Disclaimer: La historia es mía, los personajes no :)

Notas: Historia escrita para la tabla 30 Vicios. Se adoran los comentarios~

Advertencias: Un Dinamarca emo y un tanto meditabundo (?)

Skriv dit liv

Escribir tu vida

(20. Escribir)

No sabe cuando fue el momento en que todo se vino abajo. Cuándo fue que el ardor de la guerra se había apagado y que el destello en sus ojos se había vuelto tan monótono. Cuándo es que dejaron de haber voces recorriendo la casa y que cada habitación se quedó vacía. Quisiera saber, cuándo fue que las velas en los pasillos se volvieron para siempre inútiles porque se habían quedado sin nadie a quien iluminarle el camino por las noches. Tampoco recuerda el momento exacto en que los muebles comenzaron a llenarse de polvo por el desuso, ni cuándo comenzó a sobrar la comida en las bodegas. No es capaz de rememorar siquiera, cuando fue el momento preciso en que las cobijas empezaron a sobrar y que las hierbas del jardín cubrieron las ventanas. Y más de una vez, ha querido ser capaz de recordar el día en que su cama comenzó a enfriarse tanto, en que las ratas que se volvieron sus únicas amigas.

Lo intenta, lo intenta a diario, a todas horas, pero no lo logra.

Porque a veces piensa que pudo haber sido esta o aquella razón. Ese afán suyo por querer escribir sus vidas, hasta con punto y coma. O posiblemente esa necedad por querer ver todo a como se le antojaba verlo, excluyendo los deseos ajenos. Posiblemente, también podría haber sido la causa, su necesidad absoluta por querer tener a esos ojos azules, mirándolo solamente a él y castigando lo contrario. Ese deseo de querer ser protagonista y antagonista, de su propia historia y de la de los demás.

Otras tantas veces, piensa que fueron todas esas las causas, o que posiblemente no fue ninguna. Y que la razón verdadera ni siquiera tuvo que ver consigo, sino con el hecho evidente de que todo el tiempo se rodeó sin darse cuenta de cuervos traidores que solamente estaban a la espera de atravesarle la espalda.

Sin embargo, las veces restantes, sentado frente a las sillas vacías del comedor, trata de recordar una y mil cosas, mientras se esmera por olvidar una y diez mil más; entre ellas, el hecho irremediable de que la única razón por la que le es imposible recordar cuál fue ese momento preciso en que la gloria se esfumó junto con las batallas, en que los barcos desaparecieron y que el mar y todo lo demás dejó de ser suyo es, porque quizá, nunca lo tuvo.