ESTA HISTORIA FUE ANTERIORMENTE CONOCIDA COMO KOKORO.
DISCLAMER: D. Gray-Man pertecene en su totalidad a Katsura Hoshino. La trama es completamente mía al igual que los OC's en ella.
¡ALERTA!
SE LLEVA EN UN UNIVERSO ALTERNO Y CONTENDRÁ TAL VEZ OoC, se desvía del manga en el capítulo 184, después de la misión del ladrón G.
INNOCENT SOUL
By B. Poot
1º Noche Presa&Cazador.
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Los exorcistas, los elegidos por Dios para portar su inocencia y usarla contra la materia oscura controlada por los Noés...
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La chica corría lo más rápido que sus piernas le permitían, sus pisadas resonaban por todo el lugar a causa del agua que rozaba la mitad de su pantorrilla. La calidez se escapaba de su cuerpo como cuando se intenta atrapar el aire entre las manos. Estaba cansada y mal herida, tanto que parecía que en cualquier momento se desmayaría.
Su traje antes hermoso se encontraba destrozado del frente y apenas envolvía su cuerpo maltrecho, las heridas recientes brillaban escarlatas por toda su piel que se volvía más pálida con el pasar del tiempo. Incluso el cabello oscuro se le pegaba al cuello por el sudor y la sangre.
—¡No dejen que escape! —Resonó una voz por todo el lugar, imitando un trueno que la hizo encogerse del miedo—. No debe salir de Ragnarok
Ella apresuró su caminar incapaz de mirar atrás para verificar si la seguían. Los pies comenzaron a dolerle y el cuerpo le pesaba, pero no se detuvo, no podía hacerlo si deseaba salir de ahí. Los pasos de sus perseguidores se escucharon cada vez más cerca. Pronto la atraparían.
El pánico la invadió mandando estremecimientos por todo su cuerpo. El agua le hacía difícil correr, y pelear no era una opción. Su brazo derecho colgaba a su costado como peso muerto haciéndole difícil el defenderse, incluso si pudiera usar eso no tendría oportunidad.
—Nine-gensei, Reed... —susurró con voz entrecortada, evocando el rostro de ambas personas en su memoria.
Sin previo aviso y como un relámpago oscuro, una silueta apareció frente a ella.
Se detuvo de golpe, la habían encontrado. Instintivamente retrocedió dos pasos y se dio la vuelta dispuesta a correr en dirección contraria, sin embargo, esa ya no era una opción.
La tenían rodeada.
Su rostro se encontró con uno que nunca deseaba volver a ver. Su pecho comenzó a subir y a bajar de forma errática, un zumbido atacó su audición dejándola desorientada. El chico frente a ella la miraba con ojos burlones, incluso su rostro reflejaba el placer que sentía en ese momento, el placer de un cazador al atrapar a su presa.
—Lo sentimos pero, no podemos dejar que escapes pequeña... —dijo con una sonrisa sádica en su bello rostro, causando escalofríos en la chica.
Ángel, pensó ella inconscientemente, pero la idea fue reemplazada inmediatamente por otra:
Demonio
Un demonio de ojos rojos.
—¡Kiara-chan!, ¡Kiara-chan!
No hubo respuesta, ningún indicio que la pudiera llevar en dirección de la chica. Había desaparecido, se esfumó en el aire como si nunca hubiera estado allí. Su habitación estaba vacía, extrañamente solitaria, sin embargo, sus cosas estaban allí. Su amado violín se hallaba abandonado sobre la cama, cosa extraña en Kiara, ella adoraba tocarlo y era demasiado preciado para dejarlo atrás.
El vestíbulo, el laboratorio e incluso el comedor se encontraban ajenos a su presencia. Nadie la había visto aquella mañana, nadie excepto Timothy.
Lenalee Lee se sintió frustrada ante la desaparición de la nueva exorcista, en especial porque la chica estaba bajo su tutela y cuidado a petición de uno de los cuatro grandes generales, o al menos por esa mañana, por lo que no tenía el valor de decirle a su tutor que la había perdido así sin más.
—Déjala, regresara cuando deje de ser un bebe llorón —habló Timothy notablemente desinteresado.
Ambos llevaban gran parte de la mañana siguiendo la pista de la desaparecida Kiara, o al menos Lenalee lo hacía, pues Timothy en lugar de intentar buscarla se mantenía entretenido con un Yo-yo que el General Tiedoll le había traído de su más reciente misión.
