Hola, aquí yo de nuevo con una propuesta que venía figurándome de hace mucho tiempo, pero como escribo a paso de tortuga no he avanzado mucho. nnU

Bueno, como leyeron en el summary, este fic trata de la nueva generación de ninjas de Konoha. Quizás haya aceptación como decepción respecto a las parejas que uní, los que me conocen pueden estar seguros que Naruto y Hinata están juntos (apoyo a morir la pareja NaruHina porque creo que terminarán juntos a menos que Kishimoto o una prueba sólida convincente diga lo contrario). Algunas parejas que uní fueron NejiTen y SasuSaku, las demás se verán aparecer a través de los capítulos si es que les atrae este primer episodio y si es que quieren que lo continúe.

Si les gusta como va este fic háganmelo saber dejándome un review (aunque sea anónimo porque los acepto). Aunque para colgar el segundo capítulo exijo como mínimo 5 reviews. ¿Por qué?. Pues para saber si hay interesados, obviamente. Sino para descolgar la historia de una buena vez para darle espacio a historia mejores. nnU

Ahora, sin más que decir, disfruten (ojalá) el episodio.

Disclaimer: Todo lo relacionado con Naruto pertenece a Kishimoto; MENOS los personajes nuevos que sean de mi invención.


Capítulo 1: Un nuevo dolor de Cabeza. ¡Es Atsumi Uzumaki!

Todo parecía muy normal en Konoha (la Aldea Oculta de la Hoja). Habían pasado ya un poco más de 20 años desde la vuelta de Sasuke a la aldea y de la última batalla con un miembro de Akatsuki. Orochimaru era un tema casi olvidado y el Kyuubi parecía estar en paz en el interior del ahora Hokage: Naruto Uzumaki.

Así es, todo parecía estar en paz…

… Bueno… en realidad, casi todo…

-¡ATSUMI!. ¡VEN AQUÍ!. ¡YA VERÁS CUANDO TE AGARREMOS!- gritó un Chunin de como unos 30 años.
-¡EL GRAN HOKAGE SABRÁ DE ESTO!. ¡ESTÁS PERDIDA NIÑATA!- gritó otro Chunin.

Ambos hombres iban persiguiendo lo que parecía ser una niña de 12 años de largo cabello rubio atado en dos coletas.

-¡Nunca me atraparán!. ¡Nyaa, nyaa, nyaa!- se burlaba la niña.

La chica escapaba saltando de tejado en tejado huyendo de los Chunin. Sin embargo, lograron alcanzarla bastante rápido y la tomaron de los brazos para que no escapara.

-¡Suéltenme!. ¡Me lastiman!- se quejaba la niña.
-¡Ni hablar!- soltó uno de los Chunin.
-Seguro que si te soltamos haces otra de tus travesuras- apoyó su compañero.
-Mph. ¿Y ustedes creen que yo me dejaría atrapar tan fácilmente?- les dijo la chiquilla a modo desafiante.
-¡No puede ser!- se sorprendieron los hombres. La chica rió por lo bajo.
-¡Cayeron!- se burló la niña deshaciéndose en una cortina de humo.
-¡No otra vez!- gritó el primer Chunin.
-¡Ya es la quinta vez que caemos!. ¡Y con la misma técnica!- le recordó su compañero.
-Esa Atsumi… ¡ME LAS VA A PAGAR CARA POR TODAS LAS VECES QUE ME HA DEJADO COMO UN TONTO!- gritó a todo el pulmón su compañero

Mientras, por encima de un tejado, la verdadera figura de la niña se reía a carcajadas.

-¡No puedo creerlo!. ¿Y se hacen llamar Chunins?- se reía la niña-. No puedo creer que ya sea la quinta vez que caen en la Técnica de Replicación de Sombras.
-¿AH SÍ?- le gritó una voz femenina a sus espaldas. Atsumi se sobresaltó. Volteó y se encontró cara a cara con una joven de 30 años, pelirroja, con el cabello atado en un apretado tomate y atravesado por tres palillos.
-¡Qué susto me diste, Chikara Sensei!
-Pues este susto no se va a comparar con todo lo que te va a soltar tu padre, jovencita-
le aseguró.

-0-0-0-

Unas horas más tarde, Atsumi y Chikara Sensei se encontraban en la oficina del Hokage. La joven miraba con mucho recelo a la niña que tenía a su lado mientras se desocupaba el Rokudaime Hokage, quién además era el padre de la chica.

Así es queridos lectores, no imaginan nada. La chiquilla que acaban de ver en acción no es nadie más ni nadie menos que la mismísima hija del ya conocido Naruto. El nombre de esta chica es Atsumi Uzumaki; y, si la tuviera que describir en unas pocas palabras, les diría que es la viva copia de la "Técnica Sexy" de Naruto: Con largas coletas rubias, ojos azules, unas marcas a forma de bigotes en las mejillas y cuya vestimenta consistía en una blusa naranja de mangas negras y una falda del mismo color con unos pantalones cortos también de color negro que usaba por debajo.

La joven ninja que se encontraba vigilándola era Chikara Kakkazan, una Chunin de 30 años que, como ya mencioné antes, posee el cabello de color rojizo y atado en un apretado tomate con tres palillos. Ojos negros, aunque de rostro alegre, pero Atsumi era la única capaz de borrarle su infantil sonrisita por más de cinco minutos.

Y como iba diciendo, ahí estaban entonces dos chicas esperando a que el Hokage se desocupara con tanto papeleo que tenía sobre su escritorio.

-Cuando tu padre se desocupe ya verás lo que te espera- le soltó Chikara.
-Mira como tiemblo- bostezó Atsumi.

En eso, el Hokage Naruto terminó de leer los papeles con una cara de cansancio y luego invitó a las chicas a que se acercaran.

-Buenas tardes, Gran Hokage- saludó Kakkazan con una reverencia.
-¡Hola papá!- saludó alegremente Atsumi y pronto le siguió una dolorosa ostia de Chikara-. ¡AUCH!. ¿Y ESO POR QUÉ?
-Sé un poco más respetuosa. Estamos ante el Gran Hokage.
-¡Pero si es mi papá…!
-Atsumi…-
suspiró al fin el Hokage-. Sin duda no entiendo cómo le haces para hacer todo esto.
-¿De qué cosas hablas papá?-
preguntó la niña con inocencia.

