HOLAAA, NUEVO ONESHOT, RATED M M M. Muy M. Lemon explicito. Así que lean bajo su responsabilidad, no sé como me vino esto a la cabeza pero sinceramente me pareció bastante estimulante, DEJENME SUS COMENTARIOS, nos leemos abajo :3
Personajes de Masashi Kishimoto
Historia pertenece a Seishes, a mi :3 que me mate con ella
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Capítulo Único
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En Irabellia, un mundo regido por la magia, no existía nada parecido a humanos comunes, toda la población estaba constituida por extrañas especies, Orms, fantásticos caballeros con fuerza sobrehumana, capaces de alzar toneladas con un brazo, característicamente usaban trenzas largas en sus platinados cabellos, respetados y temidos debido a su brutalidad en batalla, aquellos que habían logrado verlos solo podían describirlos como ángeles manchados de sangre, Lirifes, preciosas mujeres de cuerpos esculturales y voluptuosos, los Orms acudían siempre a sus brazos donde se dejaban mecer por las suaves y seductoras voces, entre habitaciones llenas de seda y luces, Neims, sobrios y dotados de conocimientos hasta más no poder, de ojos perlados y transparentes, Hirems, féminas de estructuras físicas menudas y gráciles, volaban surcando los cielos con frecuencia, solían vivir en zonas volcánicas, la lava no les hacía absolutamente nada, eran especialmente engañosas y maliciosas. Existen muchas más especies por supuesto, en este esquema, eran miles de millones, todos gobernados bajo un sistema estructurado e infalible.
En la cúspide de esta pirámide, existían familias idolatradas hasta el cansancio debido a su poder, avasallante, arrollador. Todos mostraban respeto ante sus presencias. Entre tales poderosos, existía un clan donde todos sus hombres eran descritos como dioses, de pieles perfectamente blancas con atractivos seductores e inalcanzables. El clan Uchiha.
Muchísimos años antes de haberse establecido un sistema en el cual todas las especies mágicas pudiesen coexistir, existieron guerras incansables debido al deseo de la supremacía de cada raza, el día en que se dio la que acabó siendo recordada como "la guerra de Caleim", aparecieron por primera vez, vistiendo armaduras negras y alas que parecían formadas de sangre y sombras, todo el campo de batalla, acabó desolado en menos de un parpadeo. Entre los que lograron ver el escenario, muchos acabaron tan traumatizados que solo podían pensar en morir. Partes de cuerpos, órganos y un rio de sangre que tardó infinitamente en secarse.
Poco tiempo después de tal suceso, el rey de cada raza recibió una invitación en la que se instaba a una reunión en un sitio del que nadie había escuchado hablar, sin embargo, adjunto a cada invitación había un mapa. Probablemente muchos habrían ignorado tal llamado, de no ser porque tales cartas fueron llevadas por Nets, aves que habían sido vistas rondando a los seres que acabaron con la guerra de Caleim, y estaban presuntamente extintas. Entre las nevadas montañas del norte de Irabellia, tal y como describían en el documento redactado, se erigía una inmensa estructura de pesados bloques oscuros.
Después de ese día, todo el mundo empezó a reestructurarse de la forma como estaba constituido ahora en el presente. Allí fue donde por primera vez se supo de la existencia de los Uchiha. Quienes eran la máxima autoridad impuesta en la jerarquía. No eran muy vistos, nadie sabía exactamente donde residían, se decía que probablemente en las profundidades de las zonas frías. Sin embargo, actualmente había un hombre perteneciente al clan Uchiha que se encontraba viviendo en la capital, Uchiha Sasuke.
Se decía que había sido enviado para vigilar que todo estuviese en control.
No obstante, la realidad era otra.
Las Adinas, eran conocidas por ser mujeres obstinadas, existían relatos donde se hablaba de hombres que morían por sus caricias, adictivas. No eran demasiado piadosas, de hecho, eran según la medida de muchos, crueles. La mayoría de ellas contaba con ojos azules y profundos, bordeados de preciosas pestañas rojas como las llamas del fuego, azules como el cielo, o rubias como el sol.