La pequeña Lee le miró con desaprobación, pero antes de que pudiera decir algo una voz se alzó cerca de ellos
—¡Yo no soy un bebe llorón!
A unos cuantos metros frente a ellos apareció una niña de la misma estatura de Timothy. Sus cabellos rojos zanahoria estaban recogidos en dos trenzas bajas, mientras un vestido azul de encaje adornaba su delgado cuerpo. Sus ojos verdes parecían llamear en odio cuando se encontró con su compañero, quien le devolvió la mirada.
—Timothy —le regañó Lenalee repentinamente consciente de la fricción entre ambos chicos—, discúlpate con ella
El niño la miró incrédulo, casi como si le hubiera pedido que se lanzara de un precipicio y ejecutara la novena sinfonía de Beethoven mientras bailaba el lago de los cisnes.
—¿Por qué? Yo no le hice nada —se defendió
Kiara estalló furiosa al escuchar esas palabras ¡no podía creer lo hipócrita que era!
El sonido de sus botines resonando fue el presagio de una tormenta a punto de desatarse. Su rostro reflejaba ira contenida, era la primera vez que Lenalee la veía enojada, que sin duda solo la hacía más infantil a los ojos de los demás
—¡Claro que sí! ¡Estiraste las cuerdas de mi violín favorito! —gritó acusadora mientras lo señalaba sin importarle lo grosero que era.
Lenalee miró a Timothy esperando una respuesta, pero este no dijo nada. Estaba nerviosa, esto estaba tomando un rumbo extraño que seguramente desembocaría en una pelea.
Kiara no parecía querer ceder y mucho menos dejar aquello por la paz, Timothy por otro lado disfrutaba de poner la paciencia de la chica a prueba. Los dos quedaron callados por un momento mirándose el uno al otro. Lenalee se vio ligeramente esperanzada al pensar que tal vez habían llegado a un acuerdo, pero su fe fue rota en añicos tan pronto como Kiara habló
—¿Lenalee-chan, por qué hay alguien como él en la orden?
La niña parecía estar en agonía ante la simple presencia de su compañero, aunque también reflejaba una aversión tal que cualquiera pensaría que habla de algo bastante insoportable y horroroso. Timothy la miró con aire ofendido.
Esto no estaba nada bien…
—¡Ey, si tú eres más desagradable e insoportable! ¡Además no tienes derecho a hablar como si tuvieras más tiempo aquí, llegamos al mismo tiempo! —se defendió cruzando sus brazos sobre su pecho
Era oficial, los había perdido.
De pronto la noche en la que se conocieron Kiara y Timothy llegó a su cabeza como un recuerdo desolador, aun no era capaz de creer como ambos chicos habían terminado así.
…
Dos sombras se abrieron paso a través de la nave, ambas abrigadas hasta las orejas con los abrigos negros de la orden. Sus pasos sonaron sordos al tocar la loza del recinto vacio, nadie más que el padre Federico se encontraba allí.
—¿Es aquí Lenalee-chan? —inquirió la niña con curiosidad.
Sus trenzas se movieron junto con ella cuando tomó asiento en una de las bancas. Todas se encontraban escoradas meticulosamente, cada una viendo hacia el vitral de la virgen María y el niño Jesús
—Sí, este será tu nuevo hogar de ahora en adelante —sonrió la joven a lado de ella.
Lenalee siempre le sonreía de forma dulce desde que la conoció, era por eso que se sentía segura con la exorcista. De cierta forma le recordaba a su hermana mayor, aunque ella no era amable todo el tiempo. Una punzada de dolor atacó su pequeño pecho, la tristeza la invadió por un momento, pero antes de que se hundiera en ella fue rescatada por su compañera.
—Tenemos que esperar a que abran la puerta —comentó Lenalee observando su reloj de pulso, aun faltaban unos minutos.
Kiara asintió.
El lugar estaba vacío, no había sonido alguno más que el gotear de la lluvia en el exterior. La iglesia era hermosa por dentro, sus vitrales, bancas y altar daban un aire contemporáneo al edificio, de cierta forma le recordaba un poco a la catedral de Notre Dame.
Desde que había emprendido el viaje hacia la orden oscura la angustia y el desconcierto la había invadido como una enfermedad lenta pero silenciosa. No se sentía segura de sí misma y mucho menos de ser una exorcista, pero había aceptado por el simple hecho de probarse, de demostrar que incluso ella podría ser un apóstol.
—¿Lenalee-chan todos en la orden son como tú? —preguntó con timidez, sin quererlo se hundió más en su asiento.
