CAPITULO 1

Y así fue que todo empezó

Ola mi nombre es suyo y en el trayecto de esta historia debo declarar que este anfictión no se hubiese llevado a cabo sin el apoyo de mis anteriores lectoras y tambien de Isabel ( alias Bulma) quien me ah ayudado con ideas para el fic. A aquellas personas que comienzan a leer el fic, les aseguro que no se arrepentiran… ah y una advertencia: este fanfiction tiene mucho contenido dramatico y romantico, ademas de lemons.. ESTE CAPITULO ES SOLO UNA INTRODUCCION


Bueno creo que es mucha palabreria por el dia de hoy, esperare muy contenta sus reviews les dejo leer…

Han pasado ya diez años desde que Goku se fue con Shen long.

Todo era paz y tranquilidad en ciudad satan. Los guerreros Z volvieron a su vida cotidiana y normal, aquella que no incluia en su totalidad el tener que entrenar duro para poder defender la tierra de los enemigos poderosos que amenazaran su existencia. Muchos de estos guerreros decidieron vivir pacíficamente y no utilizar las artes marciales, salvo cuando sea realmente necesario.

Como por ejemplo Vegeta, que ante la ausencia de su enemigo-amigo, su impulso de querer superarlo, había aminorado su empeño en el entrenamiento, por lo que vivía junto a su familia, entregando su tiempo y parte de su dedicación a entrometerse en la vida de sus hijos. Y esto era algo que a Bulma le gustaba bastante, porque ahora podía disponer de su esposo en cualquier momento.

Por otra parte Gohan y Videl trabajaban en la compañía Capsule Corp. Como socios directos de Bulma, por lo que financieramente no podían quejarse. En cuanto a la nieta del hombre más fuerte del mundo, a ella también le toco ir a la misma preparatoria que a su padre, cabe decir que era una de las muchachas más populares de la preparatoria, además de la más pretendida por sus compañeros, solo que por su carácter fuerte muchos temían declarársele abiertamente. Por ultimo Goten y Bra finalmente después de muchos años de noviazgo se casaron e iniciaron su luna de miel que duraría un año completo, viajando alrededor del mundo.

Bueno, en si todos los guerreros Z estaban felices con sus vidas, todos, a excepción de una persona.

Una anciana de ojos negros y cabello canoso que permanecía sentada con la mirada perdida fuera de la ventana de la cocina, esperando ver llegar a su amado marido, el único hombre que amo, el que le dio dos hijos, al que le regalo la mayor parte de su vida y que ahora solo se sentaba sola a esperar a una ilusión que jamás volvería a ver. Sabía que él la amaba o bueno eso creía ella, se sentía tan sola y sin fuerzas. Por una parte estaba feliz ya que su hijo mayor Goten había encontrado a la mujer con la que viviría toda su vida pero su corazón se sentía vació sin tener a quien amar y proteger.

Cada atardecer la mujer se sentaba y aguardaba el ansiado momento de volver a verlo y aguardarle con la falsa esperanza de que en cualquier momento el regresara por ella, pero todo era en vano. Raras veces Gohan, Videl y Pan podían visitarla, no les culpaba de las escasas visitas que recibía de parte de ellos, porque también entendía que estaban ocupados, y además su ciclo llego a su culminación. De su rostro cansado y delicado desprendían lagrimas cada vez que recordaba a su querido y amado Goku….todos los momentos en los que ellos fueron felices, momentos de tristeza en los que él siempre la consolaba.

Han pasado diez años, diez años que se fueron volando como aves que nunca regresaran. Su corazón pedía volverlo a verlo, aunque sea por unos cuantos minutos. Solo quería oír las palabras de aquella voz que la llenaba de felicidad, diciéndole: "Milk ya estoy en casa, sírveme algo de comer, Porque me muero de hambre". Y ella como una fiel y dedicada esposa, complacería los pedidos de su amado.

¡Cómo ha cambiado todo!, apenas recuerda los momentos cuando ella era joven e iba a recoger agua del rió para preparar la cena de sus hambrientos muchachos. Aquel bosque, aquel sendero, aquella fragancia matutina que se expandía por el aire. Pero de eso ya no queda nada, ahora el sendero por el que acostumbraba ir y venir solo para hacer las compras, ahora solo era un sendero asfaltado. El tiempo dejo a su paso solo recuerdos agradables de aquel habitad donde compartía su existencia con aquel hombre que estaba en su corazón, Pero ya de aquello no queda nada, ahora solo hay calles, avenidas y edificios que borraron con el tiempo aquel lugar silvestre donde esta mujer vivió los momentos más felices de su vida. Incluso su hogar no era el mismo al de aquellas veces, ahora era más grande, pero ¿de qué sirve una enorme casa, un lujoso palacio, si esta no es habitada por los seres que más amas?

