Bueno, aqui les traigo el pimer capitulo de esta historia.
RESUMEN:
Theodore Nott es callado y pastante pragmatico en cada suceso de su vida, arraigado en los principios de los Sangre Pura, respeta a su padre y esta dispuesto a escucharle siempre. Pero en su segundo año de Hogwarts, se entera de que habra una purga de mestizos y Sangres sucia.
Su padre le pide no asistir ese año. ¿PORQUE?
Theodore lo averiguara, es inteligente. Pero tambien sabra que hay cosas que es mejor no saber.
Theodore Nott gritará.
Este fic participa en el reto anual "Long Story 5.0" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black
CAPITULO 1
Draco cerró la puerta de la habitación y después tomo una esfera de colores que se difuminaban como colores de arcoíris, la agito y luego murmuro unas palabras en francés que Theodore no pudo entender, la puso sobre la manija y varios tentáculos multicolores se desperdigaron sobre la superficie de la puerta y alcanzaba hasta las paredes.
– ¿Eso es todo? –pregunto Theo con algo de duda.
–Así trabajan las cerraduras antihechizos. Ningún "Alohomora" abrirá esta puerta. –Draco sonaba especialmente orgulloso.
Theodore asintió– Bien. Vamos.
Draco asintió en respuesta. Se dirigieron hasta el gigantesco armario de Draco, cerraron la puerta detrás de ellos y luego de hacer espacio en el centro, Draco saco de su túnica una tiza rosa y una llave oxidada que puso en el suelo. Trazo en el piso un rectángulo en el suelo lo suficientemente grande y en el centro dibujo una cerradura. Theodore observo como titubeo al mirar hacia la llave, seguro de que Draco se echaría para atrás.
Acorto la distancia entre ambos y le dio un fraternal apretón en el hombro– Tenemos que hacerlo, Draco –le dijo mientras le miraba con toda la convicción que un niño de doce años podría tener. Sabía que él estaba asustado, pero lo conocía lo suficiente para saber que con lo orgulloso que era, nunca lo admitiría. Solamente necesitaba apoyo moral– Tenemos saber de qué hablaran.
Draco volvió a mirar hacia la vieja llave oxidada. Theodore quería zarandearle, tanta indecisión comenzaba a irritarlo y si no lo hacía era porque necesitaba a Draco de su lado para que todo lo planeado resultaría como debe de ser. Esa tiza y esa vieja llave eran el pasaje directo a cualquier parte de Malfoy Manor, pero solamente los Malfoy podían usarla, Magia de Objetos vinculados a su sangre y herencia. Le costó mucho convencer a Draco de robarla del despacho de su padre, pero era necesario.
Draco finalmente se decidió y tomo la llave, esta se incrusto en el suelo de madera del closet, la giro y con un leve "Crack" la línea rosa se materializo como cenizas y el rectángulo se hundió unos centímetros, dejando una fina rendija de la que escapaba luz y polvo. Theodore se arrodillo al mismo tiempo que Draco y entre los dos empujaron el rectángulo de pesada madera, haciéndolo a un lado al otro lado. El brillo de un candelabro de techo casi les segó, Theodore metió la cabeza en el agujero con fascinación y curiosidad. Primero, se dio cuenta de que la puerta que abrió Draco estaba en el suelo de otra habitación y mientras que ellos tenían que bajar desde el piso del Closet, cuando hubieran cruzado seria como si subieran. Excitante.
Dio una mirada a Draco y comprobó que él estaba más pálido de lo que acostumbraba.
– ¡Vamos! –Dijo Theodore emocionado– La reunión ya debe de haber comenzado.
Draco volvió a asentir– Yo iré primero. Llegaremos directamente al sótano de la mansión, allí es donde mi Padre guarda todos los artefactos peligrosos de la casa. –Dijo mientras se sentaba en el borde de la puerta que abrieron, con sus pies colgando en el vacío, sonrió arrogante– Tomaremos un espejo con el que será más fácil espiar, solo yo sé dónde está. No vayas a tocar nada.
