Capítulo 1: Nuevo planeta
- Muy bien comandante Chekov, transpórtenos.
Esta era la orden que acababa de dar el capitán de la USS Enterprise para que los transportaran a él, a su primer oficial semi-vulcano y a su jefe de enfermería, y también uno de sus mejores amigos, al planeta en el que se encontraban en aquel momento. Era uno de los planetas que habían decidido visitar y explorar durante aquella larga misión de cinco años que les asignó la Flota Estelar. Habían calificado aquel planeta en un principio como "no peligroso", ya que un primer análisis de la superficie había terminado en ese resultado, por lo que simplemente bajaron con el equipo de observación y un par de pháseres. Bones, el jefe de enfermería, había hecho saber ya que no le hacía ninguna gracia bajar a planetas inexplorados, y como en todos los planetas a los que iba, Spok, el primer oficial de la nave, se encargó de recordarle que como jefe de enfermería y científico era su deber. Por su parte el capitán Kirk rodaba los ojos y sonreía ante el mal humor continuo del médico y la lógica aplastante de su primer oficial.
- Está bien chicos, no empecemos como siempre, ¿de acuerdo? Sabemos a qué hemos venido aquí. No os separéis y cuidado donde pisáis y lo que tocáis.
Ante ese discurso Bones no pudo si no rodar los ojos a mitad de camino de ser escéptico e irónico, en mitad de su ataque de desesperación diario.
+ Oh claro, aquí tenemos al capitán James Tiberius Kirk señores, ejemplo de profesionalidad y de no meterse en líos nunca por seguir siempre las órdenes establecidas.
Kirk estalló en carcajadas, totalmente despreocupado por lo que acababa de decir su amigo, a la par que Spok soltaba un imperceptible suspiro.
- Gracias, gracias… Pero no lo digas muy alto, no quiero que las nativas del planeta se enamoren de mí incluso antes de verme.
El rubio guiñó un ojo, pero la dirección de este gesto no era precisamente para Bones, ya que además él había comenzado a andar maldiciendo por lo bajo. Sabiendo Spok porque lo decía, decidió ignorar el comentario, aunque no pudo evitar un leve aleteo de su nariz, gesto que no pasó desapercibido para el capitán, quien lo deslumbró con una de aquellas arrebatadoras sonrisas suyas antes de proseguir su camino. Llevaban más o menos una hora y media explorando el planeta cuando ocurrió algo imprevisto…
Kirk se sentía agotado. La atmósfera de aquel planeta y su gravedad hacía que todo pareciese más difícil de hacer, y parecía que después de todo ese trabajo su cuerpo pesaba cincuenta kilos más. Miró hacia atrás un segundo y observó a Bones y a Spok recogiendo muestras de cada cosa que les parecía interesante, que solía ser entorno al 99'99% de cosas que veían. Les dedicó a ambos, aunque no lo vieran, una leve sonrisa. Aunque aquellos dos siempre estuvieran de bronca el uno con el otro, hacían muy buen equipo. Con un suspiro exasperado Jim dio dos pasos hacia atrás antes de girarse… Con la mala suerte de tropezar con una raíz que antes no estaba allí, o eso pensaba él. Cayó hacia atrás por una pequeña cuesta, dándose un buen golpe, aunque nada grave.
- ¡Au!
Fue lo único que salió de la boca del rubio, antes de llevarse la mano a la cabeza y sacudirla. Suspiró de nuevo, esta vez más profundamente, intentando calmarse. No se había hecho demasiado daño, por lo que simplemente se incorporó con cuidado y observó a su alrededor. Podría subir de nuevo aquella cuesta, pero algo más en aquel pequeño lugar le llamó la atención. Clavó sus ojos azules en una planta de más o menos un metro y medio de alto, color verde, muy llamativa, con hojas en forma de, ¿corazón?, bueno, Kirk no sabía el término científico para aquel tipo de hojas, así que sí, eran hojas con forma de corazón. Del centro de la planta salían una especie de tentáculos rosas y amarillos que se movían de lado a lado, tranquilamente, como hipnotizándolo. Un momento, aquella planta se… ¿movía? El rubio parpadeó otro par de veces, por miedo a que le engañasen los sentidos, o a que el golpe que se había dado lo hubiese desconcertado. Pero no, los tentáculos de la planta seguían moviéndose. Lentamente el chico se acercó, y los tentáculos pasaron de moverse aleatoriamente a apuntar en su dirección suavemente. Lejos de asustarse, el irresponsable capitán se acercó un poco más, alzando la mano, notando como si los tentáculos olfateasen el aire para deducir que tipo de criatura estaba acercándose.
