Aclaraciones: Los personajes, no me pertenecen son de Masashi Kishimoto. Sasuke tiene 18 años y Sakura tiene 17 años. La historia toma lugar en un universo alterno.
Pareja: SasuSaku
-Pensamientos-Texto Cursiva
(N/A:)-Notas Mías
-Hablan-Entre guiones
Only We Know
Capítulo I
Enchanté
Iniciaba su segundo curso en primero de bachillerato. Dos años e iría a educación superior. Sus años escolares anteriores no fueron relativamente divertidos. Su enfoque era el estudio al ser una estudiante becada, y por ende no tenía mucha comunicación con sus compañeros de clase. Era un poco anti-social, pero a cambio de ese sacrificio se encontraba en un muy buen colegio en Tokio. Casi no tenía diversas sorpresas emocionantes que la animasen, pero había una. Estaba enamorada. Lo conoció el año pasado, cuando caminaba por los pasillos con varios proyectos de clase que debía llevar al aula de maestros. Pesaban y él pareció percatarse de su difícil tarea para evitar tirar todo al suelo. Y le ayudó. Mientras él tomaba la mitad de los documentos en sus brazos, los ojos verdes de ella contemplaron unos oscuros. Y sintió su corazón desbocado ante su mirada. Él le preguntó hacia a dónde iba. Sonrojada le contestó que al aula de profesores. Caminaron de lado a lado y ella de vez en cuando lo veía de reojo. Era alto, piel pálida, cabello y ojos negros. Al llegar a su destino, su profesor Hatake la saludo y agradeció la ayuda de recolectar la tarea por él. Y el sensei poso su mirada en el azabache a su lado.
-Ah, Uchiha Sasuke que bien que ayudes a tus kohais-dijo su sensei de cabellos plateados. Y él llamado sólo gruñó, luego coloco los papeles en el escritorio del profesor y sin más se fue.
Y no consiguió eludir sentirse atraída a él después de ese suceso. Y cada vez que lo veía a la distancia no podía evitar sentir su día iluminarse. Su corazón palpitaba con celeridad y su mejías se pintaban en rosa. No lograba rehuirlo. Desde la primera vez en ver sus negros ojos quedó embelesada. Amor a primera vista se dijo a sí misma. No alcanzaba dejar de pensar en él y sólo deseaba al menos poder contemplarlo a diario desde la distancia. No pedía más, eso era más que suficiente. Y no tenía la remota intención de acercarse y tartamudear frente a él como una boba. Pensó varias veces en declararse pero nunca encontró el valor para realizar tal acto ni en carta. Camino rápidamente para llegar al instituto y con suerte se permitiría verlo entre la multitud de alumnos que ingresaban al establecimiento.
Al llegar su andar fue más tranquilo y lento. Volteo a ver a su alrededor buscando al dueño de su corazón. Sonrió levemente al lograr verlo cerca de las puertas del edificio. Él intentaba ignorar al rubio que parloteaba cosas en voz alta llamando la atención de algunos. Lo vio fruncir el ceño y decirle algo al que hacía alboroto.
-Uchiha-sempai se ve tan magnífico hasta molesto-pensó mientras suspiraba. Pero fue interrumpida de sus pensamientos cuando alguien pasó un brazo en sus hombros.
-¡Sakura-chan!-exclamó una voz femenina a su lado.
-¡Ino-chan!-grito ella también sorprendida de verla.-No tenia idea que volverías a Japón-dijo emocionada. Llevaba alrededor de 3 años sin ver a su única mejor amiga pues se marchó a Estados Unidos. La peli-rosa no podía creer que estaba ahí y vestida con su mismo uniforme.
-Claro, yo quería sorprenderte. Y parece que logre conseguirlo-hablo mientras le guiñaba divertida.
-Me alegra tanto tenerte de vuelta, me has hecho falta-le dijo y la abrazo. La rubia le devolvió el abrazo sin pensárselo.
-Tu nunca te pierde Sakura. Tu tono de cabello no se pierde entre la multitud-comento la joven.