Naruto tomó uno de los papeles que tenía sobre su escritorio y comenzó a leerlo.

-"Daño de Monumentos"- leyó.
-¿Y eso en español significa…?
-Los bigotes y las barbas que pintaste en los rostros del Monumento Hokage-
le aclaró Chikara.
-Eso fue para darle un toque más artístico- se excusó la niña.
-"Huir del lugar de los hechos y ser perseguida por Chunins"- continuó el Hokage.
-Ya me da lo mismo. Siempre me siguen los mismos tipos.
-"Desobedecer al Hokage".
-¡Momento!-
le detuvo la niña-. La orden de "quedarme tranquila" me la diste como padre, no como Hokage. No abuses de tu poder conmigo.
-¿Qué voy a hacer contigo?-
suspiró Naruto con resignación.
-En primer lugar: Quitarme a esta tipa de encima- dijo la niña indicando a su Sensei.
-¡Trátame con más respeto, niñata!- le amenazó Chikara.
-Te trato con el mismo respeto que tú me das- saltó Atsumi.
-¡YA BASTA!- les gritó el Hokage y ambas mujeres se callaron-. Por ahora te irás a la academia con Chikara- dijo ya más calmado- y, cuando llegues a casa, tu madre y yo hablaremos contigo acerca de tu comportamiento.
-¡Oye, no metas a mamá en esto!
-Esto también le concierne a ella, te guste o no-
le reprendió a su hija. Atsumi sólo le dirigió una mirada ruda-. Chikara, puedes llevártela.
-Sí-
dijo la Sensei, mientras se llevaba a la hija del Hokage tomándola del hombro.
-Uno de estos días…- soltó Atsumi antes de llegar a la puerta-. Uno de estos días, te voy a superar papá. Algún día tendrás que aceptar que soy mejor que tú- juró en voz alta.
-¿Insinúas que vas a superar al Hokage?- preguntó Naruto en un tono que sonó desafiante.
-No sólo te superaré, también seré la próxima Hokage- prometió con orgullo-. Y, en cuanto sea Hokage… ¡LO PRIMERO QUE HARÉ SERÁ DESPEDIR A ESTE DEMONIO!
-¿QUÉ?-
gritó Chikara de la sorpresa al ver como Atsumi la indicaba con el dedo-. ¿CÓMO QUE DEMONIO?. ¡ERES UNA IRRESPETUOSA!
-Ya cállate
"Mujer Demonio"- se burló la niña.
-¡DEMONIO SERÁS TÚ QUE NUNCA RESPETAS A TUS MAYORES, NIÑA MALCRIADA!- le gritó la sensei al tiempo que le daba su merecido a Atsumi, mientras el Hokage sólo se dedicó a mirar con vergüenza la bochornosa escena que dejaba su primogénita.

-0-0-0-

Unas horas más tarde, Atsumi ya se encontraba en la Academia de Ninjas aunque no precisamente adentro. Chikara decidió dejarla atada a uno de los árboles del jardín de la Academia como castigo. El lugar se hallaba desolado producto de que los alumnos se encontraban en clases y, por esta razón, Atsumi bostezaba del aburrimiento.

-¡Qué fastidio!- se quejó-. Ni siquiera se dignó a dejarme un libro para que me entretuviera. Definitivamente, Chikara Sensei es una pesada.
-¿Una qué?-
cantó una voz, Atsumi volteó lentamente la cabeza-. Así que ahora soy una pesada- dijo Chikara mostrando una sonrisa que parecía bastante diabólica.
-¿Chikara… Sensei?- susurró Atsumi con sorpresa. Pero eso no era todo, el plato fuerte estaba justamente detrás de su maestra: Todos sus compañeros se encontraban ahí mirándola con sorpresa-. ¿Qué… qué hacen todos aquí afuera?
-El día de hoy tendremos una clase práctica de puntería-
explicó Chikara-. Pero, la práctica de hoy será: Con un blanco vivo- dijo esto último en un tono realmente diabólico.

Al instante, la pelirroja colocó una manzana en la cabeza de una Atsumi sumida en el pánico. La niña ya podía ver lo que se venía: Chikara Sensei era conocida como una Chunin experta en el uso de las armas básicas de combate, por eso enseñaba en la Academia la asignatura de "Combate y uso de las armas".

-¡Atención!- exclamó la mujer-. El objetivo de este ejercicio es partir la manzana que se encuentra en la cabeza de Atsumi desde una distancia de ocho metros. Deben usar shurikens o kunais para hacerlo.
-Entonces… ¿De verdad me vas a usar de blanco?-
preguntó la niña con temor.
-El blanco es la manzana, no tú- le explicó una sonriente Chikara.
-¿Y no puedes utilizar una fruta más grande?
-La verdad es que habría usado sandías, si no fuera porque una entrometida destruyó mi cultivo-
le reprendió Kakkazan mirándole con algo de rencor-. Bueno, ahora vamos a comenzar con la práctica- anunció con su típica sonrisa alegre.
-¡Por favor, que no le toque a Kana!. ¡Que no le toque a Kana!- rogaba la Uzumaki en su mente.
-El día de hoy he decidido que partiremos en orden alfabético inverso- dijo la pelirroja y Atsumi suspiró de alivio-. Empezando por la letra "H". ¡Hatake, tú serás la primera!
-¡NOOOOOOOOOOOO!. ¡KANA NOOOOOOOOOOOO!-
lloró a lagrimones Atsumi.

Lentamente se acercó una chica de blanco y liso cabello, el cual llevaba atado en una trenza. Ella era Kana Hatake quién era reconocida en la Academia por sus grandes y precisos conocimientos teóricos, aunque también era la peor alumna cuando se trataba de poner los conocimientos en práctica, además de ser famosa por su pésima puntería.

-¿Por qué tenía que ser Kana?- lloró Uzumaki-. ¡VOY A MORIR!
-No te preocupes, Atsumi-
la calmó la Hatake-. He estado practicando últimamente y mi puntería ha mejorado. Ahora ya puedo rozar los bordes del blanco.
-¡Adiós mundo cruel!-
suspiró la rubia con depresión.

