Zemetry

Maldito Amor

CCS no me pertenece, y no hago esto con fines de lucro sino de entretenimiento

ADVERTENCIA

ESTE CAPITULO CONTIENE ESCENAS LEMMON (SEXUALES) NO APTAS PARA TODO TIPO DE LECTORES.

LEASE BAJO SU PROPIO RIESGO


POV Syaoran

Cerré la puerta detrás de mí, me quité los zapatos y me dejé caer sobre la cama para disfrutar de mi sonido favorito: silencio. Nada más agradable y relajante que silencio.

Sabía que iba a ser un día pesado desde que desperté con el canto del gallo. Hace un año había recibido el liderazgo del clan Li, el clan de cazadores de dragones más poderoso en el continente, así que mis días desde entonces básicamente siempre eran los mismos.

Primero debía entrenar, luego redactar reportes sobre las últimas misiones; leer y dar respuesta al resto de pergaminos que yacían en la mansión Lí, y por ultimo atender las exigencias del concilio de magos y cazadores, además de las comandadas por mi madre y su deseo de casarme con "una mujer de buen parecer digna de dirigir el clan".

Afortunadamente, el día estaba por terminar, sin embargo no podía ignorar la fecha.

-Hoy es su cumpleaños- me dije, cerrando los ojos recordándola. Hace 7 años no la veía, y aun sentía impregnado sobre mí su olor, en mi mente guardaba la sensación de sus labios enloqueciéndome de esa manera en que sólo ella podía hacerlo.

La última vez que la ví, estaba más hermosa que nunca. No recordaba muy bien que llevaba puesto, sólo recordaba sus hermosos ojos verdes, su melena caramelo cayendo libremente por sus hombros y todo su rostro iluminado con su sonrisa.

Ese día yo estaba demasiado nervioso, no porque fuera nuestra primera cita, claro que no. Llevábamos tiempo saliendo, pero quería que esa fuera especial. Era su cumpleaños número 17 y no podía permitirme fallar en nada.

Pasamos la tarde tonteando en el pueblo, después fuimos al claro donde nos conocimos cuando éramos niños, jugamos un rato en el pasto y finalmente la lleve a la casa de campo de mis padres para darle allí su regalo.

Sakura siempre había sido una chica distraída e inocente, eso era lo que más me encantaba de ella, así que mis intenciones al llevarla ahí nunca fueron propasarme. Yo en ese entonces estaba por cumplir 18, y aunque no recordaba desde cuando estaba enamorado de Sak, ya había notado las formas en mi mejor amiga y sabía muy bien las reacciones que tenerla cerca me provocaban.

Si había elegido ese lugar para darle su regalo, era porque en el pueblo todos me conocían y no quería que al enterarse mi madre nos abordará con tantas preguntas que provocarán que Sakura huyera de mi.

Todo menos eso.

Entramos y yo prendí fuego para calentar el lugar; desde la muerte de mi padre, el lugar estaba vacío y hacía algo de frío. Cuando terminé de prender la leña, ella estaba mirando una de las pinturas del salón principal. Caminé hasta su lado hasta que distinguir el cuadro familiar. En el estábamos sonriendo todos sin embargo sentí nostalgia al distinguir la figura de mi padre.

- ¿Cómo era el?- dijo sin dejar de observar la obra

-En realidad no recuerdo mucho, Wei dice que era un hombre muy alegre, y le encantaba jugar con mis hermanas y hacerle bromas a madre. Aunque mucha gente dependía de él y casi nunca tenía tiempo libre, siempre buscaba pasar tiempo con nosotros. - pronuncié evocando las pláticas con mi tutor y amigo.

-Supongo que se hubiera llevado bien con papá- susurró cabizbaja mirando al suelo.

-no estés triste, a él no le gustaría que estuvieras así preciosa. -dije alzando su rostro y mirándola a los ojos. Tenia poco mas de un año que Fujitaka, su padre; había fallecido dejando a Sakura sola.

- Ya sé! Tengo algo que te hará sonreír- saqué del bolsillo de mi pantalón su regalo y lo puse en sus manos.

Era un anillo de oro que en medio llevaba una piedra negra; esa roca era especial pero ella no tenía porque saberlo. No sólo era una piedra bonita, era la misma que usábamos en los talismanes del clan para acabar contra los dragones.

