Capitulo 1
No me obligues a ir a por ti ..- susurro en mi oído, un escalofrío me recorrió la espalda. Es que acaso nunca podría contradecirle? Siempre se saldrá con la suya?
Lo mire fijamente y con un suspiro le respondí – yo no te obligo tu te lo buscas-
Me miro con un enorme puchero dramático, imposible de resistir. – No te enojes, te saldrán arrugas – Sugirió, riéndose entre dientes. – Pero cuando sea como tu estas ya no estarán ahí o si ? – dije siguiéndole el juego. Ya sabía lo que pasaría a continuación; Su sonrisa se convirtió en un segundo en una mueca de disgusto, sus ojos se mostraron fríos y sombríos. – Bella sácate esa idea de la cabeza por favor. No seré yo quien le ponga fin a tu vida.- Cualquier rastro de broma se esfumo con sus palabras. – No le pondrás fin a mi vida, solo me dejaras comenzar una, contigo para siempre – susurré con un dejo de tristeza – me miro con sus ojos color caramelo, en ellos no encontré más que tristeza y desaprobación. No podía entender que quisiera pasar el resto de la eternidad junto a el? El ser más perfecto que había conocido nunca? Quizás el no quiera compartir su eternidad con migo. Siempre llegados a este punto me entristecían mis pensamientos, me mordí el labio ligeramente y no pude evitar formar una sonrisa triste. – Que estas pensando?- Me preguntó, al ver que me había quedado en silencio y mi expresión era triste. – Nada – pero no pude controlar mi voz, el pánico se aferraba a mi desde mis pies hasta el último cabello de mi cabeza cuando pensaba que me tendría que separar de el en algún momento.
Se removió impaciente, le cargaba que no le dijese lo que pienso en realidad,
– Vamos, por favor dímelo - me miro intensamente – no querrás que te saque palabra por palabra o si? – Sus ojos se derritieron e hicieron que comenzara a híper ventilar- Vale, vale – aparte la vista para despejarme. No hay derecho. – Solo pensaba que quizás, no lo sé – ladeé la vista confundida, como explicárselo? – Si algún día no quisieras estar con migo… Me lo dirías, verdad? – Lo miré con ansiedad.
Sus ojos se mostraron sorprendidos, casi ofendidos, me rodeo con sus brazos indestructibles y me despeino mi enmarañada mota de pelo – No se cómo se te ocurre semejante tontería, nunca, jamás en mi vida, si es que se puede llamar así, no querría estar contigo bella, te quiero, demasiado para apartarte de lo que más quieres. – Lo mire emocionada – ¿cómo alguien tan perfecto se fija en mí? – Tú eres lo que mas quiero –Susurré. Sentí como me ruborizaba de vergüenza. Nunca había sido mi fuerte expresando sentimientos, eso se lo debía a Charlie. Desde que estuve a unos segundos de morir torturada por James, Edward parecía mas reacio que nunca a la idea que pudiese ser como el, yo simplemente no lo entendía. Alice había visto con su mágico don que algún día, yo querría estar para siempre con el, bueno, creo que no es necesario tener un don para saberlo, pero sin embargo cada vez que hablábamos del tema el se entristece, y no soporto verlo así. Sus ojos se volvieron tiernos, dulces.
Mi corazón tartamudeaba .. Es embarazoso saber que el también lo puede oír
– Enserio?..- susurro en mis labios, me estrecho con más fuerza contra su cuerpo. Mi cabeza daba vueltas, impidiéndome pensar de forma coherente.
Lo dudas? – susurre mientras acariciaba su cabello.
– La verdad es que no – dijo riéndose entre dientes.
Cuando estoy con el pareciese que el tiempo se detuviese, podríamos haber estado horas, días, semanas allí y yo seguiría sin querer separarme nunca de el. - … Sigues enojada?- Me observó con cautela;
Como podía seguir enojada? siempre se salía con la suya, eso no era justo.
– Eres un increíble tramposo- respondí apartando la vista. Su mirada era atrevida, divertida, le hacía gracia el efecto que producía en mi. Se me escapo un suspiro y seguí observando el hermoso paisaje que nos rodeaba. Las hojas se arremolinaban alrededor de la base del gran sauce en el que estábamos sentados. La brisa hacia remolinos en la laguna a nuestros pies, mezclando colores y texturas; Lo más hermoso que he visto es el reflejo de Edward en el agua bajo el sol, mil colores mezclados formando un ser angelical.
Habían pasado ya 2 meses desde que pasó el accidente, y para mí era como vivir un sueño. Un sueño hecho realidad, el cual nunca me imagine.