Kana tomó una kunai y lo lanzó a la manzana, pero ésta no dio en la fruta sino que dio en el tronco a uno pocos centímetros de la mejilla derecha de Uzumaki.

-¿Sigo viva?- se preguntó Atsumi a sí misma, había sufrido un mareo por la descarga de adrenalina.
-Atsumi, lo siento- se disculpó Kana rápidamente.
-¡Has mejorado mucho, Kana!- le felicitó Chikara-. Ahora puedes darle al árbol. Es un gran avance aunque no por eso debes dejar de practicar.
-Sí-
susurró ruborizada la peliblanca.
-¡Qué no te avergüence!. Verás que con el tiempo mejorarás- le animó la Chunin mientras ella regresaba con sus compañeros-. ¡El que sigue!- anunció y pronto se acercó un alumno corto de vista con sus grande anteojotes.
-¡Este va a ser un largo día!- se resignó Uzumaki mientras sentía como el alma se le escapaba.

-0-0-0-

A la hora de salida fue un milagro ver a Atsumi en pie después de aquella experiencia como blanco. Aún así traía la vista perdida y se tambaleaba un poco producto de las innumerables descargas de adrenalina que sufrió en cada momento que le lanzaron shurikens y kunais.

-¿Te encuentras bien?- le preguntó Kana a la salida.
-Sí, no te preocupes- la calmó Atsumi, aunque su voz se oía temblorosa.
-Disculpa si te lancé esa kunai muy cerca- se excusó con tristeza.
-No hay cuidado- volvió a decir algo tembleque.
-Aún no te ves muy bien- saltó de pronto la voz masculina de un chico de cabello oscuro que se acercaba.
-Para tu información, me encuentro de maravilla- dijo esto intentando mantener una pose orgullosa, pero se cayó casi al instante debido a que le temblaban las piernas.
-¡PERDÓNAME ATSUMI!- gritó la Hatake.
-Calma Kana, es sólo que perdí el equilibrio. Esto no tiene ninguna relación con tu puntería- decía Uzumaki mientras miraba amenazadoramente al chico.

En eso, apareció una figura conocida: El viejo Kakashi Hatake caminaba en dirección al pequeño grupo de niños. A pesar de ya tener casi 50 años no estaba muy cambiado con la excepción de unas cuantas arrugas que ya empezaban a formársele en el rostro, además ya no solía usar su uniforme Jounin sino que ahora solía vestir un kimono masculino de color azul oscuro.

-Hola- les saludó el peliblanco.
-¡Kakashi Sensei!- exclamaron Uzumaki y el chico a la vez.
-¡Padre!- saludó Kana con alegría.
-Pero miren nada más, Atsumi y Daisuke cuidando de mi pequeña Kana- les dijo mientras les daba a ambos unos amistosos coscorrones en sus cabezas.
-Sólo estábamos conversando- se apresuró a decir la rubia al ver en su amiga una triste mirada.
-Bueno, supongo que no les importará que me la lleve- dijo el Jounin-. Tengo que hacerle un chequeo médico antes del examen de mañana- al oír esto, Kana bajó su cabeza tristemente-. Bueno, ya nos veremos- se despidió.
-Adiós chicos- se despidió Kana antes de irse junto a su padre.
-Adiós- se despidieron los dos al unísono.

Y cuando los Hatake ya se habían ido…

-¡Para ser un Uchiha tienes muy poca delicadeza, Daisuke!- le reprendió Uzumaki.
-¿Qué hice ahora?- preguntó con miedo.
-Para variar: Hablar de más-
le siguió regañando.
-¿Otra vez sermoneando a Daisuke?- preguntó una enfurecida niña de corto cabello rosa-. Ya te lo he dicho muchas veces. ¡No te metas con mi hermanito!
-¿Y a ti quién te invitó, Fresita Frentuda?-
gruñó Uzumaki.
-¡Me invitó el deber de defender a mi hermanito, bigotuda!
-¿Bi… go… tu… da?-
gruñó lentamente mientras apretaba su mano en un puño.
-¡Ichigo detente!. Atsumi no me hizo nada, en serio- dijo Daisuke intentando calmar a su hermana.
-No importa de quién se trate. ¡Nadie tiene el derecho de regañar a mi hermanito!- dijo Ichigo con decisión.
-¿Y yo puedo regañarte a ti?- habló la seria voz de un moreno joven a sus espaldas.
-No puede ser…- suspiró Ichigo con temor.
-¡KENICHI!- exclamó la Uzumaki al tiempo que sus ojos tomaban forma de corazón.
-¡KENICHI UCHIHA!- exclamaron muchas voces femeninas al ver al joven y apuesto primogénito Uchiha, un Jounin de 17 años.
-¡Hermano!- exclamaron algo nerviosos tanto Daisuke como Ichigo, sobretodo ella que podía sentir como la fría mirada de su hermano mayor le atravesaba como si de un afilado puñal se tratase.
-Una vez más te encuentro a punto de comenzar una riña. ¡Qué típico!- dijo con sarcasmo el mayor.
-Sólo estaba defendiendo a nuestro queridísimo hermanito- se excusaba nerviosa la hermana Uchiha al tiempo que abrazaba con ternura a Daisuke.
-Ambos tienen la misma edad. Deberías dejar que se defienda solo si la situación lo requiere- tajó Kenichi. Ichigo rió nerviosa-. Disculpa a mi pequeña hermana, a veces llega a ser extremadamente celosa- dijo el Uchiha mayor dirigiéndose a Atsumi.
-No te preocupes- le dijo ruborizada-, además Ichigo y yo somos buenas amigas. ¿Cierto "Amiga Ichigo"?
-Es verdad: Somos grandes amigas- dijo la Uchiha siguiéndole el juego a Uzumaki.
-¡CUANDO KENICHI NO VEA HARÉ QUE TE JODAS!- exclamó furiosa la "Inner Ichigo".
-Bien, ya nos vamos. Despídanse de su amiga- ordenó Kenichi mientras daba la vuelta y se iba.
-Me llevo a mis hermanos- se despidió Ichigo tomando a Daisuke del cuello de la camisa y llevándoselo con ella.
-Nos vemos mañana, Atsumi- se despidió Daisuke mientras una gota de vergüenza le caía al tiempo que lo arrastraban.
-Adiós- se despidió Uzumaki, también con vergüenza ajena.