Si Sak algún día se enfrentaba a un dragón, cosa que ojalá nunca sucediera, la piedra activaría su maldición sólo con tocarlo y el corazón del dragón quedaría infectado y debilitado para siempre, así podría protegerla de esas bestias aunque no estuviera todo el tiempo con ella.

-¿Te gusta? No es un anillo de compromiso pero-

-Es hermoso Syaoran. Muchas gracias- Puso en su dedo su obsequio, sonrió y me brincó encima; provocando que ambos cayéramos al piso. La miré a los ojos acariciando con las yemas de los dedos su rostro. Era tan hermosa que no pude contenerme y roce sus labios con los míos.

Primero fue un beso casto y despues ella entreabrió sus labios y me dejó explorar un poco más; al comienzo la besaba con suavidad pero poco a poco fui dejándome llevar y los roces comenzaron a ser cada vez mas y mas intensos hasta que comenzó a faltarnos el aire; me separé lentamente pues estaba seguro que si seguía no podría controlarme.

Entonces la miré; ella estaba muy sonrojada, aunque no sabía si era por vergüenza o porque nos había faltado oxigeno, pero no dejaba de mirarme a los ojos como queriendo pedirme algo. Estaba a punto de apartarme cuando su voz me interrumpió en seco

- Syao..ran… espera p-por favor- me dijo mientras tomaba mis manos y las colocaba sobre sus caderas sobresaltándome y haciéndome tragar pesado- no tienes que contenerte, quiero hacerlo

La mire sorprendido y quise interrumpirla pero calló mis labios con un dedo.- No me tomes por pervertida por favor, he pensado mucho en esto y sé que llevas mucho tiempo conteniéndote y… y yo… yo… también quiero… estar "así " contigo.

Ignoraba que hacer en ese momento, quería que alguien me pellizcara para asegurarme de no estar soñando. ¡Sakura, la niña inocente, tierna, distraída, quería entregarse a mí!, quería que yo la hiciera mujer. De repente las manos comenzaron a sudarme y la tome entre mis brazos hundiendo mi cara en su hombro.

No quería demostrárselo, pero tenía muchísimo miedo. Nunca había estado con una chica pero había escuchado que para ellas era dolorosa su primera vez. ¿Y si la lastimaba? ¿y si lo hacía mal? ¿y si después se arrepentía? tenía que cerciorarme que ella estaba convencida de lo que estaba diciendo.

-¿Estas segura de lo que pides Sak? –susurre

-Si, lo estoy. Quiero ser tuya Syaoran- respondió casi inmediatamente

- La verdad es que nunca he estado con una mujer- le espeté mientras comenzaba a acariciar su cabello – no sé cómo empezar – dije, armándome de valor para mirarla a los ojos

- No te preocupes, pase lo que pase todo estará bien- dijo mientras me miraba con una sonrisa. Entonces la levante en mis brazos y la lleve a la única habitación que todavía tenía un lugar digno para la ocasión..

Al llegar, la recosté sobre la que alguna vez fuera la cama de mis padres y trate de que estuviera lo mas cómoda posible, luego volví a besar sus labios lentamente.

Ella por su parte, no tardó en darme el paso a su boca y con cada segundo que pasaba, sentía como la pasión entre nosotros iba incrementando. Los besos comenzaban a ser insuficientes; y aunque sabía qué y cómo quería tocarla, necesitaba su aprobación antes de continuar con algo que la incomodara, por eso dudaba si debía o no seguir.

Como si fuera adivina, tomó una de mis manos y la colocó sobre la parte superior de su vestido como autorizándome a descubrirla. Yo, ni tardo ni perezoso emprendí la labor de desamarrarla mientras comenzaba a descender mis besos desde su rostro hasta su cuello; al hacerlo escuche el mejor sonido de toda mi vida; los suspiros de placer de Sakura.

En medio de besos, succiones y mordiscos juguetones, terminé de soltar su ropa, la cual cayó casi sin ningún esfuerzo debajo de ella, Sakura al instante elevo sus manos a sus pechos tratando de cubrirlos; eleve mi mirada a su rostro y al notar cuan ruborizada estaba, sonreí.

¿Cómo podía ésta mujer, ser tan inocente y tan ardiente a la vez? ¡Estaba volviéndome loco y ella ni siquiera lo sabía!. No podía dejar de mirarla, ante mis ojos estaba lo que sólo había podido imaginar en mis más recónditos sueños .

Quise darle tiempo, así que volví a besar su cuello y sus hombros para tratar de distraerla mientras sentía como se estremecía debajo de mi. Jamás me había sentido tan poderoso y tan inseguro a la vez.

