Capítulo 1

Prologo

Sakuno Ryuzaki una chica sencilla de personalidad amable y tímida, a sus 14 años su vida era como la de cualquier adolescente, pero el destino es misterioso y ella con una mente tan común e inocente no se imaginaria en lo que se convertiría su vida.

Por otro lado tenemos a Ryoma Echizen un chico de personalidad arrogante y fría, con 15 años su vida era bulliciosa para él, pero pronto su destino se vería alterado por los acontecimientos que le aguardaban, cosas que ni él se imaginaba.

Era una mañana nublada en la ciudad de Sapporo, Sakuno se vestía como era costumbre con su uniforme escolar y se hacia sus muy características trenzas. Esta amable chica había perdido a su madre cuando esta le dio a luz y su a su padre en un accidente cuando tenía 5 años, por ello ella no los recordaba pero sentía un vacío de tristeza. Vivía con su abuela Sumire Ryuzaki en una modesta casa cerca de un lago, iba a la preparatoria Seiken en la ciudad de Sapporo. Rutinariamente iba a la escuela por sus medios luego en la tarde volvía a casa, no salía mucho los fines de semana, solo cuando visitaba a Tomoka su amiga de la infancia, sin embargo ella no se quejaba de la vida que tenía.

Abuela, ya me voy – dijo Sakuno aproximándose a la puerta, ya desayunada

Cuídate mi niña – dijo Sumire desde la cocina

Sakuno salió y tomo el autobús hasta llegar a la escuela como todos los días, siempre llegaba temprano y entraba a su salón, al contrario de su amiga Tomoka

¡Sakuno! Llegue a tiempo – dijo Tomoka jadeando pero con una sonrisa – llegas temprano como siempre

Y tú como siempre también – dijo sonriendo alegremente

Tomoka le dio un codazo amistoso antes de sentarse, en ese momento entra el profesor Terada dando a comenzar la clase del día. Sakuno era buena estudiante, pero se le dificultaban las materias como inglés y matemática, aunque era muy buena en letras, arte y química. En estas clases ella se tomaba el tiempo de mirar a la ventana he imaginar el futuro con el que ella soñaba, ya que se había rendido a tratar de comprender las clases del profesor Terada.

En otra parte del continente, en la ciudad de Tokio

Un chico apuesto y somnoliento se levantaba de su cama, su rutina era básicamente hacer lo que él quería. Vivía con sus padres y su prima Nanako, su madre Rinko siempre estaba viajando por cuestiones de trabajo y su padre Nanjiro se desentendía de Ryoma y no trabajaba aunque tenía todo el dinero que necesitaba ya que cuando joven él fue muy famoso por ser el rey del tenis, prácticamente era una celebridad pero ahora vivía su vida perezosamente ya retirado, con sus mañas. Ryoma tiene también un hermano mayor pero este vivía en otro país como profesional, sin embargo visitaba ocasionalmente su casa, él también era muy bueno en tenis pero no era su pasión.

Ryoma siempre pensaba que el tenis era su vida y lo único que importaba, desde niño era lo único que tenía para expresarse y desahogarse, su meta era alcanzar y superar a su padre, dejar de ser el príncipe del tenis y convertirse en el nuevo rey destronando a su padre el cual odiaba y admiraba a la vez.

Nunca dependió de nadie y nunca lo haría. Después de medio arreglarse y vestirse para ir a la preparatoria bajo a la sala.

Ryoma buenos días, se te hace tarde – dijo Nanako con tono cansado, ya que esa era la frase que repetía todos los días – ten tu desayuno

Hm… – se limitó a contestar, agarro el paquete y se dirigió a la puerta pasando de lado a su padre que leía el periódico. Su gato Karupin le dio un maullido de despedida a su dueño como siempre

Salió con paso desganado mirando el cielo, su casa quedaba cerca de su instituto aun así siempre llegaba tarde, pero era uno de los mejores alumnos, por eso no se metía en problemas con los maestros, era muy inteligente pero arrogante, bueno en todos los deportes pero especialmente en el tenis, por no más decir apuesto. Por eso todas las chicas suspiraban por él, hasta tenía su propio club de fans de toda las edades, pero esto no le interesaba recibía diario mínimo 2 confesiones, siempre las rechazaba indiferentemente, no le interesaba el tema del amor, porque en su mente solo cabía el tema de superar a su padre.