Cuando Ichigo llegó con su hermano al lado de Kenichi, inmediatamente soltó a Daisuke y se aferró con cariño al brazo de su hermano. Ante este acto, todas las admiradoras de Kenichi la miraron con recelo.

-¿Es mi imaginación, o las otras chicas siempre te miran así de feo?- preguntó el primogénito mirando de reojo a su hermanita.
-No les hagas caso. Sólo tienen envidia porque no tienen la suerte de tener unos hermanos como los míos- decía la chica en un tono que sonó tan meloso que llegó a asustar un poco a los hermanos Uchiha.
-¡ASÍ ES!. ¡ESTOS DOS SÓLO ME PERTENECEN A MÍ!- rugía con orgullo la Inner.

Las celosas miradas de las admiradoras no cesaron sino hasta que los hermanos Uchiha se perdieron de vista. Atsumi detestaba a la presumida de Ichigo por varias razones: Era bonita, inteligente, fuerte, sabía ocupar técnicas de avanzado nivel para cualquier estudiante de la Academia y, además, ya había logrado conseguir el Sharingan hacía unos años atrás. Pero eso no era lo que más le molestaba de Ichigo, lo que realmente le fastidiaba de ella era su extrema aprensión hacia sus dos hermanos, sobretodo con Kenichi quién también era el chico que le gustaba a Atsumi.

De pronto, se apareció en la salida un chico de cabello lacio un poco más arriba de los hombros y cuyos ojos eran de un color blanco.

-Pe… perdona la tardanza- tartamudeó el muchacho-. ¿Me… esperaste mucho?- preguntó al tiempo que se sonrojaba.
-Para nada, Kashoku- le sonrió Atsumi cosa que provocó que el chico se sonrojara más-. Ahora démonos prisa, que no quiero perderme el Miso Ramen de mamá- dijo mientras se iba apresurada.
-¡E-Espérame Atsumi!- le gritó Kashoku al tiempo que le daba alcance.

Éste último chico era Kashoku Hyuuga, quién además era primo de Atsumi por el lado materno (N/A:Si dijeron que este chico era hijo de Neji, entonces acertaron n.n).

Kashoku era uno de esos chicos maduros y de personalidad cálida. No obstante, a veces su forma de ser cambiaba radicalmente cuando se encontraba cerca de su prima al punto de transformarse en un muchacho tímido y tartamudo. Y no es que le gustara ni nada por el estilo, simplemente la admiraba. Kashoku nunca fue un chico decidido y, la verdad, es que era bastante torpe; lo que más quería era ser tan bueno como lo era su prima.

-Mañana es el gran día- pronunció de pronto la Uzumaki.
-¿Qué día?- preguntó confuso su primo.
-Me refiero al examen final, tontuelo- dijo esto dándole un amistoso golpecito en el hombro-. ¿No me digas que se te había olvidado?
-No, no se me olvidó. Es sólo que andaba distraído.
-Pues será mejor que no te distraigas mañana-
rió Atsumi.
-No lo haré. Además quiero convertirme en un ninja a como dé lugar.
-Yo también. Además, cuando me gradúe, ya no tendré que ver nunca más a esa
"Mujer Demonio"- celebró la chica.

Una media hora más tarde, Atsumi y Kashoku habían llegado a una residencia de arquitectura japonesa y de una proporción relativamente grande: El Hogar Uzumaki. No obstante, cuando estaban a punto de entrar por la puerta corrediza, notaron un pañuelo rojo en el suelo.

-¡Oh no!- dijo Atsumi asustada.
-¿Qué ocurre?- preguntó el Hyuuga.
-Hikaru dejó el pañuelo rojo- decía mientras su cara se palidecía.
-¿El rojo significaba una "disputa"?
-"Disputa" es el amarillo. El rojo significa "largo sermón y un castigo".
-¿Y qué vas a hacer al respecto?
-Haremos el "Plan de Emergencia número 3".
-¿El número 3?-
se sorprendió el chico-. Tus padres no son tontos, se darán cuenta inmediatamente.
-Haremos el número 3, a menos que prefieras transformarte en mí y recibir todo el sermón de mis padres.
-Prefiero hacer el plan de emergencia-
se resignó Kashoku.
-¡Ese es mi primo!- le agradeció la niña.

Segundos después, Kashoku entró a la residencia Uzumaki donde encontró a su hermanito menor Hotaru junto a su tía y a Hikaru, su primo menor, comiendo Miso Ramen alrededor de una pequeña mesa de madera.

-¡Ya llegué!- anunció Kashoku.
-¡Bienvenido!- le dijeron al unísono su tía y su primo.
-¡Hermano!- gritó alegremente Hotaru mientras corría a darle un abrazo-. ¿Qué tal estuvo la Academia?. ¿Estuvo genial?
-No fue la gran cosa, sólo estuvimos practicando puntería y algunas cosas para el examen de mañana.
-¡Las prácticas suenan geniales!-
comentó Hikaru desde la mesa-. Ya sólo me quedan unas pocas semanas para poder entrar a la Academia como tú y Atsumi.
-Hablando de Atsumi… ¿Dónde está?-
dijo de pronto la señora Uzumaki.
-B-Bueno, se-señora Hinata… ve-verá usted… es que… Atsumi, ella…- tartamudeaba nervioso- ella se… se fue con una de sus amigas. ¡Sí, eso es!: Atsumi se quedó a dormir en la casa de una amiga- logró decir con una nerviosa sonrisa.
-¿En serio?- se sorprendió Hinata-. Pero Atsumi nunca se pierde un plato de Miso Ramen.
-Es verdad-
afirmó Hotaru aún cerca de su hermano-. El Ramen de la señora Hinata es la comida favorita de Atsumi y del señor Naruto.
-¡Es cierto!. ¿Y el señor Naruto?-
preguntó Kashoku al darse cuenta que su tío no estaba sentado a la mesa- ¿Todavía no ha llegado de su oficina?
-Bueno…-
empezó la señora Uzumaki- a decir verdad…

-0-0-0-

Mientras tanto, Atsumi se había colado por el muro del jardín trasero y se disponía a entrar sigilosamente por la puerta de la cocina.

