Un fic de una pareja, que raramente me ha inspirado.
Disclaimer: LWA no me pertenece, ni sus personajes obviamente, sino que son propiedad de sus propios autores.
Tú y yo
El viento era fresco, llevaba consigo el aroma de los árboles, lo que hacía relajar todos mis sentidos, mientras esperaba. Sentada sobre aquella banca, estando lejos de toda la presión que día a día solía tener, me provocaba cierta ansiedad al pensar que debía volver, no quería, deseaba que su espera no tuviera que prolongarse más de lo necesario, o esa persona ya me lo pagaría, estar ahí era demasiado importante, era el único lugar donde podía vivir esos momentos especiales que anhelaba cada mañana al despertar, de mi parte la esperaría cuanto fuera, si es que no tuviera el tiempo contado…aún si no fuese así, el hecho que fuera una despistada e irresponsable de lo peor, no le da el derecho de serlo conmigo, ya tendría que haber aprendido a comportarse como debe, pero no, seguía jactándose de su mal ver, de sus imprudencias e impulsos, a veces olvidaba su lugar, que tenía que darme un trato distinto, lo merezco, después de todo ante sus ojos soy - diferente, soy…
"… ¡yo te amo como eres, ámame así también, sino…!" Por un instante mi pecho dolió, al recordar la sola idea, y es que aunque lo niegue, esa dejadez de ella me agradaba casi tanto como lo odiaba, pero no por ello me separaría de su lado, eso jamás.
Observé el piso gastado, que esa tarde era adornado por pequeñas flores guiadas por el capricho del viento a caer sobre él, un grueso barandal de concreto que rodeaba la pequeña cúpula junto a las escaleras que daban al centro de dicho lugar ¿Cuánto tiempo había pasado desde la primera vez? Giré mi rostro hacia un pilar en donde algo muy peculiar me hizo sonreír…
"… ¡Tú eres mía!..." había dicho jactanciosamente, desde entonces me pregunté ¿Cuándo dejaría de hablar a gritos? Esa era otra mala costumbre que a veces hacía sacarme de quicio, pero que a la vez me dejaba ver toda la pasión y vibra de vida que desprendía a cada paso. Recuerdo un breve susto al verla sacar un objeto puntiagudo de su bolso, darme la espalda para luego aferrarse al pilar de forma hasta cómica mientras producía un ruido en el que parecía romper el concreto. Desde entonces sobre el pilar siempre veía dibujado un corazón, con las letras A&D, recuerdo haberle preguntado por qué no era la inicial de mi nombre el que iba primero "…porque yo te protegeré" aclaró, mientras torpemente explicaba que ella cuidaría mi espalda y mi retaguardia, a la vez que se sonrojaba diciendo esto último, y que antes de que cualquier cosa pudiera dañarme, ella recibiría el impacto en mi lugar. A veces tenía unas ideas tan bobas, que no sabía de donde las sacaba.
-¿Te hice esperar mucho princesa?- Tan ensimismada estuve que no me di cuenta que ella se aproximaba a la distancia, cualquiera sería capaz de percatarse, con su aún, torpe volar a la escoba. Desde el primer instante noté esa dulce voz en tono bajo, algo inusual en ella, además de apenada y cohibida ¿Qué habría hecho ésta vez?
-Has tardado mucho en llegar, Akko- dije duramente al tiempo que la veía respingar por esas palabras- parece que no te importa dejarme aquí esperando.
-¡N-no es eso! ¡Fue culpa de Sucy! ¡Verás, esta vez creo un hongo monstruoso, ya sabes como es ella, el punto es que se puso a destruir todo lo que encontraba a su paso y-y-y p-pues no tuve más remedio que ayudarle, nos costó mucho detenerle, realmente era muuuy fuerte, incluso Lotte resulto agraviada por la situación, logramos vencerlo al dormirlo con una seta somnífera y lo rebanamos en pedacitos! ¡Y al final de todo Sucy parecía muy contenta! ¡Me dio tanta rabia! ¡Ni siquiera parecía arrepentida por todos los problemas que causo! ¡Luego me di cuenta que era tarde para…!...venir a verte… ¡¿Me perdonas?!- cerró sus ojos fuertemente mientras realizaba con sus brazos ademan de protegerse de algo, como si cubriera su rostro y parte de su torso con ambos brazos.
-¿Dices que vencieron a un hongo con otro hongo?- Parecía cosa de risa, pero no hice ni el ademan, decidí torturarla un poco, ya que al parecer si se sentía muy culpable.
-¡Sí! ¡Que ridículo no!- el nerviosismo sumado a una risa forzada que levemente temblaba, al no saber que le esperaba, era en verdad un espectáculo para disfrutar.
-Ya no sé que hacer contigo, Akko. Cuando por fin creo que has cambiado, que entiendes que lugar debes tener conmigo, terminas decepcionándome- el toque, es que no le he mirado a los ojos, sé que eso le afecta más de lo que puede admitir.
-E-eh, q-qué quie-res d-decir…- se escucha temerosa, ha bajado sus brazos sosteniéndolos frente a sí, como si tratará de comprender algo- sé que estás molesta desde antes, por lo que ocurrió en la oficina de secretaria central, pero n-no imaginaba que estu-vieras tan molesta, Diana déjame explic…- la interrumpí antes de que continuara.
-¡Es que no lo sé! Cuando pienso en mi futuro, no sé qué puedo esperar al estar contigo, Akko. La verdad, no quiero arrepentirme algún día de no estar con la persona adecuada, por eso…- me levanté lentamente, y le di la espalada, aparentando un gesto para marcharme.
