Cuando fue…

En qué momento…

Cuando fue que se le aparecieron esos grandes y hermosos ojos en medio de la noche.

Él no lo recordaba, solo sabía que ya hacía muchas noches que soñaba con esos preciosos ojos castaños que no lograba identificar.

La luz empezó a cegarle a través de los parpados y estos no tuvieron más remedio que dejar paso a unos ojos grises y claros.

Odiaba la mañana, odiaba al sol que le obligaba a volver a la realidad y dejar de admirar esos ojos que le tenían loco.

Pero las clases iban a empezar.

Se levantó de la cama calzándose y observó que sus compañeros de habitación todavía seguían profundamente dormidos, así que cogió su uniforme y se dirigió al baño cerrándolo de un tremendo portazo para fastidiar el sueño de los demás y que se levantaran de una vez.

Una vez dentro escuchó gruñidos y bostezos, señal de que había conseguido su propósito.

Sonrió satisfecho.

Se quitó la camiseta del pijama y se miró al espejo, apoyado en la pila que se encontraba justo debajo.

Hacía ya una semana que había comenzado su séptimo año en Howarts.

Se dirigió a la ducha a la vez que se quitaba las prendas que aun le molestaban y las iba dejando por el suelo esparcidas a su paso. Abrió el agua caliente y se metió debajo de las cálidas gotas de agua cerrando los ojos.

Y volvió a verlos. Grandes, alegres, tiernos…

Creía recordar que había empezado a soñar con esos ojos a principio de verano, nada más acabar Howarts, solo que no conseguía ponerles un rostro.

El desayuno transcurría con normalidad esa mañana de lunes en la mesa Griffindor.

Ron engullía el desayuno como si fuese el último de su vida; Harry hablaba con Dean y Seamus sobre quidditch mientras Neville hacía como que seguía la conversación y se enteraba; Lavender y Parvati cuchicheaban en voz baja y Hermione leía el profeta en silencio mientras sorbía un zumo de naranja.

- buenos días – saludó Ginny llegando a la mesa y sentándose en el hueco vacio junto a Hermione.

- buenos días Ginny – le contestó ésta desviando la vista un momento del periódico para ver a su amiga.

- algo nuevo en el profeta? – preguntó la pelirroja mientras cogía una tostada y elegía la mermelada que tomaría esa mañana.

- una pareja de muggles desaparecidos.

Ginny no dijo nada, últimamente eran comunes las desapariciones, sobre todo de muggles que más tarde aparecían asesinados o torturados en algún callejón oscuro.

Hermione dobló el periódico y lo dejó en la mesa a su lado.

- tienes mala cara Ginny – dijo la castaña concentrándose en su amiga.

- que esperabas, me toca pociones con Snape…

- entiendo… - sonrió Hermione.

- nosotros tenemos hora libre – sonrió Ron uniéndose a la conversación de las chicas.

- no hace falta que me lo restriegues Ron… - dijo su hermana cruzándose de brazos.

- vamos Ginny, tu eres fuerte, una clase con Snape no es nada – la animó Harry.

- gracias Harry – le agradeció con una sonrisa y una cálida mirada.

Hermione les observó mirarse con esa cara tan obvia de los enamorados. Quizá ellos eran los únicos que no se habían dado cuenta. A ella también le gustaría enamorarse…

- bueno chicos, yo me voy a Runas, que he quedado con Dim en la puerta.

- Dimitri! – se interesó de repente Lavender.

- aún no nos has contado que se siente al vivir con ese bombón – añadió Parvati.

Hermione ya esperaba alguna salida parecida tarde o temprano de las dos cotillas más grandes del castillo…

- con ese cuerpazo – siguió Lavender

- y con esa melena, parece tan suave… - fantaseó Parvati

- y ese pendiente de chico malo… - se unió Ginny.

- si Harry – empezó Ron con voz chillona – ojala fuera yo quien comparte torre con él, es tan guapo…

- es cierto Ron – le siguió Harry el juego – me pondría mi pijama más sexy para pasearme por la sala común hasta que llegara…

Todos los que estaban pendientes de la conversación rompieron en carcajadas.