Theodore frunció el ceño ante el repentino ataque de valentía de Draco, o quizá solamente fuera también la excitación. Le vio saltar al vacío y escucho un golpe sordo. Theodore pensó en la mejor estrategia para bajar y que al estar en la otra habitación no se diera un golpe como escucho a Draco. Se sujetó de la orilla de la puerta y daba un ligero salto al vacío. Sus pies se pegaron automáticamente al suelo de la otra habitación y tuvo que impulsarse con las manos para terminar recostado en el piso mirando fijamente el candelabro. Draco apareció en su campo de visión y parecía estar riéndose de él.
Theodore se incorporó despacio. Era una habitación sin otra iluminación que el candelabro. Había como doce filas de repisas en el fondo que estaban en penumbras por la poca luz, unas con objetos que no distinguía bien por la lejanía y la oscuridad y otros con lo que parecían ser libros. En la parte donde no había repisas, estaba un vacío escritorio gigantesco, tenía sillas que se veían cómodas pero no había nada hogareño allí. El suelo entero estaba cubierto con seguramente una muy cara alfombra color vino, en las paredes habían unos cuantos veladores por aquí y por allá, pero todos vacíos. Estaba por dirigirse a las estanterías cuando Draco salía de uno de los caminos que formaban los estantes, vio que tenía entre sus manos un rectángulo enorme cubierto con una tela gris.
–Este es el espejo –le dijo serio– está encantado para mostrar "El otro lado" Lo apoyaremos en la pared y nos mostrara lo que está detrás.
– ¿Qué pasaría si vemos sin apoyarlo en la pared?
Draco le entrecerró los ojos– A un mago, no lo sé. Pero cuando mi padre lo compro le dijeron que esta cosa había vuelto locos a los muggles. Imagino que lo probó en alguna ocasión porque lo guarda siempre cubierto.
Theodore lo siguió con la vista y observo como Draco apoyo el espejo en uno de los veladores y quito la tela gris que le cubría. Al principio el espejo les devolvió su propio reflejo, pero poco a poco su cara se fue desdibujando y se podía ver una sala con una gran mesa y muchas sillas elegantes. Lucius Malfoy estaba allí, igual que los Carrow y Mulciber. El padre de Theodore estaba de espaldas, pero lo reconoció fácilmente.
Draco se sentó en el suelo alfombrado. Theodore miraba los cómodos sillones cerca del escritorio cuando Draco hablo– No toques los sillones, tienen truco. –Dijo mirando fijo hacia el espejo– No sé cuál, pero cuando bajamos mi padre no deja que los use.
Theodore comenzó a mirar con desconfianza todo el lugar, incluido a Draco que estaba muy callado para su gusto, después volvió a mirar hacia el resto de repisas, paso a paso se acercó a ellas; había todo tipo de objetos extraños allí. Primero, filas y filas de libros, después cajas de madera de muchos tamaños, jarrones con estampados extraños, pendientes con pequeños cráneos oscuros, figuras de cerámica y colores extraños, había una vitrina al fondo con una soga enrollada en su interior. Al ver de cerca uno de los jarrones pudo jurar que los estampados se movieron. Por la impresión se alejó y al volver a pasar junto a los pendientes de cráneos, casi da un salto al ver que no había cráneo alguno. De pronto se sintió observado.
–Deja de curiosear y ven, Theo. Creo que ya comenzara.
Theodore se sobresaltó y luego de acomodarse el cuello de la túnica, se acercó a donde Draco estaba sentado, mirando de cuando en cuando hacia atrás con la desagradable sensación de que le seguían observando. Se sentó al lado de Draco, por el espejo pudo observar claramente como los magos y brujas se reunían alrededor de la mesa de los Malfoy. Avery había llegado, Narcisa estaba sentada al lado de Lucius, y había una bruja pelirroja tan hermosa como Narcisa; un joven mago rubio que no había visto en la vida a quien Yaxley miraba como si fuera un bicho raro y codeaba a cada rato a Macnair mientras le susurraba algo. Vincent Crabbe y Goyle parecían querer su espacio y estaban los bastante alejados del grupo, casi junto a otras dos brujas y tres magos que estaban de espaldas al espejo, Theo miro a Draco por si los reconocía, pero él le negó con la cabeza.