-Ya lo se-dijo mientras tocaba su melena trenzada.-Quisiera tinturarlo pero no tengo el dinero para hacerlo y ya sabes reglas del colegio, nada de cabellos pintados-.
-Cierto, además mejor así. Es un color bonito. Siempre te he tenido un poco de envidia por ello. Es bastante original-.
-Que sea un raro problema de baja melanina no me alegra. A veces me pregunto como sería si fuese peli-roja como mi madre. Aunque pensándolo bien aún con el tono de mi madre llamaría siempre la atención en Japón-.
-No te salvas de ninguna manera-río. Luego el sonido de la campana se hizo oír.-Bien, luego nos ponemos al día. Debemos ir a clase. Por cierto pedí estar en tu misma sección-contó su amiga mientras comenzaban a caminar hacia el edificio.
-Tus padres y sus influencias-comento la de ojos verdes sin un mínimo de sorpresa. La familia de Ino gozaba de una fortuna gracias a la compañía que transportaba flores a varios países. Por ello tenían el poder de hacer lo que quisieran, pues el mundo se maneja con dinero.
-Ya sabes, lo normal-hablo manteniendo una sonrisa en sus labios. Se dirigieron juntas al que era su destinado salón. Sección B se leía en un letrero. Ingresaron y buscaron sus respectivos asientos. El aula era grande y daba cabida para al menos 30 alumnos. Las ventanas al lado izquierdo y al lado derecho la entrada y salida al recinto. Sus asientos yacían al lado derecho en la mitad del salón. Colocaron su cosas y se sentaron. Algunos alumnos realizaban la misma tarea que ellas, unos platicaba animadamente y otros apenas ingresaban. Ino y Sakura hablaron sobre Estados Unidos, que había hecho haya y a quienes había conocido. La joven de melena dorada contestó a todo y dio algunos detalles. Fueron interrumpidas luego cuando el profesor llegó y empezó a impartir la clase. Después de unas horas de clases llegó el receso donde continuaron hablando, platicaron de todo un poco. Sobre lo que Sakura hizo en la ausencia de su amiga y viceversa.
Ino hasta llegó a reclamarle a la peli-rosa sobre cómo se arreglo. Su largo cabello rosa lo llevaba en una sola trenza y unos lentes con aros grandes cuadrados en color rojo ocultaban los ojos jade de ella. La rubia desaprobó totalmente a su elección. Y le pidió que ella la dejara arreglar a lo cual la joven de cabellos rosas se negó rotundamente. Diciendo que no sería su muñeca de vestir y que así se sentía cómoda. Después de insistir varias veces la joven de apellido Yamanaka, se rindió. Su amiga Sakura era una testaruda y no oía razones. Luego el resto la jornada escolar pasó sin ningún inconveniente. Al culminar el día en el instituto cada una se separo con la certeza de verse el día siguiente.
Sakura al llegar a casa le contó a su madre la grata noticia de que su mejor amiga estaba de vuelta en Japón. Su madre le sonrió al ver tan contenta a su hija y sólo se dedico a escuchar como contaba las anécdotas vividas por la amiga de su hija.
Los días pasaron hasta llegar a ser un mes. Ino se percató entonces de lo anti-social que era su querida amiga. Apenas y hablaba con los demás alumnos, solo se decían los necesario con respecto a deberes. La vida de ella giraba alrededor de sus estudios. De alguna forma la comprendió, pues estudiaba con beca. Pero esa no era razón para distanciarse tanto de los demás estudiantes. La rubia en ese corto periodo de tiempo ya se llevaba con la mayoría de los alumnos de su sección. Y cabe agregar que aparte de su salón se llevaba con algunos de la otra sección, hasta con unos cuantos sempais. De hecho hasta se había conseguido un novio con el cual tenía una semana de relación. Y no pudo evitar pensar que su amiga era totalmente una nerd. Eso era un suicidio en la sociedad según lo que creía la Yamanaka. Mas el estado físico de su amiga jamás conseguiría un buen novio porque no la hallarían atractiva en lo más mínimo.