Llego a la entrada de la preparatoria Seigaku, le tocaba clase de inglés. Ryoma miro aburrido la puerta del salón y paso de largo dirigiéndose a la azotea, ese era su lugar de descanso. El inglés era su segunda lengua no le veía el caso de entrar a clase, sin embargo tenía que tener la asistencia mínima, pero igual solo dormía en el aula.

Se recostó en el suelo bocarriba usando sus brazos como almohada con su característica gorra tapándole el rostro del sol, cerro sus ojos tratando de soñar con el futuro que quería lograr

En Sapporo

Sakuno comía su almuerzo junto a sus amigas Tomoka y Nagisa

– Sakuno ¿te gustaría ir a una fiesta? Me invitaron unos chicos de 5to – dijo Tomoka

– Em… no gracias Tomoka, no quiero ir – mirando su almuerzo pensativamente

– ¿Eh? Pero será divertido, Negisa ira también – tratando de convencerla ya que Sakuno nunca iba a fiestas, solo a su cumpleaños y al de Nagisa

– En serio, no me sentiría cómoda allí lo siento – dijo levantándose para ir al salón

– Ahh debería divertirse más – dijo Nagisa tomado un envase de cartón de leche

Mientras tanto en Tokio Ryoma despertaba de su siesta

– ¿Qué hora es? – estirándose y viendo su reloj

Suspiro, tenía que asistir a la clase de arte ya se había saltado muchas clases, era su peor materia pero mantenía el promedio.

– ¡Ryoma! ¿Llegando a esta hora? Te saltaste la clase – dijo Momoshiro viendo entrar a su mejor amigo, aunque Ryoma nunca lo decía

– No molestes – sentándose en su puesto o mejor dicho desparramándose en la silla, siendo observado por todas las féminas del salón que le sonreían y saludaban, como siempre las ignoraba

– Deberías tomarte las clases más en serio, te servirán para el futuro – dijo con un suspiro, era imposible convencer a Ryoma

– Yo sé lo que necesito para lograr mi futuro, ya te lo he dicho – dijo tomando posición de descanso

En ese momento entro el profesor, Ryoma solo contaba los minutos para que acabara la clase. Cuando sonó la campana se levantó rápidamente para ir a las canchas

– ¡Ochibi! – grito Eiji abrazando a Ryoma, era un miembro del equipo de tenis de Seigaku

– Kikumaru sempai, ¡suéltame! – tratando de soltarse, Eiji siempre se aprovechaba de su estatura, ya que él era el más joven del equipo

– Kikumaru déjalo – dijo Tezuka acercándose – voy a pasar asistencia

¡S-si capitán! – soltando a Ryoma nervioso

El equipo de Seigaku había ganado el torneo nacional y se habían vuelto famosos, en ese momento lo que Ryoma tenía en su cabeza era el Grand Slam, había superado a todos sus contrincantes pero quería hacerse mucho más fuerte y así poder vencer a su padre. Había rechazado ser el capitán del equipo de Seigaku ya que no le interesaba, el saber que había ganado era más que suficiente para él, además veía mucho problema en ser capitán.

–Muy bien, empiecen a calentar con 30 vueltas a la cancha, para los novatos son 20 – dijo de forma autoritaria dirigiéndose hacia los novatos – recuerden que si quieren entrar como titulares deben ganárselo

– ¡Si capitán Kuminitsu! – se escuchó al unísono mientras corrían hacia las canchas

El entrenamiento fue como cualquier otro, pero Ryoma quería entrenarse más duramente, por ello diariamente se quedaba hasta tarde con el Tezuka para jugar partidos y entrenar, ya que aunque lo había vencido el seguía siendo más experimentado, y si no fuera por su lesión tal vez no hubiera podido vencerle. Pero en este día el mal clima arruino sus planes y tuvo que irse a casa. Maldijo lluvia mientras caminaba.

