Holaa a todos!!! Este es mi primer capiii!!! Espero que les guste…. Antes quiero aclaraaar algunas cosiitas:

-Los personajes no me pertenecen, son de la querida señora Stephenie Meyer (a excepción de una vampira que aparecerá en el siguiente capii) ;)

-El argumento, obviamente, me perteenecee

Besoooos!!!

Nos vemos abajo: D

─Seth─

Capítulo 1

Estaba en la casa de Sam como siempre, sentado en su mesa del comedor. Devorando todos los panqueques que cocinaba Emily, y debo admitir que eran sumamente deliciosos; no conocía a nadie que pudiera resistir esas exquisiteces.

Cada vez que miraba a Emily y a Sam demostrarse el gran amor que sentían por medio de caricias o dulces besos, podía sentir una pequeña presión en mi pecho donde estaba mi corazón. Sabía perfectamente que lo que me sucedía era un desesperado deseo de poder sentir lo que ellos sentían.

Se que soy muy joven, que cuento con tan solo 16 años de vida, solo en edad pues en apariencia, parecía de 20. Que lo que buscaba tal vez era un simple deseo adolecente cuando se les disparan las hormonas; pero yo no quería una relación física. Yo quería imprimarme, amar a un ser por el resto de mi vida.

Decidí en ese momento ir a hablar con Jacob sobre eso. Me despedí de Emily y le agradecí por los deliciosos panqueques; y luego me despedí de Sam.

Salí de allí y me encaminé a paso humano hasta la casa de los Black. Me acerqué, sin apuro, a la casa de mi mejor amigo con la vista fija en el suelo. Cuando oí la puerta de la cabaña de Jacob, abrirse.

Alcé la vista para encontrarme con la enorme sonrisa blanca que le pertenecía a mi amigo, seguramente se estaba por ir a algún sitio porque estaba bien arreglado. Lo miré por unos segundos y luego le correspondí con una sonrisa. Él dejó de sonreír en cuanto descubrió que yo intentaba con todas mis fuerzas mantener esa sonrisa en mi rostro. Dejé de aparentar, di un largo suspiro y fijé mi vista nuevamente en el suelo.

Él caminó hacía mí hasta que quedo a unos treinta centímetros de donde me encontraba. En cuanto se acercó posó su mano en mi hombro izquierdo.

─ ¿Qué te sucede, hermano?─ dijo en tono de suplica mientras levantaba sus cejas.

Aclaré mi garganta y cambié de curso mi mirada para ver sus grandes obres marrones. Me sorprendí lo que vi en ello, vi reflejado mi rostro triste. ¿Por qué era difícil decirle lo que necesitaba preguntarle?

─ Por favor, Seth. Dímelo.

Tomé una gran bocanada de aire y por fin vencí mi miedo a preguntarle. Solo que había un gran inconveniente; no quería hablar con él allí. Quería hacerlo en un lugar privado, donde pudiéramos hablar tranquilamente sin ninguna interrupción.

─ ¿Podemos dar un paseo por el bosque mientras te lo digo?─ esperaba que me respondiera con un "si", pero por alguna extraña razón dudé que me digiera aquello.

Enarcó una ceja, como si quisiera preguntarme sobre aquello, pero se retractó y luego sonrió mientras asentía.

─De acuerdo, amigo. Justo en este momento estaba por ir a ver a Nessie. ¿Quieres venir conmigo a la casa de los Cullen? Podemos hablar de lo que quieras mientras vamos.

Asentí, él se puso a mi lado y nos dirigimos a paso lento en el bosque hasta la casa de los Cullen. No sabía como comenzar a hablar. Y como siempre Jacob fue el primero en romper el silencio.

─ ¿De que querías hablar, Seth?

─Bueno… yo─ balbuceé─. Te quería preguntar cómo se siente estar imprimado─ lo solté todo de forma repentina.

Ya habíamos dejado atrás a su casa y nos internábamos más y más en el bosque. No hacía falta utilizar brújulas o mapas; somos hombres lobos y el sentido de la orientación era un hábito entre nosotros. Si nos perdiéramos en algún lugar que no conocemos, nosotros nos orientaríamos fácilmente para encontrar lo que necesitamos.

