Aclaración: Shingeki no Kyojin no me pertenece, es de su creador "Hajime Isayama". Solo me encargo de crear la historia de mi fanfic sin lucros de su magistral obra.

Capítulo 01: "Una promesa antes de la tragedia"

(Mártir)

—¡Oigan, no corran con los pies descalzos!

Los niños corrían de un lado a otro, jugando en el extenso campo ante los insistentes reclamos de la joven Reina, que parecía no surgí efecto en los menores.

Historia dio un largo suspiro pesado. Todavía le costaba enseñarles los buenos usos de los zapatos, accesorios muy importantes para evitar contraer alguna enfermedad o infección peligrosa. Sabiendo de la gran responsabilidad que tenía en ellos, tuvo que recurrir a su as bajo la manga.

—¡Niños! —exclamó, colocando ambas manos cerca de sus labios—. El que no se ponga sus zapatos se queda sin postre para la cena.

Una sonrisa se le adorno en los labios tras notar las miradas paralizadas de cada niño. Tal vez no era la forma correcta para obtener su obediencia, pero sabía que el camino fácil no existía, y eso lo tenía en cuenta durante su tiempo como soldado, además que ese truco lo aprendió del instructor Shadis cuando amenazaba a Sasha con dejarla sin comer todo un día.

De repente sintió a alguien tirar el extremo de su falda, Historia miró hacia abajo y notó a una pequeña de cabello castaño y ojos grises. Aquella niña traía una vestimenta simple y humilde, llevando consigo una muñeca de trapo en su mano.

—¿Qué sucede Elizabeth?

—Yo... Yo me preguntaba cuando vendrían sus amigos por acá —dijo con una tímida voz. Historia le acarició su corta cabellera.

—Yo también me hago esa misma pregunta —posó sus ojos zafiros entre ambas montañas donde el Sol poco a poco se ocultaba. Luego vio a la menor con una sonrisa reconfortante—. Pero, estoy segura que volverán. Ellos volverán luego de terminar con su importante misión. Estoy segura que lo conseguirán.

La pequeña se sintió segura con sus palabras, pasando a irse con los demás niños.

Cuando la observo marcharse, su sonrisa se apagó, mostrándose una expresión decaída.

"Estoy segura que volverán"

La verdad era que no tenía ni idea sobre la situación que afrontaban sus compañeros del escuadrón 104 y toda la Legión en Shingashina. Sabía y confiaba en que lograrían su objetivo, aunque todavía no entendía el motivo de su inseguridad y miedo. Un temor más grande que la misma muerte.

A pesar de sentir esos temores, quiso, no, tuvo que ser fuerte como la Reina de las murallas. No podía doblegarse por ningún motivo, incluso si eso significaba reprimir sus propios sentimientos. Tenía que luchar por salir adelante, igual como lo hacía ahora mismo Eren y los demás.

Faltando poco para el anochecer decidió ingresar a la gran casona y poder reunirse con los infantes para verificar si obedecieron a su orden.


La temperatura bajaba a cada hora mientras el cielo nocturno se encontraba oculto entre las nubes. El ambiente lucía tranquilo, muy tranquilo. El exterior estuvo en un silencio profundo, salvo por los insectos y algunos animales que se encontraban activos en esas altas horas de la noche.

Durante ese tiempo, Historia no podía conciliar bien el sueño, sus ojos zafiros no podían cerrarse a pesar del cansancio ejercido por sus múltiples deberes como cuidadora del orfanato. Otra vez aquel pensamiento la siguió atormentando de forma continua.

¿Acaso estaba desconfiando en sus compañeros quienes sobrevivieron en situaciones peligrosas?

Todavía recordaba la última vez que vio a Eren y los demás, sí, fue desde la última reunión donde se les informó el día programado para partir hacia Shingashina. Ella sabía que tarde o temprano eso ocurriría. La misión que tanto esperó Eren por fin se llevaría a cabo, tan sólo les faltaba alistar y preparar todo lo necesario para iniciar con la expedición.

"Flashback"

—Eren.

—¿Qué pasa Historia?

La joven Reina vestida con su traje militar al igual que su acompañante, miraba por la ventana una gran parte de soldados de la Legión del Reconocimiento preparando los caballos.

