No tan casual

Hola! Esto llega demasiado tarde XD iba a ser para el cumpleaños de los gemelos, noté que si bien amo el Kanon x Milo, no tengo ningún trabajo de ellos, al menos no desde que dejé el yaoi XD por lo que quise resolver ese detalle.

Inicialmente esto iba a ser un laaargo One-shot, pero a medida que lo fui escribiendo me di cuenta que era material para un multi chapter, y ya tengo 4 de esos en proceso, así que decidí hacerlo en viñetas, un poco largas XD, todo seguirá un orden cronológico, y habrá lemon mas adelante, se basará mas que nada en la relación de convivencia de los protagonistas, y algunas anécdotas del ingreso a la sociedad de Milo (alguien que posiblemente nunca pisó una ciudad XD en el manga o anime no lo muestran fuera del santuario salvo durante los combates, se sabe que entrenó en la Isla Milos pero eso no quiere decir que necesariamente tuvo contacto directo con la sociedad contemporánea)

Es todo XD espero les guste.

"Despertar"

Volver a la vida no era lo que Milo esperaba.

Se había ganado su descanso por segunda vez en Asgard, y sin embargo de nuevo estaba con vida, o lo que fuera que tenía, ella y los demás.

No habían despertado en el santuario, no, lo habían hecho en Grecia, pero en una estancia apartada, en medio del campo, cercana a Athenas.

Milo había sido de los últimos en volver a la vida, la que aún se autonombraba Saori Kido la esperaba, con una sonrisa llena de compasión, para explicarle el pacto que había cerrado con Zeús tras la última guerra santa, en la que su padre intervino al salirse de control, él le había regresado el poder de manera parcial, la más humana que divina que se negó a darles más detalles al respecto, pero procedió a explicarle que también le había regresado a sus santos caídos como parte del trato, ellos volvían a la vida… pero no serían caballeros, sino simples mortales, ya que todos representaban un verdadero peligro para el Olimpo, la caída del muro de los lamentos, la muerte de Hades, confrontación de Apolo, habían llegado demasiado lejos, era una generación de santos ateniense que debía perderse, y Zeús le daba la salida más humana… Liberarlos.

Las novedades no fueron bien recibidas por Milo, que discutió semejante deshonra con pasión y se negó a entrar en razón durante semanas completas, ahí sola, en la enorme habitación de esa casa de campo. Pero conforme pasó el tiempo entendió que si amaba a su diosa no podía cargarla con más culpa y que debía aceptar su sacrificio, el deseo de su corazón de verlos a salvo por una vez.

Era la quinta en revivir, lo supo cuando por fin se atrevió a salir de los límites de su alcoba y recoger los alrededores. Era una finca enorme, llena de vida, muy iluminada, tranquila, con demasiado verde para el lado que sus ojos se posaran. No había muchas personas ahí, la mayoría eran solo sirvientes contratados por la supuesta señorita Kido, había una diferencia de meses entre la llegada del averno de uno y otro santo, por lo que ninguno de sus compañeros se encontraba ahí. Las tediosas tardes que pasó sentada en la sala, siendo acompañada por su diosa, le permitió ponerse al corriente sobre lo que había pasado con la mayoría, no hizo preguntas, pero Saori se ocupó de informarle de todo con gran entusiasmo, orgullosa de las decisiones que todos habían tomado, quizás queriendo contagiarle el pensamiento de que era lo mejor.

A Milo solo la mantenía cuerda un hecho importante… Camus, Camus también iba a regresar, en medio año aproximadamente volvería a la vida su mejor amigo… su amor no tan secreto, Camus… eso hacía que valiera la pena estar de vuelta, que valiera la pena pensar en tener una vida normal o lo que fuera que Athena esperara de ella.

"Puedes estudiar una carrera"

Le había sugerido una mañana, cuando ingresó a la biblioteca de la estancia y la encontró nuevamente buscando algo que leer, era casi lo único que su ex amazona hacía, además salir a caminar entre los manzanos que rodeaban la estancia.