Por otro lado ambos científicos seguían tan ensimismados en la tarea de recoger pruebas que ni siquiera se dieron cuenta de que el capitán faltaba, hasta el momento en el que Bones dijo en alto.
+ Creo que esto será suficiente… Además, deberíamos regresar. Por lo visto en este planeta anochece dentro de una hora o menos, ¿no es así, Jim?
Al no recibir respuesta, ambos se giraron en redondo, comprobando que su capitán no estaba por ningún sitio. Bones abrió los ojos de par en par y se llevó la mano a la frente con un sonoro golpe.
+ Mierda…
En cambio Spok no varió lo más mínimo su expresión. Comenzó a analizar los alrededores de su posición casi al instante, buscando cualquier tipo de señal de su capitán, incluso buscando telepáticamente un rastro de la conexión tan "especial" que ambos tenían. Simplemente no se permitió entrar en pánico, ya que era vulcano, y tampoco era de extrañar que Kirk se extraviase en algún viaje. Lo único peligroso podría ser que la estupidez del humano y su irresponsabilidad le hicieran tocar algo que no debía, o pisar algo que tampoco debía pisar, o simplemente hacer enfadar a algo que no debía hacer enfadar, lo cual, cabe añadir en este punto, que era lo que mejor se le daba de todo lo que había citado el vulcano mentalmente. Así fue como, analizando su entorno, encontró una zona de tierra removida, parecía, por pies humanos. Caminó rápido hacia ella, con Bones pisándole los talones, ya entrando en un ataque de pánico. El médico, por su parte, quería ponerse a gritar y maldecir cada una de las acciones que le habían llevado a alistarse en la Flota Estelar, pero sabía que gritar no solucionaría nada, e incluso podía empeorar las cosas atrayendo algún tipo de ser a su posición… Por lo que se dedicó a seguir al vulcano, mirando en todas direcciones, mientras mentalmente enumeraba los insultos que le iba a soltar al joven capitán cuando lo encontrasen. Spok se agachó en el lugar donde la tierra estaba removida, siguiendo el rastro que había dejado, y encontrando por fin la pequeña cuesta por la que parecía haberse arrastrado su capitán.
- Bones. Ahí.
Señaló con un dedo mientras comenzaba a descender, con el médico haciendo de su sombra mientras balbuceaba.
+ Maldito mocoso… Ya verás cuando te encuentre… Te juro que pienso inyectarte un hypospray de sarpullido carpiano…
Kirk había conseguido acercarse a menos de un metro de aquella planta, o animal, aún no tenía muy claro que era. Alzó una de sus manos lentamente, mientras los tentáculos se acercaban con la misma lentitud, curiosos de saber que era aquello, y si suponía una amenaza para ellos… Cuando algo los sobresaltó.
+ ¡JIM, POR EL AMOR DE DIOS, ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO!?
La voz de Bones desencadenó varias acciones. Kirk dio un buen brinco, asustado por el repentino grito, que no se esperaba para nada… y el brusco movimiento del rubio hizo que los tentáculos reaccionasen casi al instante, lanzando un pequeño latigazo contra la parte baja del vientre del capitán, acertando justo en la cadera y sacándole a Kirk un grito de sorpresa y algo de dolor. El chico cayó hacia atrás mientras veía como la planta desaparecía bajo tierra, y acto seguido unas fuertes y firmes manos que él conocía muy bien lo había cogido de la cintura y lo había alzado para ponerse de pie.