Entre ellas había una mujer que quería desquiciarlo.
Sakura
Con el cabello pálido, suave y del color de pétalos rosas, largo hasta los tobillos, con la piel blanca y los ojos jades. Era única en su especie, al principio su clan, una familia respetada entre su raza, había creído que tal niña estaba maldita, debido a que ninguna de sus mujeres había nacido jamás con tales características, sin embargo, al fijar sus ojos en los de su padre, este cayó rendido ante ella sin dudar. Creció siendo consentida e implacable. Muy a diferencia de su apariencia grácil, era increíblemente sanguinaria.
A pesar de haber logrado casi la totalidad del control del mundo, existían razas exiliadas que deseaban acabar con los Uchiha, que tras la batalla de Caleim no habían vuelto a inmiscuirse en ninguna guerra. Dejando el paso libre a grupos rebeldes que estaban constantemente atacando las fronteras. Uchiha Itachi, había considerado divertidas estas revueltas, por lo cual, aún existían.
Los voluntarios de las razas guerreras, iban constantemente a la batalla, entre estas se encontraban las Adinas por supuesto.
Allí estaba ella. Acorralada por todos los flancos posibles por enormes hombres bronceados, dispuestos a violarla antes de darle una dolorosa muerte.
No paso demasiado antes de que las cabezas de todos los tipos, saliesen volando, manchando las hebras rosas de carmín, la vio flexionar el delicado cuerpo que poseía después del limpio movimiento de su espada que logró una decapitación en masa. Los cuerpos se derrumbaron ante ella formando un circulo bizarro.
Inmediatamente estuvo frente a ella, trató de decapitarlo también, por lo cual en un movimiento la hizo soltar la espada y la tomó del brazo.
– "Vamos"
– "¿Qué?" – La escuchó cuestionar, su voz era suave y aguda, nada en ella aparte de la personalidad con la que venía en la sangre, era discordante, era dos cabezas más baja que él, de cuerpo con curvas asimétricamente perfectas y boca preciosa.
– "Hmm" – Murmuró con simpleza.
– "¿Quieres que me vaya contigo?" – Preguntó dudosa
– "No tienes opción"
– "No puedo irme de la batalla hasta que todos mis enemigos mueran" – Respondió ella, una sonrisa maliciosa cruzó el bonito rostro –
Sasuke la miró sin inmutarse, con el brazo que no la estaba aprisionando, el izquierdo, sonó los dedos en un chasquido. En un instante, todo lo que estaba en el caótico sitio, había desaparecido. Sin dejar rastros de ningún tipo, como si no hubiesen existido, cada enemigo y aliado de Sakura, se había esfumado. A ella no le importaba realmente que hubiesen muerto algunas hermanas y hermanos de raza, a su padre tampoco –así eran ellos-, por lo tanto, no tenía razones para pedirle a Sasuke que les devolviese la vida.
Él era un ser absoluto, muerte y vida. Podía acabar con absolutamente todo en un movimiento, tanto como resucitar en la misma medida, todo sin sudar ni parpadear.
Sus pies tocaron el frio suelo de mármol del enorme castillo en la cima de la capital, Sasuke los había transportado sin que se diese cuenta, de un fluido movimiento se soltó de su agarre y emprendió camino en medio de los criados y criadas que inclinaban la cabeza ante la llegada de sus señores. Ella aún no quería verlo.
La siguió sin acelerar el paso, de forma que se mantenía tras ella, que al llegar a su enorme cuarto de cambio, empezó a quitarse la pesada armadura hasta quedar completamente desnuda. Bruja. Ni una herida, él jamás perdonaría a quien le dejase una marca, Sakura llevaba yendo a batallas desde hace aproximadamente cuatro semanas, solo porque sabía que él no lo soportaba. Ella haciendo justicia a su naturaleza, estaba tan rabiosa por sus prohibiciones que estaba llevándole la contraria en todo. Al principio le pareció un arranque que podía soportar, pero sinceramente, había llegado a su límite.