-¿Puedo? – susurre, tratando de mirarla a los ojos, ella asintió aflojando sus manos y dejándolas caer a un lado, entonces enmudecí.

Llevaba años percatándome de lo atractiva que era, pero esa noche no tenía igual, miraba su cuerpo idiotizado; sus pechos se exhibían ante mi revelando lo que yo ya sabía: Eran perfectos. Todo en ella era perfecto.

Su piel pálida sólo hacía que el contraste con el punto más alto en sus senos causará en mi una sed que jamás había experimentado en la vida, deduje que sólo probándolos podría calmar el ardor que se había formado en mi garganta, pero no quise precipitarme.

Puse mis manos en su espalda y la hice levantar un poco pegándola hacia mi. La besé nuevamente pero está vez era diferente, reclamé su boca lenta pero posesivamente; entretanto, mis manos comenzaron a subir por su cuerpo acariciándola, evitando a toda costa tocar sus pechos, hasta que ella me diera señales de poder continuar.

Súbitamente sentí sus manos en mi camisa tratando de quitármela y quise ayudarla; en poco tiempo la prenda terminó a parar al suelo y pude sentir las manos de Sakura recorrer mis músculos con sus dedos. Sus caricias se sentían tan bien que no me percaté cuando comencé a suspirar junto con ella y mis manos comenzaron a subir por su vientre hasta sus senos.

Sin importar que con cada uno de sus suspiros sentía como mi amigo se estrujaba más contra la tela de mis pantalones, la volví a recostar y poco a poco fui bajando el rostro hasta quedar frente a sus pechos.

Al tomar su seno con mi mano, Sakura gimió con mi roce e interpreté que esa era la invitación para seguir tocándola y así lo hice, con mi dedo empecé a estimular en círculos la cima de su pecho y esta respondió endureciéndose entre mis dedos. En consecuencia, las ganas que tenía por degustar su piel aumentaron y se arremolinaron en mi boca, llevándome de golpe a cerrar mis labios sobre su sensible pezón comenzando a besar chupar y lamerlo.

Intentaba con todas mis fuerzas ser delicado con ella pero francamente estaba luchando por no perder la poca cordura que me quedaba con cada gemido que ella profería para mi . Su reacción ante mis movimientos era adictiva y quería escucharla más y mas; así que, sin dejar de estimular su pezón comencé con una mano a consentir su otro seno y con la otra acariciaba sus piernas. Sakura temblaba Y jadeaba debajo de mí, pero yo no podía parar a pesar de lo doloroso que se había vuelto mi entrepierna, era la imagen más bella que podría admirar en toda mi vida.

No supe si ella presintió que llevaba rato conteniéndome o si simplemente cedió a sus instintos, pero de pronto sentí sus manos tratando de deshacerse de mi pantalón y, cuando esté por fin cedió suspiré profundamente.

-Gracias- susurre y la miré a los ojos con una sonrisa, sin embargo ella no me miraba, miraba fijamente mi entrepierna con curiosidad y entonces como si aún fuera un niño sentí mis mejillas arder. -¿Sakura?-

Sus ojos esmeraldas se fijaron en los míos y note algo especial en ella, seguía siendo mi dulce e inocente Sakura, pero en sus ojos había algo que no lograba descifrar.

Puso sus manos sobre mis hombros y dejé que se pusiera encima de mí, comenzó a succionar mi cuello con sus labios y entendí que quería darme mi turno de disfrutar; así que me dejé consentir por ella, suspirando con cada beso, mordida o lamida que daba por mi cuerpo.

Inesperadamente sentí sus manos inseguras rozar mi miembro y jadee abriendo los ojos sorprendido. ella de la nada había comenzado a frotar mi sexo con sus manos y aunque al principio me tocaba con algo de torpeza en poco tiempo ya me tenía gimiendo de placer. Quise detenerla, pues lo hacía condenadamente bien, tan bien que sabía que si continuaba no podría soportarlo pero ella volvió a asombrarme cuando de pronto descendió de la cama y sentí su aliento sobre mi miembro. Tuve que frenarla.

-detente por favor- gruñí ásperamente tomándola por las caderas y dejándola de nuevo debajo de mi- no tienes porqué hacer eso.

-¿Por qué? ¿Te estaba doliendo? ¿Hice algo mal?- cuestionaba mirándome a los ojos espantada; quise tranquilizarla acariciando su mejilla al darme cuenta que había sido demasiado rudo al detenerla.