Ella quería que Haruno Sakura saliera de su capullo y que se convierta en una hermosa flor. Pero cuando la rubia hablaba sobre el tema, la peli-rosa evitaba el tema. Y cuando trataba de incluirla en conversaciones con sus demás compañeros Sakura se distanciaba poco a poco. Pero ella no se daría por vencida. Estaban saliendo juntas del salón de clase para tener su receso y comer algo. Y mientras caminaban la adolescente de ojos azul claro intentaba convencer a su amiga de hacer cambios en su vida diaria.
-Haruno Sakura, no le des tantas vueltas-le dijo Ino.
-Bien, entiendo que quieras que socialice más pero no es fácil conseguir hablar con los demás de otro tema que no sea sobre los estudios al no tener nada en común. Y claramente no tengo muchos pasatiempos que se diga pueda compartir con alguien más. Tu y yo somos amigas porque nos conocemos desde pequeñas. Pero entablar conversación con alguien nuevo no se me da bien-explicó Haruno.
-Si ese es el problema has un poco de tiempo, y mira algo o lee algo en tendencia para tener algo de que platicar con los demás. Tal vez sobre música. Alguna banda que este sonando y que te agrade el contenido que dan al público-sugirió.
-Tal vez-dijo no muy convencida.
-Vamos promete que lo harás Sakura-chan-pidió con tono dulce. La joven al ver los ojos de cachorro de su amiga suspiro.
-Bien, lo prometo-dijo a su amiga. Quien emocionada la abrazo.
-¡Si! Ahora, ¿me dejas arreglarte?-solicito la rubia.
-Ni lo sueñes ya te he dicho varias veces no. Además no pienso ponerme lentillas, ¿sabes lo incomodo que seria quitarlas y volverlas a poner? Aparte de que es una compra innecesaria ya que se vencen a los 3 meses y tendría que comprar unas nuevas siempre. Y no tengo el dinero para ese tipo de gasto-aclaro la joven con sus rosadas cejas fruncidas.
-Oh vamos si es por dinero yo te las compro sin ningún inconveniente-.
-¿No has escuchado? Son incómodas. Además hace un tiempo intente usar. Y mi último oftalmólogo dijo que mis ojos eran muy sensibles y que no las podía usar-.
-¿Pero hace cuanto fue eso?-cuestiono la rubia ahora.
-Um hace un año, Ino-contesto con tono molesto su querida amiga llevaba mucho rogándole y hoy decidió dejar de ignorarla y contar sus razones.
-Oh vamos, ya ha pasado tiempo tal vez ya puedes usar unas. Y si aún no, podemos cambiar tus lentes a unos sin ese marco. De esa manera se verán más tus ojos-.
-Ino no cambiaré mis gafas por unas que pueden quebrarse fácilmente. La razón por la cual llevo este tipo de aro grueso es por el débil diseño que tienen los aros delgados o sin aros lo cual provoca que los quiebre fácilmente. Unas gafas como las mencionadas no sobrevivirán ni un día en mis manos-.
-Eres imposible Sakura-hablo molesta ahora Yamanaka.
-No pidas más, agradece que al menos intentaré socializar-.
-No es intentar lo harás si o si, lo has prometido-.
-Si, si lo que digas-.
Luego de su conversación salieron al patio y se sentaron en una banca que se encontraba cerca de algunas flores.
-¿Hoy puedes intercambiar de nuevo conmigo Sakura?-pregunto Ino.
-No entiendo que es lo que no te gusta de tu comida Ino-dijo mientras intercambiaba su bento con el de su amiga.
-Jamás es lo mismo la comida hecha por una madre amorosa a una hecha por un chef-aclaro ella y abrió la cajita de su amiga para comer lo que había guardado.
-Al menos yo no tengo ningún problema, tus bentos siempre son tan deliciosos-dijo mientras realizaba el mismo acto que su amiga y con sus palillos tomaba una porción. Cuando lo probó no pudo evitar agradarle mucho el sabor de la comida.-Ah~ este es un lujo que no puedo darme. Maldita suerte da eres Ino-.