Sus delicados pasos fueron a parar al baño, donde había una enorme bañera rectangular llena de agua tibia, cuando se hundió hasta la cabeza, el agua se empezó a teñir por la cantidad de sangre en su cabello. La volvió a purificar para ella, dejándola cristalina. La pequeña arpía no se lo agradeció, estaba sentada en la cima del ego.
Cuando pasó una hora, salió como si nada, la vio elegir ropa común entre las mujeres de su especie cuando no estaban en batalla, parecida a una gitana, dejando el vientre a la vista y con una larga falda con amplias aberturas a cada lado, las sirvientas inmediatamente entraron con joyas, un montón para adornarla de pies a cabeza. A Sakura le gustaban las joyas, a él le gustaba dárselas, porque ella podía tener todo lo que quisiese, Sasuke solo quería tenerla a ella.
El castillo fue construido para ella, como a ella le gustaba, porque a ella le gustaba. Tenía miles de torres construidas en su nombre, situadas de manera en que no se escapasen las mejores vistas, forradas en oro y diamantes, porque a Sakura le gustaba.
Su padre Uchiha Fugaku le había contado hace tiempo que los hombres de su clan encontraban el amor una vez y para toda su eterna vida, sin embargo, era tan devastador, que muchos de ellos habían terminado suicidándose debido a la pérdida de su mujer o cometiendo actos terroristas sin importar a quien afectasen. El problema erradicaba en que mataban a los suyos en medio de tan despiadados ataques, y a diferencia de las Adinas, como daba a demostrar Sakura, los Uchiha no toleraban la muerte entre su misma raza. Era un grado de adoración y necesidad que solo crecía y crecía, volviéndolos peligrosos y sanguinarios, por eso, las mujeres Uchiha eran cuidadas celosamente de la vista de todos, y en parte tal cuestión había influido en el hecho de estar totalmente alejados del resto del mundo.
Pero Sakura no era una Uchiha, él era uno de los pocos y complicados casos en los cuales no encontraba a su mujer dentro de las ramas del clan. Y Sakura era todo lo contrario a ellas –Las mujeres Uchiha-. Era abrasadora, con un temperamento endemoniado y ganas de riña todo el tiempo, su familia la había consentido tanto que la había vuelto una mujer casi insoportable.
Sasuke, sin embargo, no iba a consentirle un minuto más que ella siguiese jugando con él y su cordura.
Las sirvientas se fueron despavoridas al mandarles una mirada, eran mujeres de la raza Tian, trabajadoras y buenas en la cocina. También eran mudas.
Sakura vio con sus ojos verdes el momento en que las criadas salieron rápidamente, ella también estaba dispuesta salir de la habitación cuando fue fuertemente apresada contra la pared. No iba a mirarlo, así que no alzó la vista para enfrentarlo desafiante como hacía de costumbre. La tomó del mentón mientras sostenía con su otra mano las dos muñecas delgadas de ella. Era tan sencillo someterla, si fuese otro hombre, Sakura se habría librado fácilmente, pero Sasuke y algunos destacados Orms le ganaban en fuerza, porque incluso entre su raza, ella era sobresaliente. Sus mejillas se pusieron rojas de furia cuando la forzó a devolverle la mirada.
Su boca caliente hizo contacto con la boca de ella, cerrada firmemente para impedir que él pudiese inmiscuir su lengua en su cavidad, Sasuke se sintió inmediatamente frustrado, después de todo Sakura pretendía seguir rechazándolo. Sintió las encías picar y como sus colmillos crecían. Sin despegarse del rostro femenino sus labios pasaron por sus mejillas, terminando en la oreja derecha.
Ella olía fresco y delicioso.
–"¡No quiero verte!"
Que se apiadasen de él, porque sus palabras iban a barrer con su juicio.
–"Si tú no quieres verme, estoy dispuesto a destruirlo todo hasta que no tengas más opciones" – Murmuró suavemente contra la oreja femenina, con un tono que prometía, con uno que ella sabía, él no estaba bromeando – "Los mataría a todos por ti, seria tu culpa"
– "Hijo de pu- "– Su lengua había entrado en su boca, cortando cualquier insulto contra él. Quiso gritar furiosa pero solo salió un ruido ahogado por los labios de su asaltante.