Las horas pasaron y el sol se perdió por el horizonte dando lugar a una bella y resplandeciente luna llena. Milk estaba cansada así que salió de la cocina y con las fuerzas que le quedaban subió las escaleras hacia la habitación donde sabía compartir con su amor momentos mágicos y con mucha pasión. La mujer abrió la puerta de esta y se adentró, caminó hacia su ropero y al abrirlo sacó una pijama con la mirada cansada pudo observar aquel traje que su amado prefería vestir en toda ocasión, aquel ji rojo que lo había caracterizado desde joven, al verlo, solo podía recordar aquella amplia e inocente sonrisa. Con delicadeza y los ojos vidriosos también lo sacó del ropero.

Lentamente caminó hacia la cama, sin dejar de mirar nostálgicamente aquel traje, lo acomodo cariñosamente a un lado de la cama. Elevo sus brazos y aquel pijama resbaló por su delgado y delicado cuerpo, una vez puesto, se acomodó y se adentró en las sabanas y se puso de costado, mirando aquella ropa, inhaló profundamente, Aun se podía percibir el aroma de Goku que permanecía en aquella ropa que hería más sus sentimientos. Con mucho dolor desencadeno un llanto pasivo que descargaba todo el sufrimiento que sus recuerdos hacían en ella. Su corazón se oprimía cada vez más, sentía como cuchillas que atravesaban su ser, ella sentía que su tiempo en este mundo llegaba a su fin, porque sus fuerzas disminuían con cada día que transcurría. Solo deseaba volver a vivir a aquellos momentos de juventud y encontrar el amor, ya que de Goku no quedaba ni rastros. Solo sabía que el hombre que amaría hasta el fin del mundo seria a su querido y amado Goku.

Ahora sus ojos le pesaban, quería seguir observando aquel traje rojo, imaginándose el rostro de Goku mirándole, sonriéndole con calidez, y otearle fijamente con aquellos seductores ojos azabache, pero no podía continuar despierta, sus parpados le pesaban demasiado. Su tiempo llegaba a su clímax, no puso mucha resistencia, ya era hora de que kamisama se la lleve, lo único que lamentaría, era el no poder despedirse de sus seres queridos... paulatinamente sus parpados caian como un telon de un teatro... sus mejillas humedas se enfriaban con la brisa nocturna de aquella noche de luna llena. Al final tuvo que ceder y dar paso a aquel sueño del que no despertaría nunca, su respiración se acortaba, hasta que de sus labios y de su nariz, salió un último suspiro…


El sol salió por el horizonte, dando inicio a un nuevo día. Y junto al alba, la familia del hijo mayor de la anciana, llego a la casa donde vivió toda su infancia. La joven Pan, corrió abriendo la puerta principal y fue a la cocina, con una enorme sonrisa y llamándole con mucho entusiasmo a su adorada abuela. Pero no estaba en la cocina, así que se acercó a sus padres que estaban en la sala.

— mi abuelita no está en la cocina— dijo mientras buscaba con la mirada en toda la planta baja de la casa— voy a buscarla en el comedor… — dijo corriendo hacia dicho lugar.

— Algo no me agrada de esto Gohan — dijo Videl muy preocupada, tratando de buscar algún rastro de su suegra — todo está muy silencioso y para esta hora tu madre siempre está aseando su casa... —comento mientras gohan tenia un rostro sumamente preocupado.

— Tal vez está descansando aun, será mejor que vaya a verla a su habitación— expreso muy preocupado.

Subió las escaleras con rapidez y se caminó apresuradamente a la habitación de su madre, toco la puerta lentamente.

— ¿Mamá, estas allí, puedo pasar?— pero nadie contesto, así que abrió la puerta con lentitud y vio que ella estaba aún recostada. — ah con que ahí estas mamá, ¿mamá estas enferma?

Pero nadie contestaba, algo que le parecía muy extraño.

— mamá, No te preocupes, yo cuidare de ti— se acercó con una media sonrisa, se sentó al borde de la cama y con las manos en los bolsillos dentro su terno. La observaba fijamente con una sonrisa, y con ternura acaricio su rostro.

Pero algo le parecía muy extraño ya que ella no reaccionaba de ninguna manera, rápidamente tomó la mano de Milk y pudo notar que ella estaba completamente fría. Su rostro se convirtió a uno lleno de terror, ver a su madre inmóvil y fría hizo que un gran grito de dolor saliera de sus labios

— ¡No!

— ¿Que sucede Gohan, por qué gritas? — Videl apareció corriendo por la puerta de la habitación y vio a su marido arrodillado ante la cama de su madre y llorando desesperadamente

- No ... No ... - su voz quebradiza volvio

— Gohan no me digas que esta…— sus ojos se humedecieron.

Así que volvió a cuestionarle, pero Gohan no podía escucharla estaba ensimismado, así que no respondió. Videl deduciendo ese llanto incontenible, sabía que algo andaba mal y que lo que sería más probable, era que Milk estaba muerta. Se arrodillo y con lágrimas en los ojos trato de consolar a Gohan. Puso su mano encima de su hombro, pero él no le hizo caso. Sus labios besaban las manos de su madre, pidiéndole que no se vaya pero todo era en vano. Tanto Gohan como Videl lloraban al pie del catre.

Pan que se acercó a la habitación y oyó llanto dentro la habitación, en ese momento ella creyó que su abuelita estaba llorando.