Mi amigo ralentizó la velocidad en que caminábamos y me miró con una ceja encarnada. Luego cambió de rumbo su mirada y se fijó en el frente. Pero parecía que no estaba mirando el bosque, sino que perecía que estaba buscando las palabras correctas para describir lo que le había pedido.

Solté un largo suspiro de impaciencia y mi amigo me miró fijamente. Tomó una gran bocanada de aire y habló:

─Cuando encuentras a ese ser, ya no es la gravedad lo que te sostiene en la Tierra sino ella. Pasa a ser lo más importante que hayas tenido, tu todo─ cambió de curso su mirada y se poso nuevamente en el frente, como si lo que quisiera decirme estuviera escrito en los árboles que estaban frente a nosotros─. Quieres ser lo que ella necesite: ya sea un amigo, un hermano mayor, un amante, un compañero leal. Lo que sea. Es más, iría a tocar las nubes si ella me lo pidiera. Sería capaz de todo por ella. Lo único que quieres es verla feliz, por eso harías todo a cambio de una sonrisa de ella. Si has visto las fotos de Quil e de suponer que entiendes lo que te intento decir─ soltó una risa.

Eso era verdad. Recuerdo las fotos de Quil con los vestidos de princesas y maquillaje de distintos colores distribuidos en todo su rostro moreno. Todos lo Clearwater se reían de él, menos Jacob, Jared, y Sam. Seguramente ellos entendían que eras capaz de todo para conseguir la felicidad de tu objeto de imprimación.

Me puse a pensar aquello. Me imagine las locuras que haría por ese ser. Pero hice una mueca de dolor en mi fuero interno, yo jamás lograría encontrar a esa persona que busco. Bajé mi mirada y la fijé en mis pies.

Una mano enorme que se posó en mi hombro, me sacó de mis pensamientos. Caí en la cuenta que nos habíamos detenido y que mi amigo ya no estaba a mi lado siguiéndome el paso, sino que estaba parado frente a mí con su mano en mi hombro izquierdo.

Miré a mi amigo. Este tenía el rostro serio y no sabía el porqué. Pero en cuanto me preguntó, todo se me vino abajo.

─ Seth, se que lo que me querías preguntar no es eso. ¿Me dirás que es lo que me querías realmente preguntar? ─dijo enarcando una ceja.

Oh Dios ¡que rayos iba a decirle! Por qué se tenía que dar cuenta, por qué. Acaso había hecho algo tan grave para que me mereciera esto. Lo único que deseaba era poder imprimarme, y amar a alguien con todo mí ser. Tan difícil era decirlo.

Tomé varias bocanadas de aire y después hable:

─ He estado pensando en que tal vez ese ser del que me imprima algún día, no existe─ cerré mis ojos y no pude aguantarlo más y comencé a sollozar en frente de mi amigo.

Jacob se tensó en cuanto le dije aquello y retiró su mano de mi hombro. Creí oír como soltaba aire de repente.

─ ¡Acaso estas loco! ¿Quién eres tú y qué le hiciste a mi amigo, Seth?─ levanté la vista y la fijé en mi hermano (yo lo consideraba como el hermano mayor que nunca tuve). En cuanto me encontré con su mirada, observe que él había fruncido el ceño. Aún seguían las lágrimas delatadoras, saliendo de mis ojos.

Se calmó un poco y sus ojos se volvieron increíblemente sinceros.

─Seth, esa persona existe. Esta en algún lugar esperando el momento de presentarse ante tus ojos. Y en verdad no creo que ese ser no exista, pienso que deberías ser un poco paciente y esperar un poco más. Y aparecerá en cuanto menos lo esperes─ me infundió valor por medio de una sonrisa. Yo intenté corresponderle pero no pude hacer aquello.

Dejó de sonreír y me miró preocupado.

─ Aunque no la hayas encontrado aún, no quiere decir que no exista. Ella está en algún lugar y la vas a encontrar. Recuerdo la vez en la que Bella me dijo lo mismo, yo aún seguía enamorado de ella y mírame ahora. Encontré a Nessie y la quiero más que a mí vida, es lo más importante para mí. La encontrarás Seth, te lo aseguro ─ volvió a mi lado y seguimos caminando a paso lento hacia el hogar de los Cullen. Yo asentí, pero en mi cabeza seguía rondando la idea de que ella no existía, de que era improbable de que la encontrara.