-Parece que el camino está libre- se dijo a sí misma mientras confirmaba que no hubiera nada ni nadie en la cocina-. Algo no está bien aquí, hay mucho silencio- comentó en voz baja mientras atravesaba la oscura cocina. En eso, sintió un delicioso aroma, volteó y, a pesar de la oscuridad, pudo ver un bol con…- ¡Ramen!. ¡Es el Miso Ramen de mamá!- exclamó mientras se acercaba rápidamente a la comida, pero no contó con una red que le caería encima a mitad de camino- ¿Qué es esto?. ¡Estoy atrapada!
-¿Tú crees acaso que yo nací ayer?-
habló una voz.
-¡Ay no!- se deprimió Atsumi.

Las luces de la cocina se encendieron y se hizo presente el Hokage con una mano en el interruptor.

-¡Papá!- exclamó la niña.
-Sabía que intentarías escaparte a tu reprimenda. Pero parece que se te olvidó con quién estabas tratando- le dijo sonriendo como si fuera un niño-. Ahora vamos a hablar.

Minutos después, Atsumi y su padre llegaron al comedor con los que ya estaban presentes.

-Hola a todos- saludó Naruto-. Disculpen la tardanza.
-Esto no es bueno-
susurró nervioso Hikaru.
-Atsumi, tú…
-Me tenía tendida una trampa-
interrumpió a Kashoku.
-Bueno, creo que tienen mucho que hablar, así que me iré temprano con Hotaru- dijo el Hyuuga-. Nos vemos mañana Atsumi- se despidió.
-¡Adiós a todos!- se despidió el Hyuuga menor y sólo quedó la familia del Hokage.
-No sé por qué, pero de pronto me dio mucho sueño. ¡Buenas noches y gracias por la comida!- dijo el Uzumaki menor y rápidamente abandonó el comedor.
-Parece que conversaremos sin interrupciones- comentó Naruto.
-Terminemos esto de una vez- sugirió la niña en un tono atrevido.
-Como quieras- aprobó el padre-. Ya hablé con tu madre acerca de lo sucedido el día de hoy y a ninguno nos gusta tu comportamiento.
-¡La Academia es aburridísima!. Además está esa
Demonio que no deja de fastidiarme- soltó enojada.
-Tranquila Atsumi, no tienes por qué alterarte- la calmó su madre.
-Lo siento mamá, es sólo que… bueno…
-Estoy preocupada-
soltó en un triste tono la madre-. Y no es sólo por lo de hoy, cada semana me llegan diferentes mensajes acerca de las cosas que haces. Siempre que llega alguien con algún mensaje ruego porque no te haya pasado nada malo- decía intentando contener las lágrimas que ya se asomaban por sus ojos.
-Mamá… yo, no sabía…- decía Atsumi con pesar.
-Date cuenta que no sólo le haces daño a tu madre con tus payasadas- decía Naruto en tono severo-. También preocupas a los que te rodean y de paso le das un mal ejemplo a Hikaru. ¿O acaso tus actos te parecen dignos de la hija de un Hokage?
-¡HOKAGE, HOKAGE, HOKAGE!-
exclamó enojada la chica-. ¡ESO ES LO ÚNICO QUE TE INTERESA!. Comprendo que mamá se preocupe por mí, o que Hikaru pueda meterse en problemas si llegara a imitarme, pero… pero… a ti lo único que te importa es que yo me comporte como la hija de un Hokage. ¿O acaso me equivoco?
-¡YA BASTA ATSUMI!-
exclamó un enojado Naruto-. No es mi puesto lo que me importa, eres tú la que me preocupa.
-¿Y qué le puede importar a un Hokage una estudiante ninja que casi es Genin?. No tienes ni la menor idea de lo que realmente quiero y sigues dejándome con Chikara Sensei que sólo sabe fastidiarme día tras día.
-¡SUFICIENTE!-
gritó el patriarca-. No permitiré que me hables de esa forma jovencita. Te irás castigada a tu habitación sin cenar.
-¿QUÉ?. ¡ESO NO ES JUSTO!-
replicó la niña.
-Andando- le ordenó su padre.
-¡Mamá, por favor!- pidió Atsumi buscando ayuda en su madre, pero ella sólo bajó la cabeza tristemente-. Mamá…
-Vete a tu habitación y duerme, mañana es tu examen final-
le recordó su padre.
-¡Y lo aprobaré!- dijo decidida-. Lo aprobaré a la primera para que mamá se sienta feliz y para que Hikaru tenga un buen ejemplo. Ya lo verás- y dicho esto abandonó el comedor y se fue a su habitación.
-Esa niña no sabe nada- suspiró Naruto intentando recuperar la calma.
-Dijo que aprobaría por Hikaru y por mí- mencionó Hinata-. Pero…
-¿Qué pasa?-
preguntó su esposo.
-A ti… no te mencionó.
-Lo sé-
dijo con tristeza mientras salía al jardín y se sentaba a mirar las estrellas.

-0-0-0-

Al día siguiente, Atsumi entraba con decisión a su salón en la Academia lo cual contrastaba enormemente con las nerviosas caras de sus compañeros.

-Buenos días- le saludaron Kana y Daisuke que ya estaban sentados.
-Buenos días- saludó también Atsumi sentándose entre ellos.
-¿Qué tal estás para el examen?- le preguntó Kana.
-Estoy lista para lo que sea- dijo una confiada Uzumaki.
-Espero que nos vaya bien a todos- deseó el Uchiha-. Kana ya dio el examen, pero aún no le entregan sus resultados.
-¿Eh?. ¿Kana ya dio el examen?-
se sorprendió la rubia.
-Bueno…- comenzó Hatake- a decir verdad me hicieron un "examen diferenciado" y por eso tuve que llegar más temprano.
-Ya veo. ¿Pero te fue bien?
-Eso es lo que espero-
susurró Kana.