Le picaba la curiosidad, por más que intentara imaginar a los exorcistas siempre termina con monjas y padres en una iglesia orando, pero cuando le presentaron a Lenalee esa idea desapareció. De cierto modo tenía miedo. Tal vez no la aceptaran por su corta edad, o la dejaran a un lado cuando lograra entrar, nadie quisiera ser niñera de alguien mucho menor que ellos, en especial cuando toda la atención es destinada a eso Akumas de los que le había hablado Lenalee
—¿Como yo? —inquirió confundida la exorcista ladeando un poco su cabeza.
Kiara asintió sin verla a los ojos
—Me refiero a si son amables como tú...
Lenalee soltó una pequeña risita haciendo que Kiara se sonrojara apenada. Seguramente se estaba burlando de ella
—Claro que sí, todos en la orden somos una familia
La niña alzó la vista sorprendida por el tono cariñoso en que Lenalee había contestado su pregunta. Involuntariamente sonrió, pero antes de que pudiera responder a su compañera una voz resonó entre las paredes de la construcción.
—¡Lenalee! —llamó la voz de Allen, quien entraba junto con Kanda y los demás trayendo consigo al segundo nuevo miembro de la orden.
La exorcista se volteó rápidamente con una sonrisa, haciendo que Kiara pensara que eran los amigos de Lenalee.
—Allen —contestó animada —. Bienvenidos
Kiara los observó con curiosidad mientras se situaba detrás de Lena en forma de protección, aun estaba un poco nerviosa, no sabía cómo actuar en frente de un exorcista. ¿Qué tal si había alguna regla acerca de no hablar con sus superiores? ¿Debería saludar o quedarse callada? ¿Qué tal si ellos la ignoraban?
Los recién llegados se acercaron a ellas para saludar a su compañera, fue entonces que Kiara notó que el chico que había llamado a Lenalee tenía el cabello blanco como la nieve, mientras que el segundo lo tenía largo y atado en una coleta.
—¿Quien es ella? —preguntó en tono frio Kanda haciendo que Kiara se pegará más a Lenalee y se escondiera detrás suyo por la repentina atención sobre ella
—Kiara, es una aprendiz de exorcista de Italia.
La pelirroja lo observó de pies a cabeza, él daba un aire amenazador. Su miedo aumento cuando Kanda la miro con ojos fríos, inspeccionándola. Las personas junto a él también la miraban, aunque de una forma distinta. Estaba segura que el de cabellos morados pronto se abalanzaría sobre ella para cortarla con su espada que se asomaba entre su abrigo, pues sus ojos se entrecerraron como los de un gato al ver a su presa. Pero eso no paso, sino que el chico de cabellos blancos le habló amable
—Mucho gusto —saludó Allen con una sonrisa, quien también traía consigo a un chico más pequeño que ella. Él parecía no prestar atención a la situación, simplemente ignoró a las chicas cruzando sus brazos detrás de su nuca
Él es más pequeño que yo —pensó Kiara al verlo mejor.
Sus cabellos azules se encontraban peinados de forma extraña, mientras sus ropas eran las de un exorcista, ella en cambio usaba un vestido amarillo pato bajo su nuevo abrigo. La idea de no ser la más joven la lleno de alegría. Realmente tenia suerte de encontrar a alguien más o menos de su edad, o al menos eso creía, aunque no contaba con que el chico frente a ella le haría la vida de cuadritos durante toda su estadía en la orden.
—Es un placer conocerlos, soy Kiara Shine —se presentó repentinamente animada ante el saludo del exorcista.
El niño no reparó en ella, prefirió jalar la manga de Allen y susurrarle algo al oído provocando curiosidad en Kiara. Más no pudo escuchar de que se trataba, pues tan pronto el chico la notó observándolo le saco la lengua. Ella le miró shockeada para después hacer un mohín. Definitivamente él no le traería nada bueno.
22:00 pm
La puerta del arca se abrió con el número 28 dando permiso a los exorcistas de pasar al cuartel general.
…
Lenalee dio un largo suspiro.
Era imposible razonar con esos dos, siempre peleándose y provocándose el uno al otro. Kiara era un poco más tranquila que Timothy, pero cuando estaban juntos todo se volvía un caos. En especial cuando se hacían bromas inocentes que no tenían nada de eso.
En el comedor de la orden se encontraban Krory, Lavi y Allen, quienes tomaban el desayuno tranquilamente como de costumbre hasta que...