"Hay muchas universidades en la ciudad… Podría hacer que entraras a cualquiera"

Saori Kido se acomodó con suma elegancia en el sofá de dos cuerpos, a espaldas de la joven rubia, tenía las manos juntas en su regazo, sobre la amplia falda de su vestido blanco, desde ese ángulo no perdía de vista a la otra joven, quien llevaba puestos unos pantalones cortos y blancos de algodón y una camisa holgada celeste, arremangada en los puños, comprarle varios vestidos había sido una pérdida de tiempo y dinero.

"Soy doctora" Declaró Milo con cierto hastío, aún sin regresarse a verla, sus dedos se seguían paseando sobre el lomo de varios libros sin encontrar nada que le convenciera.

"¿Disculpa?" Saori creyó haber escuchado mal, y su pregunta generó un suspiro en la amazona, que desistió en su búsqueda y se giró a verla.

"Soy doctora" Repitió recargándose en el librero.

"Pero… ¿Cuántos años tienes?"

Milo sonrío pero de manera sarcástica y apartó con fuerza los deseos de responderle que no lo sabía, entre muerte y regreso a la vida… uno deja de contar, por molesta que estuviera seguía siendo su diosa… aunque ella ya no fuera una de sus santos.

"20, empecé mis estudios universitarios a los 15 años"

Saori no ocultó su sorpresa, ella tenía catorce años en esos momentos y ni siquiera había completado sus estudios secundarios.

"Vaya… eso es… asombroso, pero ¿Cómo hacías para… asistir?"

Milo se armó de paciencia y trató de recordar que… por madura que pareciera, Saori aún era una niña, y aunque fuera una diosa… seguía siendo más humana que inmortal., desconocía mucho de la historia de su recinto.

"Recibimos educación formal desde que llegamos al santuario, mi maestro me instruyó en los conocimientos básicos y me especializó en idiomas, inglés, francés y chino mandarín. Arles… o Saga… consideró importante el conocimiento, por eso trajo a más profesionales para que siguiéramos instruyéndonos, así fue que a los quince años empecé a estudiar medicina… e Italiano, había unos libros en ese idioma que me interesaban"

Saori estaba más que sorprendida, y debía admitir, al menos para sus adentros, que había sido una decisión sabia por parte de Saga en su momento, definitivamente era un hombre con mucho potencial de líder, todo opacado por la locura en su interior y desmedida ambición.

"¿Te… gusta la medicina?" Inquirió, después de todo que se la hubieran impuesto no quería decir que fuera de su agrado.

"Supongo" Su mirada divagó hasta la ventana, donde el sol comenzaba a meterse y les regalaba un hermoso tono anaranjado, esa estancia era tan silenciosa, estaba tan vacía, que la sofocaba.

"Podrías… retomar tus estudios, especializarte ¡Trabajar de ello!" Trató de sonar entusiasta y Milo confirmó que había acertado en a dónde iba esa charla… su futuro, le parecía raro tener uno, al menos uno que no fuera morir en una guerra santa, había sido el plan A… y no tenía un plan B en mente, tampoco se estaba esforzando en tenerlo.

"Entonces, ¿Volver al santuario está descartado?"

"Milo…"

"Lo siento"

"¿Entonces…? Yo pagaría tus estudios y todo lo que…"

"No quiero ser una carga" La situación cada día se volvía más incómoda para Milo, si seguía en esa casa es porque no quería abandonar a su diosa de esa manera y no estaba segura a donde ir, nadie la esperaba afuera, todo lo que conocía estaba dentro del santuario… y ahora no le permitían volver, como si fuera una exiliada, una traidora, empezaba a entender los sentimientos de Hyoga y los demás cuando trataron de mantenerlos lejos de la lucha en la guerra anterior.

"No lo eres, además cuando un santo se retira… le corresponden los tributos de sus templo… tengo entendido"

Milo sabía eso, pero sabía que ella no estaba retirada ¡Estaba muerta! Todos la creían muerta, al igual que a los demás… y parte de ellos todavía lo estaban.