Ahh… Sasuke era bueno, sabia donde acariciar, conocía su cuerpo mejor que ella misma, y le valía muy poco admitirlo, después de todo, él era suyo. Sin embargo, ella era tan implacablemente orgullosa que seguía dispuesta a ir contra él.
Sasuke por su parte se sentía tentado a destruir el castillo, no importaba cuanto lo deseara, sabía que ella no querría ceder. Separo sus labios de la linda boca de ella.
Sakura pegó un salto cuando su espalda chocó contra una superficie suave y mullida. La enorme cama que estaba en el centro de su habitación. Sasuke los había movido de nuevo. Dispuesta a ponerse en pie, fue detenida por el cuerpo masculino de Sasuke encima de ella. Nuevamente aprisionaba sus muñecas, esta vez detrás de su espalda, era mejor inmovilizarla de esa forma, con sus piernas le fijo las caderas.
Ella vio el brillo rojizo en la mirada de Sasuke, y al siguiente sintió como la costosa tela de lo que cubría su pecho era rasgada salvajemente de su cuerpo, al igual que la prenda que cubría sus piernas. Intentó sacudirse, pero él estaba tomándose en serio el hecho de no dejarla mover.
–"¡Suéltame, Sasuke!" – Gritó furiosa
Pero él, aunque la escuchaba, no pensaba obedecerla. Acercó su rostro a su cuello, fijándose en la marca que había dejado en ella cuando se habían prometido, le gustaba morderla en ese sitio, donde se encontraba el sello negro que la identificaba como la mujer de Sasuke Uchiha, él dejaba que ella le mordiese en la cadera, donde se había manifestado su propia marca.
Con un movimiento sutil pasó la lengua por el cuello femenino y la sintió estremecerse y tratar de escapar de nuevo, bajó hasta los senos blancos y perfectamente formados de ella, a él le gustaba mucho esa parte de su cuerpo, los bonitos pezones claros como capullos de flores rosas, fueron azotados por su lengua y boca.
Aunque ella lo disfrutaba, seguía luchando, impetuosamente férrea, lo suficiente para volver loco hasta al ser más paciente. Los constantes tirones contra la mano que sostenía sus muñecas y el movimiento de sus piernas inmovilizadas eran prueba de ello.
Se liberó de su propia parte inferior, la vio guiar la mirada a su falo, duro, grande y necesitado, estaba locamente excitado por ella. Sakura gritó contra la almohada cuando se sintió boca abajo, ese hijo de puta la había volteado, vio como estiró sus muñecas frente a ella y un movimiento de dedos, a continuación, quitó la mano que la sostenía, trató de moverlas para matarlo, nada. Sin posibilidad de liberarse. Estaba atada de todas maneras, esta vez, con algún tipo de truco de los infinitos que él poseía.
Sasuke no quería amordazarla, quería escucharla.
–"¡Si tratas de tomarme así, voy a odiarte!" – La escuchó vociferar, pero la ignoró.
Sasuke la invadió sin miramientos.
–"A-ah, t-te odio" – Tan deshonesta. No se parecía en nada a las mujeres de su clan, más suaves y sinceras.
El pene de Sasuke casi tocaba su útero, el morbo de la cuestión la hizo chorrear, él le tomó las caderas y empezó a entrar y salir de su apretada vagina, con movimientos largos y lentos, sacando casi toda su carne para volver a meterla con fuerza, había perdido la cuenta de los insultos entre gemidos que salían de la dulce boca de su enloquecedora mujer. Que iba a dejarlo, que iba a matarlo. Cosas así.
La tomó del cabello y la hizo voltear el rostro de costado, sus ojos verdes inundados en lágrimas, la cara roja, y un ligero hilillo le guindaba en su pequeña barbilla. Se sentía tan humillada, sin posibilidad de lucha, totalmente sometida a Sasuke. Él nunca la había forzado de esa manera, estaba acostumbrada a otro tipo de trato, ser tomada contra su voluntad la dejaba llena de ira, incluso si su cuerpo lo aceptaba.