Todos ellos mortífagos, seguidores del Señor Tenebroso, viejos miembros y algunos candidatos entusiastas que quizá quisieran la marca tenebrosa.
Cuando vio la marca de su padre por primera vez, Theodore le pregunto si le dolía, pues la serpiente se movía y parecía sufrir. Su padre le había dicho que no era así. Que antes si, y era un llamado, pero no lo había hecho hace años y que el a veces olvidaba que estaba allí. Pero este año era diferente, porque una noche mientras cenaban, a su padre se le cayó el vaso de cristal de las manos y tenía una mueca de dolor. A su padre nunca se le caía nada y aunque Theodore estaba presente se arremango la túnica y el vio como la serpiente se contorsionaba. Su padre se negó a explicarle cosa alguna a Theodore cuando le pregunto sobre ello.
Durante los dos días siguientes, las lechuzas habían ido y venido, además, a pesar de que su padre no recibía visitas a menudo en casa, en esos dos días, recibieron a cuatro invitados inesperados. Theodore espió cada una de las conversaciones, por supuesto. Los hermanos Carrow se presentaron, igual Yaxley y Macnair por separado, diciendo que solamente pasaban a saludar y pareciendo hablar en clave… la última visita que recibieron fue un mago que Theodore no reconocía pero que parecía ser extranjero de tierras bajas, pronunciaba con fuerza la "r", esa fue la visita más extraña y shockeante de todas, porque el mago había saludado a su Padre y había sido muy amable, pero después, al pasearse por la sala al despedirse, había encontrado su escondite y luego de levantarlo en el aire, le agarro por debajo de los brazos y le apunto con la varita al cuello y comenzó a gritar a su padre. Nunca en la vida había estado tan asustado como en ese entonces. Prácticamente hubo un duelo en su casa, el extranjero soltó a Theodore y él tuvo que arrastrarse por el suelo mientras los muebles de la casa estallaban por todos lados. Solamente cuando llego hasta su padre el abatió al otro mago y todo el estruendo termino.
"Tienes suerte de que mi varita sea monitoreada" le había furioso como nunca antes le había visto, dicho mientras sostenía a Theodore detrás de el con fuerza "O te lanzaría un Avada ahora mismo por lo que trataste de hacer" pero hizo otro movimiento y el mago lanzo gritos horribles hasta quedar inconsciente.
Después había ordenado a los elfos llevarse al hombre. "Lo más lejos que puedas de aquí" había sido exactamente sus palabras.
Más tarde, mientras los elfos arreglaban el desastre en la sala, Theodore fue obligado a quedarse en su habitación hasta la noche, momento en el cual su padre subió y luego de sentarse en un costado de su cama, le había explicado que el Señor Tenebroso quizá no había muerto y todos los que una vez habían sido mortífagos sentían su presencia. Le conto sobre los "Caballeros del Walpurgis" y como gradualmente se convirtieron en los lúgubres "Mortífagos". Le explico que aun ahora el ministerio podría monitorear las varitas de los antiguos seguidores del Señor Tenebroso. Tenía amigos en el ministerio y algo de influencia y siempre podría sobornar a alguien, pero un maleficio asesino dispararía las alarmas y por eso no mato a aquel sujeto.
Theodore solamente asentía a cada respuesta que le daba su padre y lanzaba la siguiente pregunta. ¿Había matado a mucha gente? ¿Madre también había sido un Mortífago? ¿Qué pasaría ahora? ¿Vendrían más sujetos peligrosos a la casa? ¿De verdad El Señor Tenebroso había vuelto? ¿Qué haría él? ¿Qué pasaría con la Familia Nott?
Fue esa misma noche cuando llego la lechuza de los Malfoy y su padre la leyó en voz alta, haciéndole conocer a Theodore de la reunión que habría en casa de Lucius Malfoy, "Negocios" decía. Pero la cara de preocupación de su Padre insinuaba otra cosa.
"Iras conmigo, pero te quedaras con el hijo de Lucius hasta que vaya a buscarte" le dijo y eso fue todo.
