1-. Sentencia

¿Quién soy? Pues un cadáver, no necesitan saber mas que eso… La primera vez que lo anunciaron no lo tome en cuenta, tenia cosas mas importantes en la cabeza, dolor, deseos de venganza, miedo…No, terror. Luego mi padre apago la televisión y rompió a llorar, al poco tiempo yo estaba en el mismo estado, creí que ambos lamentábamos la misma perdida, no fue hasta meses después que me di cuenta que no era así, su llanto no expresaba la tristeza por aquel pariente que perdería la vida en televisión nacional… sino la certeza de perder a su padre y a su hija sin poder hacer nada para remediarlo

Los días pasaron, el duelo acabo y tuve que volver a la escuela, mis compañeros me daban palabras de aliento y bromeaban sobre aquel anuncio como si no fuese nada importante, la verdad yo no le daba importancia, hasta que fue muy tarde…ese día la presidenta hizo un anuncio oficial y ahí fue cuando caí en la cuenta que era mi sentencia de muerte… ¿Quién mas podría ser elegida para tan importante "honor"? No, nadie mejor que yo… mi nombre es Rose Snow, tengo 14 años y participare en los 76° Juegos del hambre…

Hay miles de chicas elegibles en el capitolio, pero si de algo estoy segura es que yo estaré entre las 12 "afortunadas", ¿Qué mejor ejemplo de la derrota del antiguo régimen que enviar a la nieta del expresidente a una muerte segura? Por que yo se, que no voy a ganar.

Después del anuncio oficial ninguno de mis amigos tenia ánimos de bromear sobre la posibilidad de ser elegidos, no frente a mi al menos, desde pequeños hemos visto los jugos del hambre en la televisión y si alguna vez pensé que era divertido, hoy me arrepiento, por que este año no serán 24 niños desconocidos enfrentándose a muerte, serán… seremos personas que conozco y aprecio, por primera vez me doy cuenta de la razón de la rebelión…la guerra… la muerte de mi abuelo… mi futura muerte, si yo fuera ellos también querría venganza y por un momento me permito estar del lado de la presidenta, pero luego la rabia me inunda, yo no tengo la culpa de lo que mi abuelo halla echo

Hace un mes que fue sellada mi sentencia… Hace un mes que mis padres no sonríen… Hace un mes que yo misma no sonrío y hoy es el gran día, esta noche se decidirán los participantes, esta noche todo Panem será testigo de la ultima cosecha, del ultimo acto de venganza por todos aquellos niños que han muerto en los últimos 75 años, de cómo 24 niños que quizás solo tuvieron la mala suerte de nacer en familias con poder pelean la ultima batalla de esta guerra.

Me doy el lujo de levantarme tarde, es mi ultimo día, todos lo saben, solo que nadie se atreve a decirlo en voz alta. Me doy una ducha con mis esencias favoritas canela y frutillas, deliberadamente omito las rosas, aquellas flores que adornaban mi casa hasta hace un tiempo, aquellas que siempre fueron mis preferidas, aquellas que me dieron mi nombre… Aquellas que me recuerdan a mi abuelo. No estoy de humor para llorar, no ahora, si voy a morir no desperdiciare mis ultimas horas de vida lamentándome. Con ese pensamiento me pongo mi uniforme, pinto flores rosadas alrededor de mis ojos y aplico labial verde en mi rostro, hoy voy a lucir como me gusta. Luego voy al comedor, mi madre entre lágrimas me sirve tostadas con huevo y tocino, desde que comenzó la guerra tenemos menos de comer pero ya me he acostumbrado, ahora que no voy a estar mas mis padres podrán volver a tener sus porciones regulares… eso me anima un poco.

En la escuela todos me miran, saben que es mi ultimo día con ellos, mis amigos me abrazan, me dan palabras de aliento, me mienten diciendo que hay posibilidades que yo no salga elegida, incluso los hijos de los rebeldes evitan mirarme con el desprecio de siempre pero yo se la verdad e incluso creo que ya lo tengo aceptado, en aproximadamente una semana no seré mas que un cadáver… o menos, quizás solo cenizas ¿o será que ni siquiera quede algo de mi que enterrar?.. Sin explicar nada a nadie corro hasta el baño, me encierro y rompo a llorar, me prometí ser fuerte, no dejar a los demás ver mi dolor, no darle a los rebeldes la satisfacción de saber que la nieta del presidente Snow es solo una niña miedosa, pero a solas puedo admitirme que no soy fuerte y sobretodo sin nadie mirando puedo aceptar que estoy asustada.