En eso, la figura de Chikara Sensei se hizo presente al frente del pizarrón.

-¡ATENCIÓN!- gritó y todos se voltearon a verle-. Como bien saben, hoy es el examen de graduación. Los llamaremos por orden de lista para que presenten su examen en el salón de al lado, allí les pediremos que hagan alguna de las técnicas que han aprendido en la Academia y, si la hacen bien, aprueban. Es todo.

Dicho esto, los alumnos comenzaron a murmurarse entre ellos de esto y aquello. Atsumi seguía tranquila en su asiento mirando con nerviosa decisión a la que por tanto tiempo había sido su sensei.

-Esta será la última vez- se dijo mentalmente-. De una vez por todas, demostraré lo que valgo.

-0-0-0-

Los alumnos pasaron uno tras uno cada vez que eran llamados, todos hasta ahora habían entrado como estudiantes y habían salido con una banda de la Aldea de la Hoja puesta en sus cabezas, brazos, piernas, cuello o cintura.

Finalmente llegó el turno de Atsumi. Se levantó y caminó sin prisa al salón donde la esperaban Chikara Sensei junto a otro Chunin que hacía de calificador.

-Al fin te veo Uzumaki- dijo lentamente Kakkazan.
-Y será la última- le aseguró Atsumi.
-Lo será, si logras aprobar primero- y dichas estas palabras, una trampa de cuerdas se levantó por encima de Atsumi dejándola atada al suelo en cuestión de segundos.
-¿Pero qué…?- preguntó confundida- ¿Esto es…?
-Así es. Examinaremos la Técnica para desatar Cuerdas-
dijo con una sonrisa la sensei-. Si te liberas en menos de dos minutos apruebas, de lo contrario reprobarás y te quedarás un año más en la Academia.
-¿DOS MINUTOS?. ¡ESO ES ABUSO!-
reclamó-. Cuando practicamos esta técnica dieron cinco minutos como tiempo máximo.
-Los mejores Genins puede liberarse en un tiempo de dos minutos. No podemos aprobar a los estudiantes que no saben hacer rápidamente las técnicas más simples-
explicó Chikara con seriedad-. Yo que tú dejaría de reclamar y me apresuraría- sonrió.
-¡No me la vas a ganar!
-¡Veinte segundos!-
cantó Chikara.
-¿Qué?. ¿Ya llevamos 20 segu…?
-Veinticinco segundos-
volvió a cantar.

Atsumi calló y soltó un bufido. Chikara Sensei sólo rió por lo bajo.

-Date prisa, ya van 30 segundos desde que empezamos…
-¡TE QUIERES CALLAR!. ¡NO LOGRO CONCENTRARME!-
le gritó la Uzumaki y la Sensei sólo le devolvió una de sus infantiles sonrisitas.

Atsumi luchaba cuanto podía para lograr sacar las manos y empezar a desatar el nudo, pero con las cuerdas tan apretadas se estaba haciendo muy difícil.

-¡Vamos!. ¡Esto no puede terminar así!- se dijo en su mente.
-¡Un minuto!- anunció el Chunin que estaba al lado de Chikara.
-¿Un minuto ya?- susurró una sorprendida Atsumi por lo bajo.

Observó a su Sensei que aún seguía con esa estúpida sonrisita que siempre le había fastidiado. Una sonrisita inocente que sólo escondía al verdadero demonio que habitaba en el fondo. Podía recordar perfectamente cada una de las veces en que fue castigada por Chikara y ser invitada a ser parte de la lección, no sólo como el blanco, sino también como el ejemplo y el sujeto de pruebas.

-¡No!. ¡Definitivamente no voy a pasar otro año más contigo!- exclamó para sí misma la Uzumaki mientras colocaba aún más esfuerzo por desatarse-. ¡Tengo que liberarme a como dé lugar!
-Quedan 45 segundos- anunció el Chunin.

Atsumi hizo cuanto pudo para desatarse y, de repente, algo pasó: Dejó de moverse y de esforzarse. Todo fue tan repentino que hasta Chikara Sensei se sorprendió.

-No lo lograré, el tiempo casi se acaba y tengo las manos demasiado apretadas- se resignó-. Esto… esto es… imposible- se rindió tristemente tras aceptar la dura realidad.

La niña se sintió caer en su mente a un agujero sin fondo. Podía ver claramente todo lo que pasó en la Academia, sus travesuras, sus amigos, sus castigos… todo era una larga historia que no parecía terminar.

-Hasta ahora todos han aprobado. ¿Seré acaso la única que no pasará?- se decía al tiempo que imaginaba como sus compañeros se graduaban, mientras que ella se quedaba un año más bajo la tutela de Chikara Sensei.

Pudo ver también las tristes miradas de su madre y hermano menor intentando consolarla, aunque no eran suficientes.

-Mamá… Hikaru… lo siento- se disculpó-. Creo que sólo soy una molestia.

En eso, la figura del Hokage se hizo presente en la mente de la niña.

-¿Papá?- se preguntó confundida.
-¿Qué voy a hacer contigo?- suspiraba Naruto con resignación en la mente de Atsumi-. ¿Acaso tus actos te parecen dignos de la hija de un Hokage?
-No… ¡No los son!-
exclamó en su mente-. ¡NO LOS SON!- gritó en voz alta al tiempo que lograba sacar ambas manos por entre las cuerdas-. ¡Resignarse y darse por vencida no son actos dignos, aún menos para mí!- exclamó. Entonces las ataduras se aflojaron y pronto la niña se levantaba con las cuerdas entre sus manos-. Nunca debo rendirme, si es que algún día voy a ser una Hokage.

Chikara se había quedado sin palabras, tenía los ojos tan abiertos como platos y su boca se hallaba sumida en una mueca de sorpresa.

-¿Qué te parece colega?: Un minuto con cincuenta segundos- comentó el Chunin-. No está mal para una nueva Genin.

Kakkazan bajó la cabeza sumida en la resignación.