- claro que no amor, es sólo que… -

- se que puedo ser muy distraída Syaoran, -me interrumpió- y que piensas que soy demasiado inocente y pura pero yo quiero… es que yo… -note como sus mejillas se enrojecían escandalosamente – quierodejartesatisfechodeverdad.

- ¿Por qué piensas que no estoy satisfecho?- sonreí, ya sabía a qué se refería ella con "satisfacerme" pero nunca dejaría que se humillara así. Todos en el clan hablaban de lo placentero que era recibir sexo oral, sin embargo siempre me había parecido denigrante tener a una mujer sometida de esa forma*. Sakura era mi todo y no necesitaba nada más. -es tu cumpleaños Sak, mi única satisfacción es que lo disfrutes tanto que jamás olvides éste día.- dije tomando sus manos entrelazando las con las mías e impedí que replicará sellando nuestros labios en un beso que ella tardo poco en responder.

Poco a poco deslice mi mano para continuar con la siguiente labor, me deshice de la última prenda que se interponía entre nosotros y aunque me sentía atraído por su intimidad, acaricié sus piernas con mis dedos sintiéndola estremecer nuevamente debajo de mi; sus suspiros morían ahogados entre mis labios, pero no podía perder el control; todavía no.

Subí mi mano hasta llegar a su entrepierna dudando si podía tocarla, supuse que se había dado cuenta de mi cavilación porque de repente, separó un poco sus piernas alentándome a ir más profundo; no tardé y con mis dedos índice y medio, acaricié un poco su entrada escuchándola suspirar. Lentamente fui hundiendo mis dedos en ella percibiendo todo su calor y humedad, al hacerlo noté al fondo una pequeña hinchazón que llamó mi atención, cuando la toqué suavemente está palpitó y Sakura jadeo arqueando su espalda.

Alguna vez había escuchado a mis ruidosas hermanas hablar de eso, y sabía que tenía que hacer si realmente quería satisfacerla, así que me coloque con el rostro entre sus piernas y suavemente besé su entrada, ella se sobresaltó y gimió más.

Con lentitud continúe sumergiendo mi lengua probando cada rincón de su feminidad extasiado en su sabor, luego atrapé con mi boca el pequeño bultito escondido y empecé a succionarlo comprobando que las palabras de mis hermanas eran verdad: ese botoncito era mágico.

Sakura, en respuesta, hundió sus dedos en las telas debajo de ella estrujándolas en medio de sus gemidos y espasmos; ese gesto me excitó rozando el límite de lo imposible. Pero la escena era fascinante, ella lo estaba disfrutando y era yo quien estaba haciéndola gozar de verdad. Ya no tenía tanto miedo, todo estaba saliendo bien.

-sya... syao.. syaoran! – sollozaba respirando errática sacándome de mis pensamientos - p-por favor- suplicó, y entendí que debía parar. Me aparté de su intimidad y me puse nuevamente sobre ella mirándola a los ojos, había llegado el punto sin retorno.

- ¿Sak, estás segura de querer continuar? No quiero que te sientas presionada por haber llegado a este punto, es tu cumpleaños y ya me has dado mucho, puedo esperar… Si tú quieres desposarnos prim…- me calló con un beso y en sus ojos vi determinación.

-sé que jamás me harías daño Syaoran, de verdad quiero que seas tú y quiero que sea hoy- dijo mientras me rodeaba con su cadera. – por favor, si me duele muchísimo te avisaré ¿De acuerdo?.

¿Cómo podía ser tan jodidamente contradictoria? ¡Hace unos minutos estaba sonrojada cubriendo su desnudez y ahora me suplicaba que la hiciera mía! Esa mujer me estaba llevando a la demencia y lo peor era que yo no dudaba en ir con ella.

Cauteloso, coloque mis manos en su cintura y la atraje otro poco hacia mi para comenzar introduciendo mi erección lentamente; suspiramos unísono pues estaba tan húmeda que entrar había sido delicioso; sonreí sintiéndome victorioso y quise proseguir en mi camino pero algo estaba impidiéndomelo. Entonces comprendí; ESO era lo que le iba a doler.

-¿Sak?- pregunté

-estoy lista- susurró mirándome a los ojos y supe que no habría otra forma; respire profundo para armarme de valor pues tendría que hacerlo rápido.

-perdóname por favor- suplique en su hombro, la abracé contra mi y la hice mía con una firme embestida. Ella bramó y contrajo sus caderas en torno a mi demostrando su dolor.

