No me importa

Por: GreenHeadphones

Prólogo: ¿En verdad existen las hadas?


Warnings: Muertes y sexo no explicito. Fic de amor lento. LongFic. Universo alternativo.

Pairing: Sasuke U. x Hinata H. (principal). Naruto U. x Sakura H. (secundario).

Palabras del capítulo: 3930

Aclaraciones: Esta idea vino del manga/anime Tokyo Ghoul, pero no se encuentra en ese universo ni intervendran personajes de este, simplemente tome la idea de diferentes especies luchando por sobrevivir en un mismo lugar.

Disclarimer: Nada relacionado con Naruto es mio, ni la historia en la que se encuentra basado el fic, Tokyo Ghoul, es mia, sólo la adaptación.


Naruto corría lo más rápido que podía sintiendo como sus perseguidores se acercaban cada vez más. Una vez más intento que su energía surgiera, sabiendo que si tan solo pudiera tener energía durante un minuto su escape sería un hecho, pero a pesar de su esfuerzo, su agotamiento seguía siendo el mismo. De pronto, escuchó el sonido de lo que suponía era un látigo cortando el aire, e instantes después sintió un fuerte golpe en su espalda, para después caer al suelo.

— Ni intentes moverte, maldito— escuchó que decía una voz femenina. Pero Naruto sabía que si se quedaba ahí, solo le esperaba la muerte, por lo que haciendo acopio de todas sus fuerzas, se levantó para intentar seguir corriendo. Inmediatamente, se volvió a escuchar el sonido de un látigo cortar el aire, y sintió como su piel se cortaba al ser impactada por este, volviendo a caer al suelo—. Te dije que no te movieras.

Justo cuando se encontraba a punto de intentar levantarse de nuevo, vió que un par de blancas piernas se colocaban justo frente a él, levantó un poco el rostro y observó que frente a él se encontraba una joven que llevaba puesta una chaqueta y la capucha la tenía calada al rostro, evitando así que su rostro se viera, pero unos ojos color violeta resplandecian con intensidad en el rostro oculto de la chica. Naruto reconoció de inmediato esos ojos, reconoció la pena en ellos, y se sintió aliviado.

— Vieron mi cara— murmuró el rubio con tristeza viendo los ojos de la chica, quien asintió.

— Lo siento mucho— murmuró con voz suave la recién llegada.

— ¿Qué has dicho, monstruo?— preguntó la voz fememina que Naruto suponía era de la dueña del látigo. Después se escuchó de nuevo al látigo ser utilizado y lo siguiente que Naruto vió fue que ahora la chaqueta de la recien llegada se encontraba rota y que esta mostraba un corte del cual brotaba bastante sangre.

La chica de los ojos violetas ni siquiera se movió, pero detrás de ella surgieron un par de alas color violeta resplandeciente, del mismo color que sus ojos. Estas se agitaron una vez, y la chica desapareció de la vista de Naruto, pero Naruto logró escuchar como sus perseguidores tensaban sus músculos y se ponian alerta. Después sólo escuchó algunas exclamaciones y el sonido de cinco cuerpos caer de manera abrupta contra el suelo.

Naruto escuchó como unos tacones golpeaban fuertemente el suelo, como si su dueña saltase o corriese.

— ¡Maldito monstruo! ¡No te dejaré salir de esta!— gritó la voz de la mujer dueña del látigo, para después escucharse un forcejeo y el sonido de un cuerpo caer al suelo desplomado.

— ¿Te puedes mover, Naruto-kun?— preguntó la voz suave de la chica que lo salvó mientras caminaba hacia él, rodeandolo y terminando de nuevo frente a él.

— Si, gracias, Hinata-chan— dijo Naruto intentando ponerse de pie y viendo como Hinata se agachaba para ayudarlo a levantarse. Una vez que se encontró de pie con ayuda de Hinata, se enderezó, haciendo obvia la diferencia de alturas entre ellos, para luego bajar con cuidado la capucha que cubría el rostro de la joven.

Hinata se sonrojó y retrocedió un poco.

— Me alegro... de que no haya pasado nada m-más grave— declaró la joven, luego dirigió su vista hacia los cuerpos de quienes lo perseguían y bajó la mirada. El rubio se acercó de nuevo hacia la chica.

— Siento que tuvieras que matarlos— murmuró Naruto tomando el rostro de Hinata y levantandolo para que lo viera a los ojos—. Yo se que a ti no te gusta matar... pero...