-¡No puedo creer lo que voy a decir!- gruñó la Sensei-. Estás aprobada.
-¿Aprobé?-
se preguntó Atsumi casi sin creérselo-. ¡SÍ, LO HICE!. ¡LO HICE!. ¡APROBÉ!. ¡Y EN TU CARA CHIKARA SENSEI!- celebraba la niña-. Y apréndetelo bien Chikara Sensei: Soy la kunoichi número 1, Atsumi Uzumaki. ¡Soy la que algún día se convertirá en Hokage y te despedirá!. ¡Nya ja ja ja ja!
-Y se supone que yo soy la
Demonio- suspiró Kakkazan-. Bueno, al fin nos libramos la una de la otra. Creo que ya no soy tu maestra. ¿Cierto Atsumi?- se dijo la pelirroja en su mente mientras volvía a sonreír tan infantilmente como siempre lo hacía.

-0-0-0-

Una hora más tarde, ya casi a la salida, los nuevos Genins de la Hoja lucían orgullosos sus bandas en lo que pronto sería su viejo salón de clases.

-¡Muchas felicidades Atsumi!- le felicitó Kashoku que se había sentado detrás.
-Las felicidades también van para ti Kashoku- le dijo Atsumi.
-¡Lo importante es que ya pasamos y no tendremos que preocuparnos más!- afirmó Daisuke con emoción.
-¡No le pongas tanto Daisuke!- tajó Ichigo con severidad-. Esto sólo fue un pequeño examen; la vida de Genin es aún más exigente.
-¡Hermana!-
se entristeció el hermano Uchiha.
-Bien hecho, Fresita Frentuda- le regañó Atsumi-. Ahora nos bajaste el ánimo a todos.
-Mph. Es mejor que sepan la verdad ahora que más tarde-
volvió a cortar la Uchiha.
-¡SOY UNA BUENAZA!. ¡SOY LA MEJOR!. ¡SOY UNA GENIN!. ¡NO PUEDO ESPERAR PARA PRESUMIRLE LA BANDA A KENICHI!- saltaba de alegría la Inner Ichigo.
-Por cierto, chicas… ¿Por qué no se colocaron las bandas en sus frentes?- les preguntó Kana a Ichigo y Atsumi.
-Bueno, ya que lo preguntas, decidí usarla al cuello porque así solía llevarla mi madre- respondió la Uzumaki con orgullo.
-Entonces estamos en las mismas, yo me coloqué la banda a modo de cintillo por mi madre- se apresuró a decir con orgullo la Uchiha.
-Así que ambas decidieron hacerle honores a sus madres- comentó la Hatake-. ¡Qué envidia!. Me gustaría saber en dónde habrá utilizado mi madre su banda.
-Lo más probable, es que la utilizara en la frente al igual que tú lo haces ahora-
le dijo Atsumi.
-Es verdad, casi todos la utilizan en la frente- agregó Ichigo-. Lo más seguro es que tu madre no haya sido la excepción.

Kana sólo se sonrojó ante los comentarios de sus amigas como respuesta.

De pronto, algo interrumpió la alegre escena. Un pequeño muñequito de papel avanzaba por el largo mesón.

-¿Y ese muñequito?- mencionó Kashoku.
-¡OCÚLTENSE!- gritó Atsumi mientras alcanzaba a Kana de un brazo y se escondían debajo del mesón.
-¿Ocultarnos?. ¿De esta cosita?- se burló Ichigo y, al final de sus palabras, el muñeco de papel estalló en una oscura nube de humo que dejó rastros de hollín en las caras y en las ropas del pequeño grupo de Genins.
-¿Qué… qué era esa cosa?- preguntó Kana con temor después de ver lo que provocaba el muñequito.
-Una de las Técnicas de Pergamino que hace Aori- gruñó furiosa Uzumaki.
-¿Eh?. ¿Aori?- preguntó confusa Hatake.
-La semana pasada me hizo la misma broma- masculló.

Mesones más abajo, Aori Okuribi, un chico de cabello castaño largo hasta los hombros, reía a carcajada batiente.

-¡JA, JA, JA, JA, JA, JA!. ¡Mírense a un espejo y observen la pinta que tienen!- reía el chico.
-¿DE QUÉ TE RÍES, ESTÚPIDO?- le gritó Atsumi-. ¡CASI LE ESTALLÓ A KANA!. ¿EN QUÉ ESTABAS PENSANDO?
-¿En serio?-
se sorprendió el chico-. ¡Discúlpame Kana!- gritó Aori-. ¡Le quería dar a Atsumi para que se enojara!. ¡Perdona las molestias!
-¿QUÉ HAS DICHO RUFIÁN?-
se exaltó la niña.
-¡Es que te vez muy bonita cuando te enojas!- afirmó Aori con las manos detrás de su cabeza, cosa que sólo hizo enfurecer aún más a la Uzumaki.

En eso se oyeron unas fuertes palmadas, eran de Chikara Sensei quien había llegado con lo que parecía ser una lista bajo su brazo. Pronto los alumnos se ordenaron y callaron para escuchar a Kakkazan.

-Bueno, antes de que se vayan, hay unas palabras que debo decirles- empezó a decir la Sensei-. Desde el día de hoy ya son todos unos Ninjas Genin, así que den lo mejor de sí. De ahora en adelante irán a misiones en grupos de tres bajo la compañía y tutela de un maestro Jounin.

Ante las últimas palabras de la pelirroja se escuchó una exclamación de sorpresa unánime.

-¿Nos dividirán en grupos de a tres?- temió Kashoku.
-A mí no me importa siempre y cuando me toque con mi hermanito Daisuke- suspiró una melosa Ichigo perdida en sus ilusiones y su hermano, en respuesta, alejó relativamente su asiento de ella.
-A mí me da lo mismo mientras no me toque con el idiota de Aori- dijo seriamente Uzumaki.
-A mí no me gustaría quedar con Kindoku- dijo Daisuke mientras miraba de reojo a un chico de largo cabello negro y de aburrida mirada que se sentaba al final del salón.
-¿Qué tiene de malo Kindoku?- preguntó Atsumi.
-Es muy raro- habló Kashoku-. Siempre está mascullando y diciendo cosas que nadie entiende.
-A mí no me parece raro-
desacordó Atsumi-. Más bien parece un muchacho bastante normal.
-Es que todo parece normal comparado contigo, Bigotuda-
se burló Ichigo.
-¿QUÉ HAS DICHO, FRENTUDA?
-¡OIGAN USTEDES DOS!. ¡YA CÁLLENSE QUE NO ME DEJAN HABLAR!-
gritó la Sensei.
-Perdón- se disculparon las dos chicas.
-Bien, como les iba diciendo, hemos escogido los grupos según sus habilidades y técnicas. Así que ahora les diré los miembros de cada grupo. Primero el Equipo 1…

Al terminar de mencionar a los miembros de los Equipos 1 y 2, Chikara se dispuso a mencionar el que seguía.

