otra vez. — Contestó cabizbajo. El peli-verde le levanto la vista para que lo mirara directamente a los ojos — Y… Mamá menciono que regresaría, solo era por un tiempo — Se lanzo a los brazos del mayor de forma brusca. Buscaba un abrazo — ¿Verdad que volverá Tío? — Cuestionó con lágrimas en sus ojos.
— Sí — Se limito a contestar. Comprendía ahora el porque de las acciones de la pelirroja por completo — Y yo iré a buscarla. No dejaremos que este en peligro allí. Además, no esta preparada, con lo poco que le enseñe no le alcanzara — Agregó mientras lo pensaba, sin percatarse que en verdad lo había mencionado en voz alta.
— ¿No esta preparada? — Cuestionó el menor — ¡Tío!, ¡¿Mamá va a morir?! — Exaltó a la vez que se alejaba del hombre para verlo al rostro.
— No — Contestó secamente — Nosotros la sacaremos de allí — Recalcó erguiéndose a la vez y alejando al muchacho para que este también se parara — Veremos — Masculló — ¿Quieres quedarte con la Tía Petunia o la Tía Giggles? — Preguntó realizando referencia a las mejores amigas de la oji-carmesí — ¿O deseas quedarte con el Tío Cuddles o el Tío Lumpy? — Después de ello quedo analítico unos instantes — No. Mejor con Lumpy no — Se retracto serio. Era una muy mala idea dejar al muchacho con tal desagravio a la naturaleza humana.
El gesto del muchacho se torno completamente seria. De un instante al otro se lo notaba muy enojado.
— ¡No! — Exaltó — ¡Yo voy contigo! — Agregó tomando sus cosas con fuerza para luego quedar recto delante del oji-amarillo. Fliqpy no pudo evitar impresionarse.
— ¿Tu?, ¿Con nosotros? — Masculló antes de reír con unas gran carcajadas secas — No sobrevivirías ni un día allí peque — Agregó tomándolo del brazo — Vamos a la casa de Petunia, ella te cuidara bien — Ordenó. Rápido el oji-bordo se alejo del agarre del mayor.
— ¡No! — Exaltó molesto — ¡Yo voy con ustedes!, ¡No voy a quedarme con Petunia!, ¡Jamás! — Exclamó con una mirada desafiante. Su Tío no pudo evitar sonreír levemente ante tal contradicción.
— ¿Y que te asegura que sobrevivirás? — Consultó altanero queriendo comprobar hasta cuanto se podía mantener en pie esa decisión.
— ¡Tú me entrenaste!, ¡Yo puedo! — Los ojos del peli-verde mostraban determinación. Esto sorprendió al militar que lo hacia recordar a su querido hermano antes de ingresar a las fuerzas y finalizar siendo el mejor.
Gracias a él luego de un tiempo cave destacar.
— Alguien se enojara conmigo — Masculló sereno el soldado observando al menor directamente a los ojos — Esta bien, me convenciste pero la condición es la siguiente — Fleppy asintió automáticamente. — Obedecerás todas mis ordenes y los de tu padre, sino en la primera oportunidad te mato — El silencio se formo entre ellos antes de que las risas agudas del oji-amarillo se escucharan para quebrar el ambiente seguidos por los del menor — No estoy mintiendo — Agregó de forma seca parando rápidamente las carcajadas. El oji-bordo comprendió el mensaje y ante la situación asintió levemente.
— Sí — Masculló atónito. Pocas veces lo había visto así hacia él.
— Bien, iremos por un pequeño equipo y saldremos en una hora — Informó el mayor mientras caminaba tranquilo por el pasillo seguido detrás del peli-verde quien le emocionaba la situación y a la vez comprendía que las palabras antes dichas de su Tío eran completamente verdad.
Jamás decía las cosas sin un motivo.