Hinata negó con la cabeza.

— Era necesario... m-matarlos.

Naruto suspiró profundamente antes de asentir.

— Lo era, gracias, Hinata-chan— dijo antes de besarla lentamente y luego separse de ella—. No dejaré que vuelvas a matar a nadie.

De nuevo, Hinata negó con la cabeza para después volver a retroceder. Naruto notó un notable sonrojo en las mejillas de la chica, algo por lo que se alegró internamente

— Eso es... algo que no podemos evitar—, luego vió los cuerpos y preguntó—. ¿N-Necesitas ayuda con ellos?

— No, ya hiciste suficiente, yo me encargaré de ellos.

— P-Pero... estás herido.

— Podré arreglarmelas solo, tranquila, Hinata-chan.

Hinata asintió e hizo una reverencia.

— Me tengo que ir, Naruto-kun, nos vemos—. El rubio asintió mientras veía como la joven se alejaba.

Después de que Hinata se hubo ido, Naruto frunció el ceño. Talvez Hinata lo hubiese salvado, pero había matado a sus perseguidores de una manera muy obvia, por lo que no podría encubrir que se había tratado de un asesinato hecho por los de su especie. Por otro lado, ya que no podría disimular el hecho de que se trataba de un asesinato, decidió que bien podría aprovechar la situación.

Se aceró hacia el cuerpo de la mujer que lo había atacado con el látigo y la observó fijamente, había sido una mujer muy guapa, tenía el cabello largo y color rojizo, su piel era pálida , sus ojos eran color gris azulado y estaban enmarcados por unas largas pestañas y era más bien delgada. Vestía de manera simple, una blusa de cuello alto color rosa pálido, un jeans color negro y unas botas negras de tacón.

Sin ningún pudor, le quitó la blusa a la mujer y la dejó a un lado, para después acercar su rostro a la clavicula de la mujer y comenzar a aspirar lentamente. Al principio no hubo ningún cambio, pero después el cuerpo de la mujer comenzó a despedir un leve brillo, conforme pasaba el tiempo, el brillo comenzó a desvanecerse y el cuerpo de la mujer volvió a la normalidad. Ahora la mujer se veía como antes, solo que en esta ocasión, todas las venas y arterias del cuerpo de la mujer se encontraban resaltadas, y donde Naruto había colocado sus labios, había una marca color azul. Después tomó la blusa de la mujer y la volvió a vestir.

Con los cinco hombres no se tomó tantas consideraciones, simplemente desabotonó un poco las camisas de los hombres y repitió el proceso, los cuerpos de estos brillaron levemente y luego perdieron el resplandor que los cubrió.

Una vez que acabó, sintió como ya no le dolía nada, se tocó la espalda y sintió como ni siquiera tenía cicatrices o marcas donde el látigo lo había cortado. Luego volteó a ver a los cuerpos y decidió que lo mejor sería dejarlos en algún terreno abandonado. Igual no podría disimular el hecho de que habían sido asesinados por los de su especie, así que más valía intentar que pareciera que los habían matado al azar solo para alimentarse de ellos.

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Hinata caminaba hacia la Universidad de Konoha con tranquilidad, con su mochila colgada del hombro y con sus audífonos puestos. De pronto sintió como una mano le tocaba el hombro, asustandola levemente.

— ¡Hinata!— exclamó un joven de cabello castaño alborotado.

— ¡K-Kiba-kun!— exclamó sorprendida mientras se quitaba los audifonos para voltear a ver al joven y después abrazarlo para sorpresa de ambos. Al darse cuenta de lo que había hecho, esta se alejó de golpe unos pasos del castaño—. L-Lo siento.

Kiba rió antes de abrazarla fuertemente y levantarla ligeramente del suelo.

— ¡Por Dios! ¡Hace tres años que no nos veíamos! ¡Abrazame!

Hinata rió levemente, al principio con algo de vergüenza, para después reir con alegría y finalmente comenzar a llorar. Al ver eso, Kiba la bajó preocupado.

— ¿Hinata? ¿Estás bien? ¿Te lastime?

Hinata negó con la cabeza antes de abrazarlo nuevamente.

— ¡Me habías h-hecho tanta f-falta, Kiba-kun!— exclamó bajando la cabeza—. ¡H-Había estado t-tan sola!