"Es igual… quisiera hacerlo por mi cuenta"

"Al menos… deja que te ayuda hasta que sepas lo que quieres hacer… Nunca estuviste fuera del santuario… no sabes moverte…"

"Ya… me ha ayudado lo suficiente"

La verdad es que estaba en una disyuntiva, por un lado deseaba irse lejos de ese lugar, por otra parte… estaba el asunto de Camus, cuando regresara querría estar ahí para recibirlo, no podía irse tan lejos… quizás solo la ciudad… ¿Pero dónde?

El sonido de un vehículo las distrajo a ambos, alguien se acercaba, estaban demasiado apartadas de todo para que se escuchara el tránsito.

Milo se acercó a la ventana, pero Athena se puso de pie muy animada y se dirigió a la salida.

"¡Ya llegó!" Anunció generándole expectativa, la rubia la siguió un poco confundida.

Al cruzar el umbral de la puerta Milo se abrazó a sí misma, el clima había cambiado las últimas horas y ya no estaba apropiadamente vestida, requería algo que cubriera sus piernas.

Una camioneta se estacionó en la entrada, y Milo olvidó el frío que sentía al ver una figura muy alta descender de ella, erróneamente pensó 'Saga' porque le bastó verlo unos segundos para descartar esa idea, ese definitivamente era su gemelo, nadie podría confundirlo a su parecer.

"Athena, siento la demora, había mucho tráfico"

Su diosa le sonrió con dulzura, bajando los escalones que faltaban para poder acortar la distancia, Milo se mantuvo donde estaba, no muy segura de lo que debería hacer, Kanon era la primera cara conocida que veía desde que despertó, y si bien era un alivio… a la vez se trataba de la persona con la que menos relación tenía, hasta al menso de Aioria hubiera tenido algo que decirle, su último encuentro con Kanon no había sido del todo agradable, de haber sabido que viviría para tener que verlo a los ojos una vez más… quizás le habría dicho alguna otra cosa.

"Tranquilo, que bueno que llegaras, será mejor que entremos, está helando aquí"

"Claro" Con una mano en la espalda guío a su diosa de regreso, Milo solo los observaba desde la puerta, pero cuando Kanon levantó la mirada y la vio ella contuvo un respingo, esas esmeraldas la inquietaron y por primera vez no pudo sostenerle la mirada a alguien, la apartó a la vez que se hacia ella a un lado para dejarlos pasar.

"Bienvenida Milo, es bueno verte" Mencionó él casual, y Milo solo asintió, demasiado incómoda para añadir algo más.

Cuando se alejaron un poco se atrevió a entrar, no muy segura si debería seguirlos o irse a su alcoba, no estaba segura de cuál era la función de Kanon en ese lugar, pero decidió hacer lo primero, le generaba demasiada curiosidad.

Llegó a la sala para escucharlos conversar con ánimo, si bien la que más hablaba era Saori, Kanon le respondía en buen tono y con respeto, Milo se perdió un poco en esa conversación, no escuchaba nada interesante, meras frivolidades, estaba más intrigada con la apariencia del hermano de Saga, era extraño ver con pantalones de mezclilla y campera del mismo material, abajo parecía tener un suéter oscuro, lo que fuera le sentaba bastante bien.

En un momento Saori se levantó para tomar una llamada importante y los dejó a solas, fue cuando Milo ya no pudo evitar llamar la atención, al ser la única en la sala los ojos de Kanon se clavaron en ella, que seguía de pie, dándose cuenta de ese detalle fue que caminó lentamente y tomó asiento en uno de los sillones individuales.

"Luces diferente" Le dijo para romper el hielo al gemelo.

"Me bañé"

Milo tardó en entender la broma, en especial por el tono neutral en el que había sido dicha.

"Tú también luces muy diferente" Ella sin darse cuenta se observó un poco, no creía haber hecho algún cambio, su cabello era el mismo, tal vez fuera el que ya no portara su armadura o que tuviera las piernas descubiertas.