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— Bien, jovencitas. Como saben más que nadie, ustedes defenderán a su país, a sus hijos y todos aquellos que alguna vez amaron. Esto no es un juego y mucho menos un día de limpieza, aquí vienen a matar — Comentó de forma fría uno de los tantos Generales a cargo de la repartición de reclutados a las unidades de infantería.
Aquí el grupo era completamente de mujeres.
Después de varias discusiones en el sistema interno militar, se finalizo con la decisión de acomodar las mujeres y hombres por separado para ser preparados de forma profesional, lo más pronto posible sin que hubiese peligro de violaciones o violencias de género. Flaky yacía en una pequeña fila de apenas diez mujeres detrás de otras cuatro filas más.
Había en total cinco Generales quienes entrenarían a las reclutas. Todas mujeres pero de un temperamento tan seco y cortante como alguna vez había sido el Tío de su amado hijo. Fliqpy.
— "Ahora te comprendo Flippy" — Analizó nerviosa la mujer mientras oía con paciencia cada palabra dicha por el único hombre en todo el lugar.
— Bien, ahora organizaremos esto — Acotó aquel oji-rojo de manera seria. Splendont simplemente debía de mencionar los grupos antes de dejar los papeles con el entrenamiento asignado para ellas que consistía en defensa, resistencia, medicina y demás. Debían ser tanto soldados como enfermeras para acudir a los demás reclutas, ya que luego de su entrenamiento serian llevabas a sus escuadrones asignados. Para finalizar siendo grupos mixtos.
Todas ya tenían su batallón asignado, solo debían de ver quienes en verdad sobrevivirían a solo los tres días de entrenamiento. Tenían poco tiempo para la preparación.
— Comenzare — Levanto la voz el General. Este muchacho una vez dejado todas las cosas en claro se marcharía de allí para regresar con su batallón. Donde entre aquellos hombres se encontraba Splendid su tedioso y odioso hermano según él. — Flaky — Llamó la atención de la niña quien paso delante de todos de manera nerviosa rápidamente— Iras con el grupo alfa a cargo de la General Lizzy — La susodicha quien estaba frente a todas las mujeres junto a sus demás compañeras sonrió de forma alegre antes de decaer en una mirada fría.
La oji-carmesí trago saliva nerviosamente.
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Nota de la autora: Y aquí tiene final el comienzo de una nueva locura. ¿Qué les parece? Me atreví a poner un par de Inners que aparecerán a su tiempo pero solo ambientaran la historia. Tranquilos que solo serán para relleno y ayuda a movilizarse los demás personajes principales. Me tome el atrevimiento de ingresar un par de personajes sin permiso, espero que mi amigis Karla no se moleste. Solo espero que le guste el desarrollo de sus dos amadas locuras.
¿Y que tal?, ¿Es prometedor?, ¿Es aburrido?, ¿Le encuentran algún estilo de prosperidad o se ira directo a la basura? Queridos lectores, esto es una locura que dependerá de ustedes si desean un conti o no. Verán que cree un Personaje especial. ¡El hijo de Flippy y Flaky! Sé que decir "Fleppy" no es muy original pero necesitaba poner algo que tenga consistencia con el estilo de nombres en el mundo Tree.
Solo espero que no se enojen ante esto.
Bien, espero que le haya gustado y le brinde una oportunidad para vivir esta locura. Esto solo depende de ustedes. Ya que los Review que mandan me pone feliz y me anima, además de saber que les agrada y desean saber que ocurrirá. Ustedes no saben cuanto alegra solo un comentario, corto o largo. De una sola palabra o de mil, ello anima a nosotros los escritores y aunque a veces nos retrasemos no es porque queremos, sino que ocurren cosas imprevistas (por mi parte es así)
Bien sin más que decir, ¡Gracias por pasar y leer!, agradezco las buenas vibras que me dejan cada vez que finalizo de escribir algo nuevo. Hasta otra locura o seguidilla de algún fic, si ustedes, los lectores, lo desean.
Saluda Atte. Doble Whammy o T.J.
