Los personajes y lugares que aparecen en esta historia pertenecen al universo de Harry Potter de J.K. Rowling.

Advertencia: "Este fic participa en el minireto de Marzo para "La Copa de las Casas 2017-18 del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black"

Artículo: Pociones de amor


Potter es patético

Draco se encontraba esperando en un pasillo cercano a la sala común de Gryffindor. Estaba harto de que Potter siempre fuese el elegido, el que se llevase todos los halagos. Tenía muy claro que ese favoritismo que recibía siempre el moreno era totalmente inmerecido. Le daría una lección, le quitaría lo que él más amaba, aunque fuese por poco tiempo. Quería hacerle daño, demostrarle que él era mejor, siempre lo había sido y era el momento de que todo Hogwarts lo supiera, de que viesen a su héroe como realmente era, patético.

El caballo de Troya a esas horas ya debía estar en las manos de la más joven de los Weasley. Draco arrugó la nariz en un gesto de repugnancia al pensar en la pelirroja, pero su rostro cambió a uno más alegre al imaginar el resultado final.

–¡Malfoy! –escuchó que lo llamaban con anhelo a sus espaldas, pero había algo que no encajaba. La voz era grave.

–¿Potter? –Se giró sorprendido a observarlo.

Le llevó apenas unos segundos comprender la situación. Harry estaba sonrojado y sostenía una caja roja, la cual debía haber recibido Ginevra. Se había tomado los bombones con la poción de amor.

–Draco… No puedo ocultarlo por más tiempo. ¡Te amo!

Quizás el plan no había salido como se esperaba, pero el moreno se estaba humillando a sí mismo, Malfoy deseó exponerlo así frente a todos.

–Dime algo, por favor. Lo eres todo para mí. Eres tan guapo, alto, esbelto, inteligente… perfecto –suspiró.

Malfoy felicitó mentalmente a los Weasley, pues la pócima tenía unos resultados mejores de lo que esperaba. No podía creerse lo sencillo que le resultaría deshacerse de Potter. Se ganaría la admiración de los mortífagos y sobre todo de su padre.

–¿Qué estarías dispuesto a hacer por mí?

–¡Todo, no hay nada que no haría por ti! –dijo acercándose más a él –¿Puedo besarte?

–¿Qué? Ni se te ocurra, Potter –respondió retrocediendo unos pasos y notó la pared a su espalda.

–Por favor, déjame probar tus labios. Envidio a las chicas a las que les escuché decir que tus besos te suben al cielo, quiero ser el único que los disfrute –Volvió a acortar la distancia.

¡Harry! ¿Dónde estás? ¡Es efecto de una poción! –gritaba Ginny corriendo por los pasillos y deteniéndose de golpe al verlos tan cerca el uno del otro –¿Qué estáis haciendo?