Cuando le conto todo a Draco, este parecía entre maravillado y asustado. Dijo que él nunca había visto un maleficio Cruciatus, preguntándole detalles sobre como sonaban los gritos o si había sangre. Incluso menciono una historia macabra sobre la hermana de su madre, quien decía que lanzaba los Cruciatus más poderosos de todos los tiempos. Había sido la charla más surrealista y algo enfermiza que había tenido, pero no negaría que se sentía algo cohibido y la adrenalina aun latente en su ser. Después de eso, fue fácil convencerle de espiar a sus padres y la reunión de exmortífagos que se llevaría a cabo.
Ahora estaban allí, sentados y expectantes. Cada que uno de los presentes al otro lado del espejo posaba sus miradas en el frente, parecía como que les estuvieran mirando y su pulso latía como cuando ese barbudo y extranjero mago le alzo en el aire y le clavo la varita en el cuello.
Ojala nadie les clavara varitas en el cuello esa noche a ninguno de los dos.
Una figura se unía a la mesa y tomaba asiento cerca de Lucius, Alliester Parkinson.
Lucius Malfoy le hizo un asentimiento de cabeza.
Avery resoplo– Espero que sea el último invitado. Mi paciencia se agota, Lucius.
El aludido le lanzo una mirada carente de emociones y solamente cerro los ojos, como si estuviera conteniéndose– Solamente invite a esta reunión al círculo privado y a buenos colaboradores, Avery.
–Seguimos siendo pocos. –resoplo.
Macnair soltó una carcajada– Claro que si, Avery, sólo que el resto de compatriotas está en Azkaban. Es obvio que Lucius ha estado reclutando, necesitamos sangre nueva. De preferencia pura.
Crabbe se removió en su silla– ¿A caso hay un mestizo aquí?
El mago rubio al que Yaxley miraba feo se puso de pie– Soy Edward Greengrass, provengo de la rama Irlandesa de la familia, rama algo alejada y con abuelos liberales que permitieron que mi madre se casara con un mestizo. Digamos que soy un cuarto mestizo, tres cuartas partes sangre pura, pero estas cosas no importan mucho ¿o sí? Ya ha habido mestizos en sus filas. Además que soy de entera confianza y un miembro imprescindible para la familia Greengrass.
–Un niño hablador, eso es lo que es. –gruño Yaxley.
Edward Greengrass se giró hacia el mago que gruño– No soy un niño, estimado Yaxley. Este año cumplo treinta años. Nadie me consideraría uno.
Macnair parecía aguantarse la risa, codeo a Yaxley mientras él le hacia una mueca– Te dije que era todo un personaje.
Lucius acariciaba su bastón– El joven Greengrass ha sido recomendado por el mismo Antón, cabeza de la familia como ustedes bien saben. Como él dice, es un miembro imprescindible para ellos.
–O alguien desechable –se rio Alecto Carrow– nuestro pequeño y lúgubre grupo no tiene poder, no tiene orden. Nuestro único vínculo, nuestro Señor Tenebroso, no está entre nosotros.
–Creo que sería importante dejar claro los puntos de reunión antes de seguir perdiendo el tiempo –esta vez era el padre de Theo quien hablaba– Para empezar, ¿Por qué estamos reclutando gente?
– ¿No es obvio? –Esta vez hablo la bruja pelirroja, tenía una voz musical– Él ha vuelto. Cada uno de ustedes lo sabe, mi padre me enseño la marca en su brazo, lloraba de emoción. Carrow puede decir que no está entre nosotros, pero está allí, en algún lugar.
– ¿Quién es la fanática? –Dijo Alecto con desagrado– Creí que después de que nuestra Bella termino en Azkaban no escucharía tanta devoción.
–Soy Malina Huggens –dijo levantando la barbilla– Mi padre era un leal servidor. Mi madre una traidora de la sangre, una cobarde, una Weasley, no creyó en la tarea de mi padre y luego de lanzarle el Imperio hizo que huyéramos hacia América, cuando ella murió, mi padre fue liberado del maleficio y cayó enfermo por toda la rabia y la frustración. Volví a Europa apenas y mi padre me dijo lo que ustedes ya saben. Vine hasta aquí a tomar la marca. Limpiare el nombre de mi padre. Seré una servidora leal.
