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Capítulo uno: Espejos

Infinity0X

Nada es mío, sólo el fic y apuesto que eso no le da envidia a nadie (?).

PG-13, yo leí X a los 12, así que sí, es PG-13.

Fuuma no se sorprendió al encontrar al Sakurazukamori rodeado de cristales rotos, la vitrina donde se guardaba la vajilla había sido completamente destruida. Al darse cuenta de la sangre que escurría de la mano de Subaru, la pálida piel rasgada en decenas de formas diferentes, Fuuma sospechaba que probablemente venir de visita había sido un tremendo error de juicio de su parte.

Grandioso.

Fuuma distinguió una fina línea escarlata, descendiendo por la piel de porcelana, goteando de la barbilla angulosa.

El ojo derecho… sangraba.

Su contraparte, sin embargo, esmeralda y acuoso, destellaba con la salvaje chispa de la ira. A punto de derramar su propio líquido, parecía arder.

El Sakurazukamori arremetió contra él. El impacto que generó su cabeza chocando contra el suelo provocó que Fuuma se perdiera en las manchas púrpura que estallaron bajo sus párpados.

Le dejó arañarle la piel, le dejó rasgar sus ropas, estirar su cabello.

Cuando Subaru estaba por atravesarle el pecho, fue cuando decidió, por el bien del futuro apocalipsis, que no debería tenerle tanta paciencia.

Detuvo la mano que trataba de inmolarle con esfuerzo, retirándola lentamente.

Su expresión era seria, no portaba la seguridad ni la crudeza que normalmente irradiaba su profético perfil.

Subaru colapsó contra su pecho, humedeciendo su gabardina con agua salada y sangre.

"Perdóname." Murmuró entre sollozos que provocaban en Fuuma el más mínimo asomo de melancolía. "Perdóname." Dijo, más claro, con voz agrietada, exhausta. Sus manos tantearon el cuerpo del otro hasta tomar su rostro, dejando huellas incompletas y casi paralelas de un carmín oscuro.

Trató de unir sus labios en vano, los sollozos y el dolor se interponían. Era un beso no correspondido.

Fuuma comprendía lo mucho que Subaru necesitaba estas pequeñas explosiones y de un rostro familiar que le recordara sus propios motivos.

No lo hacía todo menos amargo.

Pero Fuuma no se quejaba.

Probablemente por el bien de su compañero.

Probablemente porque sus labios se abrían a él como una flor, su tacto no era menos suave y era igual de perfumado.

Probablemente porque si no lo hiciera, Subaru tendría que enfrentarse con sus fantasmas, que se escondían bajo sus pestañas, acechando dentro de esa pupila ambarina. Uno en particular.

Entre consciencia y sopor, Subaru acariciaba las formas del rostro de Fuuma sin mucha atención, con la cabeza apoyada sobre el pecho del otro. Detuvo el índice y anular en los labios, presionando con cautela, tratando de partirlos suavemente.

Fuuma se dejó hacer, dos dedos ensangrentados bajaron por su lengua. Adentro y afuera.

"No puedo dejar que me miren… los espejos…"

Ahora Fuuma los lamía y besaba alternadamente.

"Quiero que los desvanezcas…"

Fuuma tomó la barbilla del otro. Contacto visual. El orbe ambarino y el verde acuoso parecían estar de acuerdo, para variar.

"Como desees." Dijo para después probar un poco esos pétalos que amablemente se abrirían para él.

F I N