─Solo espero encontrarla pronto─ susurré lo mas bajo para que podía, para que mi amigo no lo oyera.

Llegamos a la mansión de los Cullen. Recordé a Edward y dejé de pensar en mis preocupaciones y me centré en pensar en Quil. Miré a mi amigo y pude ver que estaba sonriendo, seguramente feliz de volver a ver a Renesmee. Me sentí feliz por él, había encontrado a su media naranja. ¡Oh, rayos!─pensé─ Edward, por favor, si estas oyéndome, no te enojes conmigo.

Entramos a la enorme mansión blanca de los Cullen. En el living estaban Esme y Carlisle hablando, Edward y Bella sentados en el sofá, con Nessie en su falda. Edward me miró y me sonrió, he de suponer que era una señal de una disculpa aceptada.

Jacob sonrió a Nessie y fue hasta el sofá donde estaba ella. Reneesmee le sonrió de la forma más dulce que hubiera visto jamás, sus mejillas estaban rosas. Se veía realmente adorable. Sonreí al ver el cariñó que tenían ellos dos.

Jacob saludó a Bella y le pidió, amablemente, a Nessie. Bella sonrió y se la entregó en sus brazos. Yo saludé a todos, ya que no lo había hecho por quedarme mirando a mi amigo y a Reneesmee demostrándose cariño por medio de sonrisas.

Faltaba algo en la casa de los Cullen, estaba demasiado vacía. Y luego lo recordé. Faltaba la rubia, el grandote, el rubio extraño y el duendecillo que es amiga de Bella. ¿Dónde estaban?

─Fueron cazar─ me respondió Edward. Bella lo miró, le sonrió y lo besó. Jacob me miró y luego se dio cuenta de lo que estaba pensando. Luego volvió a poner toda su atención en Nessie, la había puesto en su espalda y la hacía saltar.

Ella reía. Su risa era como una canción compuesta por ángeles. Me entristeció el saber que jamás podría tener la felicidad que tenía mi amigo. Pero me hacía feliz verlo feliz. Yo quería lo mejor para él, se merecía la alegría del mundo.

De pronto y a una velocidad increíble, Esme se fue a la cocina y volvió rápidamente con un enorme plato de tarta de manzanas. Me sonrió de forma amable y me sirvió a mí y a Jacob un trozo de este.

Yo acepté, al igual mi amigo. No quería rechazar a Esme. Ella era una persona realmente adorable, de una bondad realmente pura y no quería hacerla sentir mal. Traté de mostrarme seguro mientras me llevaba el trozo de tarta a mi boca y lo engullía. Y como sospesé, el olor de ese trozo era asqueroso y me quemaba la nariz, típico olor de vampiro.

Edward me sonrió de forma burlona. Él sabía perfectamente que detestaba ese olor en una deliciosa tarta. Sentimos la puerta abrirse y de ella salieron todos los vampiros que faltaban en la casa o debería decir mansión.

Rosalie con su cabellera siempre rubia, Emmett siempre el grandulón musculoso, Jasper el raro, el más reciente de los Cullen y la pequeña Alice. Todos entraron de la mano de sus respectivas parejas de una forma demasiada perfecta. Cualquier humano se hubiera quedado a mirar embobados a estos.

Rosalie lanzó una mirada envenenada a mi amigo. Yo sabía perfectamente que estos dos se la pasaban discutiendo sobre quién debería alimentar, cargar o jugar con Nessie. Me divertía mucho el verlos pelear y discutir, mientras la pequeña Reneesmee los miraba enojada. Cuando venía con Jacob a visitarla me pedía que la cargara ya que las discusiones del perro y la gata duraban horas, y aunque Nessie era mitad vampiro se cansaba de verlos pelear. Debo admitir que adoro ver las expresiones de fastidio que hace, son realmente adorables.

El resto de los demás vampiros que recién llegaron nos saludaron a mí y a Jacob. Pasaron horas y horas, mientras Esme nos seguía sirviendo de esa tarta. Más tarde dejamos de comerla y doy gracias al cielo por eso, pues inventamos la escusa de estar completamente satisfechos por la deliciosa tarta. Me sentía mal por decírselo de esa manera pero no podía aguantar más la quemazón que provocaba oler cada trozo, era demasiado molesto. Me imagino que a nadie le gustaría que mientras comiera en paz, sintiera una terrible molestia mientras respiras, que luego te impulsa un deseo desenfrenado de destruirlo todo. Creo que a nadie le agradaría.