— Mi abuelita ¿otra vez está llorando?— se cuestionó — seguro que es por mi abuelito Goku , será mejor que le anime, así que entrare y le daré un gran abrazo para que se ponga contenta— dijo con cierto aire de sabiduría.

Entonces entro corriendo a la habitación gritando "¡ABUELITA!" Pero grande fue la sorpresa que se llevó, al ver a sus padres observándola con los ojos llorosos y las manos encima de su abuelita que estaba recostada en la cama. Ella sobreentendió aquellas poses y su rostro que estaba lleno de alegría cambio a uno de seriedad y dolor. Sus ojos se llenaban de lágrimas que se desbordaban por sus mejillas, su cabeza hacia una negación como queriendo que no sea cierto lo que acontecía en esos momentos.

Corrió hacia su abuelita dejando sus lágrimas a su paso. Videl la tomo de la cintura rápidamente y la acurrucó en su pecho. El pesar de perder a alguien tan valioso para ellos los había dejado devastados, sobretodo Gohan quien no podía creer que su madre ya no estaría con ellos, que ya no volvería a oír su voz, sus reproches, su sonrisa y su cariño. Videl miró donde estaba su esposo y sus ojos se contrajeron al ver la mirada quebrada, llena de culpa, rabia y sufrimiento que su esposo tenia marcado en su cara.

— ¡mamá! ¡Déjame! ¡Mi abuelita no puede estar muerta! — dijo Pan queriendo zafarse del abrazo de su madre, un profundo dolor, perforaba el corazón de la joven Pan. Estaba completamente desesperada, no quería ver a su abuelita muerta— ¡no! ¡Mamá, déjame ir con mi abuelita! ¡Por favor! ¡Ella no puede estar muerta!— siguió haciendo esfuerzo para que le suelte, pero su madre la cobijo mucho mas en su pecho, pero la joven no comprendía lo que su madre quería hacer por ella, tratar de calmarla para que no se sienta devastada por lo que vería a continuación.

— ¡ Pan! ¡Entiende el dolor de tu padre, por favor contrólate hija!— añadió con brusquedad la madre, con gruesas lágrimas en sus ojos y aun sosteniendo a Pan. En ese momento Gohan con los ojos empapados de lágrimas se levantó de su sitio, miró a Videl a los ojos, ella lo observo de la misma manera. Él se sentía tan triste había perdido a la mujer que le trajo al mundo.

Sus manos formaron un puño, sus lágrimas caían de sus mejillas y sus ojos estaban ensombrecidos por sus lentes. Su corazón se sentía oprimido, un nudo en la garganta impedía articular alguna frase. Totalmente dolido su cuerpo se rodeó de un aura dorada y expulso su mi dando un grito de dolor, Videl quiso acercársele pero él se elevó en el aire y salió por la ventana a toda velocidad con un gran dolor en el alma.

— ¡Gohan!— vociferó, soltando a su hija que aun trataba de desprenderse de su madre.

— ¡Abuelita! ¡No tú!Por favor no!— lloró con la voz quebrada, arrodillada ante el cuerpo de su abuelita y tomándole de la mano.

Videl estaba apoyada en los marcos de la ventana observando el cielo y la dirección por donde Gohan se había marchado, agacho la cabeza y volteo a ver a su hija que estaba destrozada por la muerte de su abuelita. Ante el llanto incontenible de su hija, Videl se acercó y puso una mano sobre el hombro de Pan.

— Suegra…— susurro muy afligida— perdone que no hayamos estado junto a usted en los últimos momentos…— sus lágrimas caían sobre su pecho — sé que algún día nos volveremos a reencontrar— añadió tratando de tranquilizarse.

— Yo… ¡yo también iré con papá! — Pan enojada, se disponía a irse detrás de su padre con una gran cantidad de lágrimas. Pero su madre la sujeto de sus manos con los ojos cristalinos e hizo una seña de negación con la cabeza— pero papá nos necesita, ahora más que nunca— dijo empapada de lágrimas

— No, Pan, tu papá debe estar solo, ha perdido a su madre debes comprenderlo…— la ojinegro cerro sus ojos, y se aferró a los brazos de su madre

— extrañare mucho a mi abuelita!... ¿por qué?, ¿porque tenía que irse mamá? — se mordía los labios de tanta impotencia.

—…— que podía decirle, no había nada que decir, ni una sola palabra de consuelo tenia para calmarla. Apesadumbrada agacho la cabeza con mucha tristeza e impotencia.

De pronto, el cuerpo de Milk, emitió una leve luz, ambas mujeres observaron detenidamente aquella luminosidad que bordeaba el cuerpo de la anciana. Entonces repentinamente un fuerte resplandor encegueció a las dos e ilumino toda la habitación. Aquella ráfaga de luz solo duro unos segundos, para cuando sus ojos se repusieron del choque de luz, ambas miraron al lecho donde se encontraba la mujer sin vida. Pero se quedaron pasmadas al ver que el cuerpo de Milk había desaparecido misteriosamente después de aquel destello.

Pan desesperada dio un último grito, esperando que donde fuese que su abuelita este, ella le pudiese escuchar.

— ¡Abuelita!— fue el último grito que se oyó en esa habitación.