"Pues yo no me he bañado, quizás sea eso"

Su interlocutor le regaló una pequeña sonrisa y eso la ayudó a sentirse menos presionada.

"Si me permites preguntarlo, ¿Cómo estas con todo esto?" soltó el gemelo de repente.

"¿Esto? ¿Te refieres al volver de la muerte?" Ironizó.

"Más bien al… estar fuera del santuario"

Se escuchó un largo suspiro, Saori ya le había preguntado eso demasiadas veces los últimos días y ella seguía sin una respuesta concreta.

"No lo sé" Pero por fin estaba con alguien a quién ella podía hacerle la misma pregunta "¿Y tú?"

Kanon se reacomodó en su asiento y pareció meditarlo un poco antes de responder.

"No es igual… yo… viví más tiempo afuera que adentro… nunca llegué a apreciarlo de verdad, siempre preferí… poder elegir"

Elegir, esa palabra resonó en la cabeza de Milo con mucha fuerza, y es que era verdad, era lo que la tenía abrumada desde que despertara, por primera vez en su vida no solo podía, sino que debía elegir… y tanta libertad la asustaba, toda su vida había sido planeada por alguien más y delineada por cientos de reglas, se había acostumbrado a ello, la hacía sentir segura, operante, ahora tantas puertas abiertas por delante la estaban sofocando.

"Interesante" Concluyó, incapaz de compartir todo lo que pasaba por su cabeza, era demasiado reservada al respecto, aunque agradecía la honestidad de Kanon. "¿Y qué es lo que has elegido?"

"Kanon trabaja en una empresa" Los interrumpió Saori que ya había cortado su llamada y regresaba para sentarse junto al mencionado. "Y vive en Athenas en un departamento"

Vaya, sí que se había adaptado rápido, fue el pensamiento de Milo, aunque le generó también un poco de gusto, saber que él estaba mejor y no tan perdido como ella, todos esos días se había preguntado varias veces qué sería del resto de sus compañeros, esperaba que los demás estuvieran igual de bien.

"En Athenas hay muchas universidades Milo, podrías continuar tu carrera o empezar otra"

La joven empezaba a entender el carácter de esa visita 'casual'

"¿Debo mudarme a Athenas?"

Su diosa se mordió el labio inferior unos segundos.

"Escucha, Milo… Camus… no volverá aún, no puedo traerlos todos a la vez… podrían ser meses, un año… no vale la pena que te quedes a esperarlo, pero si no quieres estar lejos… Athenas es la mejor opción, de eso modo no estarás sola… y yo sabré que estas bien"

"Puedes quedarte conmigo hasta que consigas un lugar que te guste…"

Y otra vez había dado en el ángulo, Kanon venía por ella a pedido de Saori.

"Les agradezco, pero creo que puedo arreglármelas por mi cuenta"

"Milo" Su diosa se enserió lo más que pudo y la miró a los ojos "Hazlo por mí… será lo último que te pida"

Y con eso había cerrado su sentencia.

Hasta aquí!

Omg! Llegó sexy Kanuchis al rescate, mi regalo para mí misma… Kanon en camioneta y casual XD. El por qué justo él lo veremos mas adelante.

¿Milo doctora? ¿Por qué no? Yo me los hago a los dorados muy cultos, y proceden de una cultura muy rica, y si están quedados en el tiempo… no es raro imaginarlos a todos muy intelectuales, en especial si pensamos que son los number one XD se les debe dar la mejor preparación, los mejores cuidados y posibilidades desde niños, siempre tuve esa visión y creo que me la fortaleció The lost canvas, cuando veía el pasado de Aspros y Defteros, como al segundo se le daba lo peor y echaba, mientras que a Aspros, lo que era aprendiz de Santo dorado le temían y respetaban.

Ok, en un rato subo el segundo, ya tengo unos 4, espero que les guste y si les gusta que lo hagan saber XD

(Ya pronto actualizaré lo demás, pero necesitaba sacarme esto de la cabeza)

Feliz comienzo de semana!