Nos despedimos de todos de forma cortes. A Jacob se le veía la tristeza en todo su rostro, y sabía perfectamente que Nessie era la causante, aunque claro, él podría volver cuando gustara, no cabía la menor duda. Seguramente que alejarse de ese ser aunque sea por unos minutos te pone triste. Cuanto anhelaba el poder sentir lo que ellos sentían.

Llegamos a la cabaña de Jacob y me despedí de él, pero cuando lo mire lo vi con el seño completamente fruncido. Me sorprendió mucho, qué rayos había hecho ahora.

─Todavía sigues con esa duda que tienes en tu cabeza sobre la charla que tuvimos, ¿no es verdad?─ estaba en frente de mí y enojado. No podía evitar tener ese semblante en mi rostro y me molestaba no poder aparentar lo contrario.

Bajé la cabeza y asentí pesadamente. Oí a mi amigo suspirar profundamente, seguramente para mantener la calma.

─Amigo, por última vez, ella existe, te lo aseguro. Debes ser paciente Seth, solo debes esperar…

─ ¿Pero… por cuánto tiempo debo hacerlo? Cada vez siento que ella no esta, que jamás la voy a encontrar─ no pude evitar que las lágrimas hicieran su aparición a las orillas de mis ojos. Rogaba que ninguna de ellas callera por mi mejilla, no toleraría volver a llorar en frente de mi amigo otra vez.

Mi amigo me miró con pesar y me dijo:

─ Si tú crees que ella existe, entonces así será. Debes creer, solo eso debes hacer. Ten paciencia─ me miró de forma sincera y amable. Lo inspeccioné detenidamente, buscando rastros de mentira en su rostro, pero estas no estaban. Me rendí y acepté lo que me había dicho. Asentí para que viera que estuviera de acuerdo con lo que dijo.

─ Eso es. Ahora ve a tu casa. Creo que Leah no esta allí, será mejor que no preocupes a tu pobre madre─ me dijo mi amigo y yo solo asentí.

Me despedí de él y me dirigí hacia mi pequeña y humilde cabaña. Cuando abrí la puerta me sorprendí el ver a mi madre sentada en el comedor con la cena en la mesa. Tenía el rostro muy preocupado, pero ella mantenía otro semblante en su rostro intentando esconderlo. La oí suspirar de alivio en cuanto me vio.

Se paró y comenzó a caminar hasta mí. Cuando se puso de pie me di cuenta de que ella estaba con su bata, en pijama y con pantuflas. Cambie el curso de mi mirada y la fijé en el reloj que estaba colgado en la habitación. Ensanche los ojos al darme cuente que era muy tarde, eran las cinco de la mañana. La miré otra vez.

Ella estaba en frente de mí a unos centímetros de distancia. Extendió su mano hasta mi hombro y retiró una rama pequeña y seca de un pino. La tiró al suelo y me miró.

─Hijo, no vuelvas a tardar tanto─ me miró preocupada. Por un momento me odié a mi mismo por preocuparla de esa manera─. Se que eres grande, pero quiero al menos tener a uno de mis hijos durmiendo en mi casa en la noche. Me haría sentir mas tranquila. ¿Me lo puedes prometer hijo? Solo eso te pido.

La miré arrepentido por no estar con ella en algún momento del día. Me enojé con Leah por no estar aquí. Esa tonta se ha estado haciendo la rebelde estos últimos meses y ya había colmado el vaso de mi paciencia.

─Lo siento, mamá. En verdad lo siento. Te lo prometo.

Sabía perfectamente que mamá se sentía sola siempre, y ahora aún más por la muerte de papá. Me juré a mí mismo aunque sea que iba a pasar un momento con ella en el día.

La miré sorprendido cuando sus brazos rodearon mi cintura. Me había quedado en shock pero reaccione y le devolví el abrazo. Nos quedamos unos minutos en los brazos del otro hasta que mamá me deceso las buenas noches y se retiró hacia su habitación, no sin antes echarme un vistazo para cerciorarse que me quedaría a dormir. Cuando comprendí el por qué me miraba así, asentí y le dije que durmiera tranquile ya que pasaría la noche aquí. Me sonrió y se fue a dormir. Mientras tanto yo cenaba en el comedor pensando en las palabras de Jacob, y me dije una y otra vez que el tenía razón.