En Sapporo

Sakuno había tenido un día común de clases, no tenía clases extracurriculares y siempre llegaba a casa temprano.

– Abuela, ya llegue… ¿Abuela? – Sakuno noto que las luces estaban todas apagadas, era muy raro que no se encontrara en casa y menos sin avisarle, eso la hizo preocuparse.

Camino a la cocina para tomar el teléfono y llamo la llamo a su celular

– ¿Aló? Sakuno – contesto Sumire con tono agitado

– ¡¿Abuela que sucede estas bien?! – preocupada le contesto

– Tranquila hija, tuve que salir de imprevisto. Es un asunto de negocios, llegare tarde a casa así que hazte la cena, lo siento tengo que colgar asegúrate de cerrar bien la puerta yo tengo llave – al instante colgó el teléfono

– ¿Negocios? – se preguntó Sakuno mientras caminaba a su cuarto

Sumire Ryuzaki es su abuela materna, y no tiene a nadie más para cuidarla, ella ya es una señora de edad pero aun así tiene que trabajar para poder sustentar la vida de su nieta y la de ella, el estado les da dinero pero no es suficiente. Suerte que su abuela tiene muchos dotes y es licenciada en psicología, es muy buena cocinando y en su juventud hacia deportes. En estos momentos ella trabaja en una tienda como administradora en la mañana y en la tarde vende alimentos para poder alcanzar la mensualidad. Sakuno se siente mal por su abuela, ya que no le es de mucha utilidad, apenas está aprendiendo a cocinar, pero se esfuerza en sus estudios para llegar a ser una profesional.

Sakuno en su cuarto se miró al espejo, sus ojos color rubí le devolvían la mirada como si buscara algo, su cabello pelirrojo combinaban con sus ojos. Veía su cuerpo delicado y se preguntaba si tendría la fuerza para enfrentar la vida

–Prometo que llegare a ser reconocida por mi trabajo, seré una gran diseñadora – mientras se cambió de ropa y se puso a estudiar en un intento de poder entender el contenido para el examen de matemáticas. Se escuchaban varios suspiros.

A altas horas de la noche llego Sumire, vio a su nieta ya dormida, con una sonrisa susurro

–Las cosas mejoraran Sakuno, ya verás

Al dar los rayos del sol Sakuno despertó con el sonido de la alarma, como siempre se arregló y bajo a la sala. Su abuela la esperaba sentada en la mesa

–Sakuno tengo que hablarte de algo, siéntate – dijo Sumire sonriendo

–Abuela no te había oído llegar, ¿qué paso? – sentándose a su lado

–Me ofrecieron un trabajo, en Tokio y la paga es el doble de la que gano

– ¿En serio? ¿Pero cómo? ¿Por qué?

–Un amigo me ayudo a conseguirlo, es una oportunidad única, y lo mejor es que es un instituto y me ofrecieron una beca para ti, por ser empleada. Es un instituto muy reconocido será muy bueno para ti, partimos en 2 días

– ¿Qué? Pero abuela, es muy pronto… además estamos en medio del verano y ¿Dónde nos quedaremos?

–No te preocupes por eso lo tengo todo controlado, sé que será difícil pero hay que hacer un esfuerzo Sakuno

–Bien hagámoslo, estaremos bien – dijo después de pensar un momento aunque algo dudosa

–Eso es lo que quería oír, todo mejorara mi niña. Ya no vas a ir al colegio así que ve a descansar un poco más, luego preparamos todo para irnos – se levantó para ir a la puerta – volveré dentro de poco, tengo que arreglar los asuntos del trabajo

–Cuídate – se dirigió a su cuarto conmocionada por lo dicho, su vida tomaría un giro brusco.

Pensó en sus amigas, ¿Qué les diría? No sabía cuándo o si iba a volver, ¿Cómo se adaptaría a su nueva escuela? Y a su ambiente. No lo sabía, necesitaba relajarse.