-Si tu lo dices, aunque tu tienes suerte también. El tuyo esta delicioso también-dijo mientras saboreaba el alimento. Entre platicas triviales comieron tranquilamente. Al terminar y guardar sus empaques, a Sakura se le antojo un jugo. Le preguntó a su amiga si deseaba uno y ella dijo que quería uno de naranja. Pero que le hiciera el favor de comprárselo ya que no quería ir dentro del edificio aun. Anhelaba disfrutar del aire libre. No le gustaba estar tantas horas encerrada entre cuatro paredes. Ella acepto y se dirigió a la máquina más cercana. Al irse acercándose a una vislumbro a lo lejos a tres estudiantes a quienes reconoció. Y sus mejillas se pintaron de carmín.
Sasuke yacía apoyado contra la pared a lado de la máquina con los brazos cruzados. Rápidamente sin pensarlo se escondió en la esquina del pasillo para que no la viera. Después con curiosidad, asomo su mirada en dirección a ellos. Reconoció a uno rubio a quien había oído se llamaba Naruto. Él introducía monedas a la máquina mientras hablaba en tono alto a otro estudiante con cabellos café, ojos oscuros y piel morena. Entre parloteo escuchó al joven llamarlo Kiba. Naruto estaba contándole sobre algún chiste ya que los escucho carcajearse varias veces. Pero no estaba escuchándolo con atención, ya que su interés estaba en él peli-negro.
-Dobe, eso es muy estúpido-lo oyó decir.
-Cállate teme, no es mi culpa que seas un amargado y no entiendas lo divertido de una broma-hablo Naruto y le paso una lata al azabache que tomo de la maquina expendedora. Sasuke gruñó y la agarro la lata en el aire sin ningún inconveniente. El rubio realizó la misma acción hacia Kiba quien no tuvo problema tampoco. Cuando los vio retirarse y acercarse hacia donde ella se encontraba oculta. Con celeridad trató de alejarse y no estorbar. Al ya estar vacío el recinto se dirigió hacia la máquina nuevamente y compró los jugos. Y sin pensar río. Le pareció graciosa la escena que presenció. Aunque entendía un poco ese tipo de amistad con insultos que tenían el Uchiha y Namikaze. Ella e Ino a veces discutían de tal modo también.
Pero pensar en al menos llevar una amistad con Sasuke jamás pasaría. Era demasiado tímida a su alrededor. A veces deseaba acercarse y decirle: Encantada de conocerte, ¿cómo estás? Y que él le dijera ¿Muy bien gracias y tu? Así de simple, este saludo, un ritual, una reunión, las primeras impresiones, las expresiones más verdaderas.
-Si pudiera alcanzar y sostener tu mano me gustaría hacerlo-.
Ella quería descubrir si se podrían gustar mutuamente. Pero siempre sería un misterio, pues no podía mostrar sus secretos y sus sentimientos y que nunca haya magia de la cual sostenerse. Que pase y venga por su camino todos los días, eso la hacía feliz. Y solo en su mente podría darse un paseo con él. En su ensoñación podría crear recuerdos, allí conseguiría abrazarle, besarle y decirle te amo. Crearía detalles con su imaginación y se deleitará con esa perspectiva. Si pudiera vivir dentro de ese baile que es su imaginación lo haría, si tan solo lograse alcanzarlo. Pero no, no sucedería. En su mente quedaría siempre. Suspiro mejor despeja a su mente y se apresurara al patio. Se había tardado demasiado. Ya veía venir los cuestionamientos de su amiga por su demora.
Al llegar de nuevo al sitio donde comió con la rubia, la vio con un chico a quien conocía de nombre Sai. El novio de Ino. A Sakura no le agradaba el tipo pues le había puesto de sobrenombre fea. Y eso le hervía la sangre y le bajaba la autoestima. Sabía a ciencia cierta que no era en lo más minino bonita, su apariencia era muy rara. Suspiro tendría que aguantar el maltrato del tipo.