–Huggens… creo recordarle –Amycus hablo– desapareció de la nada. No recuerdo a la esposa…
Nott carraspeo– Como iba diciendo, hay que dejar en claro los puntos de esta reunión. No creo que el motivo sea escuchar las historias de la vida de cada uno de los presentes o sobre sus raíces.
–El Señor Tenebroso ha vuelto, no hay otro motivo en sí. –Esta vez Mulciber hablo.
–No estamos completamente seguros.
– ¿Qué pasa Nott? Pareces nervioso.
–No son nervios, Yaxley –dijo lanzándole una mirada inexpresiva– solamente que esta situación se nos puede escapar de las manos. El Señor Tenebroso fue derrotado, eso hace muchos años ya. No ha dado señales de vida desde entonces, lo que quiere decir que está muerto o no quiere ser encontrado. Quizá sea lo segundo. Quizá planea algo en un perfil bajo y nosotros podríamos estar arruinando eso con estas multitudinarias reuniones. ¡Por Merlín! El ministerio aun nos vigila.
Macnair gruño– tiene razón. Hay rumores de que el departamento de Aurores está preparando todo un plan de redadas en las próximas semanas, todo porque paso algo en Hogwarts. Sería bueno averiguar sobre ello también. ¿No tenemos alguien allí dentro?
Lucius parecía estar en otro mundo cuando dijo despacio– No, a nadie. Pero mi hijo menciono algo sobre un monstruo que atacaba unicornios en el bosque prohibido y que Harry Potter permaneció un buen tiempo en la enfermería. Quizá tiene algo que ver.
–Genial, confiemos en lo que un niño escucho por ahí. –Alecto resoplo.
–Seguimos sin establecer una dirección de esta reunión. –dijo Nott ya notablemente irritado.
–Apoyo a Nott –esta vez fue Parkinson quien hablo– No fui parte de su grupo en su momento y a pesar de eso, todos ustedes me conocen. Lo único cierto aquí es lo que la Srta. Malina ha dicho, el Señor Tenebroso ha vuelto. Como miembros –apunto a los mortífagos– y como personas que apoyamos su causa –apunto a los rostros nuevos– tenemos que decidir qué hacer de ahora en adelante. Nuestras lealtades están claras, de lo contrario, no hubiéramos venido esta noche.
Nott asintió– Nuestro Señor Tenebroso está manteniendo el perfil bajo porque quiere o porque no le queda opción, sugiero que tomemos la misma actitud.
– ¿Y qué actitud es esa? –Una de las brujas que estaba de espaldas al espejo hablo.
Nott miro a todos en la mesa, uno a uno– Ya no más reuniones de este tipo. Solamente daremos motivos al ministerio para creer que algo raro pasa aquí. No queremos eso. Tenemos que ganar poder. Somos públicamente apuntados como Mortífagos y nuestros hijos lo son como hijos de mortífagos, nadie que quiera un poco de respeto en la sociedad mágica será de buen ver con esas credenciales. Tenemos que lograr tomar posiciones en el Ministerio, mientras sea más rápido mejor. Lograr influencias dentro de instituciones cruciales de Londres Mágico. El Profeta, Gringotts, Hogwarts, El organismo que fiscaliza el Quiditch. Necesitamos poder político.
–Interesante –musito Macnair– Las caras nuevas nos servirán para eso.
– ¿Cómo ayudara la política al Señor Tenebroso? –Malina sonaba indignada– Mi padre decía que cuando él agitaba la varita no había quien se le opusiera. Todo ese plan es una pérdida de tiempo, tenemos que buscar a nuestro Señor.