+ MALDITO CRÍO, ¿¡EN QUE COÑO ESTÁS PENSANDO!?
Kirk dedicó una mirada de perdón, mezclada con algo de molestia hacia el médico, que parecía estar a punto de sufrir una embolia mientras observaba fijamente su vientre. Al que más miedo le daba mirar era a Spok, aunque acabó haciéndolo, para encontrarse con unos ojos totalmente oscuros, mirándolo fijamente, reprendiéndolo sin decir una palabra. Incluso pudo advertir que el aleteo de la nariz del semi-vulcano se notaba más que de costumbre. Eso, para él, ya era suficiente, por lo que agachó la mirada, avergonzado.
+ Sabe Dios qué coño te ha hecho ese… Ese lo que sea. Demonios Jim, sabía que eras irresponsable y estúpido, ¡pero no sabía que eras tanto de ambas cosas!
Mientras Bones se dedicaba a reprender al chico, Spok, con el brazo que no sujetaba a Jim había sacado el intercomunicador.
- Spok a USS Enterprise, transpórtenos cuanto antes, el capitán ha sido herido por un 'ser indefinido'.
Una vez que Spok cortó la comunicación, Bones frunció el ceño. Había puesto un tono extraño al decir "ser indefinido".
+ Quizá… Quizá no tan indefinido. Ese tipo de hojas me suenan muchísimo Spok, ¿a ti no?
A Bones le extrañaba conocer ese tipo de hoja, más en un planeta al que nunca había ido… Pero la mirada que le dedicó Spok le sacó de toda duda posible. Sí, la conocían. Y ambos la conocían muy bien.
Una vez estuvieron por fin los tres en el USS Entreprise el caos comenzó. Spok y Bones se llevaron rápidamente al capitán a la enfermería, ante las quejas del capitán que decía que se encontraba bien, que sólo le escocía un poco la zona donde se había llevado el latigazo. Para él no pasó desapercibida una mirada extraña que compartieron Spok y Bones mientras lo arrastraban hacia la enfermería, sintiendo una punzada de celos y algo de curiosidad. Una vez consiguieron tumbarlo en la camilla entre las quejas del rubio, Bones echó a correr por la enfermería, buscando todo lo que necesitaba, mientras Spok se quedaba cuidando de que Jim no huyese de allí. En ningún momento apartó la mirada del capitán, el cual notó que lo miraba de una forma extraña. Hasta que no pudo más y le dijo.
- O vamos Spok, no me mires así. No ha sido para tanto… Te estoy diciendo que me encuentro bien, no hace falta que te hagas el vulcano indignado y enfadado conmigo…
Cuando Spok lo miraba así se sentía como un niño pequeño a punto de ser regañado por su madre. Y así se sentía en ese momento, incluso arrugó los morros, molesto por que Spok ni variaba su expresión, ni decía una sola palabra.
+ Eso ha sido lo más irresponsable que te he visto hacer en mucho tiempo, Jim. Ha sido una acción totalmente ilógica y, por consiguiente, peligrosa. Cabe añadir que sabrás que tengo que redactar esto en el informe.
Bones llegó a tiempo para impedir a Jim contestar al vulcano, y para oír la última parte de la frase de este.
+ Oh claro que lo sabe, ¿¡pero te piensas que le importa lo más mínimo!? Pues claro que no, las reglas no están hechas para el señor James Tiberius Kirk.
Y de nuevo, antes de que Jim pudiera contestar, el doctor le inyectó un hypospray con sedante. Las últimas imágenes que vio el rubio fueron ambos científicos sobre él observándolo: la mirada extraña de Spok y la mirada divertida de Bones; y las últimas palabras que Bones pronunció:
+ Prepárate cuando te despiertes, querido capitán. Espero que recuerdes cuando decías que te encontrabas bien…
No pudo escuchar el resto de la frase y acto seguido cayó en la completa inconsciencia.
