Hola, sé que ha sido un tiempo desde mi última historia, pero ya estoy aquí con una nueva; la razón de que esta historia tenga este nombre es debido a que quería hacer un juego de palabras entre "birthday" y "bear" (Adivinen la razón), y también porque en el hemisferio norte el invierno está por terminar (en donde estoy empieza el otoño), bueno creo que ya he dicho demasiado. Vamos con la historia.

Hora de despertar

El invierno llegaba a su fin y una nueva temporada comenzaba; en el Salto del Salmon, la mayoría de los osos despertaban de su hibernación, y comenzaban a prepararse para recibir la nueva temporada. Era el día del equinoccio y este marcaría el inicio de la primavera; todos ya habían despertado, con excepción de un par de osos que al parecer no querían despertar, estos eran Kenai y Koda.

Tug se dirigía a la cueva de los hermanos, cuando en el camino se encontró con Aluk, quien se había despertado temprano esa mañana para recolectar los peces necesarios para la celebración de ese día.

Hey Tug, Buenos días – Dijo Aluk saludando a Tug - ¿Qué tal pasaste este invierno?

Oh, hola Aluk – respondió el oso – estuvo bien, pero hubiera sido mejor si no fuera por mis vecinos.

¿Qué sucedió? – Aluk

¿Recuerdas que la temporada pasada mencione que había derribado el árbol que tapaba la vista de mi cueva y que desde entonces unas ardillas estaban viviendo conmigo?- Tug

Si…- Aluk

Pues bien, pensé que las ardillas podían molestarme durante el invierno, así que les busque un nuevo árbol para que pudieran vivir allí – Tug

Ese fue un buen gesto de tu parte Tug – Aluk

Si, lo sé, pero no me libré de las ardillas – dijo Tug un poco molesto – unos días después de la primera nevada, las ardillas volvieron a mi cueva suplicando quedarse conmigo, al parecer el árbol que escogí era demasiado frio para ellas, así que me pidieron quedarse en mi cueva porque era cálida y acogedora.

¿Y aceptaste eso? - Aluk

¡Tuve que hacerlo!, pues fui yo quien derribo su árbol en primer lugar – exclamó Tug – ¡Pasé todo el invierno escuchando sus agudas voces durante todo el invierno!

Aluk estaba sorprendido, era raro ver a Tug de esa manera, pero lo entendía, cualquiera estaría así si no hubiera dormido bien.

Tug, respiro profundamente, y tan rápido como había empezado a molestarse, se relajó, volviendo a la actitud serena que lo caracterizaba.

Aluk trató de cambiar la conversación para no recordarle a su amigo el mal invierno que había pasado.

Eh… Tug – Aluk - ¿A dónde ibas?

Oh, por un momento lo olvide – respondió el oso – iba a despertar a Kenai y Koda

¿Siguen dormidos? – Aluk

Si – Tug – Nadie quería despertarlos, por eso los dejamos dormir unos días más, pero ahora creemos que ya ha pasado demasiado tiempo.

Espera… – dijo Aluk interrumpiendo a Tug – ¿estás diciéndome que todavía no han despertado de la hibernación?

Exactamente – respondió Tug – y si no los despertamos se perderán de la fiesta

Eso explicaría por qué no los he visto hasta ahora – Aluk – ¡Vamos! ¡¿Qué estamos esperando?!

Mientras corrían hacia la cueva, Aluk no pudo evitar preguntar:

Hey Tug, ¿por qué crees que aún no despiertan?

No lo sé Aluk – respondió el oso – pero tal vez tenga algo que ver con el hecho de que es la primera hibernación de Kenai.

¡Oh sí! ¡Tienes razón! – Aluk – recuerdo que cuando era un cachorro, mi madre solía decirme que en mi primera hibernación tuvieron que despertarme para el equinoccio.

Sí, pero Kenai no es un cachorro – Tug – de hecho… nunca lo fue

Es una lástima – Aluk – se perdió de tantas cosas

Eso no significa que no pueda tener algunas ahora – respondió Tug con una sonrisa.

Aluk reconocía esa expresión en el rostro de Tug, sabía que tenía algo planeado y creía saber qué era.

No me digas que…

Entonces Aluk fue interrumpido por Tug, habían llegado a la entrada de la cueva, el oso más grande solo dijo:

Vamos, será divertido.

Bueno, si tú lo dices… - Aluk

Entonces ambos osos ingresaron en la cueva.

La cueva era un lugar amplio y lo suficientemente cómodo para un oso; era la misma cueva donde Koda y su madre pasaban el invierno, pero desde que Kenai había decidido quedarse como un oso con Koda, se había convertido en su refugio durante el invierno y mientras estaban en el Salto del Salmón, porque si bien les gustaba estar ahí, también les encantaba salir a explorar nuevos lugares; así que de vez en cuando hacían un viaje u otro.

Cuando los dos osos ingresaron en la cueva, vieron a los hermanos recostados en el suelo; Kenai abrazaba a Koda mientras este dormía serenamente.

Es una pena tener que despertarlos... se ven tan tranquilos. – dijo Tug

Será mejor que los despertemos cuidadosamente – Aluk - no queremos asustarlos.

Al principio, intentaron despertarlos llamándolos por sus nombres, sin ningún resultado; luego lo intentaron moviéndolos, pero tampoco funcionó; seguían profundamente dormidos.

¡¿Cómo pueden dormir tanto?! – Exclamó Aluk

No quería tener que hacer esto, pero creo que no hay otra manera – Tug - es hora del plan C

¿Plan C? – Aluk

Tug Salió de la cueva y con los últimos rastros de nieve que quedaban afuera hizo un par de bolas de nieve; cuando regresó le dio una a Aluk y dijo:

A la cuenta de tres…

1… 2… ¡Tres!

Ok, este ha sido el primer capítulo; en realidad, pensaba escribir esta historia en una sola parte, pero por falta de tiempo he tenido que dividirla; espero les haya gustado; como siempre espero sus ideas, sugerencias y/o comentarios. Hasta el próximo capítulo.