Luego del picnic que había hecho con todos los compañeros del salón. Marinette volvió a su casa con los pensamientos llenos de Adrien y lo que le había hecho a él. Por impulso.
Estando en su escritorio se sacudía su pelo, con los codos apoyados en la superficie.
—¡Le di un beso en la mejilla! —Dijo incontrolablemente— Al hacer eso, metí la pata ¿No, Tikki? —preguntó.
Aunque sí que había metido la pata, y fue en la tarta de fruta ¡Pero, no se refería a eso!
—No pensara raro ¿Cierto? —Preguntó— El beso fue por agradecimiento. ¡Solo eso!
Tikki observaba a su portadora, enloquecer. Porque eso estaba haciendo.
—Me dijo tantas cosas lindas, que yo... yo... —se detuvo— ¡Ah! —Dio un pequeño gritito— ¡Que cosas digo! El piensa que solo soy una amiga.
Al segundo, ella misma se entristeció.
—¡Piensa que soy una amiga! —Exclamó ahogada— Pero, es más fácil llegar a su corazón ¿Si somos amigos? ¿No es así?
—Creo.
—¿Crees? ¡Si, es mejor que piense algo raro! —afirmó, asintiendo.
Al rato de no decir nada, dubitativa habló: "En este momento, Adrien estará pensando, ¿Algo raro?"
Negó fuertemente con la cabeza.
— No, no mejor que no sea raro. Imagínate que lo que piensa es: "¡Le gusto a la loca!"
Tikki miraba un poco asustada a Marinette, que ahora se golpeaba su frente con el escritorio.
—No, no, no —comenzó a repetir de forma sucesiva— No debí darle un beso en la mejilla. ¡Ah, qué digo! Somos amigos, los amigos hacen eso ¡Somos amigos! Y todos me elogiaron luego de eso. Así que...
Marinette tomó con sus dos manos, su cabeza (No sabia que pensar)
—Solo fue un beso en la mejilla —dijo calmadamente Tikki.
—Fiuuu, si solo fue un beso en la mejilla —repitió riéndose— ¿De qué me preocupo? No será raro, si a partir de hoy lo saludo con un beso en la mejilla ¡Es mi amigo, de todas formas! ¡Hasta podría intentarlo de ahora en adelante!
Sonrió a su Kwami, más calmada y feliz.
—¡Es lindo ser amigos! —Espetó— ¿Que estoy diciendo? ¡No es lindo! ¡Estoy en la Friendzone! ¡Tengo que apurarme y salir de ahí! —Exclamó histérica— ¡Yo sabía, debí darle un beso en la boca! ¿Debí darle un beso en la boca? —Preguntó a su Kwami— ¿Que digo? ¡Lo iba a asustar al pobre! ¡Iba a dejar de hablarme, íbamos a dejar de ser amigos e iba a tener que mudarme con los pingüinos! Y además, ¿tenía hacerlo enfrente de todos? ¡No, no, no!
Tikki estaba segura que a su portadora, la situación, la había vuelto loca.
—¡Lo sabia, metí la pata! ¡Y no solo en la tarta de fruta!