Kiba sonrió tristemente antes de comenzar a revolverle el cabello a Hinata.

— ¿Ha sido muy difícil?—. Hinata se limitó a asentir y Kiba continuó revolviendo el cabello de la chica—. Lo siento... Lo siento mucho, Hinata.

Después de unos momentos Hinata se separó del castaño y sonrió levemente.

— Al menos... cumpliste tu promesa de v-volver.

— ¿Dudaste que fuera a volver?

— Nunca.

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— Naruto, ya me voy— anunció Sasuke antes de salir del departamento.

Sólo hasta que escuchó el portazo, Naruto comprendió que era tarde para ir a la primera clase. Con pereza, volteó a ver el reloj digital que se encontraba al otro lado del cuarto, comprobando que eran las 7:55. Claro Sasuke llegaría a tiempo, puesto que se llevaría su carro, pero él aún tendría que bañarse y con suerte tomar el autobus.

— Mierda— murmuró saliendo de la cama—. Supongo que entraré a la clase de las 9:00— decidió mientras buscaba algo que ponerse que no estuviera sucio, al final optó por unos vaqueros que aún se veían limpios y una camiseta que no se veía sucia.

Mientras se desvestía para entrar a la regadera, notó en el espejo como su espalda se encontraba libre de cualquier cicatríz, y en ese momento no tuvo idea de que pensar respecto a eso. Mientras se bañaba no pudo evitar preguntarse cuando fue que se borraron las heridas por completo, hasta tal punto de que su espalda quedara sin ninguna marca. ¿Habría sido cuando se alimentaba de la mujer? ¿O habría sido cuando se alimentaba del último hombre?

Después de dar vueltas a esos pensamientos durante un tiempo se dió cuenta de que llevaba un buen tiempo estando solamente parado bajo el chorro de agua sin hacer nada, por lo que rápidamente cerró la llave y salió de la regadera.

Cuando salió a su cuarto, vió como el reloj digital marcaban las 8:40.

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— ¿Segura que no pasa nada si llegas tarde? Podemos tomar ese café más tarde— dijo Kiba mientras entraban a una pequeña cafetería que no se encontraba muy lejos de la Universidad de Konoha.

— Siempre llego temprano a la clase, n-no creo que el profesor vaya a reclamarme por faltar un día a su clase— respondió tranquilamente Hinata.

Una vez que se hubieron sentado en una de las mesas vacías del local, Kiba pidió un expresso mientras que Hinata pidió una taza de té de menta.

— ¿Té de menta? Parece té de ancianos...

— A-A mi me g-gusta...

Kiba se encogió de hombros y vió el rostro de su amiga, notando de inmediato las ojeras que surcaban sus ojos.

— ¿Te desvelaste?

Hinata asintió y sonrió.

— Aparte tuve que despertar a las cuatro de la mañana...

— ¿Por qué desde tan temprano?

Hinata bajó las manos de la mesa y Kiba supuso que se habría puesto a jugar con el borde de la blusa. Siempre que estaba nerviosa jugaba con sus dedos, desde que eran niños. De pronto notó que el cabello de Hinata era mucho más largo que antes y sonrió.

— Porque... e-estuve ocupada la noche a-anterior ayudando... a un a-amigo con un p-problema... y-y no tuve t-tiempo de terminar mis tareas...

— ¿Al menos valio la pena que lo hicieras?— preguntó recargando su codo en la mesa y su cara en su mano.

Hinata lo volteó a ver seriamente al joven y asintió.

— Claro que lo valio, Kiba-kun.

— Me alegro— declaró Kiba con tranquilidad—. Gracias— dijo al notar como la mesera llegaba con su café.

— Traeré tú té en un momento— dijo la mesera volteado a ver a Hinata, quien asintió.

— ¿La conoces de algún lado?— preguntó Kiba algo extrañado por la confianza con la que la mesera le había hablado a Hinata.

— Soy cliente regular de aquí— explicó Hinata.

De pronto Kiba notó que Hinata desprendía una especie de perfume diferente.

— Por cierto, Hinata, ¿ahora usas perfume?— preguntó con cierta curiosidad.

Hinata lo observó extrañada.

— E-Eh... n-no.

Kiba asintió. Había preguntado precisamente porque no le parecía el olor de un perfume, pero aún así era un olor dulzón y familiar, como si todo el tiempo lo hubiera percibido, pero que de pronto lo hubiera notado.