Él quería soltarla, dejar que ella tomase la decisión de entregarse como quisiese, pero esta vez, no iba a hacerlo.
Las penetraciones se hicieron tan fuertes que la movían de su sitio, sus bonitos pechos se restregaban contra el colchón, rozando frenéticamente por el ritmo, mordía sus labios con fuerza, pero no podía evitar que todos los sonidos saliesen, el crudo ruido de la cadera masculina contra sus nalgas era sórdido y fuerte.
–"¡A-ack!" – Abrió los ojos de la repentina impresión de sentir aquel pene crecer aún más. Sintió su interior invadido con tanta intensidad que vergonzosamente gritó su orgasmo, lejos de dejarla recuperarse, la mano que aún se mantenía en su cadera se movió hasta el capullo de placer de ella, frotándola y haciéndola gritar, estaba sensible, acababa de tener un avasallador orgasmo, pero él la seguía embistiendo, frotando las contraídas paredes de su canal mientras la masturbaba. No tardó demasiado en hacerla llegar otra vez.
Estaba sobre-estimulado, su mano mantenía el delicado rostro femenino de costado, no quería perderse ningún gesto de su precioso rostro, ella era centro del deseo de demasiados seres, y como no, si parecía moldeada por las mejores Myraks, arquitectas inmaculadas e infinitamente conocedoras del arte, saberla suya y él suyo, era gratificante. Pero la bruja bajo él, no parecía valorar tal cosa lo suficiente. Las paredes de su orificio lo apretaban en las contracciones de su segundo orgasmo, haciéndolo apretar la mandíbula.
El gritó que salió desde el fondo de su garganta, la hizo enrojecer más de ser posible, estaba siendo sometida de tal forma, que su orgullo jamás se recuperaría. Ella provenía de una raza guerrera, pero más que ese, ser el motivo de tal altanería, era la ya mencionada excesiva forma en que fue beneficiada a lo largo de su existencia, lo que la volvía así. Estaba avergonzada de como su cuerpo respondía a la forma de ser manipulado de este hombre, el único que había podido cautivarla.
El semen inundó su interior con sensaciones calientes y consecutivas, él seguía metiendo su falo con movimientos pausados mientras disparaba su interior. Sintió su abertura desbordar cuando él abandonó su cuerpo.
Sasuke retiró su semi-duro pene de ella, la puso de espaldas al colchón nuevamente, hacía poco tiempo ella había dejado de vociferar, sus ojos verdes cristalinos se enfrentaron a los suyos, bajó la vista y la visión de su simiente saliendo de ella, era estimulante.
Acercó su rostro al femenino, aún no pensaba liberar las restricciones en su cuerpo, cuando estuvo rozando la graciosa nariz femenina, ella volteó el rostro con la boca apretada. Tomó suavemente el delicado rostro para verla, estaba tan roja, tan vulnerable, tan deliciosa.
Suavemente volvió a penetrarla, no perdiéndose le forma en que de sus tentadores labios salía un jadeo, la cantidad de fluidos suyos y de ella eran lubricante más que suficiente.
–"Podría hacer esto por días, podría tomar tu cuerpo en contra de tu voluntad para siempre, Sakura" – Murmuró suavemente, con la voz ronca e hipnotizante, rozó suavemente sus labios con los de ella, pasando la lengua por el inferior – "Y tú no podrías detenerme" – Penetración profunda- "No tienes el poder para hacerlo, soy más fuerte que tú…" –Otra embestida que le hizo gritar- "No puedes obligarme a nada, Sakura… ¿puedes entenderlo?, si quisieses irte para enfurecerme, yo siempre te encontraría, y siempre… siempre te tomaría, una" –Embestida- "y otra" –Embestida- "Y otra vez".
Ella sabía que nadie podría rivalizar contra alguien de la especie de Sasuke, fue su avasallador poder lo que la atrajo en un principio, debido a que contados individuos habían podido con ella. Nunca le había quedado tan en claro como ahora, cuan abismal era la diferencia de sus dominios, ella nunca lo había tomado en cuenta porque Sasuke se desvivía por complacerla.