-Los que conforman el Equipo 3 son: Kashoku Hyuuga, Daisuke Uchiha y Kana Hatake- anunció la pelirroja y pronto el nuevo equipo celebró de alegría.
-¡No puedo creerlo!. ¡Estaremos en el mismo equipo los tres!- celebró Daisuke.
-Me agrada saber que estaré con dos de mis buenos amigos- se alegró Kana.
-¡No me tocó con Daisuke!- dijo Ichigo totalmente deprimida.
-Bu… Bueno, no nos tocó juntos…- le dijo Kashoku a su prima.
-No importa- le dijo Atsumi-, estaremos separados pero tal vez algún día nos tocará hacer misiones entre varios equipos y ahí quizás nos topemos.
-Tienes razón-
sonrió el Hyuuga.

Un minuto después, Chikara ya había terminado de mencionar al Equipo 4 y ahora seguía el Equipo 5.

-Atención, los miembros del Equipo 5 serán: Atsumi Uzumaki, Kindoku Kurosawa…
-Te tocó con Kindoku-
comentó Kana.
-El que me toque me da igual, mientras no sea Aori- le recordó la Uzumaki.
-… y Aori Okuribi- terminó de decir Kakkazan.
-¿QUÉÉÉÉÉÉÉ?- exclamó una sorprendida Atsumi.
-¡Las "Bromas para Atsumi" están a la orden del día!- celebró Aori desde su asiento mientras le dirigía a una entristecida Uzumaki el símbolo de la victoria.

Kindoku sólo se limitó a observar todo con su aburrida mirada y sin hacer la más mínima expresión.

Los equipos siguieron mencionándose uno tras otro hasta que fue el turno del Equipo 9.

-Y, por último, el Equipo 9 que está conformado por: Ichigo Uchiha, Shizu Aburame y Hoeru Inuzuka.
-¿POR QUÉ A MÍ?: Me dejaron al obsesionado con los bichos y al amante de los perros. ¡Qué mala suerte tengo!-
lloró la Uchiha.

Chikara bajó la lista y se aclaró la voz.

-Sus respectivos maestros Jounin los estarán esperando mañana por la tarde para conocerlos. Así que les deseo toda la suerte del mundo a ustedes. ¡LOS FUTUROS NINJAS DEL MAÑANA!- exclamó alegre la Sensei y pronto se le unieron los fuertes grito de alegría de sus ahora ex-alumnos.

-0-0-0-

Horas más tarde, la familia Uzumaki se encontraba celebrando en el jardín de la Mansión Hyuuga el egreso de dos nuevos Genins: Atsumi y Kashoku. El lugar estaba adornado con lámparas de papel y unos pocos haikus con kanjis que hacían referencia al mar y a la brillante luz de las estrellas.

-¡Ese es mi hijo!- felicitaba la madre de Kashoku mientras lo abrazaba con fuerza-. Pasó a la primera al igual que sus padres.
-Tenten, lo vas a asfixiar uno de estos días si lo sigues abrazando de esa forma-
le advirtió su marido.
-¡Vamos Neji!. ¿Acaso una madre no puede expresar el orgullo que siente por su hijo?- le replicó Tenten. Neji suspiró resignado.

En otro rincón, se encontraba Atsumi sirviéndose un poco de té que había sobre una mesa.

-¡Qué delicia de té trajeron Hikaru y Hotaru!- exclamó con satisfacción la niña después de probar la infusión cuando de pronto notó una figura a lo lejos-. ¿Es papá?

Atsumi observó entonces a su padre que se encontraba fuera de la mansión admirando el oscuro paisaje nocturno. Decidió prepararle una taza de té y se la llevó.

-Buenas noches, papá- saludó al tiempo que se sentaba a su lado.
-¿Atsumi?- preguntó Naruto confundido.
-Como estabas alejado de todo supuse que tendrías frío, así que… te traje un poco de té.
-Muchas gracias-
agradeció al tiempo que tomaba la taza.
-Papá…- Naruto volteó a su hija- hoy, en el Examen Final… tú…
-¿Yo qué?-
preguntó curioso.
-No, no es nada- dijo su primogénita al tiempo que bebía un poco de té-. Papá, perdóname.
-¿Por qué?
-Por nada en especial, sólo perdóname-
le sonrió.

El Hokage se puso nervioso y miró desconfiado la taza.

-¿Le pusiste algo al té?- preguntó desconfiado.
-¿De qué hablas?. Claro que no le puse nada- le replicó Atsumi.
-¿Entonces por qué me pides que te perdone?
-¡NI CREAS QUE TE LO VOY A DECIR!
-¡ENTONCES NO VOY A BEBER ESTE TÉ!
-¡QUÉ NO LE PUSE NADA!. ¡NI SIQUIERA LE PUSE AZÚCAR!

Y no muy lejos de ahí, Hinata y su padre, Hiashi, se encontraban admirando la tierna y vergonzosa escena.

-De tal palo, tal astilla- se burló en su tono serio-. No podía esperarme algo mejor viniendo de él. Aunque, de todas formas, estoy feliz de que mis nietos ya sean unos Genins.
-¡Felicidades Atsumi!- le deseó Hinata en sus pensamientos mientras sonreía feliz porque su esposo y su hija ya se estaban llevando un "poco" mejor.


Ok, si les gustó el fic díganlo y dejen reviews para que me dé cuenta que hay interesados, recuerden que el segundo capítulo no lo subiré si no veo los reviews de 5 personas que hayan cogido interés. No creo que valga la pena continuarlo si no hay interesados, no creen? n-n

Bueno, espero verlos en otro fic. ;)