–Señorita Huggens –Nott hablo despacio– Su padre vio al Lord en toda su supremacía, los que portamos la marca lo hemos visto. Pero el Lord no está aquí, eso es un hecho. Los cambios grandes en el mundo mágico, se logran con fuerza bruta o con política, no tenemos fuerza bruta, así que lo conveniente es apostar por la política. Es un proceso lento y poco a poco ha dado frutos. La mayoría de leyes del mundo mágico nos ponen en punto de supremacía. Recuperaremos el respeto. Buscaremos soluciones mejores a problemas actuales, claro, sin dejar nuestra supremacía. El Lord Tenebroso creía en ello. Y si vuelve, vera nuestros avances y si bien no está complacido, al menos no recriminara que no hemos hecho nada en todo este tiempo.
Malina se rio a carcajada limpia. Una risa cruel– Claro que no estará complacido. Les matara –dijo con malicia– lentamente, disfrutándolo. Es lo que yo haría con una banda de "servidores" de pacotilla tan cobardes como cada uno de ustedes. –La bruja se levantó, sacudió su ropa y con un movimiento elegante del cabello, salió de la vista que ofrecía el espejo.
–Muy dramático –dijo el joven Greengrass con una sonrisa algo vacilante– Bueno, no quiero morir sin siquiera haber pertenecido enteramente ni mostrar mi valía a Nuestro Lord. ¿Solo el Estimado Sr. Nott hablara? ¿No hay un plan B?
–Nott tiene razón –Crabbe miraba al suelo mientras hablaba– ¿Qué más podemos hacer? Justo ahora solamente somos un grupo apartado sin poder ni respeto. Nott fue atacado en su propia casa, sé que amenazaron a su hijo. Macnair me lo dijo. Escucho a los Aurores reírse de eso.
Macnair estiro la barbilla hacia Nott– "Tarde o temprano pasaría" fue exactamente lo que dijeron. Y hasta lamentaron que no mataras al otro mago, ya que así habría "Un SUCIO Mortífago menos".
Yaxley resoplo– No me sorprende –dijo airado– muchos compatriotas y hasta familias enteras fueron asesinadas en sus propias casas y no vi a nadie del ministerio moviendo un dedo para evitarlo. Los Rosier son un buen ejemplo. Lo que dice Nott no es tan descabellado. ¿Cómo se supone que tomaremos el mundo mágico? ¿A punta de varita? La última vez hubo mucha sangre. No digo que no fue necesario, volvería a matar a cada mago y bruja que mate, porque tenía sentido. Hay que ser realistas, el Lord no está. Pienso que nadie quiere terminar en Azkaban.
Hubo silencio entonces. Uno a uno los presentes miraron a Lucius, Narcisa a su lado, miraba a otro sitio. Las posiciones allí estaban claras, las figuras de poder allí eran Parkinson, Nott y Malfoy. Greengrass era una familia importante, pero quien los representaba era solamente un miembro menor, por mucho que el mismo cabeza de familia le diera su apoyo. Parkinson había apoyado a Nott, solamente quedaba saber que diría Malfoy.
Lucius se puse pie y hablo– El camino de la política siempre ha sido el más seguro.
Theodore noto como parecía que su padre había soltado un respiro.
–Pero –continuó Lucius Malfoy– Como Mulciber y la ausente Srta. Malina expresaron, todos sabemos que nuestro Lord está allí afuera en algún lugar, no podemos ignorarlo. Es un mago poderoso y podría resurgir en el momento menos esperado. Les propongo esto: Nuestro proyecto principal será lo que Nott sabiamente ha sugerido, incursionemos en los juegos de poder dentro del Ministerio los miembros nuevos serán de suma importancia en este plan. Parkinson les guiara y tomara bajo su protección, ya que su reputación no está manchada.
– Aun –rio Alecto. Parkinson le miro nada divertido por su broma.
–Cuando se hayan establecido en puestos decentes, comenzara el juego de la política, serán el puente para que nosotros, los no tan bienvenidos exmortífagos podamos hacer actos que sean de buen ver con la venia del ministerio.
–Me gusta cómo suena eso –dijo el joven Greengrass con una sonrisa radiante– Ahora, el plan B, ¿podríamos los rostros nuevos participar?
Lucius le mando una mirada amenazadora, pero el chico no quitaba su sonrisa– Tendremos gestos para nuestro señor.
– ¿Qué gestos? –pregunto Amycus.