–"Sakura" – El suave llamado la hizo volver en sí, lo vio hacer una mueca mientras se volvía a correr en ella, llevándola a su tercera culminación, la nube de placer la hizo perder el sentido momentáneamente- "Sin embargo, tú haces conmigo lo que quieres, me complace dejar que lo hagas, si quisieses un sol solo para ti, lo tendrías, puedo dártelo" – Ella lo escuchaba con total atención- "¿Puedes entender cuanto te amo?"
La mirada devastada que él le lanzó se le clavó en el corazón, ella había estado portándose como una malcriada, tanto que había herido más de lo que imaginaba a su amado, solo quería hacerlo enfurecer, pero Sasuke parecía infinitamente triste ahora mismo. Las lágrimas colmaron sus ojos, el único que podía desarmarla y hacerla llorar.
–"Puedo" – Exclamó con fuerza, ella parecía un sacrificio, desnuda con las manos cruzadas arriba de su cabeza, con el cabello largo y las piernas invadidas de él, era tan menuda y celestial, que, si le llegaba a faltar, todo ardería.
Liberó con un movimiento de su mano las ataduras, ella estiro sus brazos hacia él, vio las marcas que habían dejado sus manos antes, las ataduras no le habían hecho daño, él se había asegurado de hacerlas así para ella, la invitación a hundirse en sus brazos fue rápidamente tomada, no sin antes besar las ligeras heridas que le había causado, desapareciéndolas.
Su nariz rozaba le mejilla femenina, que estaba húmeda por sus desbordantes ojos verdes, sintió por primera vez en demasiados días para él, como ella lo besaba por iniciativa propia, un solo movimiento suyo y de nuevo lo tenía, a veces pensaba que ella no notaba cuanto influía en él. La lengua traviesa se inmiscuyó en su boca, explorando sus dientes, los colmillos, tanteando todo a su paso. Se besaron por largo rato, separándose solo milimétricamente para que ella pudiese respirar.
–"Lo siento tanto" – La escuchó murmurar contra su lengua con los ojos cerrados, ella ni siquiera necesitaba disculparse, él siempre iba a minimizar sus culpas y a perdonarla. – "Te amo" – Beso rápido- "Te amo tanto como tú me amas" – La vulnerabilidad en sus profundidades verdes, le hizo darse cuenta de que ella tenía miedo de que no le creyese y estuviese aun herido, tonta, la conexión entre ellos era tan íntima, que estuvo a punto de llamarla estúpida, no necesitaba convencerlo de que lo amaba.
Se sintió tentado a soltar un suspiro de alivio, al fin, ella le estaba respondiendo como era debido, como nunca debió dejar de hacer, esto era por dejarla ser tan egocéntrica, no obstante, no pensaba cambiar nada, ella había aprendido la lección, seguramente eso no lo salvaría de tener una rebelión nuevamente en algún futuro, lidiaría con ello, porque sin importar nada, Sakura era suya.
La mujer que tenía a sus pies a un Dios, era sin dudas, la más poderosa entre todos.
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¿Fin?
Hasta aquí, historia con contenido lemon bastante explicito, este genero me gusto mucho, me encantó crear las razas, es genial, me gusta hacer a un Sasuke devoto a su amor, lo hice super OP, porque quería que fuese absoluto, me atrevo a afirmar que incluso entre su clan, es el más fuerte, me encanta que sea así, Sakura por su parte es muchisimo más poderosa que muchas razas, es una excentricidad entre todo esto, el amor entre los dos es explosivo, los choques entre ellos vienen principalmente debido a la personalidad de Sakura, que es muy terca y acostumbrada a la complacencia de sus acciones, que esperabas si su papá la tenía chiflada y tiene de amado a un Dios que la tiene aún más :v . Espero que les haya gustado, si son pervertidas como yo, posiblemente si, estaba pensando en hacer una serie de historias, pero no sé de qué, si alguien quiere que escriba algo en especifico y la idea me parece buena, puedo plasmarla, espero su apoyo y comentarios, besooooos.
Seishes OFF