— ... seis cuerpos, los cuales se cree fueron atacados por hadas...— se escuchó levemente en el televisor del local. Al escuchar eso, Hinata se tensó.

— D-Disculpe, ¿podría s-subir el volumen?— preguntó Hinata al encargado en la barra, quien no respondió, pero subió el volumen de la televisión.

— ... las autoridades no han dado a conocer más detalles, pero fuentes anónimas reportan que los seis cuerpos contaban con la marca de succión de las hadas y que las venas se encontraban resaltadas. Pasando a otras noticias, el incendio de un complejo departamentar en la avenida...— después de esa información, Hinata dejó de prestar atención a la televisión.

— Gracias— dijo al encargado en la barra quien, de nuevo, no respondió, pero en esta ocasión bajo el volumen.

— ¿Hadas? ¿En serio?— preguntó Kiba observando como Hinata veía su taza de té con la mirada vacía.

— Al parecer los ataques de hadas son cada vez más frecuentes— dijo Hinata, aún viendo la taza de té con la mirada perdida.

— Entonces, ¿en verdad existen las hadas?— preguntó Kiba con cierto escepticismo después de tomar otro sorbo de café—. Creí que eran una especie e teoría como los aliens y eso para explicar cosas que no se pueden explicar facilmente— comentó Kiba con algo de diversión.

Hinata respiró profundamente.

— Las cosas han cambiado mucho desde que te fuiste, Kiba-kun— dijo Hinata—. Konoha ya no es como antes...

Kiba se puso serio de inmediato.

— ¿A qué te refieres?

— Seis meses después de que te fuiste, se descubrió que las hadas existen.

Kiba se atragantó con el café pero logró no ahogarse, cuando pudo hablar y respirar correctamente dejó su taza en el plato.

— Bueno, supongo que eso cambia mucho las cosas—aceptó Kiba, de pronto abrió los ojos como si acabase de recordar algo muy importante—. Hinata, acabo de recordarlo, intente hablarle a Shino en cuanto llegué, pero me aparecía como número desconectado, ¿me podrías dar su nuevo número?— preguntó rapidamente mientras sacaba su celular al ver que Hinata bajaba la mirada se extraño—. Será raro volver a reunirnos los tres, ¿verdad?

Hinata respiró hondamente y vió a Kiba fijamente a los ojos, sin ninguna sobra de inseguridad ó nerviosismo como espero ver.

— Eso es algo que también ha cambiado, Kiba-kun— comenzó a decir, para después tomar aire y callar por unos instantes—. Shino-kun...

El sonido de una taza de porcelana quebrandose contra el piso fue lo que resonó en la cafetería.

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El profesor se encontraba al frente del salón, explicando las diferentes teorías que se podían manejar para procesar o defender a alguien que se encontraba inestable durante el momento de un crimen, junto con los pros y contras de cada una de estas, cuando entró al salón Naruto. Sasuke notó como el profesor fruncía el ceño al ver al rubio.

— ¡Lo siento profesor! ¡Se me hizo tarde!— exclamó Naruto entrando al salón.

— Uzumaki-san, usted sabe perfectamente que después de que yo entro al salón, nadie más puede entrar, así que haga el favor de retirarse y cerrar la puerta— dijo el profesor antes de volver a voltear la vista al pizarrón.

— ¡Pero profesor, el reglamento dice que los alumnos tienen una tolerancia de diez minutos para entrar tarde al salón!— objetó Naruto mientras caminaba rumbo a su asiento predilecto: el último asiento de la última fila, justo junto a la ventana, y para desgracia de Sasuke, el que se encontraba justo detrás de donde él se sentaba.

— El reglamento también me da una libertad de cátedra, Uzumaki-san— replicó el profesor cruzandose de brazos—. Y en esa libertad yo declaré el principio del semestre que después de que yo entre al salón, nadie más puede entrar.

Sasuke notó como Naruto le picaba la espalda para llamar su atención.

— Vamos, ayúdame, Sasuke— susurró Naruto.

— Tú fuiste el que se quedó dormido, estás solo en esto, idiota— murmuró Sasuke de vuelta.

— Estoy esperando que se retire, Uzumaki-san, para poder continuar con la clase— declaró el profesor visiblemente molesto.