-Sai-dijo escuetamente cuando estuvo delante de la pareja.
-Fea-respondió al saludo al verla. Pero para gracia de Sakura, Ino le dio un codazo al peli-negro. La oji-jade no pudo evitar mostrarle una sonrisa burlona.
-Ino-chan dile a tu novio que deje de llamarme así-dijo haciendo un puchero y se sento en el lado libre de la rubia. Coloco a un lado los empaques que contenían el jugo comprado para luego tomar entre sus brazos el brazo de la oji-azul para llamar su atención.
-Oh vamos solo digo la verdad, por que mentiría sobre la realidad-dijo el novio de su amiga.
-Sai, Sakura es muy hermosa solo que se esconde. Y Sakura mientras tu no me dejes hacerte un cambio de imagen dejare que Sai te llame como el quiera-aviso la oji-azul despreocupada. La Haruno al escucharla zafó el agarre a su amiga.
-¡Traición! ¡Has abandonado a tu mejor amiga por un hombre!-dramatizo la peli-rosa. La risa leve de Sai llegó a oídos de Sakura y frunció molesta mientras cruzaba sus brazos.
-Deja el drama y dime, ¿por qué has demorado tanto por unos jugos?-pregunto Yamanaka.
-La máquina se comió las monedas y no daba señales de soltar los jugos hasta que patee el aparato unas cuantas veces. Me tomó tiempo lograr sacar las bebidas-mintió. Ino al imaginar a su peli-rosa amiga realizar tal acto se carcajeo con la imagen. Y Sakura no pudo evitar reír nerviosamente junto a ella mientras le deba a la rubia el jugo.
-Cierto, venía a invitarte a una fiesta que Naruto hará en su casa ya que sus padres andan de viaje-mencionó el peli-negro a su novia.
-¿Ah si?-dijo Ino-¿Puedo invitar a Sakura?-pregunto con tono de picardía. Y la peli-rosa al escucharla casi se atraganta con el jugo de manzana que bebía.
-¿Qué? ¿Por qué iría yo a ese tipo de eventos?-cuestionó sin creer lo que había sugerido su amiga.
-Yo también me pregunto porque lo sugieres hermosa, aquí la fea no parece agradarle ese tipo de cosas-.
-Por primera vez acordamos en algo, Sai-.
-Oh vamos Sakura-chan, te la pasaras bien. Y una fiesta es un buen sitio para socializar-dijo Ino.
-Ni lo pienses, no iré-.
-Ya veremos Haruno Sakura, no me retes-advirtió la rubia.-Por cierto, ¿Cuándo es?-pregunto a su novio.
-Él viernes a las 10 pm-respondió. E Ino rechisto.
-Hoy es miércoles y solo me quedaría mañana y la tarde del viernes para convencer a esta chica testaruda de ir-.
-Yo que tu me rindo, no habrá manera que me obligues-.
-Eso es un reto, y lo acepto. Ahora prepárate para las consecuencias-amenazo mientras entre cerraba sus ojos azules.
-Si, lo que digas-concluyo Sakura.
Sai e Ino empezaron comportarse melosos frente a la peli-rosa y no pudo evitar sentirse incomoda. Se distanció de ellos con la excusa de botar la lata donde estuvo antes jugo de manzana. Los observo desde la distancia y deseo por un momento poder estar así con Sasuke. Para distraerse, reviso la hora en su sencillo móvil y se percato que pronto sonaría la campana. Llamó la atención de los dos tortolos. Y al estar por culminar el receso volvieron los tres juntos al salón. Sakura entró primero al aula mientras que Ino se despedía de su novio el cual debía ir a otro salón. Y continuaron con las clases hasta finalizar el día escolar de hoy.