–Los detalles no puedo dárselos, pero créanme cuando les digo que pronto escucharan como Dumbledore es derrocado de su puesto como Director de Hogwarts. Además de eso, habrá una purga de Sangres sucia en Hogwarts.
Nott estaba pálido– ¿Estas sugiriendo que debemos matar niños?
Lucius arrugo la nariz, claramente ofendido– no nosotros –sacudió la cabeza, quizá imaginándose el cuadro de ver niños muertos– todos aquí conocen la leyenda, El legado que Salazar Slytherin dejo en Hogwarts. Salió una vez al llamado de nuestro Lord. Solamente tenemos que lograr que vuelva a salir y limpie el colegio por sí mismo.
– ¿Bromeas? –rio Macnair– Ninguno de nosotros puede pronunciar las palabras adecuadas, no quiero terminar petrificado. O Peor, muerto.
–Tampoco podemos entrar a la escuela a nuestro antojo. Siquiera sabemos dónde está su guarida, no me imagino a Dumbledore dejándonos pasear por su amado Hogwarts, y aunque lo hiciera, los ataques ocurrirían después de nuestra visita, demasiado sospechoso. –después de hablar Alecto se cruzó de brazos.
–Como dije –Lucius sonaba impaciente– No puedo darles detalles, pero la cámara de los secretos será abierta este año. Hogwarts será purgado y Dumbledore sustituido. Con estos gestos, el Señor Tenebroso estará complacido. Si es que vuelve. Si no, cuento con que para entonces tengamos la suficiente influencia para poner un Director de nuestro lado.
Crabbe se removía incomodo en la silla– ¿Qué hay de nuestros hijos? –Dijo sonando preocupado– ¿No habrá peligro para ellos?
Lucius hizo una mueca– Si alguno de ustedes teme que su hijo sea un impuro, sugiero que no lo envíen a Hogwarts este año.
Parkinson, Nott, Crabbe y Goyle se miraban incomodos. Todos ellos tenían hijos en Hogwarts. Pero como Lucius también tenía un hijo tendrían que confiar que Lucius sabía lo que estaba haciendo.
–Ahora, la comida. –Lucius golpeo al suelo con su bastón y los platillos y bebidas aparecieron en la mesa.
Theodore miro a Draco y este le devolvió la mirada, no sabía si asustado o impactado. Entonces sonrió.
–Todos los sangre sucia morirán –su risa era casi maniaca.
Theodore asintió– Hay que volver.
Después de haber guardado el espejo y bajar hacia el clóset de Draco (y subir), lo cual fue bastante complicado, pues el espacio era pequeño, Theodore miraba en silencio por la ventana. Draco se sentó en el marco y le miro ceñudo.
–No me dijiste que te amenazaron de muerte.
–Creí mencionar que ese mago puso su varita en mi cuello.
Draco resoplo y rodo los ojos– ¿Qué se siente?
Theodore pensó un poco sobre ello. Recordaba que había mucho ruido y que solamente escuchaba su propia respiración. Sin embargo, había algo más– ¿Alguna vez has tocado la cera derretida de una vela?
Draco se lo pensó– Creo que sí.
Theodore asintió– Así se siente. Un pequeño calor en la punta de la varita. Pero…
La puerta sonó entonces con unos golpeteos suaves– Joven amo Malfoy –una cabeza asomo por la puerta– El Amigo del Amo, el Señor Nott pide que su hijo baje para poder marcharse.
–Bien. Ahora vete. –dijo Draco con dureza. El elfo hizo una corta reverencia y se cerró la puerta despacio.
Theodore tenía una ceja levantada– ¿Por qué toca la puerta? ¿Acaso no puede aparecerse aquí?
Draco se puse de pie– Si puede, pero mi padre se lo ha prohibido. De hecho, se lo prohibió a todos los elfos. La casa está encantada para que nadie pueda aparecerse, pero de ninguna manera pueden evitar que los elfos puedan seguir haciéndolo. Mi padre dice que es para dar la apariencia de que los elfos no pueden y así nuestros enemigos no intenten enviar elfos en nuestra contra. Yo seré quien encante la casa y así nadie, siquiera un elfo podrá aparecerse aquí.