—¡MALDITO BASTARDO! —resonó la voz de Kiara en toda la orden seguida de un estruendo que hizo eco por los pasillos
Los tres se miraron con pena al reconocer a la dueña de la voz. Tan temprano y la pelea había comenzado, eso era un record, generalmente iniciaba después del desayuno.
—Pobre Lenalee, siento lastima de ella —comentó Lavi mordiendo una hogaza de pan.
Allen y Krory asintieron.
Su amiga era la responsable de evitar que ambos se encontraran, o al menos de evitar que destruyeran la orden o a ellos mismos
Los platos de comida que habían ordenado fueron reducidos a simples platos vacios amontonados a un costado de la mesa. Allen yacía mordisqueando una manzana mientras Krory y Lavi aun terminaban su desayuno, simples panecillos con crema y un poco de café. Se encontraban enfrascados en una charla nada trivial acerca del posible acontecer entre los miembros más jóvenes de la orden —no era nada normal escuchar gritar a Kiara así— para que las cosas se pusieran así antes del mediodía, cuando apareció Lenalee en la entrada del comedor. Lucia agotada por la épica batalla de separar a esos dos antes de que se arrancaran la cabeza.
Desde la mesa Lavi la llamó con un agitar de manos, haciendo que la chica fuera a su encuentro.
—Buenos días —saludó con cansancio sentándose junto a Krory
—Animo Lenalee —la trató de animar su amigo dándole algunas palmaditas en la espalda.
Ella solo le dedicó una pequeña sonrisa en agradecimiento.
—Lenalee, ¿No es la general Klaud responsable de Timothy? —inquirió Lavi con curiosidad terminando su hogaza de pan. Aun no creía como su amiga había terminado siendo la responsable de evitar una guerra entre ambos niños
—Sí, pero salió a una misión de última hora y me lo dejo a cargo —respondió ella en un suspiro
—¿ Y su tutora Emilia? —preguntó Allen interesado en el tema.
—Llega hasta las 10:00 am, tengo que evitar cualquier acercamiento con Kiara antes de que ella llegue, o esos dos son capaces de todo.
Y cuando Lenalee decía todo, era todo. Aún recordaba la vez en que Kiara tiño de rosa el uniforme de Timothy, o de cómo este le sacó las plumas a las almohadas de ella y las lleno de crema batida, cosa que atrajo insectos nada agradables.
Sus amigos la miraron con pena, todos concordaban en que dicho trabajo era el peor castigo que se podría imponer a alguien. En especial por que se trataban de Kiara y Timothy, dos niños con mucha imaginación y deseos de venganza.
—¡Lenalee-chan!
La pequeña aprendiz de exorcista se abrió paso a través de las mesas del comedor hasta llegar junto a sus amigos, ella portaba una sonrisa e incluso lucia más tranquila de lo que había estado unos minutos atrás. Nadie creía que ella sería capaz de rebajarse al nivel de Timothy al contestar sus bromas.
—Buenos días Allen-kun, Lavi sempai oni-chan, Krory-sempai —saludó sentándose junto a Laví.
—¿ Oni-chan?, ¿Sempai? —preguntaron Lenalee y Allen sorprendidos ante el comentario de Kiara
—Sí —afirmó la niña con una sonrisa inocente—; Krory-sempai me ayuda a entrenar, mientras Lavi oni-chan es muy divertido —contestó como si fuera lo más obvio del mundo
Los dos aludidos sonrieron ante las palabras de la niña. Era imposible no tomarle cariño, aunque si era posible huir una vez que se encontraba con el pequeño peliazul, o al menos si deseabas conservar tu vida.
—¿Y yo? —Allen se inclinó hacia ella en espera de una respuesta. Kiara no se lo pensó mucho y sin titubear dijo:
—Allen-kun es novio de Lenalee-chan —respondió con simpleza.
La mesa quedó en silencio. Todos miraban a Kiara desconcertados antes sus palabras, la incredulidad y la sorpresa asomaban por sus rostros como si hubiera dicho que la tierra era el centro del sistema solar. Permanecieron estupefactos por unos segundos, asimilando cada palabra como si no hubieran captado el mensaje correcto.
—¿¡EEEHHH!? —gritaron los cuatro presentes al unisonó al darse cuenta de que no había error.
Tanto Allen como Lenalee enrojecieron hasta niveles que creían imposibles, sin querer se miraron el uno al otro por sobre la mesa e inmediatamente se arrepintieron de aquello, la vergüenza era tal que no soportaron mirarse a la cara por más de 2 segundos.