Me toma un rato recomponerme pero lo logro, seco las lagrimas y me obligo a simular que estoy bien. En el almuerzo, todos quieren sentarse conmigo, pero lo que menos me hace falta hoy es compañía, ¿Por qué nadie entiende que en estos momentos lo que necesito es estar sola?, de alguna manera termino en una mesa con al menos 20 personas tratando de animarme… no funciona. Hoy prácticamente no hay clases, los profesores se limitan a llenar la hoja de asistencia y darnos la hora libre, así que rápidamente el día acaba.

Apesadumbrada me dirijo a casa, a arreglarme para la cosecha, a enfrentarme a mis padres desconsolados, a dar un ultimo vistazo a mi hogar.

Cuando estoy por dejar mi cuarto fijo mi vista en algo aquella rosa marchita que decora mi velador, mi abuelo me la dio tan solo un par de días antes de la invasión de los rebeldes, es lo ultimo que me queda de el, lo ultimo que me recuerda que el no era una mala persona como todos dicen, es entonces cuando lo decido, si puedo llevar un objeto conmigo a la arena, yo elijo aquella rosa.

Alrededor de mi elección combino todo mi atuendo, un vestido sencillo blanco, un collar con una rosa de colgante, un tallo espinoso subiendo por mi pierna, mis brazos y mi cuello para terminar en un capullo dibujado en mi rostro y la flor como un prendedor en mi pecho… soy una rosa y las rosas tienen espinas, no moriré sin dar pelea…

Con la determinación dibujada en mi rostro me despido de mis padres, no me permito mirar sus rostros repletos de lágrimas, corro el riesgo de romperme en miles de pedacitos y me dirijo a la plaza, sin distracciones, ni siquiera un vistazo a mis amigos me posiciono en mi lugar entre las niñas de 14 años, la mayoría llora, en todas las secciones es lo mismo, desde los 11 a los 17 años, chicos y chicas por igual, soy la única que permanece en pie, decidida… pero también soy la única cuyo destino esta sellado, de repente me invade la certeza de que la arena estará específicamente diseñada para no permitirme salir, pero no me permito ser débil, debo mostrar entereza, por mi, mis padres, por cada niño y niña del capitolio y por la memoria de mi querido abuelo.

La ceremonia comienza con un discurso de la presidenta, no puedo concentrarme en cada una de sus palabras pero es algo sobre que es una pena tener que desperdiciar vidas así, pero que es por el bien de Panem y para honrar la memoria de 75 años de niños y niñas enviados a su muerte para la entretención de nosotros, finalmente promete que no volverá a pasar, que somos los últimos que morirán en esta absurda guerra… bueno, lo de absurda tal vez lo agregue yo.

Luego se presentan la encargada de elegir a los tributos, nada mas y nada menos que Johanna Mason, vencedora del distrito 7, me dirige una mirada envenenada y rencorosa, no nos conocemos en persona, pero se que es para mi y tengo la certeza que si por ella fuese los juegos consistirían en mi siendo atacada por mutos. Con una sonrisa macabra saca el primer nombre de la bola de las chicas:

-Macy Tinkerton

Una niña de 12 años, con grandes ojos violetas y largo cabello lacio teñido de verde se acerca al escenario sin poder parar de llorar, la conozco, su madre era la jefa de los guardianes de la paz del capitolio, era de esperar que saliera elegida, especialmente después de que su madre se salvo de la ejecución alegando que ella solo seguía ordenes.

Johanna se acerca a la bola que contiene los nombres de los chicos:

-Gunner Gibler

Tiene 16 años, es musculoso, de tez clara y rostro cuadrado, nunca he cruzado una palabra con el pero se que sus padres fueron ejecutados en la guerra, tomo notas mentales de tener cuidado con el en la arena, es fuerte y sin mucho que perder.

El siguiente nombre no me sorprende, lo sabia, siempre lo supe, no es ninguna noticia, sin permitirme ser débil me dirijo al escenario y me paro junto a Macy que de alguna forma ha logrado parar de llorar, pero aun luce algo patética, lamentablemente no tengo tiempo de preocuparme por ella

Mi nombre es Rose Snow, tengo 14 años y soy tributo en los 76° juegos del hambre…