—Mañana te irás a la muralla María para recuperar el distrito de Shiganshina. ¿Verdad? —su voz sonó con cierta preocupación, no solo por él, también para todos sus demás compañeros.

—Sí —lo afirmó a secas, sosteniendo la llave que traía en su cuello—. Pronto sabremos toda la verdad que nos ocultaron en estos cien años. No sé qué cosas hallaré dentro del sótano de mi casa, pero tengo que estar presente ahí cuando lo descubra. Aunque primero debo eliminar a Reiner y Berthold para lograr nuestro objetivo, de esa forma podremos rescatar a Ymir.

—No tienes que cumplir eso, Eren —se atrevió a verlo a la cara, mostrándole una sonrisa decaída para sorpresa del soldado—. Ymir decidió marcharse por su propia voluntad, así de simple. Lo único que te pido es que regresen a salvo, tan sólo eso quiero pedirte nada más.

Eren dio un corto suspiro y cerró por un momento sus ojos antes de dar su respuesta.

—De acuerdo. Lo haré —rascó un poco incómodo su cabellera.

Sin esperarse sintió una opresión en su cuerpo, notando el pequeño cuerpo de su amiga sobre su pecho. No necesitó una respuesta por su acción, colocando sus manos por atrás de su espalda para fortalecer el inesperado abrazo. Sabía que no podía morir por ningún motivo, todavía hubo muchas cosas que le daban para seguir viviendo.

—Te prometo que regresaremos a salvo.

Historia decidió creer en sus palabras, quería al menos tener la esperanza de volverlo a ver. No por algo el caprichoso destino los hizo conocerse y compartir su sufrimiento mutuamente.

"Fin del flashback"

Recostada en su cama y mirando vagamente el techo.

El sueño no parecía llegar nunca, todo por culpa de la angustia y el estrés, quienes fueron las causantes de que no pudiera descansar tranquila. Optó por tomar un vaso de agua para hidratarse y tal vez mejorar su problema de insomnio.

Teniendo sujetada una vela entre una de sus manos. Ella empezó a hacer una corta caminata hasta el comedor, y una vez llegado ahí se acercó con un vaso vacío al fregadero donde sacó el agua.

Luego de refrescarse volvió a su cuarto, pero entonces decidió irse a la ventana, abriéndolo, pudo notar la belleza de la naturaleza siendo iluminada por la luz lunar. Al menos esa tranquilidad que le brindó la zona le daba más confianza en seguir creyendo que la Legión logrará recuperar la muralla María.

De pronto su vista se dirigió en aquella zona donde Eren y ella hablaron sobre el futuro de la humanidad, ya había pasado unos días cuando tuvieron esa pequeña charla, charla que abruptamente fue interrumpida por una inexpresable Mikasa.

Todavía recuerda con cierta inquietud esa sensación electrizante en todo su cuerpo, parecía como si la misma Ackerman la amenazaba de muerte con su mirada penetrante y profunda, o solo era parte de su imaginación. Al final optó por la segunda opción.

—Más te vale volver con vida, Eren —mencionó su nombre a través del aire, intentando que su mensaje le llegada al soldado. Pasó a acomodo sus brazos en la madera de la ventana para acto seguido recostar su cabeza—. Eres el único en quien puedo confiar.


El Sol se encontró posando entre ambas montañas, todavía faltaba pocas horas para el mediodía. El trabajo en el orfanato seguía aumentando como en cada día mientras el deber de los soldados de la policía militar era de encargarse en cuidar los suministros de comida y la seguridad propia de la Reina de las murallas.

Historia, quien se encontraba vigilando a los niños que jugaban en el extenso prado, inexplicablemente, sintió una ligera corriente de viento sobre su larga cabellera. Un mal presagio le llegó a su mente, pensando al instante en sus compañeros del 104.

—Eren... Chicos...

Mientras en un lugar lejano donde se hallaba la destruida ciudad de Shingashina. Eren veía inmóvil el cuerpo irreconocible de Armin, al mismo tiempo que estaba sujetando con su mano izquierda el cuerpo mutilado de Bertholdt.

—Maldición... Debí haberlo sabido... Que de entre todos nosotros, tu siempre fuiste el más valiente —y el soldado pasó a lamentarse por el sacrificio de su valioso amigo.

Otra vez había incumplido con una promesa a alguien cercano.

Continuará...