— Pero la libertad de cátedra no puede estar por encima de la autoridad del reglamento, profesor— dijo Naruto con seguridad—. Eso haría que el reglamento tuviera contradicciones.

— Esta no es una clase de debate o un ensayo de juicio, Uzumaki-san, por favor deje de hacerme perder mi tiempo y el de sus compañeros que estuvieron lo suficientemente interesados como para asistir temprano a mi clase y salga del salón— ordenó el profesor visiblemente molesto.

Ante la sorpresa de todos, Naruto comenzo a reír.

— ¡El que ya no quisiera seguir con esto sólo prueba que mis argumentos son correctos y que usted se ha quedado sin argumentos!

El profesor solto un resoplido.

— No, Uzumaki-san, en realidad hay dos errores con sus argumentos— declaró el profesor—. En primer lugar, lo que decreta que los alumnos tienen una tolerancia de diez minutos para entrar a clase es un anexo, la libertad de cátedra es una subsección, lo que la pone por encima de tu dichosa tolerancia. Eso lo sabrías, si hubieras leido con atención todo el reglamento escolar y no sólo las partes que te convenían.

— Pero...

— Dejeme terminar de hablar, Uzumaki-san— interrumpió el profesor—. Y en segundo, mire su reloj, al menos en el mío son las 9:34, la clase comenzaba a las 9:00, lo que hace que sus diez minutos de tolerancia fueran hasta las 9:10. Y lamento decirle, que no llevamos 24 mintuos discutiendo sobre esto. Así que hagame el favor de retirarse— dijo en tono autoritario.

Sasuke escuchó como Naruto murmuraba cosas, buscando algo que replicar, pero al final terminó recogiendo sus cosas y levantandose bruscamente del asiento. Todo el salón lo observó salir del aula, para después azotar la puerta.

El profesor se descruzó los brazos.

— Continuando con el tema...

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Sakura se sentía ligeramente mareada, por lo que siendo lo más discreta posible, salió del salón de clases para tomar aire. Ni siquiera se molestó en tomar sus cosas, simplemente salió sin decir nada. Sabía que cuando volviese a entrar Ino le preguntaría que le había ocurrido.

Sentía como si alguien estuviese revolviendole las entrañas directamente, y las náuseas eran lo peor. Pero claro no podría decir eso a nadie, porque entonces lo primero que le dirían a manera de broma, pero con cierta duda genuina sería: ¿no estarás embarazada? En verdad odiaba que le dijeran eso, como si quienes le preguntaban eso fueran unas santas y vírgenes. Tenía tiempo para inventar algo que decirle a Ino, algo para que ella no le preguntase eso.

Después de unos momentos de solamente respirar aire puro, sacó su celular y comenzó a buscar en su lista de contactos. No tardó mucho en encontrar el que buscaba: Naruto.

Sonrió al recordar su único encuentro con ese rubio. Había sido hacia tres semanas, en un bar cercano a la universidad, justo después de la temporada de primeras evaluaciones. No recordaba con mucho detalle de lo que habían hablado, pero recordaba que él la había abordado quejandose de los exámenes tan tediosos que había en la clase de Ética y Civismo, y preguntandole que estudiaba y como eran sus exámenes. A diferencia de él, no se había quejado de ellos, pero no había negado que necesitaba relajarse después de los exámenes. Una cosa había llevado a la otra y habían terminado teniendo sexo en el departamento del joven. Después de eso simplemente se despidieron y ella se fue, cerca de una semana después descubrió que ahora tenía el número del rubio guardado en el celular, y desde entonces se debatía mentamente entre llamarle o no.

La verdad era que cada vez que recordaba lo que había ocurrido bajo las sábanas de ese rubio, sentía como su temperatura aumentaba ligeramente.

Subitamente negó con la cabeza, intentando dejar de pensar en eso. Una vez que se tranquilizó, decidió que si ya podía pensar en eso, probablemente ya se encontraba mejor, por lo que sin más, volvió a entrar al salón.

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Sentado en una banca frente al salón del que había salido hacía unos minutos, Naruto vió de reojo como Hinata caminaba acompañada por un castaño por enfrente de la facultad de Derecho.

— ¡Hinata-chan!— llamó Naruto haciendo señas con los brazos. De inmediato vió como la joven comenzaba a voltear hacía todos lados, buscando a quien la llamaba—. ¡Por aquí!—. Una vez que lo encontró, lo saludo con la mano y fue hacia donde se encontraba él sentado, acompañada del castaño.

