Buenas a todos! primero que nada gracias por entrar a leer.
Después de algún tiempo subo otra historia, pero esta vez constara de un par de capitulos. Me inspire un poco despues de ver muchas muchisimas veces Mulan y no para de reir con la parte de la casamentera. Si les queda alguna duda respecto al fic no duden hacerlo saber a traves de un reviview
Y con el tiempo... Llegara
- Tres años Erzebeth, y este ya seria el cuarto año si la casamentera vuelve a rechazarte. Tus dos hermanos son motivo de orgullo para toda la familia ¡Menos tu! Mi única y queridísima hija mujer, mi pequeña y dulce flor - grita Sadic en una mezcla de desesperación y enojo.
- ¡Si me dejaran ser soldado seria tu mas grande orgullo! De pequeña y dulce flor nada tengo, soy un dragón fiero que sabe lo que quiere, pero que tienen atrapado en una jaula de oro y cristal - grito de vuelta Erzebeth - En esta familia retrograda si no eres hombre solo sirves para casarte y tener hijos ¡Y yo no quiero casarme! - al igual que su padre la castaña daba una y mil vueltas por la oficina del turco - quiero dejar mi huella como tu y como Heracles.
- ¡Si fueras un buen partido cualquier militar con prestigio querría pretenderte! Seria reconocida por todo el mundo, recuerda que "Detrás de todo gran hombre…
- … hay una gran mujer" lo se papá - dijo con un poco de resignación - pero yo no quiero que me reconozcan por mi marido, quiero que me reconozcan por mis logros - decía casi sacándose los pelos, desde la primera vez que la casamentera la rechazo por marimacho, año tras año era la misma discusión; en unos días mas vería a la casamentera por ultima vez y su padre solo quería que esta vez consiguiera marido.
- ¡Todo esta paso por no buscar un madre para ti! - exclamo con los brazos al cielo.
- No empieces otra vez con eso ¡Nunca necesite otra madre! Tu hiciste perfectamente tu trabajo como padre, pero nadie podría cambiar mi personalidad ni mi forma de pensar.
- ¡SE ACABO! Si este año la casamentera no te consigue marido, te lo conseguiré yo y ni tu ni nadie me lo impedirá - Sadic se quito el antifaz que cubría una antigua herida de guerra y la miro con reproche - tu madre estaría tan decepcionada.
- ¡NO! ELLA ME APOYARIA Y TE HARIA ENTRAR EN RAZON - acto seguido la castaña se hecho a correr y desapareció de la vista del turco.
- Tú sabes que ella tiene razón - murmuro Heracles.
- ¡Silencio! Razón o no yo soy el padre y tomo las decisiones aquí. - y luego de un gruñido también salio dejando al griego solo.
- Que hermosa familia ¿Verdad Licofrón? - le dijo al gato que venia entrando a la habitación, se recostó a su lado y comenzó a lamerse sus genitales. - y a ti que te va a importar ¡Eres un gato! No te interesa nada.
- Miaaauuu.
Sadic tenia una familia feliz. Era un militar retirado que vivía con sus tres hijos. Su esposa, lamentablemente, murió poco después de dar a luz a su tercer pequeño, pero se recupero rápidamente pese al profundo amor que le tenia. Su hijo mayor, Heracles, siguió sus pasos como militar, pero fue dado de baja poco tiempo después por culpa de una grave herida en su pierna; pero ya recuperado lo ayudaba en su nueva profesión de comerciante. Su hijo menor, Gupta, es introvertido y aun continua estudiando obteniendo las mas altas calificaciones, tenia mucha fe en su futuro. Y por ultimo su hermosa hija de en medio, Erzebeth. Tan hermosa como su madre, refinada, pero con un carácter espantoso igual que el suyo. Lo mejor que le podía pasar era decender de una familia de militares reconocidos y tener un buen esposo, pero ella NO quiera casarse, ella quería ir a guerras, luchar contra el enemigo; cuando se dio cuenta de que le había hecha falta una figura femenina era demasiado tarde, la castaña ya era una muchacha con sus prioridades bien puestas. Cada día se lamentaba de que su pequeña no fuera como las jóvenes hijas de sus camaradas, tan refinadas, tan señoritas y todas comprometidas; ellas disfrutaban de las fiestas de té, los bordados y manualidades, su hija gustaba de cabalgar a campo traviesa, las luchas con espadas y los juegos violentos… al menos sabía comportarse cuando la situación lo ameritaba, pero eso no le conseguiría un esposo, después de todo Sadic no viviría para siempre y quería dejarle un buen futuro a su hija. Dentro de unos días, nuevamente la familia vería en juego su honor frente a la mujer que buscaba maridos.
Él, joven y experimentado comandante, frío calculador, nunca había perdido una batalla y las bajas en su escuadrón siempre fueron mínimas… denigrado a enseñarle a un par de novatos como sobrevivir en la guerra. Gilbert Beilschmidt estaba indignado ¡TODO POR CULPA DE UNA MINA!
Hace un año mientras vigilaban un área de conflicto junto a su escuadrón, nadie se dio cuenta de que pasaban por un campo minado y Gilbert voló por los aires, despertado tres días después en el hospital con un brazo quebrado, una contusión en la cabeza y la pierna derecha hecha añicos. El doctor le dijo que pudo haber muerto y su abuelo que no importaba a donde lo reasignaran, él sabría hacer su trabajo eficientemente y que cuando le dieran el alta tenían un tema importante que tratar.