- muy graciosos chicos – dijo Hermione riendo – nos vemos luego!

Hermione se dirigió a la salida del comedor. Dimitri era un chico de Ravenclaw que era premio anual junto con ella, y por eso era que este año compartía torre con él.

En verdad era un chico muy atractivo, además de simpático, amable, inteligente…

- hola Hermione!

- Dim… hola! – dijo la castaña saliendo de sus pensamientos.

- vamos a clase? – preguntó el chico.

- claro… - y comenzaron a andar hablando de la tarea que tenían para la clase de ese día.

Todo iba bien esa mañana, se había levantado de buen humor, había desayunado tranquilo y ahora tenía una hora libre. Pero siempre había algo que podía empeorar su día…

- Draki!! – esa voz…

Draco aceleró el paso todo lo que pudo sin parecer muy obvio.

- espérame Draki!!

- Draco te llama Wendolyn…

- ya lo sé Goyle, no soy estúpido!

- creí que…

- cállate! – dijo el rubio parándose por fin.

Una chica rubia de pelo ondulado hasta la cintura y ojos azul claro le alcanzó.

- creí que no me escuchabas… - dijo la chica haciendo pucheros.

- que quieres Wendolyn? – preguntó Draco con cansancio.

- pensé que podríamos pasar juntos la hora libre – dijo coqueta.

Draco la miró de arriba a abajo. Era una chica preciosa, la típica chica que habría acabado en su cama sin pensarlo dos veces, pero entonces reparó en sus ojos. Azules… vacios…

No eran esos lindos ojos que le miraban con ternura cada noche al acostarse.

- no tengo tiempo – dijo girándose y dejando a la chica allí parada.

Y lo que le faltaba para arruinar su tranquilo día…

Granger y Snelling…

Odiaba a Snelling, el muy estúpido… él era el que tenía que llevar la insignia de premio anual, no ese memo. Y todo porque le superó por unas decimas en defensa contra las artes oscuras, no era justo…

El rubio aceleró el paso y cuando pasó por al lado de los dos chicos empujó a Hermione de un codazo haciendo que los libros que llevaba en la mano, ya que no le cabian todos en la mochila, cayeran al suelo.

- Malfoy eres estúpido!! – gritó la chica mientras se agachaba a recoger los libros.

- eh! – gritó Dim – tienes algún problema?

Draco paró y se dió la vuelta para enfrentar a Dimitri.

- sí, tengo un problema, pero hablaremos de ello en otro momento, aquí apesta a sangre sucia – dijo dándose la vuelta y andando de nuevo.

- imbécil – susurró Dim mientras se agachaba para ayudar a Hermione – estas bien?

- sí, gracias

Una chica morena con el pelo lacio haciendo contraste con su piel pálida y juego con sus ojos negros y grandes se acercó a Ginny desde el final de la mesa Griffindor.

- buenos días Ginny, vienes a clase?

- hola Conny, si vamos, que remedio… - dijo la pelirroja – por cierto chicos, os presento a Conny, ha entrado nueva este curso, viene de Beaxbaton.

- encantado – se apresuró Ron a tenderle la mano a la chica con una sonrisa.

- si… bienvenida – dijo Harry

- gracias, nos vemos! – dijo despidiéndose con la mano mientras seguía a Ginny.

Una vez solos Harry y Ron.

- se puede saber que ha sido eso? – preguntó Harry.

- que ha sido qué?

- eso! Desde cuando eres tan lanzado con las chicas?

- solo la he saludado Harry… - dijo el chico mientras se le ponían las orejas rojas.

- ya claro… - concedió Harry – vamos a hacer la tarea de defensa contra las artes oscuras que nos toca ahora.

- si será lo mejor, porque siempre lo dejamos para la ultima hora?

- no lo sé…

Los chicos se levantaron y se dirigieron a la sala común.

- crees que debería ponerme un pendiente de chico malo? – dejó caer Harry pensando en las palabras de Ginny.

- olvídalo amigo – dijo Ron riendo.