— Buenos días, Naruto-kun.

— Hola, Hinata-chan, ¿quién es él?— preguntó señalando a Kiba.

— Inuzuka Kiba, ¿y tú?

— Uzumaki Naruto— respondió frunciendo el ceño mientras volteaba a ver a Hinata—. ¿De dónde lo conoces, Hinata-chan?

Hinata, quien notó la expresión de Naruto, se sintió algo nerviosa.

— L-Lo conozco desde la p-primaria, cuando ibamos a entrar a l-la preparatoria se mudó a Hong K-Kong con su familia...

— No veo porqué tienes que darle explicaciones a él, Hinata— interrumpió Kiba.

Naruto se encogió de hombros y volteó a ver su reloj.

— Ya es tarde, ¿por qué llegaste hasta esta hora?— preguntó Naruto aún serio.

Hinata comenzó a jugar con sus mangas de inmediato.

— Decidí que p-podía llegar t-tarde a la clase p-para poder tomar un t-té con K-Kiba-kun— respondió con mucho nerviosismo.

Naruto arqueó una ceja al escuchar eso.

— No creo que esa sea una de las mejores ideas que hayas tenido, no puedes descuidar la escuela, Hinata-chan— dijo Naruto con tono severo.

Hinata parecía dispuesta a decir algo, pero entonces Kiba habló.

— Mira no se quien te creas, pero lo que Hinata decida hace o no hacer no es algo que a tí te incumba— declaró Kiba con molestia.

— Eh, creo que si no me apresuro, llegaré tarde a mi siguiente clase— dijo Hinata repentinamente—. Eh, n-nos vemos d-después, N-Naruto-kun— dijo antes de hacer una reverencia e irse de inmediato, siendo seguida por el castaño.

Naruto los siguió con la mirada, había algo en ese castaño que no le agradaba, sentía que su aparición era el primero de varios problemas que estaban por llegar.

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— Bueno, Hinata, me iré para que tú entres a tú clase y yo iré a pedir trabajo en unas veterinarias.

— ¿Pedir trabajo?— preguntó la joven—. Creí que entrarías a la universidad...

Kiba rió fuertemente y le dió unas palmadas en la espalda a la joven, casi tumbandola, al escuchar eso.

— Bueno, no es como que no quisiera estudiar, pero verás, primero quiero trabajar y ganar algo de dinero para poder establecerme bien.

— ¿Y por qué no trabajas y estudias?— preguntó Hinata.

Kiba sonrió y volvió a darle unas palmadas en la espalda, pero en esta ocasión Hinata ya se encontraba alerta, por lo que se paró bien para evitar ser tumbada.

— Bueno, es que trabajar y estudiar no es tan fácil como crees— respondió el Inuzuka—. Y la verdad espero que no te veas en la situación de hacerlo— agregó sonriendo—. Bueno tú entra a tu clase, yo me voy. Nos vemos— dijo antes de abrazarla fuertemente y alejarse.

— N-Nos vemos después, K-Kiba-kun— escuchó Kiba y sonrió al imaginar que Hinata se encontraba roja después de que la hubiese abrazado. Al menos eso no había cambiado, al menos su amiga seguía siendo la dulce y tímida chica de antes.

Cuando pasó por a la facultad de Derecho, vió que el Uzumaki seguía sentado en las bancas exteriores y reconoció el mismo olor dulzón que cuando lo había conocido también había percibido en él. Al principio había pensado que era Hinata quien lo desprendía, pero ahora estaba seguro de que Naruto también tenía la misma escencia. No estaba seguro de que significaba eso, y tampoco lo estaba de que encontrar una explicación a eso le fuera a gustar.

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GreenHeadphones OFF: Pues este es mi primer LongFic, después de mucho tiempo con la idea y sin escribir, por la maldita escuela) por fin la pude hacer como Fic. Ya tengo varios capítulos escritos de manera burda y los iré publicando conforme los vaya haciendo de manera descente. Si tienen alguna duda o queja del Fic, pueden decirmela en sus comentarios...

No olviden dejen sus comentarios, ideas, críticas constructivas, etc. con un Review!

Espero no tardar mucho en subir el proximo capítulo porque a penas lo empece a editar.

Hasta el proximo capítulo y muchas gracias por leer.

Ja ne!