A la mañana siguiente me desperté algo cansado. Miré el reloj y recordé que debería pasar a la casa de Jacob para ir a ver a Nessie. Me levanté de un salto y comencé a vestirme rápidamente, me coloqué unos jeans azules gastados y una remera de color negro, arreglé un poco la maraña de mi cabello corto y salí disparado hacia la cocina.

Me detuve rápidamente al ver a mi madre realizando el desayuno. Me miró y me sonrió. Le correspondí con una sonrisa también. Me sirvió el desayuno y me miró. Mientras devoraba aquello me habló:

─Jacob pasó por aquí en la mañana─ dejé de masticar y la miré sorprendido. Me miró a los ojos y siguió: ─. Al parecer quería que durmieras un poco más y que si querías buscarlo él iba a estar en la casa de los Cullen.

Engullí y pensé, otra vez: ¿dónde rayos estaba Leah? El sonido de la voz de mi madre quebró el hilo de mis pensamientos. La miré.

─ ¿Sabes dónde esta Leah? No la he visto desde hace dos meses─ me miró con los ojos preocupados. Esto era demasiado raro: primero yo pienso en dónde rayos esta esa tonta y ahora mi madre me pregunta lo mismo. Se nota que somos familiares, ambos pensamos igual.

Suspiré profundamente y le contesté:

─No lo sé. Últimamente la hemos buscado Jacob y Sam, pero no hay señal de ella. Sam tiene la sospecha de que esta fuera del país, según él hacia el sur del continente.

Cambió de curso su mirada y la fijó en el suelo suspirando. Me levanté de la silla donde estaba y bordee la mesa hasta donde estaba ella y la rodee con mis brazos intentando consolarla de alguna forma. Me devolvió el abrazo y comenzó a sollozar en mi pecho. Comencé a acariciarle la espalda suavemente, no sabía que hacer ni que decirle. Pero pude hablar después de unos minutos:

─Si quieres puedo quedarme hoy aquí contigo.

Se tensó al instante y se alejo un poco de mi para ver mi rostro. Traté de no mostrarme triste el no poder hablar con mi amigo hoy. Y desde luego trataba de meterme en la cabeza que solo iba ser por hoy. Mi madre me siguió mirando y comencé a sentirme algo incomodo por su mirada directa, carente de emoción alguna.

─ Esta bien, hijo. Ve a ver a tu amigo, yo estaré bien. Pero trata de volver en la noche a dormir, solo eso te pido. Para estar un poco mas tranquila.

Asentí levemente y volví a mi silla para terminar el desayuno y así poder ir a ver a mi amigo. Me despedí de mi madre y salí de la casa para internarme en el bosque hasta la casa de los Cullen. En ese trayecto no puede evitar sentir un olor diferente, un olor que jamás había percibido en mi vida.

Este extraño olor era parecido al chocolate, pero era muy embriagador. No pude evitar seguir el rastro de esa extraña esencia. Caminé más rápido casi corriendo por el bosque, alejándome aún más de la casa de los Cullen. Seguí ese olor con más prisa, ya que sentía que la cosa causante de ese aroma se encontraba mas cerca.

Continué trotando en el bosque, hasta encontrarme con un claro. En este había unas hermosas flores violetas concentradas en un círculo bello; y en medio de ese círculo había una mujer arrodillada. Su cabello era largo hasta la cadera y ondulado de un color negro como la boca de un lobo, su piel pálida la hacía irreal. Estaba vestida con un jean azul y con una camiseta de color blanco.

Sin pensarlo, avancé un paso hacia esa extraña mujer para verle el rostro. Pero cuando lo hice pise una rama y esta se rompió. Me preocupé al instante, ya que esa mujer había captado mi presencia. Aquella extraña pero bella criatura se dio vuelta para encontrarse con mi rostro y me quede en shock con lo que vi.

Buuuenooo!!!! Que lees pareció… espero que les haya gustado!!!

Es mi primeeer capiii!!!! Quiero leer sus comentariooos!!!!!

-You are mi life now-

Flo-vampireslayer