La peli-rosa llegó a su casa y no se desconcertó al no ver en casa a su madre, quien estaría trabajando arduamente para mantener a ambas de manera correcta financieramente. Razón por la que la peli-rosa tenía que dar todo su potencial en sus estudios. Pero recordó su discusión con Ino y decidió que al terminar sus tareas correspondientes buscaría música que estuviese en tendencia. También alguna serie corta. Saco sus cuadernos de su mochila dispuesta a realizar su deberes. Pasaron las horas hasta terminar. Se aproximo entonces a su prehistórica computadora y navego por la web. Encontró algunas canciones que le gustaron y las escucho un rato con sus auriculares. No le urgía socializar pero su amiga se estaba volviendo una molestia. Intentaría al menos hacer una nueva amiga para tranquilizarla. Y con ese pensamiento concluido, tomo una libreta y escribió sobre su día.
Al estar satisfecha con como pasó su tarde fue hacia la cocina y preparo algo sencillo para cenar ella y su madre. La última que dentro de poco llegaría a casa. Al terminar la cena oyó la puerta principal abrirse. Fue hasta la entrada a saludar a su madre.
-Bienvenida, mamá-.
-Ah, estoy de vuelta hija. ¿Que tal tu día?-pregunto mientras Sakura tomaba el bolso de su madre para quitarle la carga.
-Muy bien, hice la cena. ¿Te sirvo?-.
-Si hija, gracias-respondió y se dirigió al pequeño comedor para dos personas. Sakura mientras tanto fue a colocar la cartera de su madre al dormitorio de ella. Luego volvió a la cocina y sirvió. Platicaron sobre cómo estuvo el día de ambas y demás cosas. La peli-rosa tomó los trastes y los enjuago y coloco. Y en su mente deseaba pronto ayudar económicamente a su mamá. Pero sería hasta que se graduase. Al menos no habían tantos gastos gracias a su beca. Pero cuando estaba en casa y veía la situación económica no podía evitar molestarse con la forma en que funcionaba el mundo. Unos nacían con suerte y otros no. Pero aún así todos tenían problemas como cualquier otro ser humano ya fuese rico o pobre. Ino era un ejemplo. Su familia tenía dinero pero manejar tanto dinero requería de tiempo. Más tiempo para el trabajo y menos tiempo para la familia. Ino le contaba que a veces pasaba semanas sin sus padres pues salían varias veces del país. Y la oji-jade daba gracias que miraba a diario a su madre.
La señora Haruno dio sus buenas noches a su hija y fue a su cuarto a dormir. Sakura le dijo buenas noches de igual manera y luego se aproximo al cuarto de baño para darse una ducha en la tina. Al encontrarse en el agua caliente se relajo y se distrajo cuando a su mente vino el rostro de Sasuke. Sonrió anhelando besar sus labios. Y vino a su memoria la vez que lo vio besando a una joven en el colegio. Recordar eso le hizo sentir una presión en su corazón. No podía evitar reconocer que Sasuke tiene la fama de andar con muchas chicas. Los rumores sobre él siempre llegaban a ella. Ya que desafortunadamente no era la única que se sentía atraída a él. Y de verdad daba gracias también que su amiga no le gustase el chico. La había oído decir que no le agradaba los tipos como él. Que juegan con los valiosos sentimientos de una joven dama. Sakura nunca se atrevió a decirle a su amiga sobre sus sentimientos a Sasuke por miedo a que fuese con el chisme. Reconocía que Ino era totalmente una cotilla y si se enteraba no habría que la parara.
Al apreciar sus dedos arrugados salió y se seco. Busco pijamas y se recostó.
Notas Finales:
Si una nueva historia, los siento si no he terminado Mo Nai Kyori pero no tengo la más remota idea de como continuar y finalizar esa historia. Me he pensado demasiado como continuarla y nada. Hasta la reescribi. tengo una maldición con esa historia. Tal vez más adelante pueda agarrar algo de inspiración. Aviso que esta historia tendrá muchos temas delicados y que será oscura y por ello esta catalogada como M. Posiblemente sufran con esta historia. Ya tengo varios capítulos escritos. Los subiré todos los jueves. Como siempre el alimento de toda escritora.
¿Comentarios?
PD. Los comentarios hacen que más gente entre a leer es una ayuda y me gusta saber la opinión de los que me leen. Acepto críticas y aviso de algún horror ortográfico.