Pasaron 2 horas, sonó el teléfono de la casa de Sakuno

– ¡¿Sakuno que sucedió?! ¿Por qué no viniste? – era Tomoka

–Tomoka-chan lo siento, bueno no puedo decírtelo por teléfono, ¿puedes venir cuando salgas? Dile a Nagisa que venga también – dijo desanimada

–Es algo serio, iré para allá cuando salgamos – dijo antes de cortar

En la tarde Sumire había vuelto con 2 muchachos para ayudar a empacar algunos muebles, en ese momento sonó el timbre

–Yo voy abuela

– ¡Sakuno! Estaba preocupada – abrazando a Sakuno – ¿Qué sucede aquí?

–Sakuno-chan, ¿estás bien? – dijo Nagisa entrado a la casa

–Sí, vamos a mi cuarto

–Bueno ahora dinos que esta pasado – dijo Tomoka ansiosa

–Chicas de verdad lo siento, me voy en 2 días a Tokio a vivir por el trabajo de mi abuela

–Que... ¿Qué demonios? ¡Sakuno pero no puedes irte! – grito Tomoka agarrándola por los hombros

–Es verdad, ¿qué pasará con tu vida? – dijo Nagisa

–No lo sé ¿está bien? Estoy preocupada – se sentó en la cama cubriendo su cara con las manos

–Bueno… entonces, ¿no hay manera de evitarlo no? – Nagisa se sentó a su lado

Hubo un momento de silencio, ellas habían estado juntas desde primaria, podía ser ella misma junto a ellas sin importar nada más. Ellas y su abuela era lo único que tenía

–Entonces… Sakuno – Tomoka la abrazo sonriendo – te apoyaremos, hablaremos diario por el teléfono ¿sí? No estarás sola

–Tomo, ¡g-gracias! – se derrumbó en sus brazos, llorando

Las tres se abrazaron y luego la ayudaron a arreglar sus cosas, aún quedaban 2, que justamente era sábado y domingo. El sábado salieron a divertirse a los lugares que habían planeado ir en el año escolar, pero tenían que hacerlo en todo un día, fueron al planetario, al cine a ver la nueva película de la que tanto se hablaba, al zoológico, al parque acuático, al parque de diversiones y a la plaza que recién habían inaugurado, luego de quedaron las tres a dormir en la casa de Nagisa y al siguiente día hicieron una despedida para ella en la casa.

–De verdad fueron los mejores días de mi vida – Sakuno estaba feliz y triste al mismo tiempo, pero se iría con un buen recuerdo

Estaban todos reunidos, los padres de Tomoka, Nagisa y Sumire también

Le regalaron varias cosas para su viaje, un diario para que escribiera todas sus experiencias, un álbum de fotos con una cámara digital, un par de camisas y algo de maquillaje. Aunque Sakuno no lo usaba, Tomoka insistía en que el maquillaje era vital para una chica.

En la mañana del vuelo Sakuno se preparaba para irse de la casa de Nagisa al aeropuerto junto con su abuela, miro hacia el cielo con la vista perdida

–Sakuno, quiero que te lleves esto – Nagisa sostenía un oso de felpa de color blanco con café, con Tomoka a su lado

–Pero Nagisa-chan, es tu peluche favorito – sorprendida lo recibió

–Esto no será un adiós por siempre, así que quiero que lo tengas para que siempre que lo mires te de alegría y tranquilidad, me lo devolverás cuando nos volvamos a reunir

– Nagisa… ¡Lo cuidare mucho! – entre lágrimas Sakuno, Tomoka y Nagisa se abrazaron

El vuelo salía a las 9 de la mañana, todo el equipaje estaba listo y la mudanza. Mientras se dirigían hacia el aeropuerto Sakuno observaba por última vez la ciudad en la que nació, se preguntaba si las calles de Tokio eran así, tranquilas y sencillas, como ella.

Continuara…

Nota de la autora: Por favor dejen sus comentarios y sugerencias, me ayudaran a continuar mi historia