Theodore se puso su capa y le miraba casi con desdén. Draco Malfoy tenía delirios de grandeza preocupantes.
Ambos muchachos bajaron por las escaleras. Cuando llegaron allí, solamente el joven Greengrass seguía allí y no parecía que se iba pronto. Theodore se acercó a su padre y juntos caminaron hacia la chimenea, noto con extrañez que tenía cenizas sobre la ropa. Theodore fue primero, hizo una reverencia a Lucius y a Narcisa Malfoy antes de desaparecer entre las llamas.
Cuando llego a casa, la sala estaba tenuemente iluminada y uno de los elfos estaba al pie de las escaleras.
– ¿Por qué estas allí, Dung? –dijo acercándose a la criatura.
El Elfo agacho la cabeza antes de hablar– el Amo lo ordeno, joven Amo Nott.
– ¿Porque?
La chimenea ilumino la sala a espaldas de Theodore. – Porque quería asegurarme que la casa estuviera segura. No hostigues a Dung con preguntas Theo, sabes que él no puede responderlas. ¿Quieres que intente cortarse los dedos otra vez?
Theodore negó con la cabeza, mirando a Dung con algo de vergüenza. Era muy radical cuando sin querer desobedecía las ordenes de su padre por culpa de Theodore.
–Sube a tu habitación, hijo. Dung te llevara algo de comer en un momento.
Theodore fue subiendo escalón a escalón– Cenamos en la habitación de Draco apenas llegamos, Padre.
–bien. De todas maneras, ve a tu habitación.
Theodore subió las escaleras despacio y pudo escuchar claramente cuando su padre daba órdenes a los demás elfos sobre vigilar las entradas de invitados de la casa por turnos.
"Si alguna persona que no es un invitado entra aquí, quiero que uno de ustedes vaya a la habitación de Theodore y se lo lleve a la Mansión del este. El otro ira a mi habitación y me despertara por cualquier medio, sea a la hora que sea, en el momento que sea."
"Pe-pero amo… usted había ordenado antes que no lo molestáramos cuando…"
"Olviden esa orden, Tini, todos ustedes, Dung, Tale, Morice. Harán lo que ordeno ahora. Y si por alguna razón, solo uno de ustedes queda, no dos como he dicho, ese uno ira a la habitación de Theo primero, le dejara en la Mansión del Este y volverá aquí después a despertarme a mi"
"Amo en el lugar-pero ..."
"Nada de peros, es una orden."
Theodore escucho las pesadas y lentas pisadas de su padre en las escaleras, rápidamente se deslizo en su habitación. Su padre toco antes de entrar.
–Adelante. –Dijo mientras se recostaba en la cama.
Su padre se había despojado de la capa y a paso lento se acercó a una orilla de la cama y se sentó allí, mirándole fijo.
– ¿Vendrá alguien a atacarnos, Padre?
El suspiro– No lo sé, pero debo tomar precauciones si eso ocurre.
– ¿Por qué me enviaras a la Mansión del Este? No hay nadie allí.
–La mansión es monitoreada por el ministerio todo el tiempo. Si apareces allí, sabrán que algo ocurre y tengo fe de que enviaran a al menos un auror a mirar. Nos odian a nosotros, los mortífagos, pero… los niños… ellos no permitirían que un niño sea lastimado.
Theodore asintió despacio "Lucius Malfoy lo permitiría" quiso decirle.
– ¿Qué pasara, Padre?
–Intentaremos volver a ganar estatus. Hay…. Personas complicadas también metidas en esto. Pero seguramente podremos lograr nuestras metas. Le recordaremos a la sociedad mágica que estamos en la cima.
Theodore volvió a asentir. Su padre le miro por un largo rato antes de hablar.
–Hijo… he estado pensando… ¿Sería importante para ti… el que no fueras a Hogwarts este año?
Theodore se le quedo mirando sin decir una sola palabra.
¿Que?
¿QUE?
Pues... que le vamos a hacer. Su padre no quiere que Theodore asista. Solo el sabe porque y esta demas decir que con lo amante de la verdad que es Theo lo averiguara...