Kiara ladeó la cabeza confundida por la reacción de sus amigos, ¿Acaso había dicho algo raro?
—T-te equivocas...— trató de defenderse Lenalee aun sonrojada e incrédula al comentario de kiara—. ¿De dónde has sacado eso?
—¿Acaso no lo son? —Kiara paso su mirada de Lenalee a Allen y viceversa—. La otra vez Lenalee-chan estaba durmiendo en la misma habitación que Allen-kun —comentó provocando que Lavi y Krory miraran sospechosamente a los otros dos exorcistas, quienes apenas podían aguantar su sorpresa y vergüenza. Nadie más que Link los había encontrado en ese momento—, hablan entre ustedes informalmente, siempre están juntos...
La aprendiz de exorcista comenzó a enumerar con sus dedos varios detalles que los hacían parecer novios y cada vez que la lista crecía ellos se ponían cada vez más trastornados, incapaces de aguantar su propio bochorno. Por su parte Lavi y Krory reían a carcajada suelta divertidos por la situación
—Lenalee y yo somos amigos —dijo Allen con una sonrisa nerviosa, en sus adentros rezaba por qué nada de lo dicho por la pequeña llegara a oídos de Komui, o de lo contrario estaría en peligro de muerte.
La exorcista mayor lo miró de reojo por sus palabras, Allen la miraba como de costumbre, con ojos cálidos y acogedores.
Ella asintió dándole la razón, aun cuando en lo profundo de su pecho el dolor la lastimara
Amigos…
"Este es el fin —pensó mientras trataba de estar de pie, pero todo era en vano. Débil dejo que todo su peso descansara sobre los escombros que le servían de escondite —. Un exorcista debe estar preparado para morir"
Cerró los ojos recordando aquellas palabras que se había repetido cientos de veces en el pasado. El efecto de aquello era suficiente para hacerla entrar en razón, no obstante esta vez no lo fueron.
Se había rendido, ya no tenía fuerzas para resistir y mucho menos para pelear.
—Creo que este es el fin... —una sonrisa amarga se dibujo en su rostro al recordar a sus amigos, a su familia.
Noko-chan tu ahora eres mi familia.
—Conque aquí estabas pequeña exorcista —susurró el chico demonio en su oído. Ella se separo rápidamente de él. Incapaz de creer que la había hallado nuevamente. Esta vez se había asegurado de que no la seguían.
Su rostro delicado mostraba una sonrisa de placer, sus ojos tenían la misma mirada que la de un gato, un gato que tenia a un pequeño ratón frente a él. La exorcista lo miro recelosa, cosa que divirtió al recién llegado.
Ellos no la tendrían, no si ella podía evitarlo. Adrede llevó su mano a sus armas, no les daría lo que buscaban.
—¡Rem deja de jugar con ella y acabala de una vez! —reclamó su acompañante.
Ella era una chica menuda de cuerpo, su piel pálida contrastaba con sus ojos azules, tan profundos y misterios como el mismo océano. Sus ropas a diferencia del chico eran de tonos oscuros, con un gran lazo en su cabello lila. La recién llegada los miraba de forma desinteresada, sin embargo, sostenía sus espadas gemelas por si ella trataba de huir nuevamente
—Está bien, está bien. Deberías ser más paciente —suspiró el joven de mirada carmesí acortando el espacio que lo separaba de su presa. Ella cerró su mano alrededor del mango de su arma, sujetándola fuertemente—; ahora pequeña exorcista, ¿Me entregarías tu inocencia? —preguntó a la chica extendiéndole la mano.
Fue entonces que arrancó el arma de su funda y la dirigió a su pecho sin el menor titubeo.
Un exorcista debe estar preparado para morir ¿No es así?
Continuará…
¿capítulo familiar?
Por supuesto que sí, este es el PILOT de toda la historia.
¿Qué les pareció? (pegunta para nuevos lectores, si es que los hay)
siento lastima por todo lo que va a pasar, en especial por Lenalee y por la chica misteriosa. Todo será un embrollo muy revuelto. Pero en fin, sin él no habrá historia.
El siguiente capítulo lo subiré un día como hoy de la siguiente semana, tratare de que las actualizaciones sean constantes, aunque no prometo nada con todo eso del fin de curso ¡Dos meses más y seré libre!
Muchos xOXO para ustedes darlings
Nos leemos luego
Pc Fuera.
Por cierto, si buscas nueva lectura pasa por mi otra historia llamada Gakko no ai, es un AllenxLenalee.
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