-¡Espera!- gritó fuerte, en un instante deshizo la distancia que nos separaba, y se lanzó a abrazarme con todas sus fuerzas- ¡Yo te amo Diana! ¡Prometo que mejoraré! ¡Daré todo de mí y te lo demostraré! ¡Seré esa persona capaz de estar a la altura de tus expectativas! ¡Pero no te vayas! ¡No me dejes!- pude notar su voz tortuosa tratando de contener el llanto, pero fue inevitable, al terminar su confesión derramó sus lágrimas, a la vez que comenzaba a hipar.
-Suéltame- pedí suave- creí que ya habíamos quedado claro, Akko.
-Diana- susurró- Diana- repitió- Diana- parecía un lamento. Su agarre perdió fuerza, eso me molestó un poco ¿Acaso me estaba dejando ir? Pero yo seguía estando entre sus brazos, me giré e inmediatamente colocó su rostro sobre mi pecho-…te amo- confesó una vez más a voz quebrada.
-Brujita atolondrada, yo te amo como eres, es por eso que ya estás a la altura de mis expectativas- levantó su rostro extrañada por mis palabras, yo sonreía, y en lugar de sentir culpa por sus lágrimas, me regocije de alegría en su "aparente" dolor- nunca digas eso otra vez.
-Que cruel- dijo esbozando una leve sonrisa, yo acuné su rostro entre mis manos, ella me abrazó más fuerte- Akko tuvo mucho miedo- se expresó cual niña.
-Fue tu castigo por hacerme esperar por segunda vez, pero no todo fue tan malo, no me retaste como otras veces, por primera vez no pones esa barrera y he podido darme cuenta de lo mucho que me amas…- se miraba hermosa, sus lágrimas adornando su rostro como perlas, su respiración lenta, sus reacciones refrenadas por alguna extraña razón ¿Será que Akko estará dando un paso al complicado mundo de los adultos? Ha crecido tanto, me doy cuenta que no solo su cuerpo.
-Yo sería incapaz de expresar con palabras lo mucho que te amo, no me alcanzarían, no sería suficiente, Diana…- subió un poco para quedar frente a mi rostro- no vuelvas a hacer algo así…- cerró su agarré sobre mi cintura juntando nuestros cuerpos y escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello.
-¿Qué pasa Akko? Crecer ha hecho que pierdas confianza…- me burle.
-N-no es eso…es por ti, tú me haces ser diferente- la sentí sonreír dejando salir un suspiro- no sabes cuanto…me afectas, cuando pienso que alguien mejor que yo puede alejarte de mi lado, tú eres perfecta y yo…
-Akko, no te dejes llevar por lo que dicen otros, tú no piensas así, tu corazón es más puro, ese es el porque no tienes miedo a decir lo que piensas, a expresarte libremente, no hagas caso a lo que dicen los demás, yo amo a Akko, por ser Akko…si no puedes expresar con palabras tu amor por mí, hazlo con acciones…- lo último lo dije susurrando sobre su oído.
Y así fue, al sentir sus labios sobre mi cuello, ladeé mi rostro para darle espacio, a lo que la rodeaba con mis brazos y me sujetaba de su capucha café, siempre me gustaba verla con ella, la hacía ver tan sexy cuando no cubría su rostro, como una verdadera brujita. Fue subiendo, pasando por mi mentón deteniéndose a pocos milímetros de mi boca, abrí mis ojos que había cerrado, solo para encontrarme con su mirada rubí encendida por el fuego, nuestros aliento chocaron aumentando la tensión, quería que me besara ¡ya!, hasta que por fin, creo que por impulso de ambas, nuestros labios se encontraron, y desde el comienzo era un encuentro hambriento y desesperado.
Hace mucho tiempo que Akko perdió el miedo de besarme con toda su pasión. Al inicio solo pasaba disculpándose por su efusividad, no solo era energética para cualquier actividad, también al desbordar su pasión, o a lo improvisto que solía ser en cada ocasión, al terminar un abrazo anhelante o un beso repentino siempre me decía "lo siento, quería besarte, al verte no lo pude resistir", y como uno de sus constantes caprichos, yo me convertí en "algo más" que ella no podía resistir.
Al faltarnos el aire, luego de besarnos sin pausar, se rompió el beso, pero no dejé de sujetarla con mis brazos.
-Para complacer a una Cavendish, tendrás que hacer más que eso…- tenía puesto un sonrojo que rivalizaba con sus ojos, que brillaban como titilantes estrellas resplandecientes en el cielo.
-Te amo Diana ¡Nunca me alejaré de ti!- apretó más nuestro abrazó.
-Así me gusta- ya volvía a la normalidad, eso era bueno. Repentinamente sentí que cargaba todo mi peso, y que mis pies se despegaban del suelo firme. Me asusté un poco, no tuve tiempo de pensarlo mucho ya que inmediatamente giró sobre su eje, mientras me sostenía, la escuche reír, mientras giraba dos veces más- ¡Akko!- dije a modo de sorpresa, pero feliz- por un momento me asustaste.
-Perdona por actuar del modo en que lo hice, no se que pasaba conmigo, tu rechazó es lo único que no puedo tolerar, pero aunque yo no sea nadie, aunque yo no valga nada, o tenga un lugar importante ¡Prometo hacerte feliz! ¡Incluso si no quieres!- terminó con su sonrisa ensanchada, en sus ojos esa determinación junto a un toque de rebeldía y torpeza, hizo dar un vuelco a mi corazón. Me recordó a aquella vez en la que sin dudarlo me afrontó antes de partir de Luna Nova, y no solo eso, también había ido a mi búsqueda, para hacerme regresar. Sé que Akko hubiera hecho eso por cualquiera, no que fuera importante, pero ella fue la única en hacerlo por mí, tiene un gran corazón.
Nota:
Les gustó, no les gustó, comenten igual.