Y ahí estaba el albino. Hace dos días le habían dado el alta y el doctor dijo que quedaría con una cojera por el resto de su vida. Ahora estaba por entrar a la oficina de su abuelo a hablar ese tema tan importante que tenían pendiente hace un años.
- Querido Gilbert, pasa y toma asiento. - debido a su resentida pierna ambos se sentaron en un cómodo sofá que había en la oficina.
- Vamos al grano, Abuelo. Presiento que esto no me gustara. - dijo haciendo una mueca producto de leve dolor al sentarse.
- Tienes razón, - dijo con seriedad - ya estas pronto a cumplir los 23 años y como buen Beilschmidt tienes el deber de seguir con la descendencia de nuestra familia, así que desde el día de hoy, luego de habértelo informado, comenzare a buscar una esposa indicada para ti y así poder seguir con la descendencia.
- ¿Qué? - exclamo confundido.
- Tendrás que casarte. - repitió el anciano.
- Ya entendí eso, pero… ¿casarme ahora? Soy demasiado joven y asombroso para casarme ahora, además ¿Qué hay de west? El también puede tener hijos en unos años mas. - Gilbert quería saltar y hacer una rabieta, pero frente a su abuelo no podría hacer eso, le tenia demasiado respeto y en la familia se hacia lo que el decía ya que era el mas anciano.
- No sabemos que le deparara el futuro a Ludwig y tu ya no serás un soldado activo, así que ¿Para que esperar mas? - termino con una sonrísa. - Claro que si encuentras a una buena muchacha antes que yo, puedes presentarla a la familia y veremos si es un buen partido.
Gilbert no lo podía creer, cuando le quiso ver el lado bueno a su reasignación pensó inmediatamente que tendría mas tiempo para vivir su juventud, salir con sus amigos, hacer vida social, pero un matrimonio lo ataba completamente a una vida aburrida y tener hijos lo hacia aun peor. Tenia la oportunidad de buscar a una chica por su cuenta, pero las chicas de las que Gilbert se rodeaba no eran precisamente chicas para hacer una vida junto a ellas y las que si, solo se acercaban a el por interés y eso no era nada asombroso, si lo atarían a una mujer por toda la vida, al menos tenia que ser una mujer honesta y que no fuera aburrida. Necesitaba hablar con sus amigos urgentemente, iba a ensillar a su caballo a toda prisa, pero recordó que ahora cabalgar era un verdadero suplicio así que llamo al cochero y partió a casa de Antonio.
- Joder Antonio, espero que Francis también este aquí porque necesito hablar con los dos - grito mientras la mucama lo dejaba entrar y le indicaba donde se encontraba el español.
- ¡Hola Gilberto! Bienvenido ¿Cómo estas? - el castaño lo abrazo en son de saludo.
- Nada bien Antonio, como si no tuviera suficiente con mi pierna ahora mi abuelo quiere que el asombroso yo se case con una desconocida. - camino cojeando con ayuda de un bastón hasta el sofá mas cómodo de su amigo.
- aah! Amo las bodas - grito derepente Francis.
- ¡Vino en todas partes! - gritaron al unísono Antonio y el francés.
- ¡No es chistoso! - grito lanzándole el bastón a quien le cayera.
- Lo se mon ami, pero había que verle el lado positivo ¿Verdad Antoni?
- Es cierto, ahora cuéntanos todo ¿Quién es la afortunada? - dijo el castaño invitando a su otro amigo a tomar asiento también.
- Aún no hay afortunada, de hecho puedo buscar a alguna mujer por mi cuenta antes de que mi abuelo encuentre a alguna pretendiente. - termino diciendo cansado.
- Pero eso es una buena noticia - dijo alegremente Antonio. - podemos ir a buscar chicas inmediatamente.
- Por favor Antoni, las mujeres que solemos conocer no son precisamente para que uno se case con ellas - su expresión era la mas serena de los tres. - sin menos preciar a ninguna, por supuesto.
- Francis tiene razón, no me puedo casar con cualquiera, - Gilbert cerro los ojos - solo espero que esto del matrimonio y el nuevo cargo no vuelvan mi vida un infierno.
- ¡Brindo por eso cherry!
Gilbert, Francis y Antonio se conocían desde niños, pero al crecer los tres tomaron caminos diferentes, sin embargo nunca dejaron de lado su amistad. Antonio se hacia cargo de la viña de su familia, que pese a ser pequeña daba buenos frutos; y le encantaba lo que hacia. Estaba todo el día metido en las plantaciones de uva y en las cavas. Por otro lado la familia de Francis tenia una empresa de moda y el encantado creaba nuevos diseños y estilos. Juntos causaban terror de pequeños y ahora adultos cada uno era mas mujeriego que el otro; pero desde hace poco Antonio ya estaba fuera de las pistas ya que había sido comprometido con una temperamental italiana de gran belleza.
Ahora Antonio y Francis ayudarian a su mejor amigo a buscar a la mujer de su vida o al menos una que no fuera tan aburrida.
Saludos a todos y gracias por leer
Por cierto Licofrón es el gato de Heracles, tiene el nombre de un filosofo griego.
Onny.