No sabía como ayudarla, así que desesperado comencé a besar su cuello, su hombro y hasta sus pechos sin moverme y procurando que olvidara el dolor. Aunque me sentía miserable por haberla hecho sufrir, ella poco a poco se iba recuperando y comenzaba a reaccionar a mis estímulos con pequeños suspiros, yo no me moví hasta que ella relajó sus caderas, esa fue mi señal para continuar.

Lentamente fui balanceando mis movimientos dentro de ella sin embargo su rostro se contraía de dolor, intentaba de todo sin resultado favorable, no sabía como moverme y la estaba lastimando, posiblemente eran lo estrechas que se sentían sus paredes o talvez mi total inexperiencia. El porque era lo de menos, ella no estaba disfrutándolo, eso sí me importaba.

Tuve una idea y giré nuestros cuerpos en la cama colocándola encima; Sakura entendió mi intención y despacio comenzó a moverse; gemí apretando con mis manos sus caderas, las sensaciones se habían multiplicado con ella arriba, y sabía que no podría soportarlo por mucho tiempo más.

No supe ni como ni cuando pero Sakura había encontrado la manera de moverse en círculos haciendo que necesitara de todas mis habilidades de concentración para no terminar antes de tiempo. Ella sonrió mirándome a los ojos y supuse que había notado mi vulnerabilidad porque aumento su velocidad forzándome a jadear.

- ¿Te… gusta... así… Syaoran?- preguntó provocativa acelerando otro poco sus movimientos y consiguiendo que empezáramos a hablar entrecortado. No respondí, solamente asentí con la cabeza jadeando agitado. ¿Dónde estaba mi ángel y quién me había dejado a merced de esa diablilla? si quería jugar sucio yo también podía.

Levanté mi cadera a su encuentro valiéndome de su ritmo para comenzar a moverme, el efecto placentero incrementó de golpe y en consecuencia comenzamos a acelerar nuestro balanceo; mientras Sakura gemía yo jadeaba sin dejar de observarla sobre mi, simplemente era hechizante su figura anhelante y desnuda.

Sabía que estaba a nada de culminar pero no podía dejarla así, mi único deber era que ella alcanzará la gloria así que en medio de su oscilación la sujeté de las caderas y comencé a elevar mi cadera embistiéndola más y más rápido.

-Syao… Syaoran…- suplicaba enterrando sus uñas en mi piel prolongando mi suplicio; intuí con su gesto que como yo estaba al borde, sólo necesitaba aguantar hasta que ella llegara y entonces podría ceder a mis impulsos. Anhelaba ese momento.

-Di.. Dios! Syao… syao… syao- cada gemido era correspondido con un embate de mi cuerpo- ya… no, n-no puedo… mas Syaoran!- bramó Sakura mientras arqueaba su espalda de golpe y sus paredes se contraían con violencia comprimiendo mi miembro todavía mas.

Su orgasmo fue tan arrasador que la visión se me volvió borrosa y alucinaba con que Sakura estaba rodeada por una luz dorada. Ignore ese pensamiento y embestí una última vez contra su cuerpo dejando de frenar mis sentidos; como un estruendo, el orgasmo me alcanzó a mi también y abrace su cintura en medio de un alarido de placer sintiendo como mi fluido era esparcido dentro de mi mujer.

El destino jugó conmigo y me hizo creer que podía tenerla, pero no. Sakura se había entregado a mi, más nunca había sido mía y desde ese día supe que jamás lo sería.

Esa noche terminamos tan cansados que nos dormimos casi inmediatamente, yo recupere pronto las fuerzas y al despertar me quedé un rato mirándola dormir, no sé porque fije la mirada en su nuca y entonces vi grabada la runa ancestral de la familia Li.

Al principio no comprendí que carajo estaba pasando, pero la respuesta cayó en mi cuerpo como un balde de agua fría. El brillo que la rodeó en medio de nuestro encuentro no había sido una alucinación; sino que en medio de nuestra pasión la piedra de su anillo había activado la maldición y eso solo podía significar una cosa.

Sakura sino era, al menos tenía sangre de dragón.

La conocía desde que éramos niños y en todos esos años no había demostrado siquiera un atisbo de conocimiento sobre los dragones o los cazadores. Nunca había hablado del tema con ella así que desconocía que mi familia era cazadora aunque si sabía mi entrenamiento mágico. ¿Cómo era posible que no me hubiera dado cuenta? incluso en alguna demostración que había hecho para ella llegue a pensar que posiblemente tenía algo de magia pero nunca sospeché que pudiera ser uno de ellos.

De pronto sentí rabia, coraje y ganas de romper algo; de haberme sentido como el hombre más bendecido del mundo pasé a ser el hombre más miserable en unas pocas horas.

Por dónde lo viera estaba total y absolutamente jodido. Primero, estaba enamorado de un dragón, segundo; sin darme cuenta la había maldito y tercero; tenía que protegerla.

Pude haber intentado huir con ella, pero sabía que tarde o temprano nos encontrarían y si la capturaban sabía lo que harían con ella. No soporté siquiera imaginar que la torturan o que incluso experimentarán con ella sólo para dar con el resto de los dragones. Si alguien iba a pagar con dolor ese sería yo.

Después de pensarlo mucho, puse un hechizo de sueño sobre ella y la lleve a su casa, la dejé en su cama y aunque no quería hacerlo, con todo el dolor de mi corazón bloqueé todos los recuerdos que había sobre mi en su memoria. De esa forma yo podría "encargarme" del dragón y ella no quedaría expuesta pues jamás me buscaría.

Y así fue como renuncié a Sakura, la noche que hicimos el am…

-Xiao Lang! Carajo, abre la puerta!- escuché la voz de mi prima gritar del otro lado de la madera y me paré a abrirla.

-¿Qué ocurre Meiling? –abrí y ahí estaba ella, con su piel blanca, cabellos negros y ojos rubí mirándome con escrutinio.

-llevo diez minutos llamándote y tú no cont… ¿Por qué estás llorando?- lleve mis manos a la cara y entonces noté una lágrima en mi mejilla.

-Seguro se me metió una basura al ojo. ¿Se puede saber para qué me buscabas tan tarde?- dije algo enfadado. Si le daba la oportunidad Meiling haría sus conjeturas y no me dejaría en paz hasta saber que me ocurría.

-Tía Ielan me mandó a buscarte. Está en el salón principal con unas personas que no reconozco y quiere que vayas. - suspiré y volví sobre mis pies para ponerme de nuevo los zapatos mientras ella me esperaba de pie en el umbral de la puerta.

- ¿Hoy es su cumpleaños verdad?- susurró Meiling haciéndome salir de mis pensamientos – No tienes que darme explicaciones primo. Ni siquiera la conozco, sólo sé que cuando te fuiste a verla estabas muy feliz y cuando regresaste a los pocos días, jamás volviste a ser el mismo. Te obsesionaste con los estúpidos dragones y tus responsabilidades con el clan, entrenas hasta tarde y casi no comes ni duermes. Ignoro que pasó Syaoran, pero ya es tiempo de que lo soluciones o lo superes. No soportamos verte así.

Me quedé en silencio mirándola y cerré la puerta de mi habitación detrás de mí. Sabía que sus intenciones eran buenas, y que estaba preocupada por mí al igual que mis empalagosas hermanas. Pero no tenían ni idea de lo que estaba pasando y menos mal que nunca lo sabrían.

-Gracias por preocuparte por mí Mei- fue lo único que supe decir para tranquilizarla. Luego salí en dirección al salón principal a ver a mi madre. ¿Quiénes serían esas personas y porque era tan importante que fuera a verles tan noche?


Hola! ¿Qué les pareció? ¿Muy empalagoso? Espero sus comentarios. Este es el primer Lemmon que escribo así que cualquier sugerencia es bien recibida. (También se busca BETA)

En fin, como se dieron cuenta este fichero está ambientado en un mundo medieval fantástico en el que existen la magia y los dragones y hay muchos detalles que poco a poco se irán aclarando. Por lo pronto sepan que Sakura tendrá una personalidad un poco OCC por todo lo que le ha pasado.

Sobre los demás personajes de SCC lo más seguro es que la mayoría aparezca en el siguiente capítulo.

Aclaraciones:

*Haciendo una investigación descubrí que el sexo por placer estaba mal visto en la época medieval y el sexo oral era algo que solo las prostitutas practicaban por ser considerado como algo pecaminoso e indigno, así que me pareció tierno dejar que Syaoran pensará que Sakura no tenía porque hacerlo. Aclaro que NO PIENSO que sea denigrante para la mujer. Sólo me pareció tierno para la ocasión.

Dejen sus reviews

Nos